La Historia Y Evolución De La Diabetes
La diabetes ya existía y se conocía hace muchos años, concretamente en el año 1550 a.c. por los antiguos egipcios. Un arqueólogo llamado George Ebers fue el primero que encontró en 1873 un papiro, llamado entonces papiro de Ebers en su honor, en el cual ya se hablaba de la enfermedad. Actualmente se encuentra en Leizpig, Alemania, en la biblioteca de la universidad. En él se hablaba de personas de aquella época las cuales tenían unos síntomas concretos como mucha sed, mucha hambre y aun así perdían peso, tenían ganas de orinar constantemente y falta de energía. Estos síntomas en la actualidad son los que padecen los enfermos diabéticos.
En el siglo II d.c. en Grecia un famoso médico llamado Galeno de Pérgamo, nombraba la patología como la enfermedad sedienta precisamente por los síntomas antes descritos.
Otro médico entre los años 80 y 123, Araretus de Capodocia, dio nombre a la diabetes (correr a través) aunque también se le atribuye a Apolonio de Menfis. En este caso también en referencia a uno de los síntomas de la enfermedad, por la poliuria (orinar frecuentemente). En aquella época todavía se desconocía la causa del porqué de la enfermedad. Araretus de Capodocia se pensaba que el problema provenía de un fallo en los riñones de los afectados al no retener el agua. Un escritor romano en el siglo I a.c. Celso, escribió una definición detallada de la patología en la que aconsejaba realizar actividad física frecuente y una dieta en concreto.
En 1675 un médico inglés llamado Thomas Willis amplía el nombre de la enfermedad a diabetes mellitus (miel dulce) por la orina y la sangre dulce. Nombró también como diabetes insípida a la que en la orina no tenía sabor. En 1776 descubre el británico Donson que en la orina de los diabéticos se encuentra glucosa. En 1857, Claude Bernard, erróneamente piensa que el problema de los diabéticos recae en el hígado que es donde se produce el exceso de glucosa.
Dos filósofos en 1889 de la universidad de Estranburgo, Oscar Minkoaski y Joseph Von Merig, realizan varias investigaciones con animales. Concretamente a un perro le extirpan el páncreas y comienza a padecer los mismos síntomas de un paciente diabético y como resultado final la muerte del animal. Gracias a este experimento queda demostrado que la causa del desarrollo de la diabetes es la ausencia o mal funcionamiento del páncreas.
En 1921 se produce un importante descubrimiento, la insulina. Los canadienses Charles M. Best y Frederck G. Bantin fueron los promotores así como de los beneficios de dicho descubrimiento para poder tratar la enfermedad. A una cachorra, Marjorie, le quitaron el páncreas y le inyectaron el líquido extraído de otro páncreas de un mono y vieron que los resultados eran satisfactorios pudiendo vivir así durante dos semanas. Al final tuvo que ser sacrificada, ya que el inyectable se terminó.
En 1922 se realiza el primer experimento de la insulina en un humano. Fue un joven de 14 años llamado Leonard Thompson en el hospital de Toronto en Canadá. Los resultados fueron tan favorables que ofrecieron la fórmula gratis a las compañías. Por esta razón ganaron el Premio Nobel de la Paz un año después. Leonard Thompson murió 13 años después a consecuencia de una bronconeumonía. Al hacerle la autopsia pudieron observar en el páncreas varias complicaciones graves.
En España también hubo un doctor, Rossend Carrasco, que extrajo en 1922 el líquido del páncreas de cerdos sacrificados para obtener la tan anhelada insulina. En Europa el primer experimento con un humano fue a Francisco Pons, de 20 años de edad. El problema que generaba esta nueva insulina eran los efectos secundarios que provocaba, como hipoglucemias graves, así como complicaciones varias. Fue en 1923 cuando la insulina ya era utilizada en Europa y en el resto del mundo.
Harold Himsworth en 1936 pudo comprobar como algunas personas diabéticas padecían reacción a la insulina y no falta de la misma. Otro descubrimiento importante fue la mezcla de componentes para poder crear la insulina hecho realizado en 1954 por Frederick Sanger y sus colaboradores. Janbon y Colleague en 1958 descubren un primer fármaco via oral para poder tratar la enfermedad, la sulfonilurea. Sterne en 1959 descubre que la metformina ayuda a controlar la glucosa del azúcar en sangre.
En 1979 se publicó un artículo en una revista en la que ya se hace la primera clasificación de la enfermedad. Diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2. También se clasificó la diabetes en embarazadas como diabetes gestacional, así como otros tipos de diabetes. La Organización Mundial de la Salud así lo declaró y tipificó en 1980 y mantuvo las iniciales DMID y DMNID para nombrar a la diabetes tipo 1 y tipo 2 respectivamente. Esto se extendió y se reconoció internacionalmente.
Ha cambiado desde entonces y mejorado, tanto en el tratamiento como en las recomendaciones y en la insulina, todo lo relacionado con la diabetes. Tal y como comenzaron las investigaciones se ha llegado a unos avances que jamás en aquellos tiempos atrás se hubiesen imaginado. Actualmente una persona diabética puede llegar a tener una vida más o menos normal con un tratamiento adecuado, aunque todavía queda poder mejorar muchos aspectos o inconvenientes de la enfermedad.