Los Beatles: Asesinato de John Lennon
Hace 40 años, el 8 de diciembre de 1980, John Winston Lennon, ex integrante de The Beatles, fue asesinado a tiros cuando regresaba a su casa, en Nueva York. El responsable, Mark David Chapman, un joven de 25 años, celador de un hospital, con problemas de autoestima, dos intentos de suicidio encima y obsesionado con el libro El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, el cual había leído 15 veces.
Aunque Chapman sido fanático de los Beatles, la declaración de Lennon comparándose con Jesús y la evolución en las letras de la banda lo terminaron alejando de ellos.
Previamente, en noviembre, mientras Lennon trabajaba en su nuevo álbum con Yoko Ono, Chapman había llegado a Nueva York dispuesto a asesinarlo. Ya había conseguido un arma y se había hecho amigo del celador del edificio Dakota, donde vivía el ex-Beatle, además de que llevaba días rondando las entradas y salidas de Lennon y Yoko Ono.
Sin embargo, la película ‘Ordinary People’ lo conmovió e hizo que se arrepintiera de su acto, por lo que volvió a Hawai, donde vivía, más su trabajo, su adicción al alcohol y la infelicidad que lo envolvía nunca desaparecieron. Creció frustrado con su vida, hastiado con su mediocridad y anhelando ser famoso. Y en algún momento, influenciado por la novela de Salinger, llegó a pensar que la única forma de lograrlo era matando a alguien que ya lo fuera.
En medio de su depresión, Chapman comenzó a pensar que él era el protagonista de El guardián entre el centeno, Holden Caulfield, y en las páginas de la novela vio una especie de designio: tenía que volver a Nueva York para terminar lo que había empezado.
Ese 8 de diciembre, Chapman volvió a la Gran Manzana. A las cinco de la tarde de ese día, Lennon y Yoko Ono salieron del edificio Dakota para dirigirse al estudio de grabación. Lennon se tomó un tiempo para saludar a los fanáticos que lo esperaban afuera del inmueble, y entre ellos, estaba Chapman, quien, sin decir una palabra, le acercó una copia del último álbum del ex-Beatle, ‘Double Fantasy’, para que se lo autografiara. John lo hizo y le preguntó ‘¿Esto es todo lo que quieres?’ y Chapman solo atinó a murmurar un ‘sí’ para luego ver cómo el músico se marchaba en una limusina. Ese momento fue inmortalizado por un fotógrafo presente: la última foto de John Lennon es una junto a su asesino.
No obstante, al regresar a su hogar, encontraron a Chapman junto al portal del edificio, y al ver pasar a Lennon, le disparó en cinco ocasiones, con un revólver Smith & Wesson.
John recibió cuatro de esos cinco disparos, dos en la espalda y dos en el hombro. Ensangrentado y herido de muerte, el músico solo atinó a dar unos pasos y decir “Me dispararon”, antes de caer en el suelo.
Lennon murió en el traslado al hospital. El conserje del edificio desarmó a Chapman, que no opuso resistencia. Cuando la policía llegó al lugar, encontró a Chapman sentado en la calle, con el arma en el piso, leyendo el libro, en cuya primera página había escrito una dedicatoria: “Esta es mi declaración, Holden Caulfield”.
La noticia del atentado contra Lennon se filtró a los medios porque un productor de la ABC estaba en el hospital donde el músico arribó, por un accidente menor, y lo vio llegar sin signos vitales, en una camilla escoltada por varios paramédicos. La noticia se anunció en los últimos minutos de un partido de fútbol americano. Cuando el narrador deportivo la informó, consternado, el mundo se paralizó: el líder de los Beatles, la banda más importante de la historia, había sido asesinado a sus 40 años.
Miles acudieron al edificio donde habían ocurrido los hechos y al hospital, llevando ofrendas florales, así como a cantar y a llorar. Estas escenas multitudinarias se repitieron por varios días en varias partes del mundo, y durante semanas no se hablaba de otra cosa en las noticias.
Chapman se declaró culpable y fue condenado a cadena perpetua. Hasta hoy, ha solicitado la libertad condicional en 11 ocasiones, sin éxito. En su última audiencia de petición de libertad condicional, hace un mes, confesó que, por afán de notoriedad personal, ‘asesinó a uno de los representantes más significativos de la música y cultura popular del siglo XX’, así como que considera su acto como ‘despreciable’, que lamenta el crimen y que aceptaría pasar el resto de su vida en prisión por haber matado a alguien inocente.
Asimismo, reiteró su presentación de excusas a Yoko Ono, pero ésta se ha negado rotundamente a que Chapman salga de prisión, declarando en una entrevista que ‘Lo hizo una vez y podría hacerlo de nuevo, a otra persona’.
Al final, John Lennon fue uno de los fundadores de The Beatles, y estuvo presente en la agrupación desde su creación oficial hasta su disolución en 1970. Como solista, grabó seis discos con canciones propias, además de que se convirtió en una figura contestataria que promovía la igualdad de géneros y la lucha contra el capitalismo.