Historia Y El Interés Por Su Conocimiento
Introducción
La enseñanza de la Historia se caracterizó hasta hace apenas unos lustros, como una asignatura escolar cuyo objetivo era la transmisión de datos, la repetición de nombres de los personajes más destacados, la memorización de fechas, lugares y batallas. Hay que referenciar quién dice esto o de donde lo obtuviste. Otra característica fue que repetidamente se argumentaba que era necesario que con el aprendizaje de la Historia los estudiantes tomaran conciencia de los problemas nacionales y mundiales con el propósito de tener una actitud frente a ellos al conocerlos desde una perspectiva histórica.
Además, se sugería que se deberían enseñar pocos hechos, pero bien seleccionados teniendo como criterios para ello la influencia que ejercen en el desarrollo de la humanidad o el tratarse de causas de otros hechos históricos o bien cuando sean resultado de ellos. La enseñanza de la Historia a través de nombres, fechas y lugares seguía instalada en las aulas, parecía haber llegado para quedarse y de ahí las constantes sugerencias y recomendaciones.
Desarrollo
Respecto a los métodos de la enseñanza de la Historia, se proponía: vincular la Historia con las demás materias, realizar croquis; el uso de mapas para la localización geográfica de los hechos históricos; además de valerse de proyecciones cinematográficas, para discutir y reflexionar, entre otras. No se ha encontrado la ruta que lleve a una educación de calidad. Como Historia Universal se entiende la disciplina que pretende ofrecer una visión integral del discurrir de la especie humana desde la aparición del hombre hasta la época actual. Economía, la política, la cultura, la religión y en general en todos los aspectos con los que diversas civilizaciones del pasado.
Al cruzar el umbral del tercer milenio, nos encontramos sumidos en un proceso complejo y bastante contradictorio llamado globalización que tiende a borrar las fronteras económicas, nacionales, ideológicas y culturales. Todo esto constituye un patrimonio universal potencialmente enriquecedor y, por lo tanto, exige un estudio detallado y escrupuloso.
El conocimiento crítico de la historia resulta imprescindible y tal debe ser el propósito de la enseñanza y el aprendizaje de esta disciplina. Cómo y Por qué de la evolución de diferentes civilizaciones que han confluido al mundo actual. Teniendo como base las vivencias de los estudiantes, resulta evidente que existe una estrecha relación entre la Historia Universal y otras disciplinas sociales y, además, que el conocimiento histórico posee un gran valor práctico.
En términos generales, la misión del historiador puede ser formulada de la siguiente forma: procesar la información sobre el pasado, sistematizar los datos, reflexionar sobre lo ocurrido y luego, relatarlo de una manera comprensible a sus contemporáneos. La realidad, en la Historia como en cualquier otra ciencia social, no existe ninguna “verdad absoluta”; no la posee ni el marxismo con su partidismo exagerado, ni el objetivismo que pretende colocar al historiador al margen del espacio, del tiempo y de todas las batallas ideológicas y sociales de su época.
Conclusión
El interés por el conocimiento histórico forma parte de la vida cotidiana, es tema común en los medios de comunicación y entretenimiento como películas, programas radiofónicos y televisivos; además, está presente en celebraciones y festejos públicos, es utilizado en campañas políticas y forma parte fundamental del enorme legado cultural que se trasmite, entre otros medios, a través de la tradición oral. Por esta razón el alumnado, sin ser totalmente consciente de ello, está configurando una visión de lo histórico en su vida como integrante de la sociedad que, generalmente, no coincide con la historia escolar o la historia contenida en los libros de texto.
El exagerado contemporáneo conforma una determinada visión histórica: la falta de perspectiva de los fenómenos induce a visiones desde el presente de cualquier otro hecho, aunque sea muy lejano en el tiempo. Esta perspectiva de la Historia, impuesta por múltiples caminos de transmisión ideológica, ha impulsado una visión “típica y eficaz” del pasado, que desempeña un papel pragmático de carácter funcionalista, el estar al servicio de una “buena causa”.