Las Relaciones De Poder En El Aula
Las relaciones de poder determinan lo que ocurre en el aula entendiendo por poder la capacidad de influencia de una persona sobre otra. La capacidad de un profesor para llegar al alumnado es muy variada y va relacionada con unas características personales y profesionales. La percepción que tengan los alumnos hacia el profesor estará reflejada en la conducta del alumnado. Con lo cual si la precepción del alumnado hacía el profesor no viene nada con un cierto respeto, es evidente que cualquier intento del profesor por fijar unas normas estará destinado al fracaso. Es cierto que de alguna manera, ese comportamiento autoritario, el cual refleja un cierto poder del profesor sobre el alumno, o no necesariamente autoritario pero que de todas formas se obvia dicho poder, hay docentes que de alguna manera ese comportamiento lo han adquirido de forma innata y otros docentes los cuales tienen que trabajar una sería de estrategias para transmitir ese poder. Se dice que los profesores con esas habilidades adquiridas de forma innata parten de la taxonomía de French y Raven.
La Teoría del Poder Social de French y Raven
Para ejercer un dicho poder consta de una serie de pasos: condiciones antecedentes; influencia; y resultados conductuales y situacionales. En el primer paso identifica un agente quien tiene la habilidad de influir en la conducta de otros, el segundo paso hablar del poder en términos de influencia y en el tercer paso se fija en los resultados obtenidos por el ejercicio del poder. Existe una gran variedad de definiciones sobre diferentes bases de lo que representa el poder, sin embargo, las definiciones sobre los distintos tipos de poder más aceptadas fueron las de French y Raven (1959). Muchísimos teóricos, docentes, profesionales del mundo del coach y de muchos más ámbitos utilizan esta teoría para elaborar sus estrategias enfocadas al ámbito social.
En 1959, los psicólogos John French y Bertram Raven estudiaron un modelo teórico para definir los diferentes tipos o estilos de poder que existían en la sociedad. Esta teoría ha sido muy estudiada y puesta en marcha para el estudio del poder sobre todo en el ámbito empresarial. Las fuentes de poder que proponen French Y Raven son seis. Ambos psicólogos en su estudio determinan que cada uno de estos tipos de poder se ejerce de diferente manera y se obtienen resultados distintos en quienes son influenciados por el determinado estilo de poder. Los seis tipos de poderes descritos por los autores de esta teoría son: El poder coercitivo o poder intimidatorio, poder legítimo o burocrático, poder empático o carismático, poder referente, poder de repartir recompensas o castigos y el poder de las alianzas.
El Poder Coercitivo o Poder intimidatorio:
Éste tipo de poder usa la amenaza para el cumplimiento del otro, es decir, es la capacidad de imponerse por la fuerza mediante amenazas y órdenes. En el ámbito docente se dice que es poco recomendable porque merma a la empatía de un profesor hacia el alumno y también provoca comportamientos de evitación y escape. Es un método que depende mucho de la presencia del profesor. La principal idea que hay detrás de este concepto es que alguien se ve obligado a realizar algo que él / ella no quiere hacer. El objetivo principal de la intimidación es el cumplimiento
El poder legítimo o burocrático:
Es el poder que da la capacidad de influenciar debido al status social o cargo. Éste proviene de un puesto de autoridad y puede estar respaldado por normas sociales. En el caso docente se podría decir que el poder legítimo de un profesor ha ido menguando poco a poco. El poder legítimo se origina en un objetivo de influencia que acepta el poder del agente influyente, mientras que el cambio de comportamiento o el cumplimiento se produce en función de la obligación del objetivo.
Poder empático o carismático:
Se trata de conectar de forma afectiva con el alumnado donde existan vínculos de comprensión y aprecio. Es el tipo de poder más recomendable que se puede ejercer en el aula, además es un poder muy independiente de la presencia del profesor. Es importante que cuando un docente efectúe esta estrategia sepa controlar las distancias personales con el alumnado, siempre tiene que estar claro que el profesor debe ser una figura respetada.
Poder referente:
Es el poder derivado del prestigio profesional y el buen hacer. Se trata de un poder donde el docente conoce y ejerce perfectamente las normal del centro en el que trabaja, dando así ejemplo a sus alumnos de cómo se deben de hacer las cosas, es decir, el poder referente se basa en lo que la figura referente conoce sobre sus habilidades y talentos a partir de la experiencia. Este poder es también un tipo de poder muy independiente de la presencia del docente.
Poder de repartir recompensas y castigos:
Es muy dependiente de la presencia del profesor, y se trata de un tipo de poder que proviene a partir de la distribución de consecuencias positivas, como pueden ser buenas calificaciones, y de las consecuencias negativas, como pueden ser malas calificaciones o sanciones. No es un poder muy aconsejable, ya que a parte que es muy dependiente de la presencia del profesor, también lo que provoca este tipo de poder es acostumbrar a los alumnos a recibir algo positivo a cambio de que ellos realicen algún tipo de actividad, la cual tendría que estar normalizada para que ellos la hagan sin esperar nada a cambio.
Poder de las alianzas:
Es una estrategia totalmente aconsejable para poner en marcha, además es muy independiente de la presencia del profesor en cuestión. Si un profesor percibe que él solo no tiene poder, o incluso aun así teniendo poder sobre la clase, pero necesite un tipo de poder mas “controlador” por algún motivo determinado que lo exija, el profesor en cuestión podrá contar con la ayuda de sus compañeros docentes, alumnos o incluso padres. Esta estrategia puede ser muy efectiva para un profesor sustituto que no conoce el ambiente ni el contexto de la clase, así de esta manera el profesor sustituto puede sujetarse de una ayuda externa.
La Teoría del Poder Social a la Práctica
Cuando se inicia un nuevo curso y el docente en cuestión va a conocer a sus alumnos es importante que desde el primer día el profesor tenga una planificación de cómo va a querer dirigir la clase en términos de relación profesor-alumnos. La planificación vendría a contestar una serie de preguntas que se hará el mismo docente ¿Qué tipo de relación quiere conseguir el profesor con sus alumnos?, ¿Cómo se puede conseguir ese tipo de relación deseada con los alumnos? o ¿Cómo imponer respeto de la manera más empática posible con el alumnado?
A medida que va transcurriendo los primeros días de clase, el profesor tendrá que ir perfilando la estrategia según el ambiente de la clase. Como cada clase es diferente es seguro que las estrategias para cada aula serán cada vez ligeramente diversas. Es importante que un profesor llegue a todos sus alumnos y ganarse el respeto de los escolares, existen muchas estrategias para conseguir ese objetivo, una de ellas es la planificación del tipo de poder impuesto por parte del profesor. Esta estrategia va ir cambiando constantemente en relación al feedback que recibe el profesor por parte de su clase y al criterio del profesor.
En el primer día de clase con nuevos alumnos el profesor no puede pretender de ejercer un poder exclusivamente empático ya que aun no conoce como son sus alumnos. Primero es importante que el docente conozca a cada uno de ellos. También es importante que el profesor se haga respetar desde el primer día, pero, ¿Cómo puede hacerse respetar desde el primer día de clase?
La forma más eficiente es crear una una vía de comunicación agradable con los alumnos de forma empática pero siempre bajo el rol del profesor, es importante que dentro de esa empatía los alumnos sepan perfectamente que el docente es quien coordina y dirige la clase. El poder proveniente de la vía empática es el ideal, pero corre el peligro de que los alumnos creen una confianza excesiva, por eso mismo es muy importante controlar la distancia de afecto entre el profesor y el alumno para que la relación sea la más cordial y empática al mismo tiempo. Es conveniente que los primeros días de clase el profesor haga uso de un estilo de poder legítimo, referente y empático. El problema es que el estilo de poder legítimo en la figura del docente se ha ido perdiendo con el paso de los años y dependiendo de cual sea el ambiente dentro de clase ese tipo de poder puede ser nulo. El uso del poder referente se podría decir que es obligatorio, un profesor debe realizar su trabajo de una forma exquisita, de tal manera que esa exquisitez quede reflejada a los alumnos. Pero ¿Cómo transmitir las buenas habitudes de trabajo a los alumnos? La respuesta es por la vía empática. Así que un docente tendrá que planificar su compartimiento en clase utilizando varias estrategias de poder las cuales son perfectamente compatibles. Para establecer una relación empática el profesor debe de conocer a cada uno de sus alumnos, olvidarse de los prejuicios, mostrar interés y dar pie al diálogo.
¿Qué pasa si mediante la empatía el docente no lograr imponer el respeto deseado?
Será necesario actuar rápidamente modificando un poco el guión de la estrategia, es decir, es muy probable que el profesor necesite ayuda, con lo cual tendrá que hacer uso del estilo del poder de las alianzas, el docente pedirá ayuda a sus compañeros de tal manera que entre el trabajo del docente en cuestión y el de sus compañeros éste podrá conseguir facilidades para empatizar con el alumnado. El problema es que el uso de este tipo de poder podría provocar una reacción negativa del alumnado hacia el profesor, ya que verían que el profesor por si solo no es capaz de organizar la clase, con lo cual la ayuda que se le pida a los compañeros tendrá que ser de la forma más discreta posible. Por último quedarían dos tipos de poder a utilizar, el intimidatorio y el poder de repartir recompensas y castigos. No es aconsejable utilizar ninguno de los dos tipos de poder ya que son muy dependientes de la presencia del profesor y además las acciones de castigar e intimidar al alumnado distancian todavía más esa vía empática tan deseada de conseguir.
Hay que tener en cuenta que es muy importante anotar que la efectividad del poder es muy situacional. Al tener seis bases sólidas de poder estudiadas en el campo de la comunicación, es muy importante conocer las situaciones de cada forma, centrándose en cuándo cada una es más efectiva. De acuerdo con French y Raven, ‘es de especial interés práctico saber qué bases de poder o qué estrategias de poder tienen más probabilidades de ser efectivas, pero está claro que no hay una respuesta simple. Es importante también destacar que las distintas formas de poder son complementarias y que quien más poder tiene, menos lo utiliza.
Propósitos
Los objetivos a querer conseguir deben ser claros y concisos, para que así las estrategias adoptadas sean eficaces. Para ello conviene tener presente algunas consideraciones.
Enganchar es mejor que someter; es decir, no es una buena estrategia aquella que se centra en limitarse exclusivamente a evitar y resolver conflictos o perturbaciones de los que molestan, primando antes todo las estrategias meramente correctoras. Es importante tener claro una y otra vez que enganchar es mejor que someter, es decir, el objetivo de esta frase es hacer que la disciplina esté al servicio del aprendizaje, primando estrategias fructíferas al desarrollo de la clase como la motivación, la atención, el autoconcepto y la creación de expectativas competentes en clase.
Otro punto que es necesario tener presente es substituir el heterocontrol por el autocontrol del alumno. Esto determinará el grado de intervención del profesor, que a la misma vez dicho grado de intervención también repercutirá en la convivencia del aula. El docente para substituir el heterocontrol dará lugar a unos estilos disciplinarios en el siguiente:
- La autodisciplina: Dónde el docente principalmente se centra en la formación del alumno en estrategias de autocontrol, las cuales les permitan aprender aprender y a inhibir posibles respuestas impulsivas y antisociales.
- La disciplina consensuada: Las normas son decididas por el profesor y los alumnos
- La disciplina aceptada: El profesor es quien establece las normas, pero aun así los alumnos pueden intervenir sin modificar dichas normas.
- La disciplina impuesta: El profesor es quien establece las normas y las aplica, sin dar opción a los alumnos de que puedan intervenir.
Para entrenar hacia unas estrategias de autocontrol, lo más deseable es la autodisciplina, con la estrategia de la autodisciplina el profesor podrá conseguir que sus alumnos que quieran y puedan aprender y además también podrá conseguir un clima de clase perfecto, resultado de la buena convivencia. Si la estrategia de fomentar la autodisciplina, ese autocontrol de la clase tan deseado se irá distanciando de nuestros objetivos, con lo cual posiblemente sea necesario pasar a una estrategia más consensuada o a una más aceptada. El profesor a poder ser, nunca aplicará una disciplina impuesta ya que esta estrategia seguramente provoque efectos negativos sobre la formación socioemocional del alumnado.