Las Bodas De Caná: MarÍa, La Primera Corresponsable

¿Quién no ha leído alguna vez el pasaje bíblico sobre las bodas de Caná? Juan 2:1-11. Aquel donde María, al haberse terminado el vino, pidió a su hijo, Jesús, hacer su primer milagro. Pero este pasaje tiene varias vertientes.

1. El; amor de María por el prójimo, lo que la lleva a ejecutar uno de los pilares de la corresponsabilidad: el servicio. María no espero a que alguien le pidiera un favor. Ella vio la necesidad en sus amigos y presto se dedicó a servir, a dar la mano donde se necesitara. Hasta ese momento, Jesús no había hecho ningún milagro, incluso dijo a su madre: “Mi hora aun no ha llegado”. Pero, a pesar de, Jesús no pudo resistirse a la férrea petición de su madre María. Su amor hacia ella fue más allá de lo ya establecido, del orden que debía seguir como Hijo de Dios. No obstante, sin dejar de ser el Hijo de Dios, dio un gran peso a su faceta de hijo de María, una mujer pura, humilde y amorosa, pero también fiel a Dios y a su mandato en su máximo mandamiento, “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”.

Entonces, para formarnos corresponsablemente, debemos seguir los pasos de María, sirviendo sin medida a nuestro prójimo, no esperando a que sea solicitado un servicio, sino buscando allí donde se encuentre la necesidad y llevar a cabo dicho servicio. Por otro lado, ese servicio debe ir acompañado de otro de los grandes pilares de la corresponsabilidad, la oración. Oramos por ese prójimo para que el Señor nos dirija en la forma correcta de brindar dicho servicio y formándolo corresponsablemente a él, con el ejemplo de nuestro servicio. De esta manera cubrimos otro pilar más de la corresponsabilidad, la formación. Y esta formación se lleva a cabo mediante el ejemplo. Ese ejemplo que va cargado de amor y se desborda en servicio.

2. Otra vertiente es la parte humana de Jesús. Éste asiste a una boda con su madre, a acompañar a sus amigos a una fecha tan importante. Jesús Hijo, segunda persona de la Santísima Trinidad, también nos enseña dentro de este pasaje el amor al prójimo. Prueba de esta humanidad de Jesús también la vemos en el pasaje donde llora por la muerte de Lázaro, su amigo. Juan 11:35. Dios envió a su Hijo amado al mundo a sufrir, a sentir como todos, a formarnos con su ejemplo corresponsable. Sin embargo solo el Hijo de Dios seria capaz de soportar el dolor mas fuerte que un ser humano podría sentir, morir por nuestros pecados.

Volviendo a las bodas, Jesús dijo a su madre que aun no era su hora, no obstante tomó la decisión de darse a sus hermanos, sirviendo en la necesidad de éstos. Siempre he tenido la curiosidad de saber cómo se sintieron esos amigos ante el milagro de Jesús. Cuan agradecidos estarían de ver resuelto un gran problema, un suceso que los pondría en vergüenza ante los demás invitados. Jesús, sin dejar de ser Dios, fue hijo, fue amigo, fue corresponsable.

3. Uno de los aspectos mas importante y relevantes, a mi entender de este pasaje es la confianza de María. Ella pidió un favor a su hijo y aunque originalmente Él se negó, ella sabia, como madre que el no fallaría. No considero el hecho de la negativa original, sino que de inmediato dijo a los sirvientes: “Hagan lo que Él les diga”.

¿Cómo sabía María que Jesús iba a acceder a su pedido?

Eso se llama confianza. Cuan grande esa confianza. Cuan segura se sentía ella respecto

al amor tan grande e incondicional de su Hijo amado. Cuanto amor, cuanta fe, cuanta

confianza. María nos quiere trasmitir esa confianza en Jesús. Nos da el ejemplo para que podamos afrontar cualquier situación adversa en la vida. Nos dice que solo tenemos que depositar esa extrema confianza que ella misma depositó en su Hijo en ese momento.

Pero también desea trasmitirnos el amor corresponsable. Desea que aprendamos de ella a servir a nuestro prójimo, que la imitemos como mujer corresponsable. Esa corresponsabilidad conlleva el hecho de examinar la necesidad, servir, orar por ese prójimo, brindarle ejemplo con nuestro servicio ayudando en su formación y siendo acogedores.

En síntesis, este pasaje bíblico es una muestra de que María fue la primera corresponsable, ya que mediante su apoyo a los novios de Caná, ella pudo entrelazar esos cuatro pilares básicos de la corresponsabilidad: la acogida, la oración, el servicio y la formación.

Imitemos a María. Seamos corresponsables como María. Examinemos cuan corresponsables somos. Cuál de los pilares llevamos a cabo en nuestro diario vivir y cuan necesitados estamos de realizar ese servicio, para llegar a la culminación de la corresponsabilidad.

29 Jun 2021
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