Hueso Alveolar: Organización, Funciones y Envejecimiento del Ligamento
Introducción
Esta investigación la cual es motivada por el deseos de conocimientos, busca dar una breve descripción del funcionamiento localización, estructura y componentes del periodonto; entendiendo lo importante que es comprender el normal funcionamiento de los organismo y sus procesos patológicos, de aquí es menester describir como ocurre el proceso del soporte del diente, las características de los tipos de movimientos del diente y la comprensión de los cambios que ocurren con el tiempo en el periodonto y su estructura de soporte.
El ligamento periodontal es un tejido conectivo fibroso entre el hueso alveolar propiamente dicho y el cemento que cubre la raíz y a su vez este se conecta con el tejido de la encía. El ligamento periodontal ocupa el espacio periodontal y está compuesto de fibras, células y sustancia intercelular. Tiene un espesor espesor de 0,15-0,38 mm, es más delgado en la zona media de la raíz y disminuye ligeramente de espesor con la edad. La función primaria del ligamento periodontal es el soporte de los dientes, la transmisión de impulsos nerviosos al aparato masticatorio y desempeña una función nutritiva esencial para el mantenimiento de la salud del ligamento.
Organización del ligamento periodontal
Este ligamento consta de dos grupos de fibras principales que se denominan de acuerdo con su posición respecto a los dientes. El primero grupo gingival localizado alrededor de los cuellos de los dientes y el grupo dentoalveolar rodea las raíces de los dientes. Estas fibras principales son haces de fibras de colágeno estratégicamente posicionadas, desde la región cervical hasta el ápice de la raíz. La mayoría de las fibras de soporte son de colágeno, aunque se han descrito unas pocas, parecidas a fibras elásticas, de una estructura diferente a la del colágeno que se han denominado fibras de oxitalano, son diámetro pequeño y aparecen en la interfase con los haces de colágeno, sosteniendo dichos haces de colágeno y las paredes de los vasos sanguíneos.
Grupo de fibras gingivales
Se denominan fibras gingivales a los ligamentos periodontal en el área gingival el cual está formado por cuatro grupos, cada uno con una orientación diferente, los cuales dan soporte a la encía. Las fibras gingivales libres se generan en la superficie del cemento de la región cervical y pasan hacia el interior de la encía libre. Las fibras gingivales adheridas parten de la cresta alveolar y discurren hacia el interior de la encía adherida. Las fibras circulares o circunferenciales son continuas alrededor del cuello del diente y se oponen al desplazamiento gingival. Las fibras de la cresta alveolar se originan en el cemento del cuello del diente y terminan en la cresta alveolar. Las fibras transeptales se originan en la región cervical de cada corona y se extienden hacia localizaciones similares en las caras mesial y distal de cada diente adyacente. Este grupo de fibras actúa oponiéndose a la separación de cada diente.
Grupo de fibras dentoalveolares
Lo componen cinco grupos de fibras principales. El grupo de la cresta alveolar, inicia en el área cervical, justo por debajo de la unión amelodentinaria, extendiéndose hasta la cresta alveolar, así como hacia el interior del tejido conectivo gingival. Estas resisten fuerzas intrusivas. El grupo de fibras horizontales se extiende en dirección horizontal desde el cemento de la porción media de la raíz hasta el hueso alveolar adyacente propiamente dicho. Estas oponen a la inclinación de los dientes. El grupo de fibras oblicuas se extiende en dirección oblicua desde el área justo por encima de la zona apical de la raíz, ascendiendo hacia el hueso alveolar; estas fibras resisten fuerzas masticatorias verticales o intrusivas. El grupo de fibras apicales se extiende perpendicularmente desde la superficie de los ápices radiculares hasta el hueso alveolar fúndico adyacente, que rodea el ápice de la raíz del diente. Las fibras apicales resisten fuerzas verticales y extrusivas aplicadas sobre el diente. Otro grupo de fibras que están localizadas entre las raíces de los dientes multirradiculares se denominan fibras interradiculares. Tales fibras se extienden perpendicularmente a la superficie del diente y al hueso alveolar adyacente y resisten fuerzas verticales y laterales.
Espacios intersticiales
Estos espacios aparecen tanto en el plano de sección transversal como en el longitudinal del ligamento Entre cada haz de fibras del ligamento, estos espacios están diseñados para resistir el impacto de las fuerzas masticatorias el cual se comprimen durante la masticación o tensión, Por este motivo, su posición y soporte mediante haces de fibras es importante. Dentro de estos espacios se observarse una red de fibras finas que sirven de soporte a los nervios y terminaciones nerviosas que se encuentran en estos espacios.
Sistema vascular
Tiene un rico aporte vascular que se origina de las arterias alveolares inferior y superior y de ramas de la arteria facial, procedentes de la arteria carótida externa. Estos vasos irrigan el hueso alveolar y se anastomosan libremente en el ligamento periodontal. En los ligamentos periodontales se han demostrado comunicaciones arteriovenosas que proporcionan conexiones directas entre el aporte sanguíneo arterial y venoso sin tener que pasar a través de una red capilar. El ligamento es muy activo. La evidencia de la actividad del ligamento se observa en el recambio celular, en su capacidad para modificarse en los movimientos del diente y en su capacidad de cicatrización. Estas características se relacionan con el denso aporte vascular del ligamento.
Sistema nervioso
En la zona central del eje longitudinal del diente es donde se encuentran los troncos nerviosos más grandes del ligamento periodontal. Grandes cantidades del tronco pasan hacia el interior del ligamento y el hueso alveolar a intervalos a lo largo de su trayecto hacia los tejidos gingivales. Compuesto por un gran número de receptores de presión encapsulados y delicados receptores de dolor, aciniformes. Las terminaciones nerviosas localizadas en los tendones y ligamentos de los músculos de la masticación y en la articulación temporomandibular, así como en el ligamento periodontal, permiten a la persona realizar movimientos mandibulares finos asociados con la fuerza de la mordida, la masticación, el habla, etc.
Células del ligamento periodontal
Los fibroblastos (estructurales) son las más abundantes en el ligamento periodontal, debido a la alta densidad de colágeno de este tejido. Los fibroblastos, además de formar nuevas fibras de colágeno, actúan en la degradación de las fibras deterioradas. Los osteoblastos (de soporte) se localizan a lo largo de la superficie del hueso alveolar. Debido a que el hueso está constantemente renovándose, el osteoblasto está ocupado en la formación de hueso nuevo en el área del hueso alveolar propiamente dicho.
Los cementoblastos (reabsorción) aparecen a lo largo de la superficie del cemento. Éste se está formando constantemente a medida que nuevas fibras principales quedan incluidas a lo largo de toda la superficie de la raíz.
Macrófagos y osteoclastos
Los macrófagos son importantes células de defensa en esta área. Tienen movilidad, así como actividad fagocitaria. Algunos fibroblastos se convierten en macrófagos y Pueden existir dos tipos de fibroblastos: los que sólo forman colágeno y los que forman y destruyen el colágeno.
Los osteoclastos, pueden intervenir en la reabsorción ósea. Aparecen como una consecuencia normal de la inclinación o traslación en masa de un diente. Los osteoclastos se originan de monocitos en el interior del sistema vascular sanguíneo y se convierten en células multinucleadas visibles en las lagunas de reabsorción localizadas en el tejido duro.
Restos epiteliales
Los restos epiteliales son constituyentes normales del ligamento periodontal y se observan durante toda la vida. Las células epiteliales están dispersas por todo el ligamento, pero en el período inicial del diente pueden observarse a lo largo de la superficie de raíz. Los restos epiteliales pueden aparecer como masas celulares en reposo, en proliferación o en degeneración. También se pueden caracterizar por poseer períodos extensos de inactividad
Tejido intercelular
El tejido intercelular se encarga de rodea y protege las células del ligamento periodontal y es el producto de estas células. Esta denominada matriz extracelular (MEC) está compuesta de agua, glucoproteínas y proteoglucanos, que rodean a las fibras de colágeno. Estas proteínas y sustancias polisacáridas suministran a las células sustancias vitales que provienen de los capilares sanguíneos y devuelven productos de desecho no deseados, catabolitos de estas células, a los vasos.
Funciones del ligamento periodontal
- Soporte. La función principal del ligamento periodontal es el soporte de los dientes. El fallo de esta función provoca la caída del diente. Cada vez que se aprietan los dientes, como en la masticación, las fibras periodontales se tensan y luego se relajan. Este sistema es muy eficaz para compensar las miles de veces que este mecanismo entra en acción.
- Sensitiva. El ligamento periodontal está inervado con abundantes receptores y nervios que captan cualquier movimiento durante el funcionamiento. Cuando los receptores captan presión los nervios envían señales al encéfalo, que informa al aparato masticador.
- Nutritiva. Los vasos sanguíneos proporcionan los nutrientes esenciales para la vitalidad del ligamento y para el tejido duro del cemento y el hueso alveolar. Todas las células, tales como fibroblastos, osteoblastos, cementoblastos e incluso osteoclastos y macrófagos, requieren los nutrientes que transportan los vasos sanguíneos del ligamento
- Mantenimiento. Los tejidos periodontales actúan en el mantenimiento del aparato masticador, ya que estos tejidos cicatrizan fácilmente.
Envejecimiento del ligamento
Se produce al igual que en el resto de tejidos del organismo. Las células y su actividad disminuyen con el paso del tiempo. Aparecen ondulaciones en el cemento y el hueso alveolar envejecidos. Uno de los cambios más remarcables que ocurren en el envejecimiento de las estructuras de soporte de los dientes es la aparición de algunas fibras que están unidas a las crestas de estas ondas en lugar de estarlo sobre toda la superficie
Periodonto: Apófisis alveolar y cemento
Lapófisis o proceso alveolar es la porción ósea de los maxilares y mandíbula que tiene la función primaria de servir de soporte a los dientes Este hueso alveolar está en proceso de renovación continua, lo que permite al tejido reaccionar frente a la manipulación, como ocurre en el movimiento de un diente debido a una función fisiológica normal o a un tratamiento ortodóncico.
El cemento actúa como medio de adhesión de fibras a las raíces del diente. Estas fibras tienen las capacidades de formar y reabsorber, que son necesarias para el soporte durante el movimiento del diente.
Apófisis o proceso alveolar
La apófisis o proceso alveolar es la porción de los maxilares y la mandíbula que sirve de soporte a las raíces de los dientes; está compuesta de hueso alveolar propiamente dicho y hueso de soporte. Este último sirve como lámina cortical densa para soportar el hueso alveolar propiamente dicho. Cubriendo la superficie de los maxilares y la mandíbula y da soporte al hueso alveolar propia mente dicho. El hueso esponjoso de soporte se encuentra subyacente y soporta al hueso cortical denso.
Hueso alveolar propiamente dicho
Es el hueso denso que reviste el alvéolo dentario, es de dos tipos. Este hueso o bien contiene fibras perforantes del ligamento periodontal. Debido a que el hueso de la apófisis alveolar es penetrado de forma regular fibras de colágeno puede denominarse con propiedad hueso fascicular. El hueso alveolar propiamente dicho o lámina dura, se muestra más denso que el hueso de soporte adyacente probablemente por el contenido mineral o a la orientación de los cristales minerales que rodean los haces de fibras.
Hueso compacto de soporte o cortical
El hueso compacto de la apófisis alveolar se extiende sobre la cara lingual de la mandíbula y los maxilares cerca de la lengua. El hueso compacto también cubre la cara vestibular de la mandíbula o los maxilares adyacente al revestimiento de la mejilla. Los conductos de Havers y de Volkmann forman un sistema continuo de conductos de nutrición que irradian a lo largo del hueso y que también contienen una inervación profusa.
Hueso esponjoso de soporte o trabecular
Proporciona soporte al hueso alveolar propiamente dicho de la apófisis alveolar, está compuesto generalmente de fuertes trabéculas o láminas de hueso con espacios medulares entre sí. El hueso de soporte de los maxilares en especial está relleno de tejido medular, que contiene eritrocitos inmaduros y leucocitos, sobre todo en la región molar posterior al seno maxilar. La médula ósea, que se encuentra en todos los huesos del organismo, es uno de los órganos más extensos del cuerpo y representa aproximadamente el 4,5% del peso corporal.
Soporte cementario
El cemento funciona como soporte para las fibras perforantes del ligamento periodontal en la superficie de la raíz. El principal sistema del ligamento periodontal esta equilibrado, aunque distribuido de manera diferente en las dos superficies hueso y cemento. Una característica de las dos superficies, es su capacidad de reabsorción y posterior formación de tejido duro. El cemento es más resistente a la reabsorción que el hueso, de aquí la posibilidad de mover los dientes a través del hueso sin pérdida de la superficie dental.
Movimiento del diente
Los movimientos se producen en dirección facial y vestibular a medida que las arcadas aumentan de tamaño. Como parte del proceso de desarrollo facial la altura del alvéolo cambia en relación con el crecimiento de la raíz. La acomodación se realiza por el aumento de tamaño de los dientes permanentes. Se hace importante comprender la deriva mesial el cual consiste en el hecho que cuando se aprietan los dientes durante la función masticatoria normal se ejerce una fuerza anterior. El efecto de la caída de un diente o de su hipererupción es la deriva mesial, que puede provocar alteración de la función oclusal normal.
Movimiento ortodóncico
El movimiento del diente producido por ortodoncia sólo es posible si la reabsorción ósea se produce en la dirección en la que el diente está siendo desplazado, Ejerciendo presión sobre la superficie del hueso alveolar en la dirección del desplazamiento del diente. El mover dientes provoca tensión en el ligamento periodontal, en la cara opuesta de la raíz. Estas fuerzas provocan la activación de las células y cambios en los tejidos vascular y nervioso.
La presión aplicada sobre un punto específico del diente causa compresión en un área limitada Periodonto: apófisis alveolar y cemento 12 entre la raíz y el hueso. No obstante, un diente puede requerir para su movilización de un movimiento de traslación en masa, en cuyo caso la raíz es desplazada en la misma dirección, afectando a toda la superficie del alvéolo. En el diente multirradicular el movimiento se complica por la bifurcación ósea, la cual presenta superficie ósea adicional en relación con la presión y la tensión
Cuando la compresión es demasiado grande o demasiado rápida provoca la hialinización del ligamento. La vascularización es excluida y el ligamento aparece pálido o «hialinizado». El movimiento del diente está limitado por el grado de reabsorción. En la superficie de compresión es un requisito eliminar hueso, por lo que los osteoclastos deben organizarse. Estas células se originan a partir de monocitos del torrente circulatorio. Los osteoclastos se organizan rápidamente; aparecen unas pocas horas después de haberse iniciado el movimiento del diente
A medida que continúa la tensión, a lo largo de las superficies del hueso alveolar y el cemento se desarrolla hueso en torno a las fibras perforantes en tensión (fig. 12-18). Otros tipos de movimientos del diente son la rotación y una combinación de inclinación y rotación. Además, puede ser necesaria la intrusión o extrusión de un diente
Envejecimiento del hueso alveolary cemento
Con la edad del hueso denso, las paredes lisas alveolares pasan a ser hueso osteoporótico y alvéolos con paredes rugosas e irregulares. Podemos decir que el envejecimiento produce la pérdida de hueso, lo que conlleva menos haces de fibras insertadas en el hueso y el cemento. Alrededor de estas fibras se forma luego tejido duro para el soporte de estos haces, creando así una superficie ondulada. La constante pérdida de células activas y los espacios medulares infiltrados con células adiposas es otra cauda del pasaras del tiempo. Más tarde, la osteoporosis se hace más evidente y el soporte de los dientes disminuye aún más.
Maxilares y mandíbula edéntulos
Aunque queda mucho por aprender sobre los cambios en la apófisis alveolar ósea tras la caída del diente. Se sabe que el volumen de hueso alveolar disminuye. Después, ocurre una pérdida de la estructura interna del hueso, que provoca espacios abiertos y menos trabéculas en el hueso esponjoso de soporte. Trayendo como consecuencia la osteoporosis.