Fundamentos Teóricos del Neoliberalismo y Sus Inicios en Chile
Resumen
El siguiente ensayo sobre el neoliberalismo analiza la doctrina en sus inicios y en Chile desde un punto de vista crítico en base a la recopilación de diversas problemáticas presentes en el sistema. Se evidencia este mecanismo como una práctica generadora de competencias en la vida cotidiana y como factor determinante del proceso de urbanización.
Palabras claves: neoliberalismo, urbanización, globalización, competencia, individualismo.
Introducción
El presente artículo tiene como objetivo realizar una crítica al Neoliberalismo debido a su gran influencia dentro de la forma de pensar y vivir de las personas. Existe una problemática que muy pocas veces ha sido abordada y con esto me refiero a la gran competencia que genera la práctica de este sistema dentro de la sociedad, pues hace que el ser humano se vuelva individualista, haciéndolo perder el sentido de colectividad y organización.
Para entender la lógica del Neoliberalismo debemos de adentrarnos en su historia y comprender sus inicios, pues es importante saber los roles existentes dentro de su estructura para poder asimilar la manera en la que nos afecta en nuestro día a día. Muchas veces las personas no son conscientes de esto, por lo que nos llama profundamente la atención su funcionamiento dentro de un punto de vista más sociológico.
La urbanización se ve influenciada en gran medida por todo lo mencionado anteriormente, pues la concentración de los medios y servicios en sectores urbanos es de gran importancia dentro de este tipo de sistemas, las personas aspiran a la obtención de bienes seducidos por la apariencia de esta ideología que nos hace parecer libres a la hora de la toma de decisiones, pero, ¿es realmente beneficioso el Neoliberalismo o puede llegar a ser perjudicial dentro de la sociedad?
Funcionamiento del Neoliberalismo y sus inicios
La palabra Neoliberalismo y su origen ha dado causa a diversas investigaciones de las que aún no se ha obtenido una respuesta clara, pero una de estas habla sobre una junta de prestigiosos pensadores liberales en Alemania aproximadamente en el año 1938, donde el termino fue utilizado inicialmente por Alexander Rüstow, sociólogo y economista de la misma nacionalidad para hacer una comparación entre diferentes tipos de liberalismos: moderno y clásico.
Actualmente se ha señalado que el Neoliberalismo se puede definir como una “Teoría política y económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado” y en efecto, es una ideología del siglo XXI que fue aplicada y puesta en marcha experimental aproximadamente en los años 70’s en países como Argentina y Chile, donde se favorecieron las prácticas de libre comercio en base a las que los empresarios aumentaron su poder y riquezas debido a la privatización de ciertos bienes y servicios. Todo esto no formaba parte más que en la restauración de las grandes opulencias que poseían anteriormente los peldaños más altos de la sociedad y que en años previos habían caído estrepitosamente debido a la crisis. El Neoliberalismo en Chile fue planeado rigurosamente por un grupo de estudiantes provenientes de la Facultad de Economía de la Universidad Católica de Chile que anteriormente habían terminado sus estudios en la Universidad de Chicago, donde se llevó a cabo el estudio de este sistema. Los jóvenes conocidos como los Chicago Boys formaron parte de la instauración de esta ideología dentro del gobierno militar de Augusto Pinochet.
¿Cuáles fueron las realizaciones de los gobiernos neoliberales?
Los diferentes modelos siguieron el pie de la letra las recetas para restringir la oferta monetaria, elevar las tasas de interés, reducir drásticamente los impuestos a los ingresos más altos, abolir los controles a los flujos financieros (entrada y salida de divisas), elevar fuertemente la tasa de desempleo (para así aplastar las huelgas y quitar poder a los sindicatos), imponer fuertes recortes a los gastos fiscales y, sobretodo, dieron inicio a un amplio programa de privatizaciones que se constituyó en el proyecto más sistemático y ambicioso de todos los experimentos económicos.
Posteriormente, debido a las “reformas democráticas”, lamentablemente, la creciente desigualdad económica entre las clases sociales solo fue vista como uno de los efectos secundarios que no se tenían previstos después de la instauración de este sistema en el país, haciendo ver esta brecha como un “mal no deseado” en el que nos encontramos insertos y se nos hace casi, o si es que no, imposible de escapar.
Según estudios de la OCDE Chile (2015):
“Nuestro país lidera el ranking de los más desiguales con un índice de Gini de 0,503 entre el periodo 2006 al 2011, compartiendo los últimos puestos con Turquía y México. En la otra vereda encontramos a Finlandia, Dinamarca y Noruega, quienes presentan un índice de Gini de 0,261, siendo los países con menor desigualdad dentro de la OCDE. Dentro del estudio, se señala que el crecimiento económico en Chile debe ser más inclusivo, hoy el 10% más rico gana 26,5 más que el 10% más pobre superando en más de un 100% el promedio de los países en la organización internacional.”
Esto solo confirma que aquel fenómeno se ha mantenido hasta hoy en día, dándonos una razón más por la cual este sistema puede llegar a ser perjudicial para una sociedad, instaurándose una gran diferencia entre la manera en la que viven las personas, pues servicios como la educación o la salud se privatizan y son destacados como prestigiosos ya que las inversiones se hacen sobre estos y no cualquiera puede acceder a ellos.
Competencias y calidad de vida
Como somos capaces de ver, en nuestro día a día el sistema económico neoliberal genera una excesiva competencia entre las personas que forman parte de nuestra sociedad. La urbanización ocurre de prisa, empresarios invierten grandes sumas de dinero en el territorio, todo se mercaliza y nosotros nos creemos libres, pero en realidad nos volvemos esclavos de nosotros mismos.
El neoliberalismo tiene una visión “global” del cambio. Sus defensores se proponen no solamente modificar las transacciones económicas, sino también modelar los atributos culturales y las motivaciones psicológicas de los individuos. Así, las relaciones desiguales contenidas en la noción de “flexibilización laboral” aumentan el poder y las prerrogativas de los empresarios, a la vez que hacen disminuir la autonomía de los trabajadores. (James Petras, 2007)
El neoliberalismo nos ha transformado en una sociedad consumista, las personas aspiran a la obtención de cosas materiales como el dinero y las riquezas, o también otros factores como la fama y el poder. El ser humano se vuelve individualista y trabaja por sus propios éxitos. Por lo mismo, esto nos ha llevado a considerar la felicidad como la obtención de lo anteriormente mencionado y nos hemos acostumbrado a una cultura laboral extenuante resignándonos a este estilo de vida. Esto en algunos casos nos puede recordar a la exigente vida laboral en Japón y Corea donde las personas debido a la gran competencia existente por la sobrepoblación que poseen estos países deben de pasar exhaustivas horas dentro de sus trabajos, con pocas horas de sueño y todo eso sumando al tiempo de transporte a sus viviendas que nos hacen resumen a lo agotador de sus vidas. Se han hecho estudios sobre la gran tasa de suicidios existentes tanto en adultos como en jóvenes estudiantes debido a la carga de estrés que reciben por encontrarse dentro de este sistema consumista.
El individualismo promueve de manera casi natural la insolidaridad y la inhibición política, pues es evidente que la obsesión por los deseos y problemas personales dificulta la percepción de los problemas y necesidades ajenos. Ayudar a los demás y cooperar a la resolución de los problemas colectivos son actividades que desde esta óptica pueden llegar a concebirse como improductivas o incluso innecesarias, lo cual puede incrementar a medio y largo plazo desigualdades e injusticias sociales que acaben manifestándose en forma de diversos conflictos y enfrentamientos sociales y convirtiendo la sociedad en un auténtica jungla. (Maria Valenzuela, 2008.)
Resulta interesante ponernos a pensar en cómo las personas hemos perdido nuestra capacidad de organización, ya que muchas veces el sentido de unión y comunicación se ha perdido casi por completo entre nosotros. Nos dedicamos la vida a surgir sin ponernos a meditar en cómo podríamos cambiar este exhaustivo modelo en el que todos aspiramos a algo más grande, todo en base a un sacrificado día a día. No atacamos al sistema, si no que nos resignamos. Nos resignamos porque consideramos que el que surge es porque no lo ha querido así y no ha luchado por ello. Nos resignamos porque consideramos que el que tiene mayores cantidades de dinero está por encima de nosotros y siempre ha sido así. Normalizamos todas las desigualdades existentes ya que el Neoliberalismo ha creado esta imagen cautivadora y seductora pero en realidad nunca ha creído en la sociedad y en su capacidad de organización.
Para ser competitivos, para ser más agresivos, el neoliberalismo necesita despojarse de todas las ataduras y dependencias sociales. De hecho, el neoliberalismo no cree en la sociedad, no cree en el ser humano como ser social. El individualismo es la máxima expresión de este valor, pues impide y reniega de la socialización, y desacredita todo lo que huela a iniciativa, servicio o bien común, poniendo el foco de atención en los méritos, la capacidad y los logros personales, en su justificación de que el ‘éxito’ de las personas, siempre tomadas aislada e individualmente, es responsabilidad únicamente de ellas y ellos mismos. (Rafael Silva, 2017)
Conclusiones
El Neoliberalismo es una ideología que ha pasado por diversas modificaciones a lo largo de los años y además se ha utilizado en diferentes países, pero después de toda esta investigación podemos llegar a la conclusión de que a pesar de que en años pasados este sistema fue visto como la salida para varios países, actualmente solo ha incrementado las diferencias entre los sectores más pudientes de nuestra sociedad y las personas con menos recursos. Este sistema nos ha llevado a perder nuestro pensamiento colectivo, pues las personas ya no tienden a buscar una solución en la que no deban de llevar una vida laboral de tantas horas exhaustivas, las personas ya no tienden a pelear y unirse por sus derechos, si no que tendemos a resignarnos y a intentar esforzarnos por surgir y “ser alguien en la vida”.
Creo que ha llegado la hora de buscar nuevas opciones en las que los derechos de todos sean respetados (hablando de forma ambiciosa, claro), debemos de buscar la manera de disminuir aquella brecha económica, debemos de volver a pensar colectivamente, a buscar soluciones que nos beneficien a todos y no solo a un grupo, buscar la unión y tomar buenas decisiones, ya que como dice cierto dicho chino: “si caminas sólo llegarás más rápido, pero si caminas acompañado llegarás más lejos”.