El Conocimiento Compartido Y El Conocimiento Individual
El estereotipo de genio científico es aquel que trabaja solo y, si miramos atrás en el tiempo, encontraremos justificación histórica de este estereotipo. Muchos de los mejores científicos, Isaac Newton, Maxwell, Einstein o Darwin, tendían a trabajar, principalmente, en solitario. Sin embargo, también es cierto que estos científicos tuvieron que basarse en conocimientos heredados del pasado y fruto del trabajo de otros para poder descubrir lo que descubrieron. Por lo tanto, una de las preguntas que surge es: ¿En qué medida el basarse en conocimientos previos es una tarea colaborativa?
En este ensayo, se compararán y contrastarán el conocimiento compartido y el individual para poder determinar si un solo individuo puede producir nuevo conocimiento. Esta pregunta se estudiará dentro de las áreas de conocimiento de Arte y Ciencias Naturales, que se han elegido debido a la existencia del mito de genio solitario mencionado antes y porque son dos de las áreas en las que el ser humano más busca conocimiento. Para poder responder a la pregunta se deben definir los términos de producción de conocimiento, que es el resultado de una actividad predominantemente científica en la que el conocimiento es una fuente de información fiable sobre la realidad que, además, proporciona herramientas para usarla. Asimismo, la producción de conocimiento como tarea colaborativa es un proceso de “fabricación” de conocimiento de forma colectiva; es decir, varios individuos se ponen de acuerdo y aceptan una sola “verdad”. Finalmente, la producción de conocimiento como tarea individual es aquella en la que un solo individuo produce un nuevo conocimiento, ya sea una nueva teoría en las ciencias naturales o un nuevo género artístico.
En primer lugar, y con respecto a las Ciencias Naturales, cuando hablamos de producción de conocimiento, hablamos de conocimiento como resultado de un proceso de “fabricación” que mediante el uso de materiales e ideas nos permite obtener algo que será de uso o de valor para nosotros. En las ciencias naturales este proceso de fabricación son los experimentos. Hay procesos de fabricación que involucran a muchos individuos y procesos en los que un solo individuo, o unos pocos, descubren una nueva teoría que les sirve al resto. Sin embargo, este solo individuo al descubrir una nueva teoría ha tenido que basarse en otros conocimientos previos que ha adquirido, ya sean el lenguaje u otras habilidades o conocimientos que se le han enseñado del tema. El propio Isaac Newton afirmó: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes” dando a entender que sus descubrimientos estaban construidos sobre los descubrimientos previos de otros científicos. Además, a la hora de comprobar si ese conocimiento es fiable o verdadero es siempre una tarea colaborativa porque, considerando que (uno de los requisitos d)el conocimiento es (que sea )una visión codificada, dicha visión debe poder explicarse y compartirse con otros individuos.
Thomas Kuhn aseguraba que existían dos tipos de ciencia: la denominada ciencia normal, la ciencia de todos los días practicada por la mayoría de los científicos, y la ciencia revolucionaria, que ocurre cuando se produce un cambio de paradigma. Esta ciencia revolucionaria sería la practicada por unos pocos, quizás por un solo individuo que tiene una visión diferente u original debido a su trabajo, sus investigaciones o incluso al azar. En esa misma línea, C.D. Conner afirmó en su libro “A people´s history of science” que la ciencia es más una empresa colectiva que el producto de una serie de genios iluminados. Este autor utiliza el ejemplo de la revolución industrial en la que muchos avances científicos fueron precedidos por innovaciones tecnológicas que hacían gentes sencillas como los artesanos o los mismos trabajadores de las fábricas.
El trabajo en equipo es importante también porque, como decía el gran físico y filósofo de la ciencia, Premio Nobel de Física en el año… , Karl Popper, para que avance el conocimiento debe de haber diálogo entre los científicos, lo cual no es solo un ideal epistemológico sino ético: ‘Si yo puedo aprender de usted, y si yo quiero aprender en el interés por la búsqueda de la verdad, no sólo debo tolerarle como persona, sino que debo reconocerle potencialmente como a un igual; la unidad potencial de la humanidad y la igualdad potencial de todos los seres humanos es un prerrequisito para nuestra voluntad de dialogar racionalmente.’.
La realidad es que en las ciencias naturales, hoy en día sobre todo, es mucho más común afirmar que se trabaja más en equipo que en el pasado, incluso en equipos transnacionales que, gracias a internet, pueden trabajar conjuntamente desde diferentes partes del mundo. De hecho, algunos de los más recientes Premios Nobel de Física, Biología, Economía etc se han otorgado a más de una persona en representación de todo un equipo o institución como, por ejemplo, determinados laboratorios.
En segundo lugar, y con respecto a la producción del arte, también existen tareas colaborativas junto con tareas individuales. Por un lado, hay creaciones culturales de un solo individuo de los que hay célebres ejemplos en la literatura, por ejemplo Cervantes, la música de Beethoven o la pintura de Leonardo da Vinci a los que precisamente denominamos “genios”, calificación que ya implica que son únicos y, por lo tanto, individuos excepcionales. También en el arte existe el mito del genio incomprendido.
El conocimiento en las artes se produce mediante el resultado del proceso de fabricación de las artes suele proporcionar una nueva visión de la realidad, una nueva solución a un problema o una nueva revelación.
Sin embargo, como en el arte destaca la relación del artista con la tradición, la cultura y los conocimientos compartidos con la sociedad, los creadores deben colaborar con la tradición y su audiencia con el fin de que sus trabajos se comuniquen con la sociedad, ya que si no es difícil considerar arte a una producción incapaz de ser comprendida por otra persona. Sucede un poco igual que en las ciencias naturales, puesto que es difícil considerar conocimiento/arte a algo que no puede ser explicado o comunicado a otro individuo o individuos o que no hunda sus raíces en un pasado y una tradición de la que se hereda conocimientos, pero al mismo tiempo existen obras únicas de individuos excepcionales capaces de crear algo nuevo que no existía antes que ellos y que, precisamente, pueden por eso mismo no ser en absoluto apreciadas por el público a las que se dedicaban (ejemplos de óperas, obras de teatro, sinfonías etc). Además, sin la existencia de obras únicas de individuos excepcionales no avanza´ria el conocimiento ni se crearían nuevos géneros artistcios (surrealismo)
Pero también en el arte ha habido tendencias que han sido obra de grupos de artistas como los impresionistas, dadaístas, cubistas, surrealistas etc y hoy en día con la difusión masiva de Internet se ha producido un incremento importante en la cantidad de obras de lo que se llama ahora “arte colaborativo”. Este incremento se apoya en las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y en el fenómeno de los “user generated contents” (producción de contenidos a cargo de los usuarios) que cada vez se amplia a más campos. Pensemos, por ejemplo, en Wikipedia.
En conclusión, parece claro que el conocimiento, tanto en las ciencias naturales como en el arte, se fundamenta no solo en la experiencia sino en el pasado acumulado, fundamentalmente a través de la memoria; memoria que se entiende aquí como una forma de conocimiento compartido, como una tarea colaborativa gracias a la cual puede avanzar el conocimiento. Porque la tarea colaborativa es solo posible cuando la visión/creencia de los miembros de la tarea colaborativa son la misma y esto se consigue mediante la aceptación de la “verdad”. Como dice Hegel “Una sola mente es suficiente para un millón de manos”, lo que supone que “la verdad” debe ser aceptada antes de que se haga algún progreso o se consiga un “producto final”. Sin embargo, esta realidad no excluye que en determinados momentos históricos surjan individuos excepcionales, hombres y mujeres, que aun partiendo de esa tradición heredada, la modifiquen o se aparten de ella completamente y que, gracias precisamente a ello, contribuyan a crear nuevos conocimientos o a rechazar o modificar los hasta entonces vigentes.
Otra cuestión sería investigar si pueden surgir genios totalmente ajenos a una determinada tradición de conocimiento o incluso en lugares donde no existe transmisión alguna de conocimientos (caso del indio matemático que se llevaron a Cambridge). La posibilidad de que algo así ocurra, de que surja un genio “de la nada” abre nuevas incógnitas, como también el que a veces se produzcan descubrimientos o avances del conocimiento por puro azar, suerte o accidente.
En definitiva, parece que la mayor parte del trabajo científico, sobre todo hoy en día, es fruto del trabajo colaborativo pero no se puede afirmar tajantemente que eso supone que ya no aparecerán individuos que por sus cualidades, su trabajo o suerte o por todo ello a la vez, hagan avanzar a la ciencia por nuevos derroteros.