Habilidades Sociales Entre Inmigrantes
En España últimamente se ven muchos menores inmigrantes procedentes, normalmente de países del Magreb y procedentes de África y sin estar acompañados de ningún adulto, la situación de pobreza y la falta de futuro y expectativas, de situaciones de desestructuración familiar y desprotección institucional, de catástrofes naturales, la guerra, violencia y situaciones de violación generalizada de los derechos humanos que viven estos menores les obliga a salir de sus países de origen buscando un mejor futuro.
La Alianza Internacional Save the Children y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados define a este colectivo de la siguiente manera: “Menores no acompañados son niños, menores de 18 años, que se encuentran fuera de su país de origen, separados de su padre y de su madre o de su anterior principal tutor legal/habitual”. Por otro lado, la Resolución del Consejo de la Unión Europea, de 26 de junio de 1997, relativa a los menores no acompañados nacionales de países terceros denomina “menores no acompañados” a:
“Menores de 18 años nacionales de países terceros que lleguen al territorio de los Estados miembros sin ir acompañados de un adulto responsable de los mismos, ya sea legalmente o con arreglo a los usos y costumbres, en tanto en cuanto no estén efectivamente bajo el cuidado de un adulto responsable de ellos”.
En la situación geográfica de España, la llegada de los primeros casos de migración de menores no acompañados se produjo en la segunda mitad de la década de 1990, alcanzando en este período una notable importancia, aunque fue a partir del año 2000 cuando este fenómeno se consolidó y aceleró considerablemente, destacando los últimos años en especial. El deseo de cruzar la frontera de Ceuta y Melilla ya no se asocia sólo a personas migrantes adultas, sino que también es una cuestión de niños. Actualmente, nuestro país se ha convertido en uno de los mayores receptores de MENA en Europa. No obstante, a pesar del aumento de este tipo de migración, no se ha podido ofrecer una respuesta eficaz por parte de las normas jurídicas ni del sistema de protección.
En el año 2017 han sido localizados 2.345 menores extranjeros no acompañados
llegados a las costas españolas en pateras u otras embarcaciones similares. Este dato representa un extraordinario incremento de un 398% en relación al año 2016 (588 MENA), y de un 566% respecto al número de menores que llegaron por esta misma vía en el año 2015 (414 MENA).
De esta manera se confirma que la llegada de un menor extranjero no acompañado a nuestro país crece cada año y que entre 2016-2017 se produjo un aumento más que importante. Aun así, estos datos sólo corresponden a aquellos MENA que han llegado en patera, ya que la Memoria de la Fiscalía no dispone de datos cuantitativos sobre los que han entrado en el país por otra vía.
Las formas más habituales por las que los menores se introducen en España son: a través de pateras, escondidos en los bajos de vehículos a motor o escondidos en otros medios.
Normalmente, los menores que utilizan las dos últimas vías para atravesar la frontera de Ceuta y Melilla intentan volver a esconderse (polizones) en embarcaciones que les hagan llegar a la Península.
Por ello, como vemos los menores extranjeros normalmente no vienen en unas condiciones óptimas, una vez que llegan a su centro de protección de menores, lo más esencial es enseñarle el idioma y una vez que esté adaptado al centro, lo adecuado sería trabajar con ellos en habilidades sociales para una correcta adaptación y un adecuado desarrollo personal con sus compañeros y con el centro en el que resida.
Las interacciones sociales son fundamentales en el día a día de las personas y en todas la situaciones interactivas, las personas tienen que hacer uso de las habilidades sociales para mantener así una adecuada comunicación.
Las habilidades sociales las podemos definir como un conjunto de hábitos en nuestras conductas pero también en nuestros pensamientos y emociones que nos permiten comunicarnos con los demás de forma eficaz, mantener relaciones interpersonales satisfactorias, sentirnos bien, obtener lo que queremos y conseguir que las otras personas no nos impidan lograr nuestros objetivos.
