La Microbiología Como Solución Al Cambio Climático

Cambio climático: la ética como única solución

El término calentamiento global y cambio climático coloquialmente se utilizan de forma intercambiable sin embargo, denotan distintos significados. Calentamiento global se refiere al calentamiento de la Tierra a largo plazo debido a las actividades antropogénicas. Dentro de estas la principal colaboradora ha sido la quema de combustibles fósiles que incrementa la concentración de gases del efecto invernadero. Por otro lado, el cambio climático sugiere al cambio a largo plazo en los patrones climáticos causados por los humanos así como por la naturaleza. 

El impacto humano sobre el medio ambiente es detectable de manera notoria desde la primera mitad del siglo veintiuno. No obstante, existen datos sobre la huella humana que pueden rastrearse hasta los inicios del siglo veinte (Kjellstrom, Briggs, Freyberg, Lemke, Otto, Hyatt, 2016) o incluso a los siglos dieciocho y diecinueve. (Santer, Bonfls, Fu, Fyfe, Hegerl, Mears, Painter, Po-Chedley, Wentz, Zelinka, Zou, 2019) A través de los siglos se liga constantemente a la industria, por ejemplo mediante la Revolución Industrial o la industria ganadera, con gases del efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2) y metano.

Por un lado actualmente no es la primera vez que el planeta sufre cambios extremos en el clima se destaca la Edad de hielo y el Máximo del Holoceno (HCO por sus siglas en inglés) en donde la temperatura fue extremadamente baja y alta respectivamente. Durante el HCO las temperaturas alcanzadas fueron incluso mayores a las reportadas en la actualidad. La diferencia cae en que estos eventos fueron producto de la variación natural de la órbita de la Tierra y la actividad solar. 

En 1970 se apreció un crecimiento en la preocupación por el posible efecto de las acciones humanas sobre el clima. En 1979 se publicó uno de los primeros reportes científicos sobre el calentamiento global nombrado Carbon Dioxide and Climate: A Scientific Assessment, frecuentemente referenciado como The Charney report. Los autores argumentan aspectos que están de acuerdo con la comprensión actual del tema. Dentro del reporte se describe que los océanos enmascararían el verdadero alcance de las acciones humanas sobre el planeta debido a que el cuerpo de agua absorbe calor. Esto retrasó el surgimiento de una señal antropogénica ya que se mezclaba con la variabilidad natural. Gracias al rol del océano, las personas podrían no recibir una señal irrefutable hasta que fuera muy tarde o incluso hasta que los efectos fueran irreversibles. 

Para el 2007 diversos científicos concluyeron que los humanos estaban indudablemente cambiando el clima. (Urry, 2015) En el 2012 la la Organización Mundial de la Salud determinó que aproximadamente 12,6 millones o un 23% de las muertes de todo el mundo estaban ligadas al cambio climático (8) Para el 2018 se llegó al entendimiento de que un aumento en la temperatura global de 1,5 ℃ tendría efectos peores de los previstos según lo comentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). 

Las últimas décadas han visto el calentamiento de las temperaturas del aire y del océano, patrones de precipitación alterados, aumento del nivel del mar y cambios en la frecuencia e intensidad de algunos eventos extremos como sequías, inundaciones y tormentas según el IPCC. Hay una indubitable certeza que estas tendencias continuarán o, en algunos casos, se acelerarán.  

Incrementos en la temperatura así como cambios en la frecuencia de las olas de calor producen riesgos en la salud potencialmente fatales para la mayoría de las poblaciones. En el 2010 se observó la relación entre altas temperaturas y la muerte después de que una ola de calor en Rusia causó 11 000 muertes causadas directamente por la temperatura e indirectamente por la baja calidad del aire debido a incendios forestales.

El acceso confiable a alimentos suficientes, asequibles y nutritivos puede verse afectado negativamente por el cambio climático de muchas maneras. Poblaciones de países de bajos ingresos dependen de la agricultura de secano, es decir que son regadas por lluvia, son particularmente vulnerable al cambio climático. Alteraciones en los patrones del clima influyen desproporcionadamente la disponibilidad y costo de alimentos básicos, ya que el acceso a los mercados internacionales no siempre es posible y las existencias de alimentos de bajo precio, como los de marcas genéricas, no pueden amortiguar los picos de precios. Una consecuencia de las modificaciones al acceso a la comida es la desnutrición de la población.  

Dentro de los potenciales efectos del cambio climático se incluye el incremento en la incidencia de enfermedad transmitida por vectores, zoonosis, enfermedades transmitidas por agua, enfermedades transmitidas por alimentos, enfermedades respiratorias y heridas traumáticas.  

El impacto del cambio climático en los patógenos puede ser tanto directo, al influir en la supervivencia, reproducción y ciclo de vida de los patógenos, como indirecto, al influir en el hábitat, el medio ambiente o los competidores de los patógenos. Dentro de los patógenos se incluyen microorganismos como virus, bacterias, gérmenes parásitos y hongos. Las enfermedades que involucran artrópodos en su transmisión presentan una alta sensibilidad a cambios en la temperatura. Ha surgido un incremento en los casos de cólera, malaria y dengue entre otros. Por ejemplo, incrementos en la temperatura promueven el crecimiento de Vibrio cholerae, la bacteria responsable del cólera. Cambios en los niveles de humedad favorecen los ciclos de vida de mosquitos que transmiten el patógeno de la malaria. La lluvia causa el movimiento de sedimentos en el agua lo que lleva a la posible acumulación de microorganismos fecales en distintas fuentes de agua.

Igualmente, se están presentando casos o brotes de enfermedades en lugares o estaciones que no son las regulares. Esto no solo se debe al efecto directo del cambio climático sino que también ocurre gracias a los movimientos de grupos de un lugar a otro así como la acumulación de personas en un mismo lugar.

Los factores sociales y económicos juegan un papel relevante en la predicción de enfermedades infecciosas causadas por el cambio climático así como la respuesta a la emergencia de estas. Algunas poblaciones y regiones son más vulnerables a los riesgos debido a su falta de capacidad para responder eficientemente a los desafíos presentados por el cambio climático. Los recursos financieros, médicos inadecuados, comunicación menos efectiva y la educación en salud pública en los países en desarrollo limitan la capacidad de estas para prepararse y responder a los problemas de salud.  

Del mismo modo la calidad de la salud mental disminuiría y los desórdenes mentales incrementarían. (McIver, et. al., 2016) Los impactos psicológicos y emocionales del cambio climático incluyen amenazas al bienestar basadas en la experiencia directa o preocupación por futuro riesgos, impactos sociales y comunitarios crónicos de calor, sequía, inundaciones y migraciones así como el estrés del ajuste posterior al desastre. Por ejemplo, después del huracán Katrina se encontraron altas tasas de ansiedad y depresión entre los niños afectados. 

Igualmente, las altas temperaturas causan tensión en el cuerpo humano ya que se debe distribuir el flujo sanguíneo, aumentar la frecuencia cardiaca y la sudoración, posiblemente resultando en deshidratación, es decir que el sistema cardiovascular es fuertemente afectado.  

De la misma forma, dentro de las poblaciones expuestas a las consecuencias en la salud se encuentran personas jóvenes y así como fetos. Generalmente entre más joven sea la persona esta es biológica y fisiológicamente más vulnerable. Durante el periodo fetal y los primeros años de la infancia, la susceptibilidad al daño genético y a la desregulación epigenética causada por la exposición a los xenobióticos y al estrés tiene posibles consecuencias transgeneracionales y de por vida.

Se presenta una desproporción en la vulnerabilidad entre los niños de clase alta y los de clase baja siendo estos últimos más vulnerables. Comúnmente entre menor sean los ingresos económicos de la familia esta es más propensa a vivir en un área marginal que a su vez tiene mayores posibilidades de ser afectada por inundaciones y sequías así como a aire y agua de menor calidad. De la misma forma se presenta que personas de color son más vulnerables debido al racismo.

Estas consecuencias a nivel de salud también afectan a la sociedad de manera económica ya que la eficiencia del trabajador disminuye y los centros de salud se congestionan. 

A través de los años se han tomado medidas para disminuir los efectos del cambio climático, una de estas es el Acuerdo de París. Este es un acuerdo dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático enfocado en fortalecer la respuesta global a la amenaza del cambio climático para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono. Busca la adecuada movilización y la provisión de recursos financieros para mantener un aumento de la temperatura global en este siglo muy por debajo de los 2 ℃ por encima de los niveles preindustriales y continuar los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 ℃. Igualmente pretende apoyar a países en desarrollo y los países más vulnerables.

Este acuerdo se basa fuertemente en un sistema de transparencia y contabilidad. Los países deben periódicamente brindar informes sobre sus acciones, por ejemplo un inventario de las emisiones de gases del efecto invernadero, con el fin de proporcionar claridad sobre la situación actual. Igualmente se toma en consideración las circunstancias específicas de cada país con el fin de establecer las medidas esperadas de manera equitativa.

Costa Rica recibió el premio Campeones de la Tierra, 2019 por sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático. Se destaca el el plan del país hacia la carbono neutralidad para el 2050. De la misma forma en el 2017, alcanzó 300 días consumiendo energía 100% renovable y mantiene el objetivo de lograr el 100% de electricidad renovable para 2030. Otro objetivo es una electrificación total para el 2050.

El calentamiento global no es un problema regional o efímero, tiene consecuencias para todas las formas de vida actuales y futuras. Las generaciones del presente deben decidir cuál es el valor que tiene el presente versus el futuro, es decir algo que se está experimentando versus un momento que incluso podría no suceder nunca. Hacer sacrificios a corto plazo por el beneficio a largo plazo de la sociedad, como elegir proteger un bosque sobre construcción de viviendas aunque esto signifique pérdidas económicas hoy. ¿Realmente están dispuestos a decidir a activamente a escoger no obtener el mejor resultado, sea este tener más poder o dinero, por un mundo que podría ser más una fantasía que una realidad? ¿No podría hacerlo otro? La respuesta del mundo ante esa perspectiva ha sido un claro y fuerte si no lo hacemos nosotros, entonces quién? 

Del mismo modo se debe considerar que la magnitud del impacto del cambio climático es distinto para distintos grupos, por ejemplo individuos con enfermedades crónicas, adultos mayores, indígenas, etc. (Levy, Patz, 2015). Los efectos en la salud no se presentaran de manera equitativa debido a distintos factores como el acceso a medicamentos, a centros médica y a alimentos y agua de calidad. Del mismo modo se debe considerar que los desastres naturales pueden afectar la infraestructura de las instalaciones de salud y disminuir los recursos disponibles en las instalaciones al incrementar la demanda. Así mismo, se deben considerar los impactos indirectos en la salud debido del cambio de los precios de los alimentos y la energía.

Tener una visión egoísta, clasista, edadista, racista, entre otras no es una opción cuando el único planeta conocido viable para la vida humana está balanceado en la punta de un alfiler. Cada individuo debe tomar conciencia y responsabilizarse de sus acciones. Entre estos se encuentran los profesionales de salud como los microbiólogos. El perfil de microbiólogo debe reflejar su compromiso con el bien común y la equidad. Del mismo modo, se debe poseer una conciencia crítica sobre la problemática nacional en un contexto internacional así como solidaridad con el dolor y respeto por la vida y el ser humano. La capacidad de reconocer la importancia del trabajo en equipo igualmente promueve la probabilidad de un futuro sostenible.

La idea de un mundo unido luchando contra un mal común pinta una imagen llena de esperanza. Pese a esto se debe tener en cuenta que una esperanza constructiva se asocia con el compromiso y la toma de acciones mientras que una esperanza basada en negación se traduce en inactividad ya que se cree que el cambio climático no es un problema serio. La primera no está ciega a las distópicas predicciones del futuro sino que comprende que ahora es el momento de actuar, no se puede continuar ignorando el problema ni aceptar el sufrimiento desigual que cambios en los patrones del clima implican. La esperanza es una fuerza motivadora importante cuando se trata de compromiso ambiental, pero esta debe ser éticamente responsable. 

Las situaciones buenas no siempre suavizan las situaciones malas, pero los eventos malos no necesariamente estropean los buenos o los hacen menos importantes. Utilizar la ética para decidir las acciones que se deben tomar es la única forma de asegurar la posibilidad de un futuro rentable pero este solo se alcanzará con un esfuerzo global.

Bibliografía

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29 May 2021
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