Igualdad y la Coheducación en los Centros Educativos de Canarias
La puesta en práctica de la coeducación en los centros educativos en Canarias se trata de un valor trasversal de importante obligatoriedad en cualquier propuesta didáctica que ejecutemos. La coeducación o educación no sexista es un derecho; de ahí el compromiso que hemos de adquirir el profesorado en el mantenimiento de un clima igualitario en las aulas.
La igualdad se aprende, pero para ello tiene que haber personas que la enseñen. Sánchez (2015) en un artículo publicado en la revista Con la A1 afirma que «la acción de educar en igualdad puede derribar todos los muros, hasta los de aquellos que dicen que esos muros no existen.»
Por tanto, respecto a la cuestión de mantener o no la propuesta inicial de programar teniendo en cuenta la perspectiva de género, rotundamente afirmativo. No obstante, se tiene que concebir desde una perspectiva de innovación e intervención educativa-social estudiando la actual conciencia y práctica de la igualdad en las aulas. Si ya se está programando desde la perspectiva de género y en el CEIP continúan con las dificultades mencionadas en el enunciado, se requiera volver a analizar el nuevo contexto y a partir de un diagnóstico más reciente acorde a la realidad para facilitar nuevas herramientas didácticas y organizativas.
En el año 2020, nos encontramos ante una paradoja: la igualdad real vs la igualdad formal. Por una parte, la igualdad en términos cuantificables, tales como tasas de acceso a la educación o resultados académicos, está conseguida o incluso superada. En contraposición, somos conocedores de que el alumnado reproduce estereotipos de género. Esto lo podemos observar en los datos facilitados en el enunciado: participación familiar que recae en las madres, representación masculina superior en puesto de relevancia (consejo escolar o equipos directivos), tasas de violencia mayor en varones, etc. Por ello, proponemos medidas que actúen como acciones positivas. Pero, ¿por qué son necesarias las acciones positivas en educación? Las acciones positivas no solo garantizan la igualdad, sino además la lucha contra la reproducción de actitudes tradicionales, persiguiendo el objetivo de suprimir cualquier tipo de discriminación, en este caso, en los centros. De esta forma, se propone las siguientes medidas concretas coordinadas entre el plan de convivencia y el plan de igualdad:
- Inclusión transversal de los contenidos referidos a igualdad, educación para la convivencia, mediación social, prevención de conflictos y educación en valores en el currículo de todas etapas.
- Formación sobre cuestiones de género y gestión de los conflictos en los programas de formación permanente del profesorado. Dicha formación, no puede entenderse como producto de acciones puntuales, sino que deben ser un proceso que abarque e integre una práctica configurada en la coeducación con una motivación intrínseca. De esta manera, cualquier acción de formación del profesorado en materia de igualdad y de convivencia deberá tener como finalidad capacitar al profesorado para reexaminar sus supuestos y valores, reelaborando estrategias.
- Escuelas de familias promotoras de convivencia e igualdad. Ofrecer a las familias formación y asesoramiento sobre pautas para mejorar su labor educativa en igualdad y convivencia, dotándoles de los recursos e informándoles sobre las acciones puntuales.
- Funcionamiento efectivo de los servicios psico-pedagógicos como nivel primario de detección y prevención de la violencia de género en las familias o de acoso entre el alumnado.
- Existencia de un conjunto de profesionales que velen por el cumplimiento de los Planes de Igualdad en el CEIP y que impulsen actuaciones y fomenten la equidad entre el alumnado. Es decir, creación de una gestora de igualdad de trabaje de manera coordinada con el equipo de convivencia.
- Existencia de espacios específicos destinados a la reflexión sobre la desigualdad de género y sus pautas de superación, la prevención de cualquier tipo de violencia o de la eliminación conductas discriminatorias.
- Fomentar una educación socio-afectiva en la que los sentimientos, las actitudes, los valores tengan importancia siendo contenidos explícitos.
A modo de conclusión, podemos decir que los centros se transforman gracias a la capacidad de acción del profesorado; pero también se hace necesaria la democratización del cambio social, así como unos objetivos y finalidad comunes y consensuados con los agentes externos como las familias. La coeducación no va a llegar por sí sola, sino que necesita un esfuerzo grande y especial.
Bibliografía
- Sánchez, M (2015, Julio 25), La importancia de educar en igualdad de género para acabar la
- norma invisible. Revista Con la A, 40. Recuperado el 12 de abril, 2020, de http://conlaa.com/laimportancia-de-educar-en-igualdad-de-genero-para-acabar-con-la-qaida-la-norma-invisible/