Florence Nightingale Y Los Cuidados Para Un Enfermo

Introducción

Cuando uno se enfrenta por primera vez al cuidado de un enfermo, la más primordial acción que se debe tener en cuenta es el control de la pureza del aire. Se tiene que asegurar que el paciente respire aire puro como el del exterior. De manera errónea cuidadores permiten que el paciente por miedo a que se resfríe, respire un aire viciado, cargado de partículas que ya había exhalado. O lo que es peor, por falta de atención, llegan a ventilar el cuarto, pero con aire contaminado proveniente de alcantarillas, lugares con gérmenes, lavaderos. 

Desarrollo

Los lugares cerrados son los perfectos para el cultivo de enfermedades. A veces obviamos la presencia de efluvios, pese a sentirlos mediante el olor a cerrado. A la hora de ventilar hay que desechar pensamientos sobre los resfriados. No se contraen en la cama con el paciente abrigado, sino que son captados principalmente al levantarse por primera vez después de la lucha contra la enfermedad. En esto ha de fijarse una buena enfermera. El abrir las ventanas es primordial. No hacerlo por mantener caliente al paciente puede ser la peor de las decisiones.  

El aire viciado generado por los pacientes es uno de los peores aires que pueden respirar. Las ventanas han de mantenerse abiertas al revés que las puertas. El aire más puro es el exterior, y si ventilamos con aire interior meteremos moléculas de pintura, polvo. La buena enfermera estará pendiente especialmente en casos graves de la temperatura del paciente, un factor determinante, lo analizará tocando pies y manos. Y tendrá cuidado especial durante la mañana momento en el cual el paciente es más vulnerable.

Ventilar una habitación no significa enfriarla, la habitación perfecta para un paciente es en la que las ventanas están abiertas y está encendido un fuego que caliente la habitación. Otro error que se comete es el temor al aire nocturno. Pese a que es este el que es más puro en las grandes ciudades. Para mantener el ambiente perfecto, es necesario mantener la chimenea en perfecto estado y evitar que suelte humos. De la misma manera se ha de estar atento a la humedad, no debe de haber más que la generada por el paciente. Toallas y sábanas han de ser aireadas y secadas fuera de la habitación. Los efluvios de las excretas también son nocivos.

Conclusión

Eso que resulta obvio parece no serlo en la práctica. Los desechos han de ser retirados inmediatamente después de su expulsión. Aparte, es necesario que todo utensilio posea tapadera y que esta sea lavada también con cuidado. Por encima de todo, hay que mantener libre de gérmenes la habitación del enfermo. Evitando aparte de lo anteriormente mencionado, la presencia de aguas sucias en las habitaciones. Una enfermera no ha de depender de los fumigantes contra los gérmenes, ha de anticiparse y evitar que lleguen a la habitación del enfermo. Para ello puede ayudarse de analizadores del aire. 

17 August 2021
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