El Papel De Mujeres Hispánicas En Los Siglos Pasados
Las mujeres han sido históricamente sometidas a ciertos comportamientos e ideales. Aunque los papeles de las mujeres y la vida que vivieron fue una construcción social en toda Europa. España mantuvo sus opiniones sobre las mujeres y sobre como deberían vivir su vida como una ley absoluta. En España, se esperaba que las mujeres deseables fueran obedientes, reservadas, dependientes e ignorantes. A través de la progresión del tiempo, la percepción de lo que es una mujer ideal han cambiado. Sin embargo, obteniendo lo ideal no ha terminado con los comportamientos que los hombres practican en relación con las mujeres en logrando a tener la mujer ideal. Quizás, como en “El Conde Lucanor” por Juan Manuel, como el mancebo, un hombre podría intentar construir una mujer ideal a través del miedo y la violencia. En contraste con “El prevenido engañado” por María de Zayas, un hombre puede tener requisitos estrictos que nunca va a poder encontrar a la mujer adecuada. ¿Por qué los hombres se comportan de esta manera? ¿Por qué se esfuerzan tanto para tener la “mujer perfecta”? En la sociedad española durante los siglos pasados, los hombres se rigen por la expectativa de un cierto estilo de vida con las mujeres. Tanto en “El Conde Lucanor” como en “El prevenido engañado,” estas normas socialmente construidas obligan a los hombres a buscar la “mujer ideal,” lo que resulta en resultados inesperados.
“El Conde Lucanor” habla de Lucanor y Patronio, su consejero que cuenta la historia de un hombre dulce, un mancebo que se casa con una mujer conocida por siendo malcriada y cruel. Cuando el hombre finalmente se casa con las mujeres, comienza a mostrar un lado más severo que la esposa no espera. La actitud del esposo se manifiesta a través de la violencia. De hecho, cuando describe al esposo, Manuel escribe que el mancebo se puso “muy enojado y lleno de sangre” (“El Conde Lucanor” línea 48 en Rodríguez). El mancebo muestra violencia para establecer su domino en el hogar y asustar a la rebelde esposa para que sea más obediente. Como resultado, la mujer comienza a seguir todas las órdenes que le da su esposo. El matrimonio ya no se trataba de la alegría de ambas personas dentro del matrimonio, sino de la servidumbre de las mujeres al hombre. En este momento, comenzamos a entender que, para la esposa, el matrimonio y su hogar parecen más como una prisión. Sin embargo, Manuel retrata esta dinámica entre esposo y esposa como un ideal y el mensaje general de la historia se revela ser “si al principio no te muestras como eres, no puedes hacerlo cuando tú quisieras” (“El Conde Lucanor” líneas 107-108 en Rodríguez). Esta idea de establecer el dominio sobre las mujeres justo al comienzo del matrimonio es solo una de las varias normas que los hombres tenían para obtener la “mujer ideal.”
En “El prevenido engañado,” un hombre llamado Fadrique busca a la esposa perfecta. Primero se compromete con Serafina, pero la deja después de descubrir su embarazo. Luego, Fadrique viaja a Sevilla, donde conoce a Beatriz, una viuda a quien le propone matrimonio. Fadrique la deja después de que descubre que ella estaba con un hombre en su casa. Una vez más, Fadrique deja la ciudad para ir a Madrid, donde conoce a Violante, pero la encuentra en la cama con otro hombre. Con el corazón roto, Fadrique la golpea y se va a Nápoles. Su próximo encuentro significativo ocurre cuando Fadrique conoce a una duquesa casada que lo invita a cenar. La duquesa ilumina a Fadrique sobre sus ideales al desaprobar su búsqueda de una mujer ignorante (la mujer ideal). La duquesa le dice a Fadrique que las mujeres inteligentes son discretas y que desearán preguntarle a Fadrique en respuesta a una mujer “como sabrá ser honrada la que no sabe en qué consiste el serlo” (“El prevenido engañado” línea 598 en Rodríguez). Fadrique ignora a la duquesa y se va a Granada, donde se cruza con Serafina. Intenta casarse con ella nuevamente, pero ella se niega. Más tarde, Fadrique se da cuenta de que Gracia, la niña que rescató ahora es mayor y se casa con ella, Fadrique le dice a Gracia que siendo una esposa obediente es permaneciendo despierta durante toda la noche para proteger a su esposo. Cuando Fadrique se va a hacer sus negocios, Gracia se cuesta con otro hombre que la expone a otras responsabilidades de ser una esposa. Cuando regreso Fadrique a case, Gracia es honesta con él sobre el asunto. Aunque se honor se ha arruinado, se queda con Gracia hasta su fallecimiento.
A través del contenido la historia de Manuel como en Zayas, queda claro que las mujeres ideales durante los siglos pasados encarnaron la moralidad, la virtud, la obediencia, la lealtad y la belleza. En el artículo “Teoría feminista española entonces y ahora” por Roberta Johnson, la autora apoya la perspectiva de que la literatura históricamente española estaba llena de misoginia. Johnson señala que la literatura española contenía “apparent stereotypes of Spanish women in fact reflected Spanish social reality” (Johnson 13). En el pasado, estos estándares para las mujeres eran comunes en la sociedad, pero la esperanza que las mujeres tengan todos los estándares “deseables” conduce a una vida de búsqueda de una mujer que no existe. En “El prevenido engañado” y “El Conde Lucanor,” las mujeres en las narraciones no tienen las características estándares. La esposa del mancebo, por ejemplo, ella no posea las características de una esposa ideal, como la lealtad o la obediencia, pero el mancebo quiere esas características para tener la mujer ideal. Por tanto, el mancebo construye a su mujer ideal a través del miedo y la violencia. Las muchas mujeres de Fadrique, a pesar de sus defectos, encarnaban la belleza, seduciendo a Fadrique para que ignore las otras características de las mujeres ideales. Tanto en las narraciones de Manuel como de Zayas, los hombres se encontraron con mujeres que residían fuera de las normas sociales de la sociedad española. Demostraron rebelión contra hombres que tenían expectativas diferentes de una mujer.
En el artículo “On Spanish Literary History and the Politics of Gender” by Constance A. Sullivan, la autora discute la equidad de las escritoras en el mundo literario predominantemente ocupado por hombres. Sullivan afirma que “most storytellers have been men, defined in their identities by their cultural moment’s particular construction of masculinity, their stories, their ‘histories,’ of whatever Spanish literature is, are expressions of a masculine-gendered desire” (Sullivan 27). El autor crea conexiones entre escritores masculinos y misoginia en la literatura española, por ejemplo, “El Conde Lucanor” es una gran ilustración de la inequidad y la falta de representación precisa de las mujeres. Se ha dicho que las expectativas sociales en los siglos pasados obligaron a los hombres a buscar mujeres ideales, incluso intentando a moldear a las mujeres en algo que no eran. Escritores masculinos como Manuel son la fuente principal de lo que impulsó la misoginia en la literatura española. Especialmente en comparación con la narrativa de Zayas y la voz que les da a las mujeres a los demás en la sociedad. Si las expectativas de que los autores masculinos atraían a los hombres a buscar estándares específicos no alcanzables en las mujeres también conducen a la deshonra y a los errores en la vida de los hombres. Ambos hombres en “El Conde Lucanor” y “El prevenido engañado” se esfuerzan por obtener mujeres perfectas, y cuando las mujeres no tienen una o más de las características deseables, su objetivo es cambiarla. El mancebo y Fadrique son culpables de sucumbir a los estándares socialmente construidos y tratar de moldear a las mujeres.
Sin embargo, Zayas hace algo inesperado en su narrativa. Aunque proporciona una perspectiva sobre un hombre que intenta encontrar a las mujeres perfectas, hay un comentario social subyacente que está haciendo sobre las mujeres mismas. Fadrique viaja por España en busca de la mujer ideal pero nunca la encuentra. Demuestra que los hombres pueden buscar en cualquier lugar y las mujeres perfectas no estarán allí porque no existen. A lo largo del viaje, la disposición de Fadrique sigue siendo melancólica cuando descubre que las mujeres que encuentra no hacen nada por él, y finalmente reduce las calificaciones para obtener una mujer ignorante que se convierta en la mujer perfecta. Como le dice la duquesa, también las mujeres ignorantes contienen sus propias faltas. Zayas ofrece una voz de lo que era ser mujer en el pasado y, en muchas formas, les enseña una lección a los hombres para que acepten más a las mujeres por lo que realmente son.
Las mujeres no están destinadas a cumplir las expectativas de un hombre, hay respeto e igualdad en la relación de dos personas. En “Writing Women in Golden Age Spain: Saint Teresa and María de Zayas” por Paul Julian Smith, el autor habla sobre escritores que surgieron en la escena literaria española. El autor afirma que hay dos formas de representación en la literatura que involucran a mujeres. La primera son las imágenes de mujeres producidas por escritores masculinos y la segunda son las imágenes producidas por escritoras femeninas. Smith hace una inferencia de que las imágenes de mujeres exhibidas por autores masculinos en la literatura española tenían hostilidad y ninguna simpatía sobre la representación de las mujeres. Esta es precisamente la razón por la cual autoras como María de Zayas tienen tanto valor en la historia literaria española porque proporcionan una perspectiva realista de lo que significa ser una mujer en la sociedad. Escritoras como Zayas enseño que había múltiples tipos de mujeres, todas ellas con fallas demuestran que las mujeres son mucho más complejas y multifacéticas. Una mujer no puede ser solo lo que hombres como Fadrique o el mancebo desean.
Está claro que Zayas y Manuel proporcionan narraciones convincentes sobre las mujeres perfectas estereotipadas. Los hombres en ambas narrativas se encuentran en un caso con una esposa controlada por la violencia y en el otro casado con una esposa ignorante y desleal. Se puede inferir que debido a que estos hombres se sintieron obligados a tener una mujer perfecta basada en ideales socialmente construidos, confiando en los estereotipos sociales nunca debería ser un estándar que los hombres sigan. Independientemente de la motivación de los hombres y las expectativas sociales, tanto los hombres en las narrativas de Zayas como los de Manuel se comportan de una manera inesperada para crear y mantener a las mujeres ideales. Estas acciones llevan los hombres por un comino de incumplimiento, que muestra que un intento de moldear a una mujer para que se ajuste a las expectativas sociales de los demás es vivir en una relación de deshonor e infelicidad. Además, autores españoles como Manuel contribuyeron al estereotipo del papel de la mujer en la sociedad, que en última instancia se sumó a la ilusión de lo que un hombre debería desear en una mujer.
Afortunadamente, autoras como Zayas surgieron para desafiar la percepción inexacta de las mujeres al proporcionar una realidad auténtica de ser una mujer en la sociedad española y contrarrestar la narrativa de la misoginia en la literatura.