El Protorracionalismo Y El Diseño en la Primera Década del Siglo XX
El protorracionalismo es un momento de la historia del gusto de la arquitectura en el campo del diseño que se extendió desde la 1ra década del siglo 1910 hasta el final de la 1ra guerra mundial en 1918. Se diferencia del art nouveau en que rechazo la morfología para producir una acusada reducción a la geometría y se desplego en las artes aplicadas la tecnología de la construcción y el urbanismo. No desemboco en el racionalismo de los años 1920 y 1930 porque fue reflejo de la realidad prebélica que no se abrevo aun en las vanguardias figurativas especialmente las cubistas y poscubistas que apuntaron a la transformación en la concepción, conformación y representación del espacio. Señalar los aspectos y significados específicos de esta corriente de arquitectura no es para nada fácil en mi parecer debido a que el protorracionalismo engloba personalidades y obras bastante dispares, pero en líneas generales podemos señalar que se dan dos actitudes: una clasicista y otra anticlasicista. Puede considerarse clasicista la obra de Adolf Loos como puede considerarse clasicista también la producción que acompaño al racionalismo hasta la segunda guerra mundial más o menos opuesta al mismo racionalismo. La obra de Loos también puede considerarse destructiva e iconoclasta en tanto fue una personalidad que iba contracorriente y cuyo comportamiento era contrario a los ideales, normas, modelos y estatutos de la sociedad contemporánea o de la autoridad de los maestros de esa época sin que implicara un significado negativo.
Otra constante a analizar del protoracionalismo es su intencionalidad simplificadora y reductiva de la arquitectura que a veces puede significar una actitud contra la academia entendida como tradición. También esta actitud reductiva se refería respecto de las tendencias decorativas y modernistas. Esta tendencia simplificadora puede evidenciarse también como cierta restauración neoacademicista o como una manera de entender el lenguaje clásico de la arquitectura en términos más económicos, de recursos expresivos, sobre todo. En síntesis, en las obras protoracionalistas de un mismo arquitecto podían confluir estas dos actitudes, una moderna y otra antimoderna.
Los arquitectos del protoracionalismo lucharon contra la costumbre arraigada y compleja de un arte revestido con exuberancia contra la serie de normas obligatorias tras la aparente libertad de fantasía, contra el gusto por la apariencia hueca y decadente en lugar de la verdadera esencia, en síntesis, contra el ornamento. La característica de este estilo es la de cierta artisticidad difusa.
El arquitecto Auguste Perret comenzó a experimentar el uso del hormigón con una sencilla organización estructural (utilización de una trama) como sistema espacial. Arquitectura academicista/racionalista que nos recuerda un poco a Salomone.
En la exposición internacional de 1925 realizada en Paris. Allí, Perret reafirma su teoría de que el único adorno mismo o propio de una obra venia dado por su misma estructura.
Se le encargo el Teatro de exposiciones de Paris, pero con varias condiciones. Debía tener una capacidad para 900 personas. Estaba ubicado cerca de una explanada por lo que no podía ser muy alto para no bloquear la perspectiva. Y no se podían realizar fundaciones muy profundas ya que cerca se encontraba el metro. La estructura la realizo con madera revestida en yeso. Los objetivos de Perret era crear una nueva relación entre espectadores y actores. La utilización de un sistema innovador de luces artificiales para unificar los espacios de estos dos sujetos antes mencionados. Según Frankton esta es la obra más lucida de Perret. Perret fue muy influyente en la organización arquitectónica en Buenos Aires. Sus escritos tuvieron una difusión más influyente que los de Le Corbusier.
Tony Garnier proporcionaba otra cara del protorracionalismo. Él proponía una ciudad industrial compuesta por 36.000 habitantes, pero con ciertas características demográficas. 3 núcleos principales. Zona industrial, una zona con equipamientos hospitalarios y por último la zona residencial. Una ferrovía atravesaba esta ciudad. Las viviendas tenían la opción de ser individuales o colectivas. La mitad del terreno de cada vivienda estaba destinado a espacio verde público. No se podía tener un espacio verde cerrado. Las distancias entre edificios estaban ya fijadas. Se utilizaba hormigon armado para su construcción, y se quitaba cualquier tipo de ornamento.
Uno de los conceptos más importantes que despertó mi curiosidad, fue la creación de la Villa Müller, en la que Loos planteaba una dicotomía entre el interior y el exterior del edificio. A diferencia de algunos de los representantes del movimiento moderno, que planteaban una relación entre el interior y el exterior, Loos propuso una fachada sin adornos que ocultaba la individualidad del habitante. La fachada se caracteriza por su forma cúbica y plana, y por sus ventanas irregulares. Estas pequeñas perforaciones se ubican estrictamente en los lugares que requiere el programa, sea para lograr un encuadre o una entrada de luz controlada. El tipo de circulación de la Villa Müller es excéntrica. Las puertas de las habitaciones están colocadas hacia los costados, de tal manera que dan una mejor vista a la habitación, permitiendo que la circulación a través de la habitación sea excéntrica, de tal manera que la circulación no invade los espacios.
CONCLUSION
Podemos destacar que Adolf Loos perteneció a un momento de transición. Por esto, en sus obras todavía podemos encontrar elementos simétricos, interiores recargados. Sus ideas fueron las bases que usaron algunos arquitectos (en mi opinión personal) modernos y racionalistas similares. Elementos como la división entre el área pública y el área privada, el contraste entre los sistemas de circulación, el encuadre del paisaje, etcétera, se pueden ver en obras posteriores. El trabajo de la espacialidad interior que hizo Loos fue sobresaliente para el contexto en el cual se desarrollaba la arquitectura. Al no tener ornamentos en su arquitectura, se veía obligado a buscar espacialidades interesantes por medio de la trasposición de losas, los cambios de alturas, etcétera. Esta clase de elementos no se habían explorado mucho hasta este momento.
