El Racismo Hacia La Comunidad Indígena En El Ecuador
Este trabajo tratará sobre el racismo hacia los indígenas, el cual es un tema tabú en el Ecuador. Ante la innegable fuerza de discriminación racial existente en Ecuador se han realizado diversos trabajos y discusiones académicas sobre el tema. En el trabajo se definirá los tres conceptos claves a tratar: poder, identidad y racismo, conceptos que ayudaran a desarrollar la temática “Racismo hacia los indígenas”, y para ello nos ayudaremos con información que han propuesto varios autores a través de los años.
El análisis del racismo despierta profundas pasiones y emociones; confronta y cuestiona percepciones. El estudio de esta problemática social impugna la epistemología y la metodología positivista del investigador objetivo y distante de su objeto de estudio y obliga a tomar partido. Por esta razón en este trabajo se analiza al racismo desde la perspectiva de quienes son blanco de la discriminación racial. Se parte de la premisa que ‘cualquier sistema de dominación puede ser visto con mayor claridad desde las posiciones de los sujetos oprimidos por estos sistemas.’ Siguiendo a Bakhtin, se:
reconoce una posición epistemológica privilegiada a quienes son (étnicamente) oprimidos y, por lo tanto, bi-culturales. Debido a que los oprimidos están obligados por las circunstancias y por los imperativos de la sobrevivencia a conocer tanto la cultura dominante como la marginada, están idealmente localizados para deconstruir las mistificaciones del grupo dominante.
Esta investigación, se aparta de las visiones e interpretaciones que reducen a los sectores subalternos al papel de víctimas de la opresión, ya que, al estudiar a los indios como víctimas se les niega su agencia: su capacidad de resistir, cuestionar o colaborar en su dominación. También se resiste la tentación de reducirlos a sujetos heroicos que constantemente se rebelan contra el poder. La imagen del ‘indio heroico’ al igual que la del ‘indio pasivo’ no dan cuenta de la diversidad de vivencias de los actores sociales. Al analizar las experiencias de la vida cotidiana: la educación, los espacios públicos, y en menor medida, las relaciones amorosas. Se busca comprender qué significa ser un indígena de clase media en el Ecuador actual.
Antes de definir los tres conceptos claves que ayudan a comprender el racismo hacia los indígenas, comenzaremos mencionando unas estadísticas, ya que son demasiadas las evidencias de las prácticas del racismo en Ecuador. La revista Vistazo en su edición 858 de mayo de 2003, encuestó sobre el grado de aceptación racial en Quito y Guayaquil, arrojando datos que no sorprenden: Los blancos – apenas el 10.46% de todos los ecuatorianos según censo del 2001- gozan un 93.3% de aceptación social y ‘son la minoría a que muchos quisieran pertenecer”, mientras que los mestizos – quienes en el país son el 77%- solo son aceptados el 3.75%, frente al 1.67% de los afros y el 1.25% de los indígenas. De la misma manera, la encuesta de Vistazo revela que los blancos en Ecuador tienen el 85% de más posibilidades para conseguir un empleo por encima de los mestizos que solo tienen el 8.75% de obtenerlo, mientras que los afroecuatorianos alcanzan el 3.33% y los indígenas del 2.92%.
Este fenómeno de preferencia y aceptación racial, donde los blancos salen victoriosos. Explica no sólo la realidad de la discriminación y la dominación racial en un país que se niega a sí mismo, sino que, además es el reducto de una vieja estrategia de poder basada en la exclusión racial y en la diferenciación de castas la cual, desde la colonia, fue establecida por una clase hegemónica y minoritaria que ha concentrado los privilegios y las garantías de la supremacía racial. Y para entender el fenómeno del racismo debemos conocer que es el poder, a lo que Humberto García (2009) nos dice que:
“Se entiende el poder (…) como la acción que se ejerce sobre los seres humanos por los seres humanos…”
El racismo que se practica en contra de los indígenas no debe explicarse solo desde el escenario de los prejuicios raciales y la falta de educación personal. Este es un fenómeno que opera como un sistema estructural e ideológico que regula y racionaliza las relaciones desiguales de poder, entre los de arriba y los de abajo (de acuerdo con la herencia piramidal colonial que aun subyace), que en palabras de Franz Fanon sería entre los explotados y los explotadores, entre los colonos y los colonizados.
En Ecuador las élites trataron de forjar una identidad nacional mestiza que excluye la etnicidad del indio y del negro ‘Otro.’ La ideología del mestizaje negaba la existencia de clases sociales y la posibilidad de incorporar a los indios con su identidad propia a la sociedad nacional. La dictadura étnica/racial también se expresaba en la fuerza de la etnicidad como mecanismo de estratificación social y de dominación, que creó una sociedad de castas en la que los indios fueron relegados al trabajo manual. Como segundo concepto clave en el trabajo está la identidad, donde Laing (1961) define a la identidad como:
“ aquello por lo que uno siente que es “él mismo” en este lugar y este tiempo, tal como en aquel tiempo y en aquel lugar pasados o futuros; es aquello por lo cual se es identificado”
En el Ecuador, el proyecto de construcción de la identidad nacional, ha tenido que estructurarse erróneamente a base de la apariencia física y del color de la piel, donde la imagen publicitaria del blanco se impone de manera emblemática, no muestra la realidad sino lo que en su conjunto se quisiera ser. Los privilegios raciales que alimentan el imaginario identitario de los ecuatorianos y que terminan siendo un prerrequisito para la aceptación social son estimulados por los medios de comunicación, quienes presentan imágenes ‘blancas’ como el biotipo ideal y cuyo rasgo fundamental es el que termina orientando a una masa consumidora. En cambio, cuando hace alusiones a la presencia indígena, la televisión recurre a situaciones ambiguas.
El estudio del racismo se complica por la falta de un consenso sobre su definición. Por un lado, el término racismo es utilizado en los discursos de todos los días. Este puede ser un insulto o una descripción de actitudes, pensamientos, sentimientos y prácticas de un grupo ante otro. El uso indiscriminado de la noción racismo y la confusión sobre sus significados también se manifiesta en las ciencias sociales. En términos generales, hay dos aproximaciones al estudio del racismo. Para algunos autores el término racismo se refiere a ideologías sobre la superioridad y la inferioridad racial. Los contenidos de estas ideologías pueden variar desde argumentaciones teológicas y religiosas, al uso de la ciencia (la biología y la genética), hasta razonamientos culturales. Todas estas elaboraciones sobre el racismo comparten argumentos esencialistas, reduccionistas y deterministas sobre la superioridad y la inferioridad de grupos humanos. De acuerdo a estas visiones existen esencias humanas reales que existen fuera de o sin la influencia de contextos históricos y sociales.
Los autores que analizan el racismo como una ideología sostienen que tanto los blancos como los no blancos pueden ser racistas, basta que se suscriban a ideas esencialistas sobre la superioridad y la inferioridad de los grupos raciales. Para otros autores, el racismo no es sólo una ideología. El racismo es entendido como una serie de prácticas sociales, actitudes e ideologías que en sociedades en que dominan los blancos niegan a las personas de color la dignidad, oportunidades y libertades que se brindan a los blancos. El racismo incluye discursos y representaciones, sentimientos y prácticas que se articulan en torno a estigmas de la alteridad. Para muchos autores es importante diferenciar los prejuicios raciales del racismo. Los prejuicios son las actitudes negativas y hostiles que se pueden sentir hacia un grupo racial, un grupo étnico o un grupo sexual. Tienen componentes cognoscitivos basados en generalizaciones falsas y una fuerte dosis emocional negativa. Si bien, de acuerdo a este grupo de autores, tanto los blancos como los no blancos pueden tener prejuicios, en sociedades postcoloniales sólo los blancos tienen el poder para imponer un sistema basado en la dominación y en la subyugación racial. En conclusión, a diferencia de quienes reducen el racismo a una ideología y de quienes lo ven como una aberración personal, entendemos al racismo como un componente clave de la estructura social y de las identidades de los actores sociales. El racismo es un fenómeno social total que se manifiesta en ideologías, sentimientos y prácticas sociales de dominación. Además, el racismo no es una desviación de la modernidad. El racismo es parte constitutiva de los procesos de modernización capitalista. Si bien la xenofobia existió con anterioridad a la creación del mercado capitalista mundial, los primeros debates teológicos racistas se dieron como resultado del ‘Descubrimiento de América.’ Con el tiempo los argumentos teológicos fueron perdiendo fuerza. Con el Iluminismo la razón se convirtió en la única fuente para explicar los fenómenos sociales y naturales. Las ciencias naturales se utilizaron para definir diferentes razas en términos biológicos y genéticos. Luego del nazismo los conceptos científicos de raza perdieron fuerza y validez. Se concluyó que no hay relaciones causales entre características físicas o genéticas y características culturales. En la actualidad se recurre cada vez más a argumentos culturales. En palabras de Etennie Balibar, se crea un:
‘racismo sin razas… un racismo cuyo tema dominante no es la herencia biológica, sino la irreductibilidad de las diferencias culturales.’
En este caso la cultura puede funcionar como una naturaleza, especialmente como una forma de encerrar a priori a los individuos y a los grupos en una genealogía, una determinación de origen inmutable e intangible. En palabras de Paul Gilroy, La cultura es concebida bajo líneas étnicas absolutas, no como algo intrínsecamente fluido, cambiante, inestable y dinámico; como una propiedad fija de los grupos sociales en lugar de un campo relacional en el que se encuentran y se viven relaciones sociales e históricas. Cuando la cultura es puesta en contacto con la raza se la transforma en una propiedad seudobiológica de la vida comunal. Por lo tanto, el racismo es un fenómeno proteico que tiene muchas manifestaciones, no únicamente entre sociedades, sino que también dentro de ellas. No hay racismo en general y por lo tanto no puede desarrollarse una teoría general de las relaciones raciales. Los análisis sobre los racismos son siempre específicos a coyunturas históricas y a sociedades particulares.
Por lo tanto, podemos concluir diciendo que en el Ecuador desde la época de la colonia se ha implantado un poder de clases, el cual ha conllevado a la discriminación hacia los “conquistados”, es decir, los indígenas. Quienes han tenido y siguen teniendo el poder, además de subyugar al más débil, han creado una discriminación racial hacia los mismos subyugados que en este caso son los indígenas. De la mano del poder de subyugación esta el intento de implantar una identidad nacional, identidad que tomo un camino erróneo en el Ecuador, donde el blanco, es decir aquella persona de buena apariencia física y de color de piel clara es el individuo que personifica la identidad del pueblo ecuatoriano, cosa nada más alejada de la realidad. Este poder opresor y esa identidad errónea, son la cadena que conllevaron a la ideología del racismo que han sufrido y siguen sufriendo los indígenas en el país, ideología que en la actualidad no solo promueven los blancos, sino también los mestizos, los afroecuatorianos y los montubios, contra los indígenas, y no solo contra los indígenas sino entre ellos mismos.