Exploración de la Vida y La Muerte en la Obra "La Carne" de Rosa Montero
La muerte es lo único que todos los seres humanos tenemos asegurados. Ese instante donde las razas, el dinero, el género y el poder dejan de importar. Aquel momento donde por un segundo somos lo más importante del mundo para en el siguiente comenzar a desaparecer hasta ser nada ni nadie.
Soledad una mujer de 60 años que mantenía una relación con un hombre casado es la clara representación de vivir la vida sin importar el qué dirán. Sin embargo, todo cambia cuando motivada por la venganza decide contratar un gigolo con el único objetivo de causar celos frente a su expareja y su esposa embrazada. Desde esta decisión se desata un torbellino de emociones que hacen que soledad se replantee todo, desde lo que es para ella el amor, hasta la belleza del descanso eterno.
Es así, como de esta manera el trabajo se centrara en explorar de manera clara mediante citas y análisis la vida y la muerte como eje de la obra en cuestión, contrastando ambas y profundizando en su evolución; los conceptos del inicio y del fin de la obra son completamente distintos. Además, mediante esta investigación se evaluaran los puntos de vista de la autora sobre lo complicado de una vida marcada por la soledad y lo simple de la muerte como medio para alcanzar la paz.
Este tema reviste interés, pues el mundo ha olvidado lo simple y alcanzable que es la muerte y le ha dado un concepto alejado de la realidad donde prevalece el miedo a no ser tan importantes como creemos. Por el contrario, la vida es tomada con más ligereza cuando la realidad es que en esta debemos prestar más atención. Debido a que nosotros seremos quienes controlan la narrativa, encaminándolo hacia un fin en el cual podemos llegar a ser perversos con nosotros mismos.
El contexto histórico en que la obra fue escrita es de suma importancia para entender el sentido y percepción de la vida y la muerte. El siglo XXI se caracteriza por replantear todo aquello que en el pasado quedó en duda, retomar todo lo que alguna vez fue silenciado por alguien es la característica de la obra “La carne”. Esta no solo toma la vida y la muerte como incógnitas trascendentales, sino también intenta dar respuesta a temas como el amor que las personas creen merecer y los prejuicios establecidos hacia la mujer desde siglos atrás.
Otro punto que se puede resaltar es el hecho de que ese aire filosófico que la autora plasma la convierte en alguien con una escritura única. Esta misma escritura es lo que facilitará nuestro análisis literario, en vista de que todo está escrito de una manera tan cruda y tan simple a la vez, que todos los temas complejos como el amor, el odio, la muerte y la venganza parecen tan simples e interesantes que una vez se comienza a leer no se puede parar.
Rosa Montero enlaza su vida en cada uno de sus libros dejando algunas de sus experiencias más profundas plasmadas en cada hoja que escribe. Y “La carne” es el reflejo existencial magistral que acompañado con un poco de humor y filosofía hacen que los ejes se manejen cabalmente.
Trama, personajes y estilo
La carne es una de las obras que mejor representan el siglo XX pues este se caracteriza por romper el silencio y la conformidad para dar paso a una nueva realidad. La realidad que presenta esta obra son las dudad existenciales presentes en una mujer de sesenta años llamada Soledad Alegre quien ha vivido creyendo no ser merecedora de amor, este hecho junto con su edad la llevara a analizar el valor de su vida y la cercanía de la muerte. Junto con un gigolo, Adam, de treinta y dos años se embarcaran en una aventura marcada por las necesidades de la carne humana y el deseo de comprender por qué la vida desaparece de manera.
El estallido de toda la trama se basa en los celos y la venganza. La anterior relación de Soledad era con un hombre de 40 años que tenía esposa, dicha aventura estaba marcada por la pasión y la clandestinidad, sin embargo cuando la esposa del hombre llamado “Mario” resulta embarazada, este decide romper todo lazo afectivo con Soledad. Llevándola así, a caer en una profunda desesperación por demostrar que ella no lo necesitaba, para cumplir con su objetivo opta por contratar un gigolo como acompañamiento a una ópera en la que estará presente su ex amante. No obstante cualquier persona pensaría que la trama termina con la venganza completa, pero la realidad es que este hecho fue solo el inicio de la historia, ya que más adelante la historia se enfocara en la relación entre el gigolo y Soledad.
Soledad se puede considerar un personaje redondo, pues el inicio del escrito mantenía una postura donde prevalecía el deseo de venganza y el remordimiento. Pero, al final todo cambia y resulta que aquellos sentimientos solo eran una capa de humo para ocultar lo que en verdad pensaba que era el temor a la muerte y la falta de amor. En cuanto a Adam se puede decir que es un personaje marcado por los monstruos del pasado, ya que fue abandonado en un orfanato donde solo sobrevivía le mas fuerte. Adam a pesar de sobrevivir a esta historia tormentosa jamás se recuperó de los traumas que vivió, por lo que su presente es el resultado del sentido de pertenencia que no tuvo de infante.
El estilo literario de Rosa Montero se caracteriza porque sus relatos están íntimamente ligados a sus experiencias como periodista. Este trabajo le dio la oportunidad de desarrollarse como persona y como escritora, en vista de que conoce de primera mano todo lo que ocurre dentro de su país, las inquietudes de las personas, los anhelos y temores. También, cabe recalcar que el hecho de ser historiadora le da un punto de vista único pues constantemente enlaza la historia con actualidad, un claro ejemplo es su obra “la ridícula idea de no volver a verte”. En esta cuenta la historia de Marie Curie, quien fie una química que no tuvo mucho reconocimiento por ser mujer, esto motivo a Montero a escribir sobre ella y su lucha en un mundo dominado por hombres privilegiados.
Otra característica de la escritora es que su pasión por las historias de fuera de lo común nos brinda una perspectiva única del mundo. Sus escritos donde el personaje principal es in antihéroe la convierten en un icono de muchas personas.
En cuanto a su escritura dentro de la carne, vemos como emplea varios recursos estilísticos para que el entendimiento de sus ideas sea claro. También, resalta el hecho de que abarca temáticas profundas como lo son la vida, la muerte, el amor y el paso del tiempo. Estos temas son abarcados de manera que solo una persona que ha pasado por una situación lo haría, y así lo hizo en esta magnífica obra donde se presencia la perfecta sincronía entre dos temas totalmente opuestos como son la vida y la muerte.
La vida
“La vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y la de lo que ya no vas a poder vivir.” (Montero , La carne, 2016)
Se pierde tanto tiempo viendo lo que ocurre en los alrededores que la vida se convierte en algo tan efímero, que muchas personas apenas pueden sentir. Este es el caso de la magistral obra La carne. La vida de soledad es marcada por el deseo y la pasión de encontrar un amor duradero que encaje con todo lo que ella alguna vez soñó. Sin embargo, nuestra personaje principal está olvidando que esto es la vida real, cruda e incierta. Y no un cuento de hadas donde existe alguien ideal para cada uno.
Tan impredecible y fugaz, ese corto periodo de tiempo donde todas las acciones tomadas y todo lo deseado tiene su impacto. Aquellos momentos donde cualquier cosa es posible hasta que es consumido por el tiempo y sus alimañas. Desde pequeños las personas han escuchado que la vida es lo más relevante que tenemos, lo único que debería importarnos. No obstante la literata Rosa Montero piensa distinto. Ella considera que la vida como sustantivo no es importante en sí, sino que por el contrario lo que realmente interesa son los logros que se consiguen a partir de esa oportunidad irrepetible en el mundo. Los caminos que se tomen y las huellas que se dejen cuando todo se termine son los factores que de acuerdo a Montero determinan si la vida consumida fue plena y fructífera, o por el contrario fue solo un desgaste de energía y tiempo, donde lo único que se hacía era esperar un final.
Todas las decisiones tomadas por Rosa Montero para representar su punto de vista de la vida no fueron tomadas a la ligera. Cada detalle de la obra está tan bien pensado y ejecutado que puede llegar a sorprender al lector.
El coprotagonista, Adam, está elaborado de manera intencional, pues el simple hecho de tener el mismo nombre que el primer hombre en el mundo de acuerdo al cristianismo demuestra el intento de la escritora por representar la complejidad de la vida desde sus inicios. Esta complejidad parte de la afirmación de que la vida es completamente impredecible, pues no se sabe el destino de los caminos que se tomen, o las repercusiones que tendrán las decisiones tomadas. Esto forma parte de lo aterrador de la vida, ese futuro incierto logra que más de uno se replantee su existencia a el punto cruzar la fina línea que separa la preocupación y la paranoia.
No obstante este embrollo presentado por la escritora no solo se fundamenta en lo nublado que puede llegar a ser el futuro, sino también en lo poco atesorado que es el presente. Este elemento que se desvanece de manera rápida entre las manos de las personas ha sido motivo de conflicto entre muchos escritores, pues no existe un camino acertado para representar lo fugaz que es el presente en la vida del ser humano. Sin embargo Rosa Montero logro brindarle al lector una percepción del presente y su fácil desaparición.
Soledad ha vivido toda su vida creyendo que de amor nadie muere o que por amor nadie debería sufrir, puesto este no es más que la búsqueda incansable de la pasión. “Nadie muere en realidad de amor, pensó mientras tecleaba «de acuerdo». Sólo se muere de amor en las malditas óperas. (Montero, La carne, 2016)
Pese a esta afirmación, la autora nos plantea la siguiente interrogante durante la evolución de la historia; ¿Qué es lo que sucede con el amor cuando el tiempo pasa y nuestras vidas se consumen? ¿Acaso el amor sigue sin importar o adquiere un valor que no es visto sino hasta que se acaba el tiempo?
La vida es solo tiempo prestado, en este se decide quienes somos y como queremos ser recordados cuando todo llegue a su fin. Es así, como la autora mediante las experiencias y vivencias del personaje principal, Soledad, intenta personificar este ideal. Esta mujer de sesenta años tiene tanto camino recorrido por sí sola, este hecho le otorga unos aires de sabiduría que ella usara a su conveniencia. Sin embargo, tiene muy pocas o casi ninguna experiencia junto con amigos o pareja, esto se debe a que Montero quiso plasmar en soledad a una mujer con tanta independencia que incluso lo único que buscaba en hombres era la pasión y el deseo.
La existencia misma es complicada y confusa, sin embargo hay quienes entienden o intentan entender una pequeña parte de este concepto. Estas personas han sido tachadas por la sociedad como “raros” o como la escritora lo expresa “malditos”. Este es un recurso que se usa mucho en la obra para referirse a aquellos que no encajan en lo impuesto por la sociedad, aquellos que aman demasiado o muy poco, esas personas que confunden la realidad con lo que pasa dentro de sus mentes. Todas esas personas son nombradas en la obra como “malditos”, puesto que de acuerdo a Montero están condenados a pertenecer a una época que no les corresponde y a entender la vida de manera tan clara que parece ellos son los dementes.
En primera instancia se puede decir que la representación de la vida en la obra la carne se logró mediante la personificación de una mujer de sesenta años llamada Soledad que no cree en el amor. Pero, eso no es todo, puesto que la obra en general expresa la vida como algo efímero que en cualquier momento puede terminar, los personajes guían al lector a un viaje donde se evidencia como la vida es algo bastante simple, puesto que lo complicado radica en cómo se lleva y que se hace con ella. Es así como se demuestra que la autora Rosa Montero consiguió describir y plasmar de manera magistral los temores y anhelos de la vida.
La muerte
“Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”, (Montero, La carne, 2016)
La muerte es ese monstruo del que todos huyen sin saber que es lo único que todos tenemos asegurados y lo que nos hace humanos. La historia nos ha demostrado que el ser humano es curioso por naturaleza, sin embargo la muerte siempre ha sido un tema sin conclusión. Cada persona crea su propia concepción de la muerte basada en experiencias, creencias, o sentimientos. Es así, como Rosa Montero en la obra de estudio llamada la carne plasma su perspectiva de la muerte como algo cotidiano que está asechando en una esquina el momento adecuado. Ya que larga es la vida e inevitable el final.
La muerte, ese pequeño instante donde por un segundo somos lo más importante del mundo para luego desaparecer en los recuerdos de los que quedan. Desde el comienzo de la historia humana ha prevalecido el miedo a lo desconocido que puede llegar a ser la muerte, dejando así un temor que se encuentra arraigado en la sociedad. Sin embargo, Montero considera que esa turbación es mal infundada, pues el dejar de existir no debería representar tanto problema, ya que es solo el eterno descanso del cuerpo y la mente. La escritora considera que el miedo debe estar dirigido a lo impredecible, lejano e inevitable que es la muerte, en vista de que se desconoce cuándo se tendrán esas “ultimas veces”.
Soledad es la clara representación de que el tiempo no es eterno y todo tiene su fin. Desde el nacimiento comienza una cuenta regresiva hacia el terrible desenlace, sin embargo dicha cuenta regresiva no viene como un aviso, o como una notificación en el teléfono. Sino por el contrario es tan sorpresiva e inesperada que algunos no están preparados. La escritora plasma este miedo en el momento en que Soledad se encuentra camino a su hogar acompañada por Adam, cuando sorpresivamente un delincuente asesina a un conocido del personaje principal. Ella ve como la sangre es derramada de manera tan furtiva que no la nota sino hasta que ve una mancha negra en la acera, misma que la dejara marcada de por vida y la llevara a cuestionarse lo cercana e inesperada que es la muerte.
El fin de la existencia de una persona es tan sorpresivo que en el momento en que ocurre comienzan los cuestionamientos del valor de la vida que se llevaba y la simpleza de los problemas. Es así, como a lo largo de la trama la escritora intenta dejar muy en claro que no se sabe con certeza cuando llegaran esas “últimas veces” por lo que se debe vivir cada momento como su fuera el ultimo. Esto es lo que hace Soledad Alegre desde que conoce a Adam, pues hasta ese momento veía a la muerte como un ser lejano que vivía despreocupada, sin embargo con la llegada del gigolo las dudas comienzan a atormentar a Soledad llevándola a disfrutar de las cosas simples y valorar las complejas.
Dichas cosas complejas es el amor que ella cree merecer, pue siempre mantenía aventuras con hombres casados, por lo que sus romances siempre fueron caracterizados por la clandestinidad. En cuanto a uno de los asuntos simples que Soledad comenzó a disfrutar cuando se dio cuenta que todos tienen un fin garantizado es el sexo, pues durante el drama se evidencia como lo que busca Soledad es complacer a sus parejas dejando de lado su propio placer. Esto acaba cuando nota que la muerte está a la vuelta de la esquina, pues decide dejar los estereotipos y complejos de lado logrando así una perfecta unión de la carne entre ella y Adam.
El desperdicio de la vida es el terror más grande de Soledad y se puede decir que también lo es de la autora. El no saber si la vida fue aprovechada o desperdiciada. La constante duda de conocer si la existencia fue caracterizada por ser un hermoso engaño o una cruel verdad. Estas son afirmaciones que a cualquier persona le quitaría el sueño, pues el reflexionar de lo banal que es la vida y lo garantizada que se tiene la muerte puede llegar a trastornar a más de uno, no obstante para la escritora esto fue un desafío que debía afrontar usando como armas recursos estilísticos tales como la metáfora, la comparación y la exageración.
Todas estas herramientas para embellecer la narrativa fueron partes claves y magistralmente ejecutados, pues ninguno fue casual o dejado al destino. Ya que desde el inicio del drama prevalece un orden y una serie de evidencias que demuestran que el escrito fue planeado con mucho tiempo de anticipación. Desde la ironía del nombre del personaje principal “Soledad Alegre” hasta el humor con el que en ocasiones se llega a tratar la muerte.
“Se enroscaba en la cama junto a nosotros, pero cada noche nos medía para ver cuándo podía tragarnos. Quizá fuera por eso por lo que a ella le costaba tanto dormir.” (Montero, La carne, 2016)
En esta parte extraída del objeto de estudio se presencia la personificación de la muerte como un ser que se encuentra entre los personajes. Montero escribió de manera tan profunda y real el fin de la existencia que parece que la muerte es otro personaje más esperando el momento para actuar y deslumbrar a todos con su presencia. Este es el sentido y percepción de la escritora acerca de la muerte, por lo que se puede decir que la manera en que se representa a el fallecimiento es tan única y eficaz que las dudas acerca de la expiración del tiempo fueron resueltas mediante la realidad de una mujer de sesenta años que siente que su vida se basó en la espera de la muerte.
Bibliografía
- Montero , R. (2016). La carne. España: Alfaguara.