Impacto de la Música en los Seres Humanos
Introducción
Cuando te encuentras alegre sueles escuchar algún tema bastante movido o pegajoso, por el contrario, cuando te sientes triste escoges algo más lento o melancólico. No tiene por qué sorprenderte, el cerebro humano posee miles de receptores en su interior que responden a diferentes aspectos de la música como el tono, el ritmo y la letra.
Desarrollo
La música se origina a través de vibraciones producidas por algún instrumento, la voz o alguna otra fuente. Estas ondas se trasladan a través del aire y entran al oído, donde tres pequeños huesos ubicados en el oído medio amplifican las ondas de sonido para luego convertirlas en impulsos eléctricos que se transmiten al cerebro por medio de los nervios auditivos. Una vez que los impulsos eléctricos llegan al cerebro, este los interpreta como sonido.
Una larga exposición a la música puede ayudar a mejorar las habilidades linguísticas, la creatividad, entre otros aspectos. Además el cerebro libera dopamina, un neurotransmisor que desempeña numerosas e importantes funciones en nuestro organismo, y que contribuye a generar un placer en los seres humanos similar al que produce la comida, bebida, sexo, o incluso, las drogas.
También el área de la salud hace uso de la música con el objeto de mejorar, mantener o recuperar el funcionamiento cognitivo, físico, emocional y social de pacientes aquejados por distintas condiciones médicas. La musicoterapia busca la activación de procesos fisiológicos y emocionales que contribuyen a la estimulación de funciones disminuidas o deterioradas y acentuar los tratamientos convencionales.
Recientemente, un estudio realizado por el hospital de la Universidad de Cardiff en Gales, Reino Unido, revelaría que la música de la banda británica Pink Floyd contribuye a reducir los niveles de ansiedad y mejorar el desempeño de los médicos durante una intervención quirúrgica, particularmente el tema Confortely Numb (Confortablemente Adormecido) incluido en el álbum undécimo de estudio de la agrupación, que lideraría las preferencias de los galenos, desplazando a la música de Mozart, Beethoven o Tchaikovsky, de los quirófanos.
La letra de la canción estaría inspirada en una traumática experiencia autobiográfica de Roger Waters, bajista y compositor principal de la agrupación, quien antes de iniciar un concierto en el año 1977, fue víctima de terribles dolores estomacales que los tratados con inyecciones de tranquilizadores, suceso que describiría como las dos horas más largas de su vida.
Conclusión
A estos efectos positivos, se suma la experiencia de pacientes que estuvieron bajo efectos de anestesia local, dado que alrededor de un tercio de los que estuvieron expuestos a melodías de la banda aseguraron que habrían experimentado una disminución en sus niveles de ansiedad. Así mismo, la doctora Carolina Meads aseguró que el álbum The Dark Side of The Moon le ayudaría a reducir el dolor producto de una cirugía de cadera a la que se habría sometido, indicando que los efectos provocados luego de escuchar a Pink Floyd serían sorprendentes, considerando que no recibió ningún tipo de calmante al concluir la intervención quirúrgica.