Energías Renovables y Subsidio Energético en el Ecuador

Introducción

Durante el gobierno de facto (1972-1976) presidido por el general Guillermo Rodríguez Lara, en el país se presentan los subsidios a los combustibles a partir de 1974 como una forma de apoyar a los hogares vulnerables, lógicamente esta estrategia socio-económica le sirvió para fortalecer su poder, apoyándose en la subida de los precios internacionales que proporcionaron mayores ingresos al gobierno. Se establece esta política de subsidios a través de la Ley de hidrocarburos, copia de los demás países miembros de la OPEP.

Es así que gobierno tras gobierno han ido “cumpliendo” con esta Ley, e inclusive les ha costado el poder a aquellos que se atrevieron a reducir el subsidio o a subir el valor de los combustibles. Sin embargo, la aplicación de esta ley no ha logrado mejorar la vulnerabilidad de los hogares, sino más bien la brecha social ha aumentado, debido a que como consecuencia de los subsidios a los combustibles quienes han salido beneficiados son la clase media y los quintiles hacia arriba; además del contrabando de estos hacia Perú y Colombia cuyos precios son aproximadamente el doble de los nuestros.

En lo que tiene que ver con el subsidio a la energía eléctrica, este se respalda en el artículo 59 de la Ley Orgánica del servicio público de energía eléctrica, que otorga subsidios en el consumo de energía eléctrica.

Los subsidios energéticos tienen un protagonismo en el tema de la política pública de países en desarrollo y son aplicados con diferentes propósitos como: generar crecimiento económico y desarrollo al dar mayor competitividad a la industria local, alcanzar la equidad de justicia social, tener un manejo de los indicadores macroeconómicos y proteger el medio ambiente (Becerra & Creammer, 2016). Claro está que si la energía es producida por termoeléctricas allí también hay subsidios a la producción y en la aplicación de la Ley.

Por ello cabe la interrogación: ¿Porque subsidiar o no la energía en el Ecuador?

Desarrollo

El subsidio a los combustibles inicialmente fue creado satisfacer las necesidades del transporte de los militares, posteriormente se extendió al transporte público y privado, también este subsidio se generó para el gas licuado de petróleo con el fin de aumentar el benéfico económico en el país favoreciendo a los sectores económicos más vulnerables de Ecuador. Los precios de los combustibles no han sufrido muchas modificaciones desde 2000 si bien no son los mismos pero su valor no tiene un gran aumento.

Los costos de los derivados del petróleo en Ecuador son muy bajos a comparación de los países vecinos como Perú y Colombia, esto hace que se contrabandee el combustible hacia estos y por lo consiguiente generen grandes pérdidas económicas, también un factor importante que no se consideró para la generación del subsidio fue el crecimiento poblacional, industrial y transporte ya que estos sectores cada año tienen una demanda mayor de combustibles.

Los principales derivados del petróleo que se utilizan son: gas licuado de petróleo, gasolina (eco-país y super), jet fuel, diésel y fuel oil en la siguiente grafica muestra el requerimiento del país en barriles equivalentes de petróleo (kBEP) de los diferentes combustibles siendo la gasolina quien presenta tasa de crecimiento mas alta con un aproximado de un 6% seguido del diésel con un 4,6%, el GLP con 3,3% y el jet fuel con 2,8% en el caso de fuel oil se registró una disminución de un 0,6%.

Al comienzo la aplicación de los subsidios a los combustibles mediante la Ley de Hidrocarburos no representaba grandes cantidades, es decir se la consideraba como tolerable, puesto que al construirse la refinería de Esmeraldas el país se abastecía con el combustible refinado y la energía eléctrica la producían las termoeléctricas.

El problema surge cuando el Ecuador comienza a consumir más de lo que produce por un lado y por otro cuando se registraron los altos precios del petróleo de hasta $100. Es importante hacer notar que el subsidio a la gasolina, diésel y gas licuado no solo beneficia al usuario sino también que disparo al contrabando por las fronteras norte y sur, puesto que estos subieron (2004-2005) al doble y triple el precio de los combustibles comparado n el nuestro.

En lo que tiene que ver con el gas licuado al estado le cuesta $700 millones y tiene un precio subsidiado de $1,60 el cilindro de 15Kg mientras que el mismo tiene un valor de $25,87 en Colombia y en Perú 19,68.

En lo que se refiere a la energía eléctrica el subsidio lo establece la aplicación de la Ley respectiva “La tarifa dignidad que beneficia a los sectores de escasos recursos. Subsidio por tercera edad para beneficiar a las personas mayores de 65 años. Además, las leyes a favor de los pobladores de la zona de influencia del volcán y a favor de las personas con discapacidad, otorgan una disminución del 50% del valor del consumo de energía eléctrica. También da subsidios al calentamiento de agua y cocción eléctrica (Coba, 2019). Es así que este subsidio termino por representar el 7% del presupuesto anual en los últimos años, a tal punto que entre 2005 y 2018 este subsidio ha llegado a $ 54.269 millones que ha gastado el país, valor que es igual la deuda externa actual (Coba, 2019).

La pregunta es ¿Qué clase social ha sido beneficiada con los subsidios a la energía?

Como ejemplo, para el que tiene un vehículo convencional el subsidio a la gasolina es aproximadamente de $1000 por año y para el ciudadano pobre que no tiene carro el beneficio indirecto es de $60 por año.

Y si la clase social baja tampoco tiene camión a diésel, piscina de agua temperada, restaurante, panadería, frigorífico, carros de lujo, hoteles, etc. Pues parece que la respuesta es obvia.

Si la aplicación de los subsidios a la energía beneficia a los sectores vulnerables, entonces ¿Cuál es la razón por lo que el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo proponen su eliminación?

La aplicación de los subsidios no discrimina a nadie, es decir, son iguales tanto para hogares pobres como hogares ricos; como los hogares ricos consumen más, lógicamente son los más beneficiados por los subsidios. Es importante reiterar que a nivel internacional y en el caso de Ecuador, los subsidios no benefician a la población de menor ingreso, y no necesariamente estimulan la economía interna al disminuir los costos de producción (CIDAC, 2015). En Ecuador para el año 2015, el 2,51% del PIB nacional se destinó a subsidios al GLP, diésel y gasolina. Por otra parte, considerando la estructura actual que tienen los subsidios en el país y su carácter indirecto, han favorecido a los estratos

Indudablemente la más perjudicada es la naturaleza puesto que los gobiernos han permitido que se deprede grandes extensiones de selvas orientales en busca de combustibles fósiles y que por la irresponsable explotación la contaminación ambiental de tierra, agua y aire ha traído como consecuencia que la flora y la fauna de esos sectores sufra o migre por la destrucción de su hábitat, de igual manera se altere la permanencia de los colonos y de tribus no contactadas y como resultado de las pésimas administraciones, contratos amañados por la corrupción no se les haya podido obligar a realizar la remediación ambiental e indemnización a las personas por haber estado expuestas a esta contaminación y sufran enfermedades catastróficas o degenerativas.

Ahora analicemos lo opuesto a los subsidios, es decir, su eliminación

No es una tarea fácil para el Ecuador, pues debe atender prioridades fiscales, sociales y ambientales a la vez.

El BID indica “La eliminación de estos subsidios produciría claros beneficios económicos y ambientales, ayudando a cumplir los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de Paris. Sin embargo, los posibles efectos adversos en los hogares vulnerables pueden dificultar políticamente las reformas”. Y explicaba que era posible aminorar el impacto con transferencias económicas a los más vulnerables, a más de reemplazar cuidadosamente los subsidios a la energía con un mejor gasto en protección social, podría ser una forma de que el gobierno progrese en los tres frentes (Vogth & Soria, 2019).

La eliminación de los subsidios ayudaría a reducir el consumo de los combustibles fósiles que indudablemente contribuyen a la contaminación del aire, que representan una gran fuente de emisión de gases de efecto invernadero.

La idea de la eliminación de los subsidios da los combustibles no es de ahora, puesto ya en el 2000 y 2003 los gobiernos de turno ajustaron 5 veces el precio de los combustibles y del gas, además en este año ya hubo ajustes en los combustibles. Además, que se ahorraría por la eliminación de los subsidios podría ser empleado en reducir la deuda social o invertir en la salud, educación e infraestructura; es decir, en la generación de empleo y producción del conocimiento (Vogth & Soria, 2019).

Es verdad que el costo político es grande puesto que implica enfrentamientos con los movimientos sociales – trabajadores, transportistas y la comunidad indígena- que en octubre de este año paralizaron al país por varios días y que represento perdidas mayores a lo que el subsidio equivale, a más de que las heridas sociales y económicas serán complicadas de superar.

Para la solución a los conflictos relacionados con la eliminación del subsidio a los combustibles debe producirse un dialogo nacional al que asistan representantes de todos los sectores sociales incluidas las universidades, quienes junto al gobierno se pongan a analizar la problemática macroeconómica del país, se sinceren las cuentas, se dejen a un lado intereses de grupos económicos, sociales y políticos.

Establecer estrategias y mecanismos para lograr consensos y encontrar soluciones a la eliminación o focalización del subsidio a los combustibles, mediante estudios y encuestas, proporcionándole a quien lo necesita una tarjeta de consumo con determinada cantidad de galones de gasolina o diésel; en lo que se refiere al gas este debería ser focalizado a través del bono de desarrollo humano para que el subsidio llegue a quien más lo necesita (Salas, 2019). Creo que el gobierno debería aprovechar un censo que se aproxima para establecer cuantos son los hogares vulnerables que necesitan el subsidio del gas, de energía eléctrica y de combustibles, al mismo tiempo verificar si puede ser o no beneficiario del bono de desarrollo humano.

Para ello están las diferentes instituciones del estado: SRI, REGISTRO CIVIL, ANT, CONTRALORIA GENERAL DEL ESTADO, etc. en los que se puede ubicar y establecer los nombres de personas que tienen carros de lujo, bienes inmuebles, comercios, bienes y servicios, etc. que no tienen derecho a ser beneficiados por el subsidio a la gasolina, diésel, gas y energía electica. De igual manera quienes reciben una remuneración mayor a dos sueldos básicos deberán pagar los precios reales (Salas, 2019).

Por esta situación, el Gobierno Nacional impulsó el “Plan de Soberanía Energética”, con el objeto de generar políticas y estrategias que permitan controlar los problemas generados en la cadena de comercialización, evitando que los recursos del país sean mal utilizados (Las cifras del Gas en Ecuador 2008., 2017)

Análisis sobre la eliminación de los subsidios en el servicio de energía eléctrica en el Ecuador

En el Ecuador se consideran algunos grupos que se denominan vulnerables por el estado ecuatoriano y gobiernos seccionales, esto se debe a las condiciones de vida de esta población; en el caso específico de los subsidios energéticos se ven regulados en cuatro parámetros que se deberán tomar en cuenta para brindar dichos subsidios. Cabe recalcar que el cobro a la mayoría de la población se basa en el análisis que realiza el Arconel el cual hace referencia a los costos de producción, distribución y consumo de los diferentes usuarios por lo que las tarifas varían según el análisis que se ve puesto en práctica durante el transcurso del año (ARCONEL, 2016).

La eliminación de dicho subsidio golpearía a los grupos vulnerables del país considerando que el sueldo básico de una persona con capacidades diferentes o jubilada mucha de las veces no logra abastecer con lo necesario para vivir.

El subsidio en combustibles de origen fósil es mayor que el que se invierte en el servicio de energía eléctrica, sin embargo, la eliminación total de los subsidios de combustibles de origen fósil provocaría una crisis económica afectando en cadena la producción en todo el país (Pablo & Santiago, 2014).

Las medidas compensatorias deberían ser diferenciadas por nivel de ingreso económico, para proteger el incremento de precios energéticos a los sectores económicos y población más vulnerable; manteniendo así el subsidio a familias de bajos ingresos o a los sectores económicos como ya mencionados anteriormente los más afectados. En el Ecuador esta estrategia sería principalmente valido a la aplicación del GLP a que tiene una importancia mayor.

Otra alternativa comprende la implementación de transferencias monetarias particularmente para la población de menor ingreso, que permitirían a los beneficiarios utilizar este recurso acorde a sus necesidades específicas, al adquirir la cantidad y la fuente de energía que mejor satisfaga sus necesidades u optar por otros bienes y servicios. A su vez, eliminan la necesidad de participación directa del Estado en la distribución de energía subsidiada a los hogares, lo cual con base en experiencias a nivel regional y mundial tiene un alto costo y promueve tanto el consumo excesivo como el uso indebido de la energía (Grosh, Ninno, del Tesliuc, & Ouerghi, 2008).

Conclusión

Indudablemente el problema de los subsidios a la energía en el Ecuador es complicado, es de analizarlo con cuidado, puesto que hay que lograr consenso entre los integrantes del colectivo y para ello quienes estén en el dialogo nacional deben ser personas preparadas, no solo académicamente sino estar involucrados en el desarrollo social, económico y político del país.

Se debe mostrar al mundo y a nosotros mismo que somos capaces de analizar y encontrar soluciones a nuestros problemas, que eliminando el subsidio a las clases sociales que pueden y deben pagar la energía, se lograría liberar capitales que pueden ser invertidos en el pago de la deuda social como la generación de empleo, inversión en servicios básicos, educación y seguridad, además que los hogares vulnerables no se sientan desprotegidos mediante la focalización real de los mencionados subsidios y el empleo de la tecnología para su aplicación.

Bibliografía

  • ARCONEL. (Agosto de 2016). Agencia de Regulación Control de electricidad. Obtenido de Agencia de Regulación Control de electricidad: https://www.regulacionelectrica.gob.ec/subsidios-y-compensaciones/#
  • Becerra, R., & Creammer, B. (2016). Cuantificación de los subsidios de derivados del petróleo a los hidrocarburos en el Ecuador. Petróleo al Día.
  • CIDAC. (2015). Reporte del sector petrolero. México.
  • Coba, G. (5 de Octubre de 2019). Primicias. Obtenido de Primicias: https://www.primicias.ec/noticias/economia/subsidios-combustibles-diesel-ecuador-bid/
  • Grosh, M., Ninno, C., del Tesliuc, E., & Ouerghi, A. (2008). For Protection and Promotion: The Design and Implementation Efective Safety Nets. Washington D. C.
  • Las cifras del Gas en Ecuador 2008. (20 de Junio de 2017). Revista Perspectiva.
  • Pablo, M., & Santiago, G. (Abril-Junio de 2014). ScienceDirect. Obtenido de ScienceDirect: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S030170361470865X?fbclid=IwAR0E1D-gwdwOxhdsv3nD2G6iRVx2ZOuK0ItNTKUmmMYaxoF03hdDJNZtvMM
  • Salas, R. (10 de Octubre de 2019). Subsidiar energía fósil. El Comercio, pág. 2.
  • Vogth, A., & Soria, R. (2019). La reforma del subsidio energético en Ecuador podría generar beneficios sociales, fiscales y climáticos. Quito: BID Mejorando Vidas.
27 April 2022
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