Jajajjaj
Introducción
Podemos decir que representar el Holocausto no se diferencia del dilema de representar cualquier otro acontecimiento histórico. Pero en la representación del Holocausto, las opciones que toma el artista y el cineasta o el historiador en la plasmación de este referente se ven afectadas por una dimensión dramática específica. Esto es consecuencia de su carácter cercano, tanto temporalmente como culturalmente, y por su monstruosidad. De este carácter único y monstruoso se ha derivado la tesis de la “irresponsabilidad” del Holocausto, la cual afirma básicamente que este es de una naturaleza tal que escapa a la sujeción del lenguaje para describirlo o cualquier medio para representarlo.
Son muchos los autores que han intentado explicar la dificultad de la representación de la Shoah. El filósofo Jean François Lyotard empleó la metáfora del terremoto para explicar las dificultades de acercamiento a Auschwitz; un terremoto tan agudo que ha conseguido destruir todos los instrumentos de medida. Elie Wiesel afirma que Auschwitz tiene una naturaleza diferente, un misterio apartado de la historia, que no puede ser comprendido y por ello plantea retos irresolubles a su representación. Según Saul Friedlander, por otro lado, siendo el caso más radical de genocidio en la historia (sistemático, organizado industrialmente y exitoso), habla del Holocausto y hace referencia a que “pone a prueba nuestras categorías conceptuales y representacionales tradicionales”.
Las características del objeto, aquello que lo hace diferente de otros momentos históricos ya sea por sus diferencias históricas y morales, tiene consecuencias sobre las formas y modos de su representación. De igual forma, lo que el acontecimiento fue, restringe o excluye ciertas posibilidades de representación debido a la dureza de los acontecimientos que allí tuvieron lugar. Estas limitaciones y restricciones afectan en a todos los campos desde los cuales se abordará su interpretación, representación y rememoración. Algunos de los ejemplos de dichas representaciones son: la literatura, la historiografía, el arte, el cine, los museos y los monumentos.
La representación del Holocausto está encerrada en la paradoja que se asienta sobre dos mandatos irreconciliables: la obligación de recordar y las prohibición de estetizar. Consolidar un recuerdo colectivo de un acontecimiento está sujeto a un precepto moral el cual rechaza toda forma de expresión artística, ya que cualquier placer estético está inevitablemente confrontado con la memoria del Holocausto.