Haciendo del Mundo un Lugar Mejor con Ciudades Sustentables
Introducción
La sustentabilidad es un concepto que desde hace varias décadas ha llamado la atención a distintas disciplinas.
Su historia inicia en la década de los años 70 cuando la defensa del medio ambiente se convirtió en uno de los temas más importantes de las campañas y agendas políticas en distintos países. Se reconoció que el medio ambiente es un elemento fundamental para el desarrollo humano (Blogger, 2012).
Mas tarde a solicitud de la ONU, se hizo un documento titulado “Nuestro futuro en común” este estudio advertía que la comunidad debía cambiar sus modalidades de vida y de interacción comercial.
En este ensayo se realizó una síntesis de los aspectos más relevantes de las ciudades sustentables; desde el origen del concepto, las dimensiones a considerar, tipos de ciudades sustentables, las ciudades más ecológicas, etc.
Finalmente, se plasman las conclusiones, donde se resalta la importancia de llevar a cabo proyectos de este tipo de ciudades, con la intención de lograr una mejor calidad de vida y bienestar para la población.
Desarrollo
Las redes de ciudades sustentables nacieron con el propósito de poner en marcha algunos principios de la Agenda 21. Bajo la tutela de las Naciones Unidas, en mayo de 1994 con el propósito de traducir los preceptos globales del desarrollo sustentable en orientaciones prácticas y tangibles, los municipios, auxiliados por diversas oficinas de estudios, se han dedicado a elaborar una Agenda 21 local que realice un diagnóstico ambiental de cada ciudad y proponga medidas ecológicas concretas.
El concepto de desarrollo sustentable es el heredero de otro más antiguo, el ecodesarrollo, surgido durante los años 70, pero censurado a escala institucional debido a su carácter juzgado como radical y controvertido. El calificativo ‘sustentable’ tiene una vocación más consensual, trata de traducir el vocablo inglés sustainable al omitir sus acentos de autonomía y de dinámica interna, relegados a los fundamentos filosóficos o históricos de la palabra.
Las políticas sustentables son las que toman en consideración las degradaciones del ambiente humano en sus numerosos componentes y cambios ecológicos potenciales, las reflexiones planetarias y las temporalidades medianas o grandes, el pasado y el porvenir, a fin de responder a través de los programas de acción frente a los daños ecológicos y sociales posibles o ya presentes.
El concepto de sustentabilidad se funda en el reconocimiento de los límites y de las potencialidades de la naturaleza, así como en la complejidad ambiental, inspirando una nueva comprensión del mundo para enfrentar los desafíos de la humanidad en el tercer milenio.
El desarrollo sustentable se definió como: “aquel que satisface las necesidades actuales sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
Teniendo en cuenta estos conceptos, se entiende por ciudades sustentables a aquellas localidades que cuentas con un entorno adecuado para el desarrollo de todas las personas que la habitan y la transitan, así como también hacen uso racional de los recursos sin comprometer los de las futuras generaciones.
Desde una perspectiva sistémica, se considera fundamental comprenderlas como una interacción entre el sistema ambiental, social y económico. En este sentido, su significado y definición varían de acuerdo con el entorno urbano al que se aplican. Es decir, no existe un tipo ideal de ciudad sostenible, sino que ésta se conforma según sus características propias.
Ahora bien, es necesario tener en cuenta las siguientes dimensiones:
- Localidades: Dentro de esta dimensión, se trabaja con grandes ciudades, ciudades emergentes, ciudades medianas y pequeñas comunidades.
- Entorno adecuado para el desarrollo: De acuerdo con planteado, un entorno adecuado para el desarrollo supone el acceso a derechos básicos. Se trata de alcanzar ciertos estándares que deben presentarse en cada uno de estos sistemas, pudiendo sus habitantes disfrutar de los derechos participativos, económicos, sociales y ambientales de forma homogénea, superando las desigualdades.
- Personas que la habitan y la transitan: Se trata de los destinatarios de las políticas. Es toda la población que integra el espacio sobre el que se está trabajando.
- Uso racional de los recursos: Implica tener en cuenta aquellos recursos que se requieren para satisfacer las necesidades básicas de la población, pero que pueden agotarse, contaminarse o escasear. Esto quiere decir que pueden dejar de existir o volverse inutilizables. En consecuencia, hacer un uso racional de los mismos, implica conocer los riesgos de su uso inadecuado para poder direccionar las acciones hacia una práctica sustentable que evite los riesgos mencionados. Para eso se deberá procurar que la utilización de los recursos naturales, hídricos y energéticos renovables no supere la capacidad de los sistemas naturales para reponerlos y que la velocidad con la que se consumen los recursos no renovables no supere el ritmo de sustitución de los recursos renovables duraderos.
Las propias ciudades deben concebirse como sistemas ecológicos y es esta actitud la que debe dirigir nuestro enfoque para planificarlas y gestionar la explotación de sus recursos. Los recursos consumidos por una ciudad pueden medirse en términos de la “huella ecológica” Según el urbanista Herbert Girardert, la clave está en que las ciudades responden a ciertos metabolismos.
Las ciudades sustentables se clasifican en dos tipos:
CIRCULAR: En las que el consumo se reduce mejorando el rendimiento y aumentando la reutilización de los recursos. Las urbes circulares deben contar con elementos clave como el uso de energías renovables y tecnologías digitales. Sus edificios albergan también sistemas de producción de energía y huertos urbanos. La Red de Ciudades Circulares está integrada por metrópolis que están llevando a cabo algunas de esas acciones y por las cuales se han convertido en ejemplo de sostenibilidad.
Austin es una ciudad innovadora en muchos sentidos, y en el tema del medio ambiente no se queda atrás. Con más de 250 parques y áreas verdes, la capital de Texas ha sido nombrada en diversas ocasiones como la mejor urbe para vivir en Estados Unidos y siempre aparece en las listas de las más sostenibles.
LINEAL: consumen y contaminan en grandes proporciones. Una ciudad lineal es un modelo de organización de la ciudad ideado por el geómetra, urbanista y teósofo español Arturo Soria (Rubio, 2018), siguiendo el lema «en la Ciudad Lineal, a cada familia una casa, en cada casa una huerta y un jardín» (Palacio, 2012). Presentado en 1885 y desarrollado en su primera fase a finales del siglo xix y comienzos del xx, el modelo lineal propuso una alternativa para descongestionar las ciudades núcleo tradicionales y recuperar un urbanismo fundamentado en la dignidad, el individualismo y el contacto con la naturaleza.
Las ciudades nunca albergaron poblaciones de la magnitud actual. Entre 1950 y 1990, la población urbana mundial se ha multiplicado diez veces, desde los 2 millones hasta más de 2,000. El futuro de la civilización estará determinado por y en las ciudades.
Las ciudades actuales consumen tres cuartas partes de la energía mundial y provocan al menos tres cuartas partes de la contaminación total; se han convertido en parásitos dentro del paisaje, organismos que absorben energía del planeta para su mantenimiento.
Planificar una ciudad sustentable requiere la más amplia comprensión de las relaciones entre ciudadanos, servicios, política y generación de energía. Para que una ciudad genere una auténtica sustentabilidad, todos estos factores deben entrelazarse, porque no habrá ciudades sostenibles hasta que la ecología urbana, la economía y la sociología queden integradas en la planificación urbana.
Algunos ejemplos de ciudades con planes de sustentabilidad exitosos son: Estocolmo, con el modelo de ecobarrio en Hammarby; Londres, con las viviendas en BedZED y con la construcción del estadio olímpico con materiales reciclados; Nantes, ciudad francesa con amplia red de tranvías y autobuses que funcionan con gas natural; Oslo, con su manejo de áreas verdes, aprovechamiento del metano en los residuos para la electricidad y el sistema de vehículos eléctricos; Vancouver, con el transporte compartido y la construcción neutra en carbono. Es también ejemplar el caso de Tokio, donde el desperdicio de agua se ha reducido en 60% en sus redes de distribución. Si bien los ejemplos más representativos se encuentran en países desarrollados, hay muchas ciudades de países en vías de desarrollo que tienen avances significativos. Por ejemplo, destaca Medellín y su impulso a las ciclovías o Sao Paulo, cuyo cinturón verde a pocos kilómetros de la ciudad fue declarado Reserva de la biósfera por los servicios ambientales que provee (Hernández, 2012).
Las ciudades sustentables son un área de oportunidad para avanzar hacia una mejor calidad de vida. Una ciudad no es sólo una capa de concreto, sino un sitio donde las personas tienen acceso a servicios, cuenta con áreas verdes y zonas de recreación, se trasladan de manera eficaz y son responsables con su consumo. Además, son sitios de desarrollo de tecnología que busca aprovechar al máximo los recursos disponibles, y existe una planeación adecuada y un ordenamiento territorial acorde a la situación ambiental de la región. Así pues, las ciudades sustentables son una opción necesaria para el futuro.
Conclusión
Algunas observaciones sobre la situación de la sustentabilidad urbana ameritan nuestra atención. Actualmente, la sustentabilidad es ante todo una intención más que un proceso en marcha. Sin embargo, las ciudades comprometidas en estas redes, con frecuencia la han adquirido de políticas ecológicas anteriores. La sustentabilidad en este caso es una etapa complementaria que se inscribe en la continuidad de experiencias ya probadas.
La cuestión es cómo crear ciudades en que las comunidades aumenten y favorezcan su movilidad, cómo satisfacer las necesidades de movilidad personal sin que el coche sea necesario en nuestra vida comunitaria, cómo acelerar la implantación de sistemas de transporte ecológicos y equilibrar la utilización de los espacios públicos en favor del peatón y de la vida comunitaria (vivienda, trabajo, ocio).
La ciudad comunitaria contempla todas estas consideraciones. Crece alrededor de centros con actividad social y comercial conectados por transporte público, constituyéndose en focos en torno a los cuales crecen.
Lo precedente coloca en una perspectiva sumamente relevante los proyectos de las ciudades sustentables, ya que permite aspirar a una administración principalmente de carácter local, con la finalidad de optimizar el uso de los recursos e insumos y por ende una reducción en las tasas de generación de residuos en la producción de bienes y servicios para la comunidad. Por lo tanto, mejorarían las condiciones socioambientales de la ciudad y conllevaría la disminución de la problemática social, económica y ecológica.