Características de la Pintura de Mariano Fortuny y Madrazo
Introducción
La pintura es una de las facetas artísticas más controvertidas de este autor. La obra pictórica de Fortuny es compleja y variada. Va en las líneas generales del Simbolismo esteticista del Fin de Siglo XIX, aunque también se mueve por otras corrientes como el Nuevo academicismo o el Orientalismo.
Por esta razón y por sus múltiples conocimientos de otras muchas disciplinas artísticas, es muy difícil encasillar a este autor dentro de un movimiento o corriente artística en concreto. Si bien es cierto que no hizo gala explícitamente de sus conocimientos en otras disciplinas, sus conocimientos en luminotecnia y química, sin duda aportaron algo diferente a su pintura, el oficio al que se dedicó toda su vida con entrega, pero acabó ocupando un plano secundario al hablar de su obra.
Desarrollo
Fortuny entendía la pintura como el acto de generar relieve sobre una superficie plana usando para ello las diferentes herramientas y materiales, pero nunca prescindiendo del dibujo, el que consideraba una base fundamental para generar sensación de relieve. Bajo su punto de vista, huir de la dificultad del aprendizaje del dibujo y prescindir de él es salir de la máxima de la pintura y “hacer otra cosa”.
Mariano Fortuny y Madrazo comenzó su educación de forma muy temprana cuando se muda con su familia a París. Es un pintor educado a caballo entre dos siglos. Fue formado en la tradición académica del S.XIX, unos años después de llegar a París ingresa como aprendiz en el taller de Jean Joseph Benjamin Constant, un retratista muy cotizado de la época. Es él mismo quién le inculca a Fortuny el respeto por la pintura académica y la precisión en los detalles. Es curioso puesto que la estética academicista ya se iba poniendo en duda en los tiempos en los que Mariano Fortuny y Madrazo estaba siendo educado.
En aquel momento en París, había dos corrientes que eran aparentemente irreconciliables: La Pintura academicista, de los pintores oficiales y la Innovadora (en aquel momento era representada sobre todo por el Impresionismo), que apostaba por rehabilitar el arte oficial del S.XIX. Sin embargo, y aunque sí que había una “lucha” latente entre las dos corrientes artísticas, no se puede negar que ambas corrientes tomaban inspiración del otro bando.
Si bien es cierto que al final del siglo la corriente Innovadora se hizo con una victoria contundente, durante los años 70 y 80 los pintores oficiales eran los que contaban con el apoyo y reconocimiento del gobierno, y por lo tanto con la simpatía del público. En este ambiente de tanto eclecticismo pictórico, conviven los temas más innovadores con una técnica siempre correcta de acuerdo a las normas establecidas. Estos temas eran costumbristas, el retrato con el paisaje, pintura decorativa de desnudos y orientalismo con naturalezas muertas
Mariano Fortuny era un excelente dibujante, practicaba mucho la técnica de copia. Esta técnica le llevó a tener una gran técnica en el dibujo y el color, que luego aplicaría con gran destreza en sus cuadros de desnudos de modelo al natural.
A mediados de los años 80, Mariano comienza a experimentar una evolución en sus gustos artísticos aunque sin alejarse de lo académico. Es en esta época cuando conoce la obra de Richard Wagner (compositor), y a partir de ahí llega al movimiento Simbolista, un movimiento que no solo es estético, sino también idealista.
El Simbolismo buscaba una vuelta a la Belleza, al humanismo, al ideal y a los sueños como parte de la realidad del hombre. Mariano se siente muy atraído por esta nueva concepción del arte, y se embarca así en una nueva etapa artística tras finalizar su educación. Su etapa Simbolista, que lleva a cabo entre París y Venecia, es considerada el cénit de su carrera como pintor.
El Simbolismo es sin embargo, una corriente muy mística y elitista. Busca la creación de un lenguaje hermético, que lo hace un arte inaccesible a aquellos sujetos que no compartan las mismas aspiraciones e inquietudes.
Conclusión.
Mariano Fortuny y Madrazo, aunque estaba de acuerdo con este modelo elitista, rechaza en su pintura el lenguaje hermético. Está convencido de que existe una realidad detrás de las cosas, por ello se acoge a uno de los medios de expresión más importantes de esta corriente, la permutación naturalista. Este medio descontextualiza el objeto natural, pero sin modificar la apariencia externa del mismo, así surge la fantasía de la aparición otorgándole a la imagen sentimientos irreales e imposibles de percibir en el mundo real. A la mediocridad, era misterioso, la búsqueda de ideales y la nostalgia de las épocas pasadas.
La familia de Fortuny y Madrazo, venía de una larguísima tradición artística academicista por la que fue comparado negativamente con ellos durante sus inicios en el oficio, por lo tanto era de esperar que en cuanto más se metía en el Simbolismo, más se alejaba de la tutela de sus familiares. Estos no aprobaron la obra de Mariano hasta que fue galardonado con la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Múnich de 1986 por su obra Las muchachas Flores.
Al mudarse a Venecia, entra en los círculos artísticos venecianos y ahí se pone en contacto con el espíritu decadente de Fin de Siglo.
Obviamente, todas estas experiencias intelectuales se reflejan en su obra, pero Fortuny, atraído por la belleza de lo convencionalmente “bien hecho”, se orienta hacia un simbolismo academicista, alejándose por completo de las propuestas vanguardistas que surgen en este movimiento.