La Evolucion De Edad Media A Renacimiento

Si bien la cultura renacentista estaba familiarizada con el género biográfico por un amplio repertorio, que iban desde las vidas de ilustres y de filósofos griegos, escritas por Plutarco y por Diógenes. Ya Dante había comenzado la tradición de recopilar biografías sobre artistas, una tradición que culminaría con la importante figura de Giorgio Vasari (1511-1574) y su Vite de’ più eccellenti architetti, pittori, et scultori italiani, da Cimabue insino a’ tempi nostri, (1550) se inicia propiamente la historiografía artística. Se considerará como el gran tratado de Historia del Arte. Vasari fue el creador del concepto de Renacimiento

Influenciado entre otros, por Filippo Villani (1325-1407) recoge las ideas que postula la imitación de la naturaleza como esencia del arte y la concepción de que el gran arte de la Antigüedad se había perdido con el transcurso de los siglos, por lo tanto, los artistas florentinos, en particular Giotto, habían hecho que retornase a través del estudio de la Naturaleza. Aplican en ella el principio de mímesis (como el concepto estético de Aristóteles), se denomina así a la imitación de la naturaleza como fin esencial del arte y como criterio de valoración, repetido desde entonces en la literatura sobre arte.

El método utilizado por Vasari parte de la idea de un conocimiento biográfico de los artistas, es decir, sistematiza la historia del arte italiano a partir de la personalidad de los artistas, una idea que contradice el ideal religioso de humildad predominante hasta entonces. Los artistas, de esa manera se separaban del concepto de artesanos, más interesados por cuestiones científicas y técnicas.

La estructura del libro de “Vidas..” se organiza con la idea progresiva y evolutiva del arte. empieza con una nueva infancia (Cimabue, los Pisanos, Giotto, Arnolfo di Cambio), se sigue de una floreciente juventud (Della Quercia, Masaccio, Donatello, Ghiberti, etc.) a la que caracterizan el estudio y los descubrimientos técnicos (anatomía, óptica, perspectiva), para finalmente, ya en el siglo XVI, desembocar en la que habría de ser la perfetta maniera. Esta última está representada por Giorgione, Tiziano, Andrea del Sarto; la culminan la trinidad superior de artistas sobre los que ya había escrito Paolo Giovio: Leonardo, Rafael y Miguel Ángel.

Surge después y a raíz de lo que Kant propusiese su Crítica a la razón pura, esto es, examinar a la luz de la razón todas aquellas materias o disciplinas a las que pretende aplicarse, esto quiere decir que empieza la historia del Arte de una forma científica.

La repercusión de las Vidas se hizo evidente en casi todos los libros que siguieron. Siendo el modelo biográfico adoptado de manera casi universal hasta llegar a Winckelman, verdadero impulsor de la historia del arte.

En el desarrollo de la Historiografía del Arte se suelen marcar dos puntos decisivos: el primero, a mediados del siglo XVI, con la publicación de Le Vite… de Giorgio Vasari, y un segundo momento, a mediados del siglo XVIII, en el que a través de la figura de Johann Winckelmann (1717-67), ya no será tanto el artista sino la obra creada por el mismo, y su inserción en un desarrollo histórico y cultural. En 1764 publica la “Historia del Arte” que supone un giro metodológico importante respecto al planteamiento de Vasari.

El siglo XVIII asistió a la especialización científica, una nueva erudición y la reconsideración de la Antigüedad clásica. En el Siglo de las Luces se procedió a la recopilación y catalogación de grandes colecciones de arte, se desarrolló la arqueología y nacieron nuevos intereses intelectuales.

En Winckelmann podemos encontrar rasgos característicos, como la definición de la belleza y la moral (viejo ideal griego), los hechos históricos pueden explicar el origen de las formas artísticas y usa una metodología descriptiva e interpretativa.

Para Winckelmann el “Apolo de Belvedere”, era el más alto ideal de la Antigüedad, en tanto perfección de la figura masculina, además podemos apreciar la sensación de movimiento, su movimiento pendular del cuerpo y la proporción de la figura está relacionada con el número aureo, también llamado número de Dios, como la correlación entre dos segmentos de una recta, es decir, una construcción geométrica. Para Winckelmann la belleza alcanzada por el arte clásico suponía una auténtica expresión del absoluto.

Con Winckelmann se inicia la concepción del estilo, evolucionistas, que a través de los juicios históricos de una sociedad, una cultura y un tiempo específico se podrán reconocer. Es decir desde un punto de vista racionalista. Con esta nueva manera de pensar la Historia del Arte Europa del norte supera la concepción italiana, disolviendo su predominio.

A partir de I. Kant (1742–1804). Surge lo que el propuso en su “Crítica a la razón pura”, examinar a la luz de la razón todas aquellas materias o disciplinas que analizamos. Pero ahora a esta historia intuitiva se la va a someter a las formas del entendimiento y especialmente a la facultad unificadora, que al mismo tiempo es ordenadora y clasificadora. Con un estudio más razonable y normalizable de una obra más nos acercaremos a los (objetivables), marginando los elementos puramente estéticos. Para Kant esto quiere decir que empieza la historia del Arte de una forma científica.

Kant en su “Crítica del juicio” (1790) reflexiona sobre los juicios sobre la belleza, supone el comienzo de la estética moderna, en un ejercicio de pura satisfacción desinteresada, un intento de mediar entre el conocer y el desear.

La idea fundamental de Taine es que sólo podemos conocer una obra de arte si se relacionan con todos los elementos que configuran, su medio físico, artístico y cultural. Taine encarna el arquetipo del historiador positivista, que concibe la Historia del Arte como Historia Natural del Arte. La gestación del arte se encuentra fuera del mismo, en hechos sociales externos. Así, ámbitos como la geografía, economía, historia y la religión determinarían la forma estética. Su método de análisis de la obra de arte consiste en reconocer que no se produce aislada, es preciso buscar la totalidad de la que depende y por lo tanto la explica.

En Jacobo Burckhardt (1818-1897) encontramos la superación del positivismo y el antecedente de la Escuela de Viena. Merece un lugar destacado en los anales de la Historiografía del Arte, por su estudio del renacimiento italiano en su obra “Cultura del Renacimiento” en 1860.

Nos habla de la transición de la Edad Media al espíritu creativo del Renacimiento, donde los hombres se concebían como miembros de una comunidad a otra en la que se idealiza al individuo. Los diferentes aspectos de la vida de un pueblo han quedado marcados en la obra, y por tanto nos refleja la vida y cultura de un pueblo. Estos postulados de una obra viva van a abrir el camino para otras metodologías que se darán en el siglo XX como el existencialismo y la fenomenología.

13 Jun 2021
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