Modelo Pedagógico Del Estado y sus Relaciones
Introducción
El modelo refleja el conjunto de relaciones en que están inmersos los sujetos del proceso educativo, en ese sentido, el fundamento del modelo es el mundo cultural, construido por las comunidades y sus individuos, hombres y mujeres en un largo proceso histórico, que tiene una connotación milenaria para las colectividades étnicas y algunas colectividades sociales. Es un modelo donde, desde la cultura y para la cultura, se entreteje un escenario pedagógico en donde el estudiante, el maestro, la comunidad y la escuela, interactúan horizontalmente.
Desarrollo
En correspondencia con un mandato cultural, regulado por un pacto institucional-comunitario que recoge un conjunto de ideas y reglas de funcionamiento que encarnan una organización educativa del proceso, mediada por dinámicas comunicacionales no jerarquizada y que articulada con el conjunto de elementos anteriormente descrito tienen un propósito transformacional de la realidad y la configuración de nuevos códigos socioculturales que tienen como eje central la identidad étnico cultural y sus desarrollos a partir de los intercambios.
Los diálogos e interacciones que se producen entre las distintas racionalidades culturales que confluyen en un tejido social. Este modelo presupone que cualquier acción educativa, dinamizada desde una concepción pedagógica, responde a una teleología de construir sociedad, en este caso construir y reconstruir el mundo cultural del distrito de Riohacha, a partir de la puesta en marcha de planes de vida formulados participativamente por la propia comunidad. El modelo pedagógico riohachero se alimenta del discurrir pedagógico propio.
En franco encuentro y desencuentro con elementos importantes de los otros, con los que se interactúa en el contexto de unas relaciones interculturales y es operativizado por una didáctica cotidiana propia del quehacer de las comunidades en las distintas esferas en que transcurre su personalidad histórico-cultural, lo que se alimenta de los desarrollos adquiridos por la relación didáctica- pedagógica construida a través de los distintos momentos de producción de saber pedagógico por las ciencias humanas.
En otras palabras, es un modelo que recoge lo propio y lo apropiado, lo enriquece y lo pone al servicio del proceso educativo, tanto desde el punto de vista epistemológico, como desde el punto de vista pedagógico propiamente dicho. Por consiguiente, se arma un tejido, donde lo vivencial-experiencia convive con reflexionar-teórico-conceptual, como un todo único que actúa en doble dirección, es decir lo experiencial es reflexión y la reflexión- teorización encarna también experiencia y se configura así un paradigma que ilumina una praxis pedagógica y no simplemente un portador de saber pedagógico.
Caracterización del modelo:
Es un modelo integral y holístico en consonancia con las características culturales de las comunidades sujetos del proceso educativo y particularmente con los elementos filosóficos del proyecto de educación superior concebido. Este modelo soporta una práctica pedagógica construida en un contexto. Cultural diferenciado, pero a su vez integrado a un conjunto de relaciones sociales, económica, territoriales, ambiental local, departamental, regional y nacional,
Como expresión de la diversidad étnica y cultural. Es un modelo que hace vida en las tradiciones, costumbres, prácticas culturales musicales, medicinales, de producción, y convivencia como manifestación de los distintos escenarios donde transcurre el quehacer cultural. Es un modelo que en lenguaje técnico pedagógico integra las distintas dimensiones de las teorías pedagógicas.
Este modelo integrado considera que el código intrínseco a un modelo de esta naturaleza implica una clasificación flexible del conocimiento y la ruptura con cualquier aislamiento del proceso pedagógico; como también transformaciones en las modalidades de trasmisión haciendo énfasis en los principios generales, así como en los conceptos mediante el cual estos principios son obtenidos.
Conclusión
Igualmente, presupone transformaciones en el ámbito de la evaluación, la organización escolar y las relaciones entre el contexto educativo y el contexto cultural.2 En consonancia con estos planteamientos, el modelo posibilita la puesta en marcha de un currículo integrado con la realidad y debe reflejar el mundo de la vida de los sujetos de la educación, un ejercicio pedagógico que hunde sus raíces en dicha realidad y procesos educativos participativos y formativos.
