La Pornografia y Sus Efectos a Las Personas y La Sociedad
La sexualidad siempre ha sido un acto natural en la vida de los seres humanos, no obstante existen personas que deciden tomar una postura hipercrítica respecto al tema. Con el paso del tiempo se ha convertido a la sexualidad en un tabú con un fin comercial en sus espectadores, por el hecho de que se vive en una era en donde la tecnología predomina y la mayoría de personas tienen acceso al internet y todo tipo de contenido que este abarca. Sin embargo para poder tomar una posición en proporción al tema se debe realizar un análisis y reflexión profundos, basándose en los aspectos positivos y negativos, ya que los resultados podrían ser distintos según el uso que le de la persona. Con esto nos referimos principalmente al acceso de la pornografía Por lo que es importante reflexionar ¿De qué manera y con qué efectos la pornografía influye en el comportamiento de un individuo en su entorno? El comportamiento de una persona procede según el entorno en donde se desenvuelva, ya que el conjunto de costumbres y valores influyen en la conducta del individuo. Es por este motivo que respectivamente se relaciona con las áreas de ciencias humanas y la ética.
Para comenzar, la pornografía puede ser una herramienta tangible o negativa dependiendo del uso que le den sus espectadores. Una de las teorías sobre la pornografía afirma que la misma tiene un poder catártico mediante el cual las personas canalizan aquellos deseos que no pueden poner en práctica y los satisfacen mediante la pornografía. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Hawái se preguntaron si la pornografía podría disminuir la propensión de cometer crímenes de índole sexual. Pues bien, las deducciones de esta investigación ratifican esta hipótesis. En el estudio se analizó el caso de la República Checa. Cabe recalcar que en este país, la pornografía estaba penalizada pero a partir del 1990 se liberalizó totalmente y los abusos sexuales a menores disminuyeron drásticamente y no se reportó un aumento en el resto de los delitos sexuales desde que se liberalizó la pornografía explícita. Es decir, la pornografía sería una especie de objeto sustituto mediante el cual las personas canalizan los comportamientos que no son permitidos en la sociedad.
Por consiguiente, en cuanto al párrafo anterior, surge la siguiente pregunta: ¿Hasta qué punto los crímenes de índole sexual se pueden justificar por la falta de satisfacción personal? Cabe recalcar que los humanos son seres racionales y cociente de sus acciones, por ende no podrían justificar la acción de un delito sexual simplemente para satisfacer su “institinto” por falta de pornografía. Según Fishbein y Ajzen en su teoría de acción razonada explican que las conductas están bajo el control consiente de los individuos. Por lo que la actitud de un individuo está determinado por sus creencias y voluntad de intención lo que no justifica el cometer un crimen sexual.
Por otro lado, la presencia de este tipo de material también ha ayudado desde el punto de vista social, a eliminar tabúes y prejuicios respecto al sexo por lo que aparece esta duda: ¿En qué medida la pornografía influye en la perspectiva de la sexualidad de un individuo? El sociólogo Fagan (s.f) argumenta que: En las relaciones de pareja, los hombres que observan pornografía suelen hallar sus amoríos conyugales menos satisfactorios y sentirse menos unidos emocionalmente con su pareja. De la misma manera las mujeres, ya que al tener conocimiento de que su pareja consume pornografía testifican percatarse de sentimientos de ira, desconfianza y traición. No obstante la psicóloga Carrero opina lo contrario y argumenta que la pornografía puede ser favorable para algunas relaciones, especialmente, en el ámbito sexual, ya que su consumo influye en la actitud positiva de los individuos hacia la sexualidad y la exploración sexual. Es decir, se trata de incluir a la pornografía como un elemento más del acto sexual en la pareja y no como un morbo o con la intención de hacer sentir inferior a la otra persona ya sea física o emocionalmente.
Por otra parte, los afectados con el acceso a este tipo de contenido no son solo los adultos y sus problemas sexuales, sino que los individuos más propensos a este tipo de contenido son los niños y adolescentes, por el hecho de estar más inmersos en el mundo del internet y tener acceso a cualquier tipo de contenido sin supervisión de un adulto responsable. De hecho en los últimos años se ha disparado el consumo de pornografía entre los habitantes más jóvenes. Es así que la sexóloga Eva González menciona que el consumir porno desde prematura edad, distorsiona la realidad, y aunque en la adolescencia se tenga curiosidad por lo sexual, lo primordial es recibir una educación sexual basada en valores y no restringida a un solo modelo sexual. Opino que se debe dar la debida restricción a este tipo de contenidos a menores ya que si de por si los adultos presentan problemas al largo plazo con el exceso de pornografía, por ende el efecto en adolescentes será peor ya que aún no tienen un esquema y criterio bien formado sobre su sexualidad.
En conclusión, la concepción del sexo y la sexualidad ha evolucionado a lo largo de la historia. Cada vez es mayor la indagación y la presencia de elementos de índole sexual en el día a día. Esto repercute en que comportamientos como el consumo de pornografía se haya normalizado y extendido en la sociedad. De esta forma, la idea de que uno de los miembros de la pareja vea pornografía no resulta tan extraña ni se vive de forma tan censurada en la actualidad. Queda claro que la pornografía si influye en el entorno de las personas, en el ámbito de ver la realidad y confundirla con lo ficticio. No obstante, los resultados de este consumo dependen del uso que se le dé, ya sea un beneficio o el daño de si están los dos de acuerdo en utilizarla durante sus relaciones sexuales. Sin embargo a pesar de los escasos efectos positivos de ver pornografía, no se deben tomar como una excusa para atentar con la intimidad de otras personas. Cabe recalcar que cada persona es consciente de lo que hace y de sus consecuencias por ende las decisiones que llegasen a tomar los espectadores de tal contenido no deben perjudicar a personas que no estén involucradas.