El Sufrimiento Desde La Perspectiva De La Fenomenología
La fenomenología no es sino lo que hoy en día se llama como Psicología descriptiva. La fenomenología que le precede a Kant, Fichte y Hegel. Se basa prácticamente en la descripción de la mente, pero también en la descripción de los fenómenos, desde la experiencia formada por sentimientos y de ahí las vivencias que se experimentan. En síntesis, una descripción de los fenómenos, desde la perspectiva de las experiencias y vivencias.
El sufrimiento, así como su alivio, son temas principales que han sido de estudio a lo largo de la historia de la filosofía y de la psicología; el sufrimiento será definido de una forma diferente, según desde la perspectiva donde se le interprete. Todo acercamiento al fenómeno del sufrimiento presume de una serie elementos relacionados con la metafísica, aspectos culturales, metodológicos, filosóficos y psicológicos.
La intención de describir al sufrimiento como fenómeno, no es sino la de descubrir sus mecanismos, conocer aquellos elementos que lo constituyen y que es lo que lo desencadena, centrándose principalmente en el pensamiento de Anthony De Mello, donde hace mención precisamente del sufrimiento psicológico, para tener una mejor comprensión del sufrimiento mismo, es decir, hacer una fenomenología del sufrimiento, lo que significa estudiar el fenómeno del sufrimiento como tal y como es experimentado por la persona, desde su subjetividad.
Aunque se está consciente que el tema del sufrimiento es tan extenso que es imposible acotarlo o limitarlo a una sola explicación, ya que el fenómeno del sufrimiento puede ser explicado desde múltiples perspectivas y con base a ello se puede construir una idea que defina al mismo.
Anthony De Mello decía que el sufrimiento no existe, sino que más bien era una creación de la misma mente, es decir, una mera ilusión. El deseo no es otra cosa, sino un deseo contrariado, dicho de otra manera, el sufrimiento sucede por creer en las expectativas, por desear que las personas, situaciones, circunstancias o las cosas ocurran exactamente como la persona quisiera que ocurrieran.
O que hagan, se comporten, digan, piensen y sientan como la persona quisiera y, cuando no sucede así, entonces ese deseo, esa expectativa y su realidad interior choca y se contradice con la realidad exterior, y de esa fricción es como surge el sufrimiento.
El problema surge de la insistencia de que suceda, ocurra o pase algo diferente a la realidad exterior, es la pretensión de distorsionar la realidad exterior con su realidad interior para integrarla como su apego.
Es decir, sus expectativas, sus creencias, sus percepciones e interpretaciones chocan con la realidad última, que es la realidad exterior, porque todo lo anterior solo existe y sucede en su mente, y el sufrimiento es la reacción del choque con todas ellas.
Al ser el sufrimiento, una creación de la mente que surge de un pensamiento que distorsiona su realidad interior, lo hace totalmente ilusorio. La persona que sufre, sufre porque ha decidido, quizás de manera inconsciente, consentir su dolor emocional. Entonces, se puede observar que el sufrimiento ha pasado ser parte de su personalidad, se ha identificado con su sufrimiento, esa identificación no es otra cosa que apego, y todo aquello a lo que las personas se apegan, ya sean cosas materiales, creencias, ideas, conceptos, personas, emociones y recuerdos, tarde o temprano será la causa de su sufrimiento.
En cuanto la persona se desapegue, a la idea de que las cosas tienen que ser como las imagina, renuncia a su vez, a soltar sus apegos. Cuando las personas acepten y se hagan conscientes de que aquello que los hace sufrir solo existe en su realidad interior, pero que no de manera precisa y muy seguramente no este relacionado con la realidad exterior, es cuando se percatarán que ya no hay ningún motivo por el cual ser adictos a su sufrimiento.
La realidad última es aquella que traspasa todo concepto, es inefable. Lo importante es llegar a desarrollar la capacidad de auto observarse, de hacer un trabajo de introspección que le permita a la persona identificar las causas mismas de su sufrimiento, poco a poco abrir su conciencia a las cosas que hasta ahora vivía como hábitos y esquemas mentales, conexiones neuronales, creencias, programas y todo aquello que lo llevaban a tener una idea distorsionada de su realidad, de lo cual obviamente no era consciente.
Anthony De Mello decía, que no es la naturaleza la causa del sufrimiento, sino la mente del hombre que esta llena de expectativas, deseos, apegos y miedos que le condicionan sus esquemas mentales. La felicidad no puede depender de las circunstancias, sino la reacción que tengas ante esas circunstancias las que te hacen sufrir.
Conclusiones
Es interesante ver como desde la fenomenología, ya sea desde la perspectiva de Husserl, Hegel, Kant o Heidegger, están no solamente relacionadas con aspectos filosóficos sino también psicológicos. Vamos, trata de darle una explicación a las ideas subjetivas, de describirlas y narrarlas, aquellas cuestiones existencialistas, con una intención de deconstruir el conocimiento. El sufrimiento, claramente se presta como modelo de la psicología para comprenderlo. La objetividad imposibilita entender vivencias tan abstractas como lo es el amor, el sufrimiento u otros temas sensibles. Es decir, describir la psicología del sufrimiento desde las vivencias mismas de la persona y no tanto como un concepto.
Bibliografía
- De Mello, A., Valle, P., & Terán, S. D. (1988). Autoliberación interior. Lumen.
- De Mello, A. (1994). Despierta. Editorial Norma.
- Sánchez, S. (2019). Obtenido de http://www.philosophica.info/voces/fenomenologia/Fenomenologia.html