La Crisis De Los Misiles En Cuba En 1962
Introducción
En octubre de 1962 la Unión Soviética, Cuba y Estados Unidos tuvieron un duro enfrentamiento durante dos semanas por la colocación de misiles nucleares soviéticos en Cuba, donde el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear, dando lugar a una de las mayores crisis de la Guerra Fría y creando un ambiente de tensión por la posibilidad del uso de estas armas. Con el cierre de esta etapa comienza cierta laxitud en las relaciones y la coexistencia pacífica entre los Estados, enfrentados tras la II Guerra Mundial.
El 15 de octubre de 1962 comenzó uno de los sucesos más arriesgados de la Guerra Fría, que puso a la humanidad al borde del holocausto nuclear de magnitud insospechada. La posibilidad del conflicto atómico entre Estados Unidos y la extinta Unión Soviética, dos superpotencias antagónicas política e ideológicamente, cerró una etapa de la Guerra Fría, donde se vio que había entre ellas un choque total y permanente por la forma de ver el mundo, basándose en la carrera armamentística para garantizar la paz a través de un equilibrio de poder y dejando patente en este contexto que las alianzas pueden provocar crisis de carácter global.
Desarrollo
La Revolución Cubana triunfó en 1959 y tenía un componente nacionalista fuerte, que buscaba desligarse económica y políticamente de Estados Unidos, país que consideraba a Cuba como su patio trasero. Este movimiento, liderado por Fidel Castro, llevó a cabo numerosas reformas socialistas, realizando expropiaciones y nacionalizando recursos económicos (casi todos en manos de estadounidenses), por lo que Cuba comenzó a sufrir un embargo parcial por parte de EE. UU., donde Eisenhower suprimió en 1960 los cupos de azúcar que adquiría a Cuba, uno de los principales productos de sus exportaciones, firmando así un acuerdo con la URSS para comprar parte de la cosecha de azúcar y abastecerle de petróleo.
Desde que subió al poder en 1953, Eisenhower apoyó la dictadura de Batista y, al producirse la revolución castrista y basándose en una dura doctrina anticomunista, dio refugio a los criminales huidos de Cuba, a los que entrenó clandestinamente desde 1960, auxiliando económica y militarmente a estos contrarrevolucionarios anticastristas para intentar derrocar el sistema socialista, dando lugar a la invasión de Playa Girón, que resultó ser un estrepitoso fracaso y supuso una gran vergüenza para la administración Kennedy en abril de 1962.
De igual forma, hubo numerosos intentos de asesinato por parte del gobierno de Eisenhower de los principales dirigentes revolucionarios, así como la creación por parte de J.F. Kennedy, en 1962, de una fuerza antisubversiva para derrocar al régimen de Fidel Castro.
En 1961 la hostilidad hacia Cuba se hizo más patente, sufriendo un boicot económico casi total con medidas más duras, donde Kennedy puso en cero la cuota de azúcar cubano en el mercado norteamericano. En diciembre de ese año Castro reconoció que Cuba era marxista-leninista y la proclamó república socialista. En enero del año siguiente EE. UU. expulsó a Cuba de la Organización de Estados Americanos; en febrero, y una vez el régimen revolucionario cubano se iba aproximando al bando socialista de la URSS, los estadounidenses endurecieron las restricciones comerciales y crearon un programa para acabar con la revolución cubana a través del Banco Interamericano para el Desarrollo, la Alianza para el Progreso y los Cuerpos de Paz.
Tras el fuerte revés que sufrió Kennedy después de la invasión a Cuba, se empezó a gestar en octubre de 1961 la operación Mangosta para ocupar de nuevo la isla y desestabilizar al gobierno cubano, pero esta vez con el ejército estadounidense; sin embargo, el plan secreto fue descubierto por los soviéticos y alertaron a las autoridades cubanas antes de que pudiera llevarse a cabo.
Asimismo, Castro destapó la operación Ortsac (Castro al revés), donde las fuerzas armadas de EE. UU. pretendían derrocarle. De esta forma, y convencido de que EE. UU. preparaba un nuevo ataque a la isla, no tuvo más remedio que pedir ayuda militar a la Unión Soviética.
Aprovechando la coyuntura, el entonces presidente de la URSS, Nikita Jrushchov, propuso a Cuba la instalación en sus costas de misiles nucleares como armas defensivas para proteger la isla de otra invasión estadounidense, al mismo tiempo que ese acto suponía un factor de equilibrio ante la superioridad nuclear de Estados Unidos y así demostrar su potencial nuclear, medida que podía disuadir a los norteamericanos de un ataque con los misiles que estaban colocados en Turquía un año antes y que apuntaban directamente a la URSS.
Conclusión
De esta forma, cualquier ataque a Cuba sería entendido como un ataque directo a la URSS. Castro que esta operación se hiciera pública, pero el líder soviético prefirió mantenerla en secreto hasta que las bases estuvieran instaladas. A pesar de que la subida al poder de Nikita Khrushchev fomentó una mayor apertura en las relaciones internacionales basadas en la coexistencia pacífica con los Acuerdos de Camp David de 1959, la construcción del muro de Berlín en 1961 hizo patente, una vez más, las discrepancias entre el bloque socialista y el capitalista.
Estas continuas agresiones (económicas, políticas y militares) de Estados Unidos a Cuba y el creciente peligro de una nueva invasión a la isla provocó el aumento de las tensiones entre ambos países.