El Período Más Importante De La Historia Japonesa
Introducción
El periodo Tokugawa también llamado periodo Edo (por ser este el nombre de la capital del shogunato, la actual Tokio) es una de las etapas más importantes dentro de la historia de Japón, siendo esta una etapa de grandes cambios internos que prepararon al país para entrar en la era moderna como una gran potencia. Es un periodo clave no por sí mismo sino por lo que pasó antes y después de este periodo. Antes Japón era un estado medieval formado por pequeños reinos que combatían entre si hasta que a mediados del siglo XVI se unificó bajo la dinastía Tokugawa creando un estado centralizado y una unidad nacional lo que sería clave para su posterior apertura al exterior y desarrollo industrial en la era Meiji a finales del siglo XIX.
Desarrollo
Es un periodo claramente marcado por los samuráis, una élite guerrera que ocupaba los más altos cargos del gobierno y servía como medio para mantener el orden en el estado. Su código de conducta y filosofía, sirvió como inspiración para innumerables obras literarias y pictóricas como veremos más adelante. Este periodo también está muy influenciado por la clausura del país frente a las potencias occidentales lo que lo aisló de Europa hasta el último cuarto del siglo XIX y permitió que la cultura autóctona floreciera hasta niveles nunca antes conocidos. Mapa de Japón durante el S. XVI, después de la unificación del periodo Tokugawa.
Las fuentes oficiales del Estado Japonés y de sus socios comerciales. Durante el periodo Tokugawa, Japón sufrió una gran serie de cambios en su forma de gobierno y división. Durante todo el siglo XVI se sucedieron un conjunto de guerras que terminaron por unificar el país bajo un solo Shogun o señor. A este siglo se le llama “La época de la Unificación” y marca el paso de una sociedad feudal medieval a un gobierno unitario y centralizado lo que supuso un gran desarrollo durante los más de 250 años de gobierno Tokugawa en ámbitos como la cultura o la educación. Esta centralización nos permite tener un gran repertorio de leyes y edictos de la época que afectaron a la historia de la isla.
Por ejemplo: Las Leyes de los Hogares Militares las cuales regulaban el comportamiento de señores y guerreros. Estas leyes tenían sus bases en el código de los samurái y buscaban un equilibrio entre el lado guerrero y el lado caballeresco y culto siendo el honor y la tradición piezas clave. Orden de clausura de Japón que cerraba el país a extranjeros y prohibía con pena de muerte abandonar las islas o comerciar con gente del exterior. Debido a esto las fuentes históricas ajenas al propio territorio japonés son escasas ya que los únicos occidentales que tenían permitido atracar en suelo japonés fueron los holandeses en una isla cedida en la bahía de Nagasaki expresamente para ellos.
Esta orden también prohibía el cristianismo en todo el territorio con penas de muerte por miedo a una occidentalización y una posterior colonización por parte de portugueses principalmente. De esta expulsión de los cristianos de Japón tenemos testimonios en primera persona en forma de cartas como las del Padre Juan Bautista de Baeza las cuales relatan el trato de las autoridades japonesas respecto a los cristianos y los castigos a los que eran sometidos. En sus propias palabras hicieron muchas pesquisas mas fue nuestro Señor seruido que no hallasen mas que a un padre de la Compañía llamado Joan Baptista y a otro fraile de San Francisco.
A estos pusieron en la cárçel y allá donde les dexaban deçir misa con lo qual todos entendían que no los matarían sino que los echarían fuera del Japón. Una de las fuentes históricas occidentales más extensas y fiables son los las notas de Isaac Titsingh en las que se detalla extensamente el funcionamiento de la corte japonesa así como el linaje de los shoguns. No escribió ningún libro en vida, sino que a su muerte se recopilaron sus notas y se publicaron tres libros de diferentes temas: uno de anécdotas de la dinastía reinante de shoguns, otro sobre ilustraciones y memorias de su estancia en Japón y otro sobre la mitología japonesa y sus tradiciones.
Juan Bautista de Baeza (Ubeda, Nagasaki) fue un misionero español que realizo su labor principalmente en Macao y en Japón donde bautizó a más de 75.000 personas. Tras la expulsión de los misioneros cristianos fue apresado por las autoridades japonesas y murió en la cárcel en 1626. Isaac Titsingh, fue un embajador y comerciante holandés que ocupo el puesto de director comercial con Japón de 1779 a 1784 tiempo durante el cual realizó visitas a la capital y al shogun y mantuvo contacto con altos cargos del gobierno japonés. También fue director de comercio en India, Batavia y China.
Otra gran fuente es Titia Blomhoff pero tampoco por sus escritos sino por su imagen que causó gran impresión en los pintores y escultores de la época y se convirtió en una figura muy popular en el siglo XIX en Japón. En la actualidad aún podemos ver restos de la presencia holandesa en Japón en la celebración de una fiesta anual en Nagasaki que conmemora el cambio de director de la expedición holandesa o en diferentes calles o avenidas tanto de Tokio o Nagasaki como An-jin Cho (Pilot Street actualmente). Del asentamiento de esta época no hay restos materiales ya que su extensión era de poco más de 9000 m2 y las políticas del principio del siglo XX lo destruyeron completamente.
A día de hoy solo encontramos una reconstrucción del año 2017 intentando representar la época de mayor esplendor. El arte como fuente histórica. El periodo Tokugawa se caracteriza por la centralización del poder y para conseguirlo el estado se basó en la adopción de una especie de neo-confucianismo similar al presente en China en el mismo período. China fue el principal modelo al que Japón miraba adoptando sus inquietudes intelectuales y sus cánones de belleza. En el ámbito de la pintura observamos la aparición de nuevos temas que se mezclan con los clásicos sin sustituirlos. La vida urbana tomó gran importancia en la pintura.
Lo que nos indica la progresiva aparición de grandes urbes como Osaka o Tokio que a mediados del siglo XVIII llego a tener cerca de 400.000 habitantes. En este período también se experimentó con el realismo en la pintura debido a la influencia del arte europeo que, aunque escaso consiguió llegar a estas tierras normalmente en forma de impresiones en libros. Otro de los temas predilectos de este período son los valores del confucianismo como pueden ser el valor y la justicia normalmente representados en pinturas de gestas militares. Ejemplo de Arte urbano, “Cien niños” Kano Einō, s.XVII, pintura sobre papel y madera. Titia Blomhoff fue la mujer de uno de los directores comerciales holandeses en Japón.
Y la primera mujer occidental en pisar suelo japonés en una época en la que estaba prohibido. Su estancia duró poco más de tres meses hasta que fue expulsada por la autoridad japonesa. Más adelante apareció la llamada escuela Kanō que se erigió como la escuela oficial del estado japonés. Al inicio de la escuela su objetivo era simular el arte chino de la época, pero posteriormente desarrolló un estilo propio alrededor de temas como la naturaleza y el budismo. Esta pintura era plasmada sobre tablones de madera y biombos y se utilizaban para decorar la mayoría de castillos de la época. Un gran pintor de este periodo fue Kanō Tanyū.
El cual destaca no solo como pintor sino como gran teórico y estudioso de la pintura de su época ya que sus cuadernos llenos de explicaciones acerca de cuadros propios y ajenos son una gran fuente de conocimiento. Ejemplo de la escuela Kanō “Fénix y Paulownia” Kanō Tan’yū, s.XVII pintura sobre papel y madera. En cuanto a la arquitectura, durante el período Tokugawa la madera fue el material predilecto debido a la facilidad de obtención en la zona y a la filosofía de estar en unión con la naturaleza. Esta forma de construcción dejó a las ciudades a merced del fuego en numerosas ocasiones como Gran incendio de Tokio en 1657 donde el 70% de la ciudad se quemó.
Y donde murieron más de 100.000 personas. Este hecho sirvió para reestructurar el plano de la ciudad acomodándolo a los tiempos con avenidas y calles más anchas. Durante este período también se construyeron grandes fortalezas y palacios reales con grandes murallas de piedra. Uno de los mejores ejemplos de este tipo de construcciones es el castillo de Nagoya construido entre 1610 y 1612. Kanō Tan’yū fue uno de los pintores más importantes de la escuela Kanō. Durante su vida decoró las paredes de los principales castillos del reino como el de Tokio o el de Osaka. En este período la escultura básicamente se redujo al ámbito religioso siendo las imágenes de Buda el elemento más presente en este período.
El gobierno de este período en su afán de expulsar al resto de religiones del territorio como la cristiana a partir de mediados del S.XVII impulsó la creación de estas imágenes de Buda en madera de manera masiva para sustituir las imágenes de otros credos. Estas imágenes de madera podían ser lacadas o policromadas para adecuarlas a los templos o palacios. Buda sentado, Periodo Tokugawa, madera lacada con ojos de cristal. En cuanto a la literatura, esta época vio florecer el arte autóctono debido a la política de cerrar el país a influencias extranjeras. La proliferación de las ciudades hizo que surgieran nuevos géneros dramáticos populares como el Bunraku.
El Bunraku es un tipo de teatro de marionetas acompañado con música y por un narrador que relatan tanto historias originales como partes de la propia historia del país como puede ser La leyenda de los cuarenta y siete rōnin. Imagen de una representación del teatro nacional de Bunraku situado en Osaka. Estas obras representan los valores de la época como el honor y el respeto por las tradiciones, así como el código del samurái también llamado bushido. El bushido era muy importante en la época ya que la población samurái del Japón del periodo Tokugawa fue muy abundante. Uno de los tratados sobre el bushido más importantes es El libro de los cinco anillos de Miyamoto Musashi.
Un tratado sobre el camino que debían recorrer todos los samuráis tanto en materia de entrenamiento físico como espiritualmente. Miyamoto Musashi (1584-1645) es uno de los mejores duelistas de toda la historia de Japón. Duelista, escritor y filósofo, ostenta el título de Kensei (Santo de la espada) debido a su único estilo de combate con dos sables y a su record de 61 duelos invicto. Creó varios estilos de combate con sable y bastón y fundó una escuela de combate. Otra rama literaria que sufrió un gran desarrollo fue la poesía con la aparición de los Haikus. Los Haikus eran poemas cortos normalmente de dos o tres versos que trataban sobre la vida cotidiana y la forma de ver la vida de la época.
Matsuo Bashō es conocido como el autor más famoso de este período reconocido y estudiado aun en la actualidad. Sus Haikus hablan desde las cosas más simples como es el hecho de limpiar una casa hasta el paso de las estaciones o los dilemas filosóficos de la época. Ejemplo de ello son los siguientes Haikus: kareeda ni susuhaki wa karasu no tomarikeri ono ga tana tsuru aki no kur daiku kana. En una rama desnuda Día de limpieza de la casa un cuervo ha bajado colgando un estante en su propia casa tarde de otoño. un carpintero. Otra de las formas más populares de prosa de la época era el Renku, un estilo de poesía colaborativa en la cual varios poetas escribían un mismo poema alternándose en su escritura. Estaban caracterizados por su descripción de la vida cotidiana mezclada con humor.
Conclusión
El período Tokugawa es una gran fuente de conocimiento para entender el desarrollo del Japón contemporáneo y su cultura que está fuertemente influenciada por la filosofía de esta época como se puede ver en su pronunciado sentido del honor procedente del código samurái, así como el gran respeto por la tradición fomentado en esta época por las políticas de cerramiento del país. Las fuentes históricas de este período son muy extensas debido a la centralización del estado y al uso cada vez mayor de la imprenta como medio de difusión de cultura. Matsuo Bashō (1644–1694) fue un poeta del período Tokugawa conocido sobre todo por sus Haikus y sus Renkus. Sus poemas estaban muy influenciados por el campo y sus propias experiencias ya que viajó por todo Japón mientras desarrollaba su carrera literaria.