La Clave Para No Ser Parte Del Acoso

Introducción

Actualmente, el bullying es un concepto socialmente conocido y del que se ha hablado mucho en los últimos años. De acuerdo a Olweus, un niño sufre bullying cuando está expuesto de manera repetitiva a acciones negativas por parte de uno o más estudiantes. Es un fenómeno que requiere atención y preocupación, ya que sus posibles consecuencias pueden llegar a ser devastadoras. Esta situación suele apreciarse como algo ajeno, aunque ¿Y si se trata de que tu hijo es el que acosa a otros niños? Al hablar de bullying, generalmente tanto las investigaciones como las conversaciones informales se centran en la víctima. 

Desarrollo

La atención sobre el acosador y sobre cómo debe actuar su familia ha sido escasa. Como padres, enterarse de que tu hijo acosa a otros niños es desolador y genera gran sufrimiento. Por eso, en este artículo nos centraremos en ello y en qué hacer si tu hijo acosa a otros. ¿Cómo detecto que mi hijo acosa a otros niños? El bullying es el acoso entre iguales y, predominantemente, en el entorno educativo; lo cual hace difícil para los padres poder percibir esta situación. Para poder asegurarnos de que existe este acoso debe de darse un carácter reiterado. 

Es decir, debe de haber una constancia para que podamos identificar el acoso como tal. Un episodio ocasional como por ejemplo una burla causada por un accidente no puede considerarse bullying. Señales de alarma para empezar, los signos que se van a referir a continuación no determinan que tu hijo pueda ejercer efectivamente acoso. Sin embargo, igualmente pueden ayudarte a obtener respuestas y poder identificar posibles problemas de conducta en sus relaciones. Habla de sus compañeros del colegio o instituto de forma negativa o incluso agresiva. Posee objetos que no le pertenecen, como dinero o artículos electrónicos. 

Se muestra reservado en exceso respecto a su móvil, ordenador y redes sociales. Excluye sin motivo a otros niños o grupos de amigos. ¿Qué hago si mi hijo acosa a otros niños?. Habla con él una vez que has aceptado que posiblemente tu hijo esté acosando a sus compañeros, lo esencial es hablar con él. Tened una buena charla con actitud serena y tranquila que haga entender a tu hijo que el acoso y la intimidación siempre está mal, independientemente de las circunstancias. La conversación debe guiarse desde la base de que quieres ayudarle. Hacerle ver que quieres trabajar con él en resolver esa situación. 

Ser un modelo de conducta para él, otra de las características del bullying es la intención de hacer daño. En ocasiones, los niños hieren sin ser conscientes, sin saber que lo están haciendo mal. Por ello, resulta fundamental mostrarles a los niños buenos hábitos desde el modelo más importante para ellos: sus padres. Muestra un comportamiento respetuoso y empático hacia los demás y asegúrate de que tu hijo lo vea. Un ejemplo sería ‘Sé que el profesor puede ser muy exigente, pero solo pretende compartir su conocimiento contigo’. Expresa delante de tu hijo las emociones de forma saludable. 

La ira o la tristeza son emociones difíciles de manejar y en momentos de tensión resulta aún más difícil. Cuando te enfades con tu hijo prueba a decirle ‘Ahora me siento molesta ¿Lo hablamos más tarde cuando esté más tranquila?’. Ponte en contacto con el centro educativo, solicita cita para ver al tutor y orientador del centro de tu hijo y pide consejo sobre que puedes hacer desde casa. El centro está muy informado sobre este tipo de situaciones y es el indicado para resolver los conflictos de alumnado. No obstante, es aconsejable hablarlo previamente con tu hijo y escucharle. 

Aunque, finalmente, como madre eres la más indicada para decidir qué es lo mejor para tu hijo. Finalmente, los adultos somos los principales agentes de cambio y de nosotros depende que este tipo de situaciones de violencia cambie. Siguiendo a William Alducin, los padres y profesores debemos estar al tanto de la convivencia del centro. Debemos observar y prestar atención cuando se den comportamientos que estén fuera de lugar y las situaciones puedan descontrolarse.’No se trata de etiquetar ni de humillar a los estudiantes que acosan, sino de ayudarles a abandonar esa manera de comportarse’.

Conclusión

Aceptar que tu hijo acosa a otros niños es un duro golpe difícil de asimilar y reconocer. Aun así, debemos ser nosotros los primeros en reflexionar para poder ayudar a nuestros hijos a hacerlo también. Acompañarle a preguntarse a sí mismo ¿por qué estoy haciendo esto? ¿Qué quiero conseguir?. Muchas veces no son conscientes de lo que hacen y lo único que quieren es ser aceptados por el grupo; aunque no conocen la forma adecuada de hacerlo. Por esto, lo más eficaz para ayudar a tu hijo es evitar las etiquetas y trabajar con él desde el apoyo y la comprensión.

17 February 2022
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