Papel de la Iglesia Sobre el Juicio y Cacería de Brujas

Introducción

Para iniciar, se va a aludir a la figura de la Iglesia, la cual tuvo grandes intervenciones en los principios de la brujería. Eso quiere decir que formó parte de la construcción de la representación de aquellas personas denominadas, en su mayoría, “brujas”. A lo largo del tiempo hubo varias versiones por parte de la religión católica sobre los motivos de la existencia de la hechicería, para que tiempos después llegarán a intentar comprender las causas por las que comenzó a haber un gran incremento de brujería. Durante el periodo de la Edad Moderna algunos teólogos relacionaron la brujería con el demonismo , debido a que eran considerados los aspectos de la etapa final. 

Satán obtuvo un papel de suma importancia. Además llegó a creerse que se estaba por cumplir la profecía del apocalipsis.Cabe destacar que anteriormente, en el año 906, se había creado un documento eclesiástico llamado Canon Episcopi donde la Iglesia sostenía que creer en brujas era una herejía .Tiempo después por nuevos argumentos, el documento ya antes mencionado se derogó; y El Papa Inocencio VIII autorizó a que dos inquisidores comenzarán a emplear todo el poder de la Inquisición para extirpar a las brujas de toda Alemania. Estos dos inquisidores llamados Heinrich Institor o Kramer y Jakob Sprenger presentaron un libro llamado “Malleus Maleficarum” .

Desarrollo

Este libro también era llamado “El Martillo de las Brujas” con el objetivo de que sea un manual para los cazadores de brujas.Como ya se hizo mención antes, entre los siglos XVI y XVIII comenzó a surgir una relación entre el demonismo y la brujería. En primer lugar, se comenzó a difundir que Satán estaba liberándose de sus ataduras; y al mismo tiempo, a través de su falsa religión buscaba seducir al mundo.Junto a lo planteado, se puede alegar que la mayoría de los teólogos de la época apoyaron la idea de que la brujería era producto de la encarnación de la malicia del demonio, además que “el teólogo luterano Jacob Heilbronner. argumentó que, dado que Satán había usado a los magos.

Para enfrentarse a la palabra de Dios en las épocas bíblicas, no era de extrañarse que utilizara los mismos mecanismos en el siglo XVI” .Si la relación mencionada se sigue indagando, se puede decir que ambos eran aspectos del período final, que se creía en ese momento; es decir, que había una expectativa apocalíptica que se estaba cumpliendo. Para explicar el aumento de las brujas, en el siglo XVII, el pastor Joachim Zahner había hecho uso de la profecía ya planteada. Este posible final de era se estaba atribuyendo a las brujas, debido a que sus actos los iniciaron a enlazar con los pecados, ya que se comenzó a considerar que los magos y las brujas eran los precursores del Anticristo. 

Cabe traer una mención lo que escribió John de Gaulle, en 1646, “una Bruja es un Anticristo, opuesto a Cristo no sólo en sus trabajos sino en su persona; porque así como Cristo es Dios encarnado, también la Bruja puede verse como un diablo encarnado. Yo no digo, una Bruja es el Anticristo, pero estoy seguro, el Anticristo necesita ser Brujo ”.Lo que también se puede incluir es que una de las grandes acusaciones que se les asignó a las brujas fue la de copular con el Demonio, esto llevó a que a través de la caza de brujas se fuera demonizando la sexualidad de aquellas mujeres implicadas con la brujería. Más adelante el trabajo se adentrará en este último enfoque.

Diversos siglos antes se tenía otra visión acerca de la brujería. Antes del año 1000 d.C., concretamente en 906, se había puesto en rigor un documento eclesiástico, el cual serviría como una guía disciplinaria para uso de los obispos. El encargado de escribirlo fue Regino de Prüm (842 – 915 d.C.). Dentro de este documento recogían testimonios de mujeres poseídas por el diablo, y ya se hablaba sobre la existencia del aquelarre . En ese entonces las personas se acusaban entre sí de ser brujas o hechiceros, o de poseer poderes sobrenaturales para hacer el mal; además había especulaciones sobre ciertas mujeres que eran capaces de viajar por el aire. 

Tambien se creia que podían recorrer grandes distancias a enormes velocidades. Frente a esta situación, las autoridades no demostraron un gran interés en cazar sistemáticamente a las brujas y obligarlas a confesar sus crímenes cometidos. De hecho, la Iglesia Católica insistió en la inexistencia de cosas tales como brujas con la habilidad de volar por el aire. Incluso en esta época, se prohibió la creencia de que estos vuelos eran reales y la Iglesia sostenía oficialmente que los viajes eran una ilusión provocada por el Diablo. “El Canon advertía: ‘El alma impía cree que estas cosas no suceden en el espíritu sino en el cuerpo’.

En otras palabras, el diablo puede hacernos creer que vosotros u otros viajáis por la noche, pero ni vosotros ni ellos pueden hacerlo realmente”. Asimismo se planteaba que no solamente se debía desconfiar de las personas acusadas de brujería sino también en los acusadores, debido a que si este último vió tales situaciones, como los vuelos, en realidad podría estar siendo manipulado por el diablo. “Sin embargo, el soñador tiene malos pensamientos y debe ser castigado, pero no con la hoguera, sino con la excomunión”  A lo largo del siglo XIII la Iglesia creó un poder paramilitar especial cuya única función era extirpar la herejía, fue nombrado la Inquisición. 

 En sus inicios se basó en combatir contra movimientos subversivos u organizaciones eclesiásticas ilícitas que nacían en todo Europa; y amenazaban con romper el monopolio de Roma sobre los diezmos y sacramentos. Es decir, que no se planteaba una caza de brujas en un comienzo, y uno de esos motivos es porque las brujas gozaban de la protección de Canon Episcopi, en el cual se decía que “La brujería era un crimen pero no una herejía, puesto que el aquelarre era una invención de la imaginación” .Lo que sucedió con el tiempo fue que los casos de brujas ya no eran igual que en la época que se había escrito el Canon.

Eso se debe a que había comenzado a desarrollarse un nuevo y más peligroso tipo de bruja. Estas nuevas brujas podían volar realmente hasta los aquelarres, y ellos se asemejaban en demasía a las reuniones secretas de las otras sectas heréticas. Eso llevó a que la Inquisición insistiera en comunicar que la brujería era una herejía peligrosa. En su momento se había creído que la brujería constituía una forma de protesta social, pero para que un movimiento sea considerado de esa forma, debe encontrarse en contra del orden establecido; tiene que tener una doctrina explícita de crítica social o emprender una línea de acción peligrosa y amenazadora. 

Más allá de que los aquelarres de brujas hayan existido o no, no existen testimonios que demuestren que se dedicaban a condenar el lujo de la Iglesia oa pedir la abolición de la propiedad privada y el fin de las diferencias de algunos rangos y autoridades.Al enfrentarse con esta nueva situación, el Papa Inocencio VIII promulgó una bula, en 1448, que reconocía la existencia de las brujas, dejando derogado al Canon Episcopi.Como ya se mencionó previamente, el Papa autorizó a Heinrich Institor o Kramer y Jakob Sprenger, dos inquisidores, a emplear todo el poder de la Inquisición para extirpar a las brujas de toda Alemania. Posteriormente, ellos dos presentaron un libro llamado “Malleus Maleficarum”

Malleus Maleficarum” o “El Martillo de las Brujas”, fué hecho con la idea que sea un manual completo para los cazadores de brujas. Además, concluía con un informe que detallaba las formas para poder identificar, acusar, procesar, torturar, declarar culpables y sentenciar a las brujas. Si se busca comparar con el Canon Episcopi, ahora lo que se decía es que “algunas brujas sólo imaginaban que asistían al aquelarre; pero muchas eran transportadas realmente allí en cuerpo ”, por lo tanto la explicación que se brinda es que las brujas en realidad sí se reunían en aquelarres secretos y constituían una amenaza para la seguridad de la cristiandad.

Para ésta época a la brujería se le atribuyó varias desgracias, es decir que las brujas comenzaron a ser tratadas como las personas que provocaron ciertas desgracias imaginables como: la pérdida de ganado y cosechas, muerte de niños, enfermedades, achaques , infidelidad, esterilidad y locura. De esa forma, comenzaron a surgir variadas acusaciones en torno a la bruja. A lo largo del siglo XVI hasta el XVIII, en Europa, 500.000 fueron las personas declaradas culpables de brujería y murieron quemadas. El 85% del total de ejecutados, durante este período de persecuciones de brujas, se le atribuye a mujeres de todas las edades, incluso a niñas.

Estas brujas recibieron variadas acusaciones, pero no demasiado distanciadas unas de otras, debido a que a veces se las culpaba de cometer dos actos, uno solía ser más mundano que otro. Como ya se hizo mención antes, van a irse estableciendo relaciones con el diablo; además de ir surgiendo nuevos factores por parte del Estado. Lo último se debe a que se comenzó a transmitir a la población un peligro cercano, y de esa forma se logró que las personas se concentrará en la caza de brujas y no en los hechos que se iban cometiendo.Por otra parte, aquellas personas sometidas a tales acusaciones sufrieron agresivas interrogaciones y obtuvieron extremas torturas.

Los mecanismos utilizados por los examinadores fueron demasiado duraderos, severos y tenaces. Cabe destacar, los interrogatorios se fueron haciendo sistemáticamente e iban generando una cadena, ya que una mujer acusada de brujeria terminaba implicando a otra.Como ya se ha mencionado, hubo una gran cantidad de acusaciones de brujería, de las cuales la mayoría fue a mujeres. Estas no pertenecían a cualquier clase social, y eso lo demostró HC Erik Midelfort en un estudio que decía: “1.258 ejecuciones por brujería en el suroeste de Alemania entre 1562 y 1684 muestra que el 82% de las brujas eran mujeres ancianas indefensas y parteras.

 de la clase baja eran normalmente las primeras en ser acusadas en cualquier brote local ”.Al mismo tiempo, el porcentaje restante se adjudicaba a mesoneros, mercaderes acaudalados, magistrados y maestros; rara vez se acusaban a los médicos, juristas y profesores universitarios; y por razones evidentes, los mismos inquisidores y el clero generalmente se encontraban a salvo. En el caso que una persona acusara de haber visto a algún obispo o príncipe en un aquelarre, se le realizaban torturas inenarrables; por ese mismo hecho Midelfort solamente pudo hallar tres casos de acusaciones de brujería contra miembros de la realeza, incluso algunos de ellos fueron ejecutados.

Habitualmente se las condenaba y quemaba por acusaciones como: realizar pactos, mantener relaciones sexuales y adorar al diablo; copular con íncubos y súcubos ; pertenecer a reuniones ilegales, es decir aquellos; y viajar por el aire hasta largas distancias montadas en escobas. Otras acusaciones más mundanas eran: matar a la vaca de un vecino; provocar granizadas; destruir cosechas; y la última que hacía referencia al infanticidio, robar y comer niños. A parte de las ya mencionadas, existieron otras que se relacionan plenamente con la sexualidad de las mujeres como: administrar anticonceptivos a otras mujeres, hacer abortos o dar drogas contra el dolor del parto.

En estos casos, se demuestra a un claro control que se buscaba obtener sobre el cuerpo de la mujer y su sexualidad, ya que algunas mujeres que se las acusaba de participar en los aquelarres se les inculpaba de copulaban con el demonio o en algunos casos de tener una sexualidad sin límites. Otra de las grandes atribuciones que se les hacía a las brujas era la utilización de ungüentos mágicos, los cuales por estudios realizados años más tarde; se puede decir que era un alucinógeno, llamado atropina, al aplicarlo se provoca un alivio muscular. Por lo tanto, siguiendo con la idea de que los aquelarres habían sido reales, se puede manifestar que en realidad eran experiencias alucinógenas.

Volviendo al sistema de caza de brujas se puede decir que existía una contradicción evidente, debido que los inquisidores no se encontraban obsesionados con destruir la brujería, sino más bien obsesionados en crearla. En otros términos, el principal objetivo de los cazadores de brujas era la aniquilación de éstas; pero contrariamente se encargaron de aumentar la difusión de las creencia de que las brujas eran reales omnipresentes y peligrosas. Básicamente lo que lograron los inquisidores fue incrementar el número de acusaciones de brujería; y el resultado principal “consistió en que los pobres llegaron a creer que eran víctimas de brujas y diablos en vez de príncipes y papas ”.

 En otras palabras se puede considerar que verdaderamente las intenciones del Estado eran distraer al pueblo de los asuntos con más importancia; además, el hecho de que la nobleza y el clero se hayan presentado como los grandes protectores de la humanidad frente a un enemigo omnipresente y los encargados de liberar la maldad que existía, llevaba a ser una buena razón para que pagaran diezmos e impuestos.Ya se ha mencionado que cuando una persona era acusada de cometer actos de brujería se le realizaba una serie de torturas, las cuales perduraban hasta que confesara, en algunos casos, haber realizado un pacto con el diablo; y en otros, haber volado hasta un aquelarre.

Existe un caso documentado por un historiador de la brujería occidental, llamado Charles Henry Lea, que ocurrió en el año 1601 en Offenburg, Alemania; la mujer acusada de cometer un crimen de brujería fue Else Gwinner y confesó haber gozado del amor de un demonio y haber provocado, junto a su madre, la pérdida de las cosechas para elevar el precio del pan. Luego de que negara lo que antes había confesado, los examinadores le dijeron: “que iba a continuar la tortura sin piedad o compasión hasta que dijera la verdad” . Estas torturas continuaban hasta que la bruja revelaba los nombres de otras personas que también habían estado presentes en el aquelarre.

Por otra parte, si la acusada se retractaba era torturada con mayor intensidad hasta que nuevamente confirmara su confesión original. Los examinadores nunca quedaban satisfechos hasta que en algún momento la bruja diera nombres para posibles nuevos sospechosos, que posteriormente serían acusados y torturados de una manera rutinaria. De esa forma se puede decir que el sistema empleado, iba conformando una especie de cadena, debido a que si la persona torturada no señalaba a otra, continuaba siendo sometida a tales tormentos. Todas las confesiones que eran arrancadas bajo tortura tenían que ser confirmadas antes de que se dictara sentencia. 

Incluso las personas acusadas debían sellar su confesión con un juramento final.El método de intimidación empleado en los casos de brujas era: primero amenazar con la tortura, después describir los instrumentos que se utilizarían, y por último mostrarlos. Las confesiones se podían poseer en cualquier momento del proceso. En las torturas era más habitual la utilización de la estrapada, el potro y la empulguera; pero también se usaban sillas con puntas afiladas calentadas desde abajo, zapatos con objetos punzantes, hierros candentes, tenazas al rojo vivo, cintas con agujas, el hambre y el insomnio. Por otro lado, un crítico de la época, llamado Johann Matthaus Meyfarth. 

Matthaus escribió que en las cámaras de torturas vió: miembros despedazados, ojos sacados de la cabeza, pies arrancados de las piernas, tendones retorcidos en las articulaciones, omoplatos desencajados, venas profundas inflamadas , y venas superficiales perforadas. De esa forma, continúa con una descripción detallada de diversas formas de torturar al cuerpo humano. Por último, se puede destacar que para que el sistema empleado funcionara se debían reducir los costos del proceso y eso era mediante el sistema de obligar a los familiares de las brujas a pagar una factura por los servicios prestados por parte de los torturadores y los verdugos. 

Conclusión

También, las autoridades locales recibían una autorización para confiscar todos los bienes de la persona condenada. La transición del feudalismo al capitalismo se dio durante los siglos XIII y XV, debido a que el feudalismo había comenzado entrar en una decadencia; la solución fue crear un capitalismo temprano o incipiente. Cabe mencionar que el capitalismo es un sistema económico que se basa en la propiedad privada de los medios de producción. A partir de allí se puede comenzar a marcar una estrecha relación entre el nuevo sistema económico del Estado y la mujer. Para iniciar, hay que destacar que para el capitalismo que estaba surgiendo era necesario que se obtuviera una cierta acumulación.

Esta acumulación era fuerza de trabajo, además de lograr ampliar a la población. Frente a esta situación se puede extraer una idea ya planteada en el capítulo anterior, la cual es que el Estado comenzó a criminalizar el control que establecian las mujeres sobre sus capacidades reproductivas y su sexualidad. Por lo tanto, en estos nuevos Estados capitalistas comenzó a surgir una gran importancia el rol de la mujer, debido a que son las únicas que tienen la capacidad de la procreación.En definitiva para estos nuevos Estados el cuerpo de la mujer, más específicamente, el útero, pasó a considerarse una máquina de reproducción de fuerza de trabajo.

17 August 2021
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