La Sociedad Andalusí En La Hispana Visigoda
A finales del siglo VII en la Hispania visigoda había muchas luchas continuas e intensas por el poder entre dos grandes familias de la nobleza visigoda. Esto, junto a la crisis social y económica que empezó a notarse por esta época, condujo a una situación límite sin control y de gran debilidad política y militar. En el año 710, al morir Witiza, un poderoso grupo de nobles eligió a Rodrigo rey. Debido a las disconformidades de la nobleza con el nuevo rey, siguieron produciéndose batallas muy severas y desencadenó en prácticamente una guerra civil.
Tras estos enfrentamientos, el reino visigodo quedó dividido en dos partes, lo que hizo más notable su inestabilidad política y su debilidad militar.
Rodrigo fue derrotado por sus invasores, ya que apenas tuvo respaldo. Tras su derrota no hubo ningún grupo capaz de actuar con autoridad central para reorganizar el ejército y preparar la defensa del reino.
Por otro lado, los seguidores de Rodrigo que estaban en contra del nuevo rey, los hispano-romanos que no estaban de acuerdo con la denominación goda y el pueblo hispano-judío, que se sentía oprimido y perseguido, mantenían reuniones secretas con los dirigentes musulmanes desde hacía unos años.
Por las divisiones internas entre las clases elevadas acerca de la sucesión al trono, el descontento de muchos sectores sociales ante los privilegios de las clases superiores frente a otras que se consideraban agraviadas, un ejército infiel y las continuas persecuciones de que era objeto la comunidad hispano-judía, hizo que se debilitara el reino y los musulmanes aprovecharan la situación para iniciar la invasión.
Para los habitantes de la Hispania Visigoda esta conquista supuso un cambio drástico en sus vidas: el paso de una cultura a otra muy diferente. En cambio, para los musulmanes, simplemente fue una fase más de su expansión a Occidente.
La población judía, descontenta por la persecución que había sufrido por los godos, se unió a los musulmanes desde el inicio.
La población romano-cristiana, empezó pronto a darse cuenta de que los musulmanes habían venido para quedarse y esperó el momento adecuado para revelarse contra ellos y alcanzar su independencia ya que si no, sabían que serían esclavos de los musulmanes.
En la época visigoda las clases sociales eran: rey, nobleza, clero, campesinos y esclavos. Los campesinos tenían que trabajar las tierras a cambio de comida y además tenían que pagar impuestos a los nobles.
La mayoría de las ciudades y regiones se rindieron a los musulmanes. Pero las ciudades que se resistían eran destruidas y quemadas, sus iglesias derruidas, y su población muerta o esclavizada, con el fin de dar un escarmiento y un aviso para otras ciudades. A los hombres se les mataba, normalmente crucificados, y las mujeres y niños eran esclavizados, siendo estos últimos islamizados a la fuerza. En algunos casos, los hombres y jóvenes que se libraban de la muerte trabajaban como esclavos en sus antiguas tierras, cultivadas ahora en provecho de sus nuevos señores.
Los conquistadores también se reforzaron ofreciendo la libertad a los esclavos que se convertían al islam. Estos, sin embargo, debían jurar fidelidad a quien los liberaba, e integrarse en su ejército.
La sociedad andalusí fue una sociedad compleja:
Desde el punto de vista de la religión, había musulmanes, judíos y cristianos. A su vez, los musulmanes podían ser:
- Árabes: grupo más poderoso pese a ser minoritario, eran los grandes propietarios de las tierras.
- Bereberes, el ejército, eran muy numerosos y sus descendientes se dedicaron a la artesanía, el comercio o la agricultura.
- Muladíes originariamente cristianos, que se convirtieron al Islam, conservando así sus propiedades; de esta forma hubo muladíes poderosos y otros pertenecientes a las clases bajas (la mayoría), que mantuvieron sus ocupaciones agrícolas.
- Eslavos, esclavos de raza blanca, incorporados al ejército y, tras convertirse el Islam, liberados.
“Los cristianos que no se convirtieron al Islam constituían otra clase social: los mozárabes, que pudieron conservar su religión y sus propiedades. Así podemos encontrar nobles cristianos tributarios de los andalusíes. Lo mismo ocurría con los judíos, agrupados en barrios llamados juderías, dedicados al comercio, la artesanía o las finanzas. Finalmente estaban los esclavos, cuyo comercio se desarrolló en el mundo musulmán.”
Los visigodos, cuando llegaron a la península, apenas nos dejaron arte (excepto el arco de herradura y los muros de las ventanas) ni vocabulario. Adoptaron las costumbres, el catolicismo, y la cultura hispano-romana. Transformaron una nación cultural en una nación política. Habitaban en aldeas y sus casas eran muy sencillas. Realizaban actividades relacionadas con la agricultura, la ganadería y el pastoreo. Fabricaban objetos con piedras y metales.
Sin embargo, los musulmanes consiguieron muchos logros artísticos y científicos. Además, tenían sus propias costumbres, estructuras sociales y la organización. Era una civilización avanzada y culta. Tenía un tipo de sociedad urbana muy estructurada. Revolucionaron las tareas del campo, vitalizando la agricultura, y aportando nuevos métodos de cultivo y un sinfín de especies agropecuarias.
El núcleo urbano era la medina, que, a su vez, se organizaba en dos zonas: la comercial y la vecinal. El zoco era un lugar de encuentro donde se sucedían las más diversas transacciones. Los oficios y los puestos se extendían por áreas especializadas, en las que se podían hallar las más variadas mercancías. Desde especias y perfumes hasta hortalizas y frutas, carne, tejidos, orfebrería y cerámica. Una estricta serie de normas regían la vida comercial, cuya honradez dependía del almotacén, inspector del zoco. Al-Andalus estableció una sólida administración y un sistema judicial complejo. Las compras se efectuaban con dinero contante y sonante, que se acuñaba en la ceca de Córdoba: Dinares, dirhems y feluses.
Utilizaban la mezquita para rezar de forma comunitaria y para convocar distintas reuniones de tipo social y vecinal, o simplemente para estudiar o escapar a los calores estivales. La vida doméstica se desarrollaba fuera del recinto comercial, en los barrios fortificados de la medina que, para mayor seguridad, se cerraba de noche mediante dos puertas y estaba vigilada. Las viviendas eran austeras y sobrias en su exterior, y muy lujosas en su interior y, muy por encima de lo habitual por entonces en otros lugares del resto de Europa. Tenían un patio o un pozo. Las alcobas, salones y la cocina daban al patio y se distribuían también en torno a la galería superior. Tenían un ‘aseo’ digno, y el alcantarillado, lo mismo que el alumbrado de la ciudad, se distribuía mediante una red perfectamente organizada.
Había muchos baños públicos donde os clientes se lavaban, se relajaban y se daban masajes. Las mujeres se acicalaban, charlaban e incluso merendaban. Tenían un auténtico arsenal cosmético.
Aportaron nuevos cultivos en la huerta como la berenjena, la alcachofa, la endibia, el espárrago…, y nuevas frutas como la granada, el melón, la cidra y los albaricoques, así como nuevas las flores: el alhelí, la rosa, la madreselva y el jazmín. Introdujeron también el sistema de regadío mediante acequias y norias. Mejoraron la técnica de los injertos, y crearon jardines botánicos con fines medicinales para los hospitales que también los tenían.
La educación era muy importante para los musulmanes. El estudiante podía acudir a la mezquita o la madraza y recibir la enseñanza que él eligiese, siempre que ya dominase los textos sagrados y las ciencias teológicas. Cuando procedía de familia acomodada, un tutor se encargaba en su propio domicilio de su enseñanza privada.
Por tanto, dando por echo que en las dos sociedades había continuas luchas y enfrentamientos, pienso que, en general, la gente vivía mejor con la llegada del islam, porque mejoró la cultura, las costumbres, la agricultura con la introducción del regadío, el sistema de alcantarillado, alumbrado, la introducción de la medicina, los hospitales, la educación, el arte, los baños, etc. Sólo las clases privilegiadas de los visigodos se verían más afectadas con la llegada del islam, así como todos aquellos que no se quisieron convertir al islam.