La Filosofía Intercultural y Su Relación con el Turismo
Antes de comenzar a desarrollar este tema es muy importante tener claro el significado de ciertos conceptos que nos pueden ayudar a comprender mejor el tema principal, en este caso, comenzaré con filosofía intercultural. Con respecto a la palabra filosofía Adela Cortina, filósofa española, nos dice: “La filosofía es una necesidad. Toda sociedad que quiera ser culta y construir su vida de forma razonable debe recurrir a esta rama del conocimiento cuya tarea es saber cuáles son sus fundamentos y hacia dónde se encamina”. Con esto se puede decir que dicha doctrina cuyo significado en griego se interpreta como “amor a la sabiduría” se enfoca en el profundo análisis y razonamiento de diferentes temas, en su mayoría los relacionados con la existencia, la verdad y la ética.
Por otro lado, el adjetivo intercultural describe la interacción entre dos o más culturas de modo sinérgico, lo cual supone que ninguno de los conjuntos se encuentra por encima de otro, una condición que favorece la integración y la convivencia armónica de todos los individuos.
Dicho lo anterior, ahora podemos hablar de la filosofía intercultural y para entenderla mejor a continuación se citarán algunas definiciones dichas por los autores más representativos de esta corriente.
En el contexto latinoamericano en particular, el nuevo horizonte de comprensión ha sido impulsado por un acontecimiento aún más significativo: 1992 (Fornet Betancourt, 2004a
La filosofía intercultural se encuentra en “tierra de nadie”, nos dice Raimon Panikkar (2000b) en un lugar virgen que aún no ha sido ocupado, puesto que de no ser así ya no sería intercultural, sino que pertenecería a alguna cultura determinada. La interculturalidad es tierra de nadie, no lugar, está entre dos (o más) culturas, es problemática. Por su parte Raúl Fornet Betancourt (2004) nos dice que entiende la interculturalidad no como una posición teórica ni como un diálogo entre culturas o tradiciones filosóficas distintas sino como una ‘postura’ o ‘disposición’. Una actitud del ser humano que se dispone a vivir ‘sus’ referencias identitarias en relación con los ‘otros’.
A modo de primer acercamiento entonces se puede decir que “la filosofía intercultural no es un nuevo tipo específico de filosofía ni es filosofía de la cultura, sino un movimiento que tiende a reposicionar la filosofía frente a (y dentro de) las tradiciones culturales y de pensamiento, que históricamente ha quedado fuera o en los márgenes de lo definido como filosófico”. (Santos, A.)
Esta nueva forma de pensar no surge espontáneamente, sino que se genera a partir de el auge de diferentes problemas sociales, así como hechos históricos. En el contexto internacional ha surgido, en las últimas décadas, el fenómeno de movimientos migratorios constantes y crecientes, situación que pone en contacto (y a veces en conflicto) a pueblos y personas provenientes de tradiciones lingüísticas, religiosas y culturales diferentes. Los migrantes llegan con su arraigo cultural y así como existe la necesidad de integración, también existe la necesidad de autodeterminación política, cultural, religiosa, lingüística.
Un claro ejemplo de esta problemática se puede explicar con la muy famosa zona de Cancún. Un desarrollo turístico de nivel internacional galardonado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) con el premio “The best of the best”, distinción que lo certifica como un destino donde se aplican las mejores prácticas en materia turística y tiene como objetivo promover la mejora de la calidad en el servicio turístico e impulsar avances en el bienestar de la sociedad civil, o al menos ese es el discurso por medio del cual este lugar fue promovido y se mostró ante la sociedad.
La parte turística de Cancún es denominada Zona Hotelera, una franja de arena blanca que recorre todo el este del municipio de Benito Juárez, repleta de hoteles en la zona costera, la cual es la principal atracción turística de la ciudad. De norte a sur encontramos 9 playas públicas desde Puerto Juárez hasta Punta Nizuc, a lo largo de 22 km.
Cancún es un centro integralmente planeado (Cip), resultado de un proyecto gubernamental. A finales de los años setenta, el Banco de México estudió la dinámica del turismo en el mundo y en especial la importancia que cobraba en el Gran Caribe, que proyectaba un fuerte crecimiento (Banco de México, 1968,1973,1979). Esto es relevante porque el proyecto Cancún corresponde entonces a una visión de turismo de sol y playa en el modelo masivo, que se gesta en la posguerra y que ya se expandía en el Caribe (Hiernaux, 2006)
El plan debía generar oportunidades de inversión para el sector privado, crear empleos, alcanzar la autodeterminación y la comercialización de la oferta turística nacional en el exterior, entre otras cosas. Pese a que en sus inicios buscó ser un ejemplo nacional en liderazgo de instrumentos de política ambiental y planeación urbana, la violación de sus Programas de Ordenamiento Ecológico y Desarrollo Urbano y el desorden con el que han sido modificados, han provocado un crecimiento y desarrollo alterado, afectando en gran medida al ambiente y a las zonas residenciales aledañas. Inclusive quienes trabajan en los recintos hoteleros se ven afectados, principalmente por los mismos turistas que se hospedan en estos complejos, pues los empleados en su mayoría son migrantes que salen de su lugar de origen en busca de establecer una mejor calidad de vida y adquirir cierta estabilidad económica, cosa que muy pocos logran ya que los empleos que se ofrecen muchas veces son mal pagados en comparación de todas las tareas que estás personas realizan.
Ahora ahondando un poco más en el tema, los impactos sociales en su generalidad se refieren a las consecuencias sociales y culturales en las poblaciones humanas que tiene cualquier acción pública o privada que altera las formas en que las personas viven, trabajan, se relacionan, organizan y, en general, interactúan como miembros de un grupo (Burdge & VanClay, 1996). Específicamente en el contexto del turismo, los impactos sociales pueden ser considerados como “los cambios en la calidad de vida de los residentes de un destino turístico que son consecuencia del turismo de cualquier tipo en ese destino” (Wall & Mathieson, 2006)
Así, son muchos los factores que intervienen en el tipo e intensidad de los cambios socia-les asociados al turismo, entre los cuales se encuentran las condiciones socioeconómicas y culturales de la población, la diferencia cultural entre turistas y locales, las estructuras políticas y jurídicas, el número de turistas y el tipo de turistas y su comportamiento exhibido (Ryan, 2003)
Ahora, atendiendo a la premisa principal, retomaremos lo que en un principio se dijo, en pocas palabras el objetivo principal de la filosofía intercultural es que todos los grupos culturales; es decir aquellos que comparten cierto conocimiento, vivencias e incluso territorio; que conforman a una sociedad; entiéndase al conjunto de personas que se relacionan entre sí, de acuerdo a unas determinadas reglas de organización jurídicas y consuetudinarias, y que comparten una misma cultura o civilización en un espacio o un tiempo determinados. tengan el mismo nivel de participación al tomar decisiones, o bien, que ningún grupo se sobreponga ante otro, todos deben respetar cierta sinergia.
La postura de esta corriente es bastante cuestionable, ya que el discurso que da parece ser utópico, ya que como bien se sabe, en una sociedad siempre están los grupos dominantes (desarrollados) y los dominados (subdesarrollados). Hay que entender que en el sistema intercultural podría verse a las diferentes culturas como esferas aisladas pero que tienen cierta relación, ya sea en cuanto al lenguaje, costumbres, territorio, etc.
Debido a que el turismo que llega a Cancún es en su mayoría de “spring break” y que estás personas usualmente son extranjeras, se presenta un choque cultural muy marcado, que de hecho es un patrón que durante décadas se ha repetido.
Al llegar personas de diferente nacionalidad, muchas veces, en lugar de adaptarse o respetar la cultura del país receptor, tratan de imponer sus costumbres al no comprender o no interesarles el pensamiento del grupo con el que interactúan, por lo que rompen con el esquema que la filosofía intercultural intenta plantear. Incluso los trabajadores de los hoteles llegan a ser discriminados por los mismos turistas. Con este problema planteado la pregunta es: ¿Realmente es factible lograr un turismo basado en esta corriente, y aplicarlo en la zona hotelera de Cancún?
Es muy difícil que cada grupo pueda solidarizarse con otro y comprender los problemas por los que pasa, a menos que éste haya experimentado algo similar, es por esto que la manera “correcta” o más acertada de entenderse es por medio de las analogías. Y aún así, sigue resultando difícil.
Considero que la aplicabilidad de las premisas que conforman a la corriente filosófica intercultural son utópicas, al menos siendo aplicadas en esta zona. Cancún como destino turístico comenzó a constituirse alrededor del año de 1970, y el clasismo es un problema que ha arrastrado desde esas épocas, por lo que es muy difícil cambiar las normas de una sociedad que ha funcionado de la mismo forma durante varios años.
La gestión del turismo, lejos de su acotada noción empresarial, se asocia a “los procesos y técnicas diseñadas para atender a los turistas y el desarrollo del turismo, pero, al mismo tiempo, minimizar sus consecuencias negativas” (Telfer & Sharpley, 2008)
En casos en donde el comportamiento de los turistas resulta ser un agente de cambio sociocultural importante, la gestión debe focalizarse a dicho comportamiento. De hecho, la gestión de los turistas y de otros visitantes es uno de los mecanismos importantes en los intentos de reducir los impactos negativos económicos, medioambientales y socioculturales del turismo (mason, 2008)
Las estrategias de gestión del turismo y los turistas son frecuentemente aplicadas una vez que los signos de deterioro medioambiental, social o cultural son aparentes; sin embargo, es importante que las acciones de gestión sean implementadas antes de que se alcance la afectación de los recursos o de que la calidad de vida de los residentes haya sido tocada. Dicho lo anterior, lo ideal hubiera sido establecer las estrategias basadas en la corriente filosófica intercultural desde el principio, es decir, antes de que se estableciera toda una comunidad en el lugar, para que de esta forma la mecánica que los turistas siguen en relación con los residentes y trabajadores hubiese sido lo mas cercana a lo ideal.