Historia y Descripción del Trabajo Social Sanitario

Antes de adentrarme en la historia del Trabajo Social Sanitario, me gustaría hacer mención a lo que escribieron Escriben M. E. Woods y F. Hollis (2000), para recalcar la importancia de estudiar los antecedentes y el presente de nuestra profesión:

‘Es importante entender la historia del casework psicosocial (método de trabajo social de caso). El conocimiento del pasado y el sentido de continuidad ilumina el presente; cuando sabemos dónde hemos estado, podemos evaluar mejor dónde estamos y hacia dónde vamos’. Desde el conocimiento de las misiones, perspectivas y luchas de nuestros predecesores, podemos aprender de sus logros y errores a medida que vamos construyendo y fundando conocimiento.’

Sin más preámbulos, comenzamos:

La historia sitúa el principio en Estados Unidos. Algunas de las figuras más representativas e influyentes en el Trabajo Social Sanitario fueron: el Dr. William Osler, el Dr. Charles P. Emerson, el Dr. Richard C. Cabot, Mary E. Richmond, Garnet Isabel Pelton, Ida M. Cannon, James Minnick, Jane Addams, el Dr. Michael M. Davis o Gordon Hamilton.

Garnet Isabel Pelton, trabajadora social médica y visitadora cuidadora, fue la primera persona a la que el Dr. Cabot acudió en 1903 para crear esta plaza pionera en la atención hospitalaria, en el Hospital General de Massachussets, Boston (su cínica). Esto ocurría, después de una visita del doctor al hospital Johns Hopkins de Baltimore para conocer el programa de visita domiciliaria que en 1889 había impulsado William Osler. En este programa, los estudiantes de Medicina realizaban una visita a los pacientes, interesándose por sus condiciones sociales. Uno de estos estudiantes, el Dr. Charles P. Emerson, introdujo la visita domiciliaria de estudiantes de Medicina en la Charity Organization Society (COS) de Baltimore. El Dr. Cabot, sensibilizado en extremo por la importancia de lo social en la evolución de la enfermedad, vio la importancia de este programa de visitas domiciliarias y su importancia en la eficacia de los tratamientos médicos.

Años antes, en 1897, Jane Addams ya abrió una discusión en la vigésimo cuarta Conferencia de Bienestar Social (EE.UU.) refiriéndose, precisamente, a la necesidad de contar con casas de convalecencia, para aquellos pacientes que, tras dejar el hospital no contaban con viviendas que les permitiesen una recuperación correcta (Addams, 1897). Fue en 1905 cuando Garnet Isabel Pelton puso en marcha esta primera plaza de trabajadora social hospitalaria y, debido a la tuberculosis que sufrió unos meses más tarde, tuvo que ser sustituida por Ida M. Cannon, una de las figuras más relevantes que ha dado la historia del trabajo social sanitario. Ello ocurría en el mismo año 1905. Ida M. Cannon se convirtió al poco tiempo en jefe de servicio y, a partir de 1906 se empezaron a crear nuevas plazas de esta profesión, siempre vinculadas a servicios médicos. La Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard puso en marcha un programa de formación para médicos con el fin de que conocieran la importancia de los aspectos sociales de las personas que trataban (Nacman, 1990).

El trabajo social sanitario experimentó un crecimiento importantísimo en ciudades como Nueva York, Chicago, cuyos hospitales tomaron como ejemplo el Hospital General de Massachussets (Boston) y realizaron lo mismo. Cada pocos meses se creaban nuevas plazas, relacionadas a temas de carácter social que afectaban a la salud.

Los principales casos de trabajo social médico fueron, textualmente y según folletos de la época: la tuberculosis, la educación e higiene, la alimentación infantil, el cuidado de los niños delicados, el cuidado de jóvenes solteras, mujeres embarazadas, la ayuda a los pacientes que necesitaban trabajo o un cambio de trabajo, la asistencia a los pacientes que necesitan tratamiento después del alta…

El trabajo social sanitario había empezado su desarrollo imparable. A partir de este momento, los principales hospitales de Estado Unidos, empezaron a crear departamentos con servicios de trabajo social sanitario y participaban en la National Conference on SocialWelfare, que se celebraba todos los años.

En 1910, Garnet Isabel Pelton establecía la diferencia entre la ayuda desde el trabajo social hospitalario, y otros tipos de ayuda que llegaban de la mano de la filantropía o de las cuidadoras clínicas

Unos años más tarde, en 1911, el Dr. Michael M. Davis, director del Dispensario de Boston, hablaba de que había que ir más allá de la enfermedad misma. Vio necesario estudiar y tratar el entorno social de los pacientes, puesto que, si no se actuaba, era a ese ambiente enfermo al que volvían (Davis, 1911). Davis, junto con la trabajadora social, estableció dos clasificaciones: una, que hablaba de los problemas sociales de los enfermos y otra, en la que diferenciaba el perfil psicosocial de cuatro tipos de pacientes (Davis, 1912).

Más tarde, en 1931 Gordon Hamilton se refirió al trabajo social hospitalario reflexionando sobre la gestión de casos (casework) en dicho ámbito, y señalando la necesidad de conocer aquello de lo social que había afectado y contribuido a la enfermedad y que podía afectar y contribuir a su recuperación. Llamó la atención sobre que todos los aspectos sociales condicionados por la enfermedad o la dolencia médica que la o el trabajador social sanitario de caso (caseworker) debían considerar en su intervención (Hamilton, 1931). Un texto sencillo, pero crucial para comprender la estructura interna del trabajo social sanitario, en donde se relaciona la enfermedad con los aspectos psicosociales de la persona, de la familia, de su entorno, y señala la diferencia con cualquier otro tipo de trabajo social más general.

Respecto a la aparición de la figura del trabajador social sanitario en España, fue en la década de los 60 cuando surgió (hospitales generales y psiquiátricos). Predominaba la actividad burocrática y la atención de aquellos pacientes con problemas sociales que alteraban la dinámica del hospital, pero sin ninguna influencia en el equipo sanitario ni en el proceso de atención del paciente.

De acuerdo con Colom (2011), en 1961 se firmó la Carta Social europea en el cual dos artículos se referían a la asistencia social y médica y al derecho a los beneficios de los servicios sociales.

Según Colom (2011), en 1978 coincidieron dos eventos que pueden considerarse un ecuador en la evolución del sistema sanitario y del trabajo social en el ámbito de la salud: la Declaración de Alma-Ata y la aprobación de la Constitución española. Colom (2011) refiere que la Declaración de Alma- Ata dio una definición de salud que sigue siendo un referente para profesionales y políticos, en la que se cita específicamente al trabajo social sanitario como una de las profesiones con responsabilidad en el nuevo panorama profesional.

Colom (2011) refiere que, cuando a finales de los setenta se empezaron a generalizar los servicios de trabajo social sanitario, las funciones asumidas por cada uno de ellos eran ambiguas. Esto condujo a que se crearan servicios de trabajo social sanitario al uso y sin un encargo específico.

En el año 1982, la OIT (Organización Internacional de Trabajadores) reconoció la profesión del trabajador social incluyendo nueve especializaciones posibles, entre ellas el ámbito de la salud, desde donde se trabaja la prevención y la educación sanitaria desarrollando políticas. De acuerdo con Díaz et al. (2002), la Federación Internacional de Trabajo Social, corrobora y ampara esta clasificación de especializaciones.

De acuerdo con Colom (2011), en 1983 España asumió el Convenio Europeo de asistencia social y médica, en el cual dos artículos expresan la importancia de la ayuda desde el trabajo social sanitario dentro del sistema de salud actual.

En 1984 se crea el Real Decreto 137/84 en el cual se divide el sistema de salud en atención primaria y especializada, con la consecuente creación de los EAP (Equipo de Atención Primaria) donde las trabajadoras sociales forman parte del equipo, amparadas por el artículo 31 de dicho Decreto (Burgos, Pérez y Sánchez, 2009).

De acuerdo con Díaz et al. (2002), en los años siguientes a 1984 se fue contratando progresivamente a trabajadoras sociales sanitarias, tanto en atención primaria como especializada hasta el año 1987. Es importante mencionar que se incorporó a trabajadoras sociales sanitarias “no por voluntad de gestores sino por prescripción legislativa” (Porcel, 2008, p. 29).

En ese mismo año, 1987, el INSALUD (antiguo Sistema Nacional de Salud), crea un decreto en el cual las unidades de Trabajo Social desaparecen y “queda sin validez el único antecedente normativo sobre organización y funciones que les confería independencia organizativa y unificaba criterios de actuación para todos los hospitales” (Díaz et al., 2002, p. 22). Únicamente se prevé esta figura en la Junta Técnico asistencial y en las comisiones de valoración de interrupción voluntaria de embarazo y bioética.

En el ámbito universitario, de acuerdo con Colom (2011), la importancia del trabajo social sanitario aparece en 1987, en un artículo firmado por el Dr. Palafox, profesor de la Escuela Universitaria de Trabajo social de la Universidad Complutense de Madrid, en donde se señala que el campo sanitario era el mayor empleador de asistentes sociales.

Según el Consorcio de salud y social de Catalunya (2015), a partir de 1989 se vuelve a contratar a trabajadoras sociales sanitarias, de este modo todos los hospitales fueron incorporando a trabajadores sociales sanitarios a su plantilla de personal.

Durante la década de 1990 no hubo cambios a nivel legislativo ni de contrataciones. En relación a la década del 2000, Colom (2008) manifiesta que a partir de esta década el trabajo social sanitario se consolida como ámbito de trabajo aunque:

Las realidades actuales de los modelos de gestión sanitaria, las exigencias de eficacia del sistema tanto en la optimización de recursos como en el logro de la mejora del grado de salud de individuos y colectivos, los avances tecnológicos en medicina y sobre todo los cambios en la dinámica familiar y social, provocan situaciones de conflicto difíciles de resolver con organizaciones pensadas para otros tiempos.

A raíz de la crisis económica del año 2008, las presiones y exigencias del sistema anteriormente expuestas, afectaron al trabajo social sanitario, además de tener que redefinir la profesión. Colom (2008) refiere que “el binomio enfermedad – problema o dificultad psicosocial requiere del sistema sanitario acciones que den forma a ese suelo discursivo tan prometedor de la atención integral”, a la vez que se definen nuevos procesos de trabajo con implicaciones directas en las funciones que cumple el trabajador social sanitario.

05 January 2023
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