Fahrenheit 451 Y La Postura De La Vida, La Ignorancia
Cuando hablamos de ignorancia, hablamos de una postura ante la vida, incompleta, la ignorancia es la falta general de conocimientos, por tanto cualquier persona ignorante no puede alcanzar la felicidad, la vida es un cúmulo de conocimientos, donde a medida que avanzas en ella, y los vas conociendo, vas acercándote paulatinamente a la felicidad. Cuando hablamos de delincuencia, solemos hablar de un gran número de personas situadas en el mismo país que cometen actos ilegales, muchas veces por necesidad y otras por gusto, pero de lo que sí se tiene conciencia es que más de un ochenta por ciento de estos, no han tenido un adecuado acercamiento al conocimiento. Muchas veces estas personas se introducen en este estilo de vida, pensando que les hará feliz, pero cuando realmente son conscientes, de la manera en que han malgastado sus años, se dan cuenta de que se arrepienten por completo de no haber realizado otra cosa con su vida, con tal de alcanzar la verdadera felicidad, la felicidad de los delincuentes se describe como fugaz y momentánea, y no eterna como la obtenida a través del conocimiento.
En el libro de Fahrenheit 451, encontramos una posición por parte del autor muy diferenciada con respecto a la ignorancia y al conocimiento. Ray Bradbury gracias a su obra, hace una fuerte crítica hacia todas aquellas personas ignorantes, de las cuales muchas ellas quieren seguir en ese estado de ignorancia; como bien podemos observar en la figura de Mildred; desde que Montag le enseña los libros, esta, en todo momento se mantiene al margen, es como si ni siquiera tuviera un mínimo de curiosidad. Sin embargo gracias al protagonista de la obra, se hace visible como aún siendo su labor la de quemar libros, tiene un mínimo de curiosidad en ellos, quiere conocerlos más, desea saber por qué hay personas que llegan a dar la vida por ellos, aun sabiendo las terribles consecuencias que tener un solo libro puede provocar (“-Tú no estabas allí, tú no la viste -insistió él-. Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para hacer que una mujer permanezca en una casa que arde. Ahí tiene que haber algo. Uno no se sacrifica por nada” p. 32)
En esta novela, se pretende lograr la felicidad a través de la ignorancia, se hace visible como desde la misma escuela, se evita todo tipo de razonamiento, es un sistema muy mecánico, donde te lo dan todo hecho (“ha de saber que nunca hacemos preguntas, o por lo menos, la mayoría no las hace; no hacen más que lanzarte las respuestas” Clarisse p.20).
Además de ver en Mildred una persona totalmente ignorante, vemos en ella una falta de sensibilidad, empatía hacia la vida. En la página once, se describe como si se tratase de gominolas, la manera en la que ingiere treinta o cuarenta pastillas para dormir, es por esto por lo que podemos ver como Mildred verdaderamente no se siente totalmente feliz ni a gusto con la vida que lleva, además en ella, se demuestra como es un a persona que vive por el placer superficial, es decir, piensa que a través de lo material puede llegar a la felicidad, pero no es así en absoluto (“Solo cuesta dos mil dólares -repitió ella-. Y creo que alguna vez deberías tenerme cierta consideración. Si tuviésemos la cuarta pared… ¡Oh! Sería como si esta salaya no fuera nuestra en absoluto, sino que perteneciera a toda clase de gente exótica” Mildred p.15)
A lo largo de la novela, personajes como Montag, Clarisse, Faber, o el grupo de profesores retirados que viven junto a los viejos raíles, son los únicos que tienen la capacidad de pensar por sí solos, deciden por sí mismos, buscan un futuro diferente al resto, no quieren marchitarse en una sociedad envuelta en grandes pantallas y acciones mecánicas. Beatty, Mildred, el resto de bomberos y las amigas de Mildred, son un claro ejemplo de aquella parte de la sociedad que no quiere decidir por sí misma, prefiere ir a lo fácil, seguir unas órdenes sin llegar a cuestionarse si es lo moralmente correcto o si es lo que le va a llevar hasta una eterna felicidad, son un claro ejemplo de la regresión, todos estos muestran un desprecio hacia el conocimiento, los bomberos de hecho no solamente desprecian el conocimiento, sino que también lo destruyen.
La ignorancia percibida en la novela, viene anticipada por el gran desarrollo de la tecnología, su función en el libro es aturdir a todos los que la usan diariamente, incluso llega a formar parte del mismísimo cuerpo (“Sin encender la luz, Montag imaginó qué aspecto tendría la habitación. Su esposa tendida en la cama, descubierta y fría, como un cuerpo expuesto en el borde de la tumba, su mirada fija en el techo mediante invisibles hilos de acero, inamovibles. Y en sus orejas las diminutas conchas, las radios como dedales fuertemente apretados, y un océano electrónico de sonido, de música y palabras, afluyendo sin cesar a las playas de su cerebro despierto.” P. 11) En efecto este uso de la tecnología llega a un punto, donde se hace visible cómo la tecnología deshumaniza la comunicación entre ellos. Por una parte ayuda a comunicarse a través de las pantallas con todos tus familiares y amigos, pero por otra parte esto hace que veas innecesario el tener contacto físico con ellos, por tanto los aleja cada vez más de una realidad, y los introduce en otra totalmente virtual y ficticia. Esto produce también otros daños colaterales; como la falta de intimidad, el estar conectado a todas hora como hace Mildred, hace que todo aquello que en el pasado era privado, ahora sea público o parcialmente desaparezca. Mildred en todo momento tenía conectado la radio auricular, hasta el punto que había desarrollado a la perfección la habilidad de leer los labios, esto implica que ni siquiera tiene una conversación a solas con su marido donde la radio no esté presente. En el final de la novela, vemos cómo Montag tras procesar toda la información, se da cuenta de que Mildred para él es una auténtica desconocida, había tenido con ella una relación totalmente superficial, de hecho conocía y tenía más afecto por Clarisse en un par de días que a su mujer. (“Es extraño, no la echo en falta, apenas tengo sensación -dijo Montag-. Incluso aunque ella muriera me he dado cuenta hace un momento, no creo que me sintiera triste” p. 82)
Hay dos corrientes a las que se puede desembocar cuando recibes mucha información; cuando la información que se recibe no nos hace razonar, ni pensar, se describiría como una información que nos aturde, no nos hace evolucionar, sin embargo cuando recibimos mucha información que lo que hace es hacernos pensar, nos hace estar más informados, ayuda a nuestro desarrollo, nos hace sentirnos más libres. En Clarisse se muestra como gracias al tipo de información que ella percibe, ella se siente más libre, más feliz, Clarisse busca el conocimiento en las cosas más sencillas como observar su alrededor y cuestionárselo, haciendo que se diferencie del resto (“Apuesto a que sé algo más que usted desconoce. Por las mañanas, la hierba está cubierta de rocío. De pronto, Montag no pudo recordar si sabía aquello o no, lo que le irritó bastante.” p.9).
Desde mi punto de vista, para conseguir la felicidad, uno mismo tiene que implicar y lograr alcanzar también su libertad; y se consigue a través de acometer aquello para lo que uno ha nacido. Cuando realmente se realiza aquello para lo que has nacido, es cuando verdaderamente se llega a la felicidad, muchas veces para lograr esto, se tiene que pasar por encima de muchas controversias a lo largo de la vida, pero estas son esenciales para aprender y conocer aún más de la vida.
Cabe decir que en el pasado, muchos familiares eran ignorantes respecto al nivel de conocimiento que podían llegar a tener, o incluso muchos de ellos pudieron ser analfabetos porque no eran capaces de obtener una educación esencial, como la que hoy en día se imparte en primaria y en la E.S.O., sin embargo estos buscaban otra manera para aprender, los conocimientos pasaban de padres a hijos, y todas las personas se relacionaban entre sí de manera más cercana, la mayoría de las personas eran más felices. En la actualidad, la sociedad ha sufrido un gran avance respecto al brutal desarrollo de la tecnología, los cerebros se están quedando planos y oxidados, ya no pensamos como se solía hacer en el pasado, ahora mecanizamos, muchos de nosotros en vez de visitar a nuestros familiares les hacemos una videollamada, y cuando toca declararse a una persona, se hace, pero a través de una pantalla, con un mensaje totalmente careciente de sentimiento, es aquí donde se concreta el retroceso de la humanidad, un enflaquecimiento de la empatía, y es aquí donde se ve el verdadero paralelismo de la sociedad en la que vivimos y la sociedad de la novela de Ray Bradbury. ¿Y si nos centramos en lo que queremos verdaderamente y dejamos de lado todo lo superficial y efímero? Desde luego que avanzaríamos más de lo que ha avanzado la tecnología hasta el día de hoy.