La Definición de Belleza para Egipto y la Antigua Grecia

Resumen

Los egipcios consideraban que la importancia de la belleza principalmente estaba en el aspecto físico, realizaban diferentes tipos de compuestos para mantenerse bellos representando así la unidad entre la vida y la muerte, los griegos admiraban la belleza del ser humano desde el aspecto natural, tonalidades de piel, proporciones, armonías y volúmenes del cuerpo y se guiaban por la matemática para determinar lo bello.

Introducción

La belleza objeto de investigación a través del tiempo en búsqueda de patrones establecidos dentro de la humanidad para identificar lo bello, definido también según la RAE como “Persona o cosa notable por su hermosura”. Si se explica la palabra hermosura logramos encontrar adjetivos como excelente y proporcionado con ello podríamos decir aquello agradable a los cinco sentidos. Pero aún no se logra consensuar normas de belleza únicas en el mundo, debido a que puede ser externa, como interna, aprobada, idealizada, intelectual o artificial. La interpretación que las culturas han brindado a la belleza son extensas en esta ocasión se conoce a los egipcios y el realce de la belleza por medio de sus atuendos, adornos y sustancias que utilizaban en su día a día, también quienes fueron los precursores de dichos hábitos. Y en la cultura griega evidencia la forma en como los filósofos consideran que es la belleza, se basan en definiciones como lo naturalmente bello, uso de medidas y armonías no solo en lo humano sino a todo lo que ocupa un lugar en el mundo, las expresiones de lo bello por medio del arte, en especial de la pintura y escultura, además como en su mitología el dios Zeus brinda a todo ser proporciones de belleza basándose en la armonía.

Los egipcios y la belleza

La belleza para Egipto era concebida como aquello que podemos observar por medio de la vista, ellos utilizaban diferentes productos, atuendos para demostrar cuan bellos eran.

El antimonio o kohol con el que los egipcios e pintan los ojos tiene la propiedad de prevenir las oftalmias del desierto (Dominique Paquet, 1998)

Cada sustancia beneficia a partes del cuerpo externas como puede ser los ojos, el cabello, la piel, entre otros. Los egipcios eran auténticos maestros de la belleza, la cosmética. Realizaban su propios ungüentos, perfumes, teñían sus cabellos y mantenían su cutis hidratada y la protegían de la luz. El culto a la belleza en ese período fue tal que inclusive enterraban al faraón contiguo a recipientes que contenían cremas, perfumes y cosméticos para utilizarlos en la próxima vida.

El maquillaje más usual fue el delineado debajo del ojo, inspirados por ver a los peces, que a lo largo de la época ha ido variando su coloración, recorriendo el verde, negro o azul fuerte. Este delineado, a veces exagerado, enmarcaba la vista y se prolongaba incluso la sien y era utilizado por mujeres, hombres y niños de todas las clases sociales. El delineado posee diferentes utilidades.

El kohol, que es el tinte oscuro que utilizaban como delineador de ojos, les protegía de enfermedades oculares, como la conjuntivitis, y servía como repelente de insectos. También, existía la confianza de que ese cosmético les protegía del mal de ojo. Definiendo así que los antiguos egipcios tenían estrechamente despejado que belleza y salud van perpetuamente de la mano. En divergencia con el maquillaje pomposo de los ojos, aplicaban en la cara polvos blancos que iluminaban la envoltura. Los egipcios fueron los inventores de los primeros pintalabios, aplicaban una tinta realizado con ocre escarlata y óxido de hierro obteniendo un tono muy parejo al que podemos encontrar hoy en cualquier bazar de cosmética. Inclusive utilizaban iluminadores que daban resplandor a su mirar, fabricándolos con caparazones iridiscentes de escarabajos que machacaban hasta adquirir un polvareda que aplicaban en los ojos.

Existían dos motivos principales que condujeron al gran culto a la belleza y al maquillaje en cortes faraónicas en primera la antigua belleza de las reinas del pasado Egipto y la segunda el embalsamamiento de cada faraón.

Los ritos funerarios se caracterizaban no únicamente por momificar los cuerpos de los difuntos, asimismo por consignar aledaño a ellos todo género de objetos, alimentos y materiales preciosos para que en la existencia futura disfrutasen de los capitales terrenales. Entre los objetos se encontraban peines de ocre, cremas, azabache para los ojos, residuo, etc., intrínsecamente de pequeños recipientes en los que estaban grabadas las explicaciones para su rito.

Asimismo crearon los primeros destellos para adornar los ojos, para lo cual trituraban en un machacador los caparazones de ciertos escarabajos para adquirir un serrín robusto que mezclaban con sombras.

El sombreado liviano, favorito, se obtenía por medio de malaquita en harina que se aplicaba a los párpados superiores e inferiores. La delicadeza de los cuidados estéticos fue formidable. Fórmulas secretas embellecían a las reinas de Egipto que, con mucha prisa, eran imitadas. Los peinados, las pelucas, los baños de leche, las estilizadas siluetas, formaban detalle de una civilización en la que lo espiritual, el arte, la religión y la ciencia tenían una importancia esencial.

Específico cuidado merecían el vello, la piel y los ojos. El cabello era pintado con henna, consiguiendo millar de matices encarnados y brillantes, o conforme se rasuraba completamente para conceder los continuos cambios de pelucas, intensamente sofisticadas. Con ungüentos, afeites y baños perfumados o de cuajo cuidaban de conservar una dermis tersa y extremadamente suave. Los ojos se remarcaban en azabache, engrandeciendo y suavizando su grafía nativa. El carmín de los labios, el albo para sustraer vivacidad al rostro, el rojo-naranja para las mejillas, eran productos extraídos de plantas y arbustos. Usaban antimonio para reemplazar el matiz de los párpados en ańil y verde, realzando también crecidamente las pestañas.

Las dos reinas que más se significaron por su hermosura y sus secretos de belleza fueron Nefertiti y Cleopatra. De Nefertiti se recuerda hasta su estilizada sombra, luego de tener seis hijos, siendo ella quien extendió la usanza de la tonalidad verde para los párpados. El estupendo pecho de esta emperatriz, mujer de Amenhotep IV, se conserva en ostentosa constitución en una exposición de Berlín. La majestad Nefertiti, se pintaba las uñas de las manos y los pies de un carmesí rubí. De Cleopatra se dice que fue la dama que reunió más y más secretos referente el acabado de su magnificencia: se pintaba las uñas de las manos y los pies de un escarlata sombrío de óxido, sus mascarillas, su afeite, sus “cremas” con polución y sus baños de nata pasaron a la historia. Comenzando con Cleopatra hasta las técnicas modernas de hoy, a lo dilatado del tiempo han cambiado las formas de hermosear el semblante.

Las egipcias también se depilaban las cejas y se colocaban otras postizas. Existían condiciones como mujeres de rango inferior solo podían usar tonalidades pálidas. Comenzaron la moda de pintarse la boca con tintes hechos de ocre rojo y óxido de hierro natural ayudándose de un cepillo o palo, Además se coloreaban los dedos de las manos y pies con alheña para obtener un pigmento rojo-naranja, y en marcaban las venas de sus pechos y pintaban con dorado sus pezones.

Los hombres rellenaban sus tumbas con maquillaje para la existencia del más allá. En la de Tutankhamon se encontraron cremas para la piel, color para labios y tinte para mejillas, material aun utilizable y con fragancia.

El uso de cosméticos también reflejó la unidad de los humanos con los dioses, una conexión con la otra vida. En el libro de Enoc Hazazel, Jefe de los Ángeles Rebeldes, menciona que fue el encargado de expandir el arte y de pintar el contorno de ojos con antimonio. (Charles, 2006)

Los griegos y la belleza

Para la antigua Grecia la interpretación de la belleza fue muy diferente, la definición de belleza se encontraba en las reflexiones estéticas de los filósofos griegos específicamente en el periodo Clásico.

Los griegos tenían una firme investigación con relación al ideal de belleza, las primeras meditaciones fueron sugeridas por Pitágoras, en el siglo Vl a.c, sus lineamientos se basaron en que el mundo es un todo que posee un orden y se opera por una ley matemática, pensamiento que nacen de los filósofos presocráticos (Anaximandro, Anaxímedes y Tales) quienes debatían referente al inicio de todas las cosas.

Zeus había fijado un tamaño y un límite apropiado a todos los seres, el enfoque del universo griego interpreta la regla y la armonía como las formas que limitan al planeta y lo componen. Pitágoras es uno de los teóricos que propone una formula conocida como proporción áurea para definir la belleza de la vida, esta equilibrio se puede hallar presente en la biósfera como plantas y animales, inclusive en todas las formas artísticas de expresión como la canción, boceto, arquitectura entre otras.

Gracias a la relación aurea, se establecerían crecidamente las reglas básicas de composición en la pintura que derivan de ella, entre estas se puede aludir la regla de los tercios, señala que si adentro del paralelogramo en el que se diseñó la curva se ubican cuatro puntos centrales adentro de todo sección, aquello que queda dentro de esos puntos será el eje de curiosidad de la efigie, la farola de incentivo, esta ley seria posteriormente adoptada en la información fotográfica y el cine.

Esta primera época del inclinación griego clásico con Pitágoras referente reflexiones estéticas trascenderá en todos los estudios relacionado a la medida, la proporción y la simetría de tal manera que se estipularan reglas o leyes, las cuales delimitaban la forma en la que se debía conocer la beldad, en la que debía concebirse una cosa como lindo e incluso como debía representarse para que sea bello según sus proporciones.

Podemos hablar de una primera comprensión de la belleza, aunque está ligada a las diversas artes que la expresan y no tienen un estatuto unitario: en los himnos de la belleza se expresa en la armonía del cosmos. (Eco, 2010)

Aristóteles piensa que la extensión y la proporción disponen de una norma adecuada el cual denomina o conceptualiza como modo, definiendo que la forma de los objetos y la realidad son bellas si cumplen con esta correlación. Cada obra que compone el universo tiene una dimensión apropiada, tanto de manera unitaria como la composición total y colectiva de la que hace pieza aquel objeto.

Esta apreciación permitió en el arte representara o esculpiera obras en el cual la intervención de todos los objetos que hicieran parte de esta fueran dispuestos de tal forma que, si faltase uno de ellos, el trabajo no cumpliría su intención desde luego perdería el valor que le fue fijado por el creador que la compuso, resumiendo asi que si se escogiese una labor artística, en este tema el cuadro de una bosquejo famoso, El nacimiento de Venus del año 1484 por Sandro Botticelli, cada objeto como el cabello, la postura del cuerpo y de las manos, la caparazón donde permanece y demás poseen dimensiones que representan en el lienzo como cada objeto una proporción todo lo demás que permanece en la obra. Las relaciones recrean la forma de los objetos adecuadamente, también están colocados y ordenados según el ambiciones del autor, cumpliendo así la composición total con los cánones de proporción y simetría.

Tanto en la cultura egipcia como en la griega la belleza fue concebida de formas diferentes algunos buscaban más lo exterior como en el caso de los egipcios que atendían el cuidado de su cuerpo como base primordial tanto en vida como muertos, dejando un legado a los otros de estructuras de ver la belleza. En cambio los griegos se identifican mayormente con la belleza natural y la interior. Manejan lienzos en donde lo importante son las mediciones del cuerpo para asegurar que algo es bello, también que debe ser armonía y proporción para considerarlo agradable a la vista y que no afecta a las otras cosas para representarse. La belleza fue, sigue y seguirá siendo motivos de debate porque si es cierto podemos identificar normas referentes a belleza, no son lo único en lo cual basarse para determinar algo bello como verdad absoluta.

Conclusiones

La belleza en la antigua Grecia se define como la relación entre armonía, proporción y medida.

Los dos motivos principales que condujeron al gran culto a la belleza y al maquillaje en Egipto fueron la antigua belleza de las reinas y el embalsamamiento de cada faraón.

Los peinados, las pelucas, los baños de leche, las estilizadas siluetas, único formaba detalle de una civilización en la que lo espiritual, el arte, la religión y la ciencia tenían una importancia esencial.

Zeus fija un tamaño y un límite apropiado a todos los seres, interpretando así la regla y la armonía como las formas que limitan al planeta.

Cada pieza compone en el universo una dimensión apropiada, tanto de manera unitaria como la composición total.

Referencias

  • Charles, R. H. (2006). El libro de Enoc.
  • Dominique Paquet. (1998). Historia de la Belleza. Ediciones B, S.A.
  • Eco, U. (2010). Historia de la Belleza. DELBOSILLO.
27 April 2022
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