La Libertad No Existe Según El Libro Filosofía III Ética
¿Qué es la libertad? De acuerdo a mi libro de consulta Filosofía III Ética, nos dice que la libertad es cuando “El individuo es capaz de actuar por sí mismo, de tomar sus propias decisiones, con independencia relativa de las coerciones internas y externas.” Sin embargo, nunca podremos ser totalmente libres, no si hay algo detrás de nuestra decisión, un antecedente, lo que quiere decir que un acontecimiento es conectado con otro, dado que si no hubiera ocurrido uno no hubiese sucedido el otro.
Argumentando este punto, tenemos al astrónomo y matemático Pierre Laplace (1974-1827), quien sostiene que la realidad física está totalmente determinada, es citado por Frondizi (1977): “Debemos considerar -dice Laplace- el estado actual del Universo como efecto del estado anterior y como la causa del estado que le sigue […].”
La libertad pura nunca podrá existir ¿por qué? Desde que el momento que nacemos no podemos ser libres, a razón de que somos origen de un ser que llamamos ‘mamá’ quién nos impone cómo debemos comportarnos y aunque crezcamos y queramos liberarnos de sus ataduras, nos enfrentaremos a una decisión que conlleva responsabilidad.
“Así el psicólogo estadounidense B.F Skinner escribe una obra con el título: Más allá de la libertad y la dignidad, donde sostiene que “el comportamiento de una persona está determinado por la dote hereditaria y por las circunstancias ambientales”, de tal manera que no es el individuo, sino el medio, el responsable del comportamiento humano.” Escobar, G. (2019). ÉTICA Introducción a su problemática y su historia (Sexta ed.). McGraw-Hill.
Si deseamos ser libres de nuestras madres tenemos que elegir por nosotros mismos ¿y ya con eso somos libres? Ojalá fuera tan sencillo como eso. En el momento de actuar no sólo pensamos en nosotros mismos, sino también en los demás, lo que nos lleva otra vez a la responsabilidad, concepto que estará ligado a la libertad. Como vemos no somos libres si cada vez que actuamos tengamos que pensar en no afectar a ningún otro individuo, como se nos da a entender de acuerdo a la ética kantiana.
El problema con la libertad no sólo tiende por el hecho de contar con una autoridad que regula nuestra forma de actuar. Nuestra consciencia no nos deja llevar por nuestros instintos impulsivos. Y es más que nada la existencia de los límites que nos hace afirmar que la libertad es nula.
Ser libres quiere decir que decidamos, pensemos, nos movamos y hagamos por voluntad, por deseo, sin acatar órdenes, sin ningún impedimento ni restricciones, todas estas acciones.
De acuerdo a la definición de libertad dada por Hobbes (1651) en su libro “Leviatán” nos dice que: “Por LIBERTAD se entiende, de acuerdo con el significado propio de la palabra, la ausencia de impedimentos externos, impedimentos que con frecuencia reducen parte del poder que un hombre tiene de hacer lo que quiere […]” (Capítulo XIV, pp.101). Por lo que concluimos que para ejercer nuestra libertad requerimos un espacio en el que actuemos sin ninguna barrera, sin encontrarnos con alguna fuerza que estorbe al momento de realizar nuestra voluntad, que nada ni nadie nos impida la acción, ya sea por ingenio o por deseo.
No encuentro ningún lugar en donde podamos hacer nuestra propia voluntad sin sufrir una consecuencia. Desde nuestra existencia si no hacemos algo o si hacemos algo obtenemos una recompensa o castigo. En nuestro hogar obedecemos a nuestros padres; en la escuela a nuestros maestros; en la sociedad a nuestros mayores; ante el Estado al cumplir y respetar las leyes. “El punto es que el hombre aún no se emancipa, aún es dirigido por otros, aún no asume la responsabilidad necesaria para ser libre.”
Kant en contraposición, niega el enfoque de la libertad como una serie de impulsos, ya sean deseos o sentimientos, lo que es tanto como negar la libertad. Para él, la libertad es la capacidad de anteponer una norma por encima de cualquier impulso.
El filósofo alemán considera que el hombre debe de actuar de manera racional, pero sin pretender recibir algo a cambio. En su teoría del deber ser todo acto que se haga debe ser porque tal acción es buena para todos, lo que corresponde a su afirmación “Actúa de tal forma que tu máxima moral se convierta en ley universal” lo que converge a que no es posible ser libre si dicha libertad atenta contra lo distinto de mí. Mi actuar no puede ser libre sino que es individual, pero ser libre sin mirar a quién tampoco me haría completamente libre si no miro por el bien en general, por lo tanto si soy libre no dejo ser libre a alguien más y ese alguien más no me puede dejar ser libre, lo que nos hace llegar a decir que no hay y no habrá libertad.
Retomando lo que en un principio expuse, desde que uno nace, con el primer impedimento de libertad que nos encontramos es el de la persona que nos cría y al mismo tiempo al quedar adscritos a un tipo de comunidad. La cultura se encargará de darnos una serie de normativas que debemos de acatar. Crecemos adoptando la forma en que la cultura ve el mundo, o sea, todo lo que nos forma como individuo.
De esta manera la cultura nos conduce a actuar de modo a que nuestras acciones correspondan a la ética, moral y a cualquier tipo de norma establecida. La cultura nos enseña y nos guiará hacia el bien y el mal. Sin embargo, al enfrentarnos con lo que no es moralmente bien visto, se nos emitirá un juicio, pero a la par lo prohibido nos causará curiosidad.
A partir de nuestra existencia en este mundo hasta nuestra inexistencia, formamos parte de una comunidad que no nos permitirá ser libres, que nuestros actos y decisiones estarán reguladas por la sociedad. Las normas fueron y seguirán implantadas por una cultura, por lo que nuestra moral es configurada.
Si la conducta es controlada por la cultura, el núcleo familiar es el que se encargará de que lo establecido por la sociedad y la cultura, sea llevado a cabo.
“La libertad; o sea la capacidad de opción, de valoración y de decisión; […] existe de un modo u otro, alternativas y posibilidades abiertas […].” (González, 1997)
Pero esto no quiere decir que seamos libres, pues la decisión que se efectuara de las diversas posibilidades es controlada por nuestra concepción del bien y el mal ¿y quién nos inculca estas concepciones? Nada más y nada menos que nuestro entorno.
Conclusión
La libertad y la voluntad estarán unidos, en vista de considerarnos libres, cometemos actos voluntarios, pero cualquier acción que queramos realizar habrá un límite u obstáculo, por lo tanto nuestra voluntad es obstruida, la libertad no es absoluta.
Si entendemos que las acciones libres son aquellas que son producidas sin coacción alguna, no obstante, la libertad está llena de restricciones. Existen límites, condiciones, prohibiciones y miedo que nos impide alcanzar plenamente esta capacidad, pues no solamente es la sociedad la única que prohíbe y limita, también el individuo se autoprohíbe muchas cosas.
Todo está condicionado, y una libertad plena, no la hay ni la habrá. Hay dependencia, de un empleo, de cultura, de dinero, de aprendizaje, de la política, de religión; dependencia de los padres, una familia o una pareja.
La libertad pura, total, completa, absoluta, no es posible. No lo es en el ámbito individual, lo que la invalida en el colectivo.
Como vimos la libertad absoluta es complicada y muy compleja, por ello somos propensos a imitar a otros, mirar al pasado, al presente y al futuro y encontrar en cualquier rincón que la cultura influirá en nuestro comportamiento.
Por último afirmando y concluyendo esto, quiero citar unas líneas que leí en el libro ÉTICA introducción a su problemática y su historia “La actividad libre es aquella que no está impedida ni forzada. Decir que los actos no están impedidos ni impuestos no implica negar que están determinados.” Escobar, G. (2019).