Muerte Perinatal Por Síntomas Psiquiátricos

Introducción

El duelo perinatal puede complicarse con síntomas psiquiátricos si concurriesen algunos factores como: presencia o antecedentes de problemas psiquiátricos previos, historia de pérdidas recurrentes, falta de hijos, de pareja estable, de familia o apoyo social; subóptimo contacto con el hijo fallecido, inexistencia de una explicación para lo sucedido, dar información insuficiente o rehuir el contacto con los padres, y finalmente, que la pérdida coincida con otros problemas vitales importantes

Es necesario que el personal de enfermería brinde información verbal y escrita a los padres y realice un seguimiento con el fin de identificar tempranamente factores de riesgo que puedan desencadenar trastornos mentales, diversos estudios y guías de actuación, mostrar que los padres se pueden beneficiar de haber pasado tiempo con su hijo, y de haber obtenido recuerdos como fotografías con su bebé, porque ayuda a reconocer la realidad de la muerte, decir adiós, ya llorar la pérdida. La importancia del seguimiento y la actualización constante de cada caso ayuda a minimizar los riesgos de duelos complicados, depresión o aislamiento, permitir a los padres estar en contacto con su bebe cuando es posible permitirles que formen un vínculo con él, se despidan.

Desarrollo

El personal de enfermería que está expuesto a estas situaciones debe recibir apoyo psicológico periódicamente, debemos cuidar a todo aquel que cuida de los pacientes, ya que esto garantiza que se optimice la atención y la vida profesional se mantenga en óptimo rendimiento físico y mental, debemos enfocarnos en ambos espectros de la situación, la muerte de un bebé en el vientre ha tratado de ser minimizado sin embargo está demostrado que un correcto acompañamiento minimiza los riesgos de trastornos mentales como la depresión, duelo complicado, tendencia suicida, trastornos de personalidad y además ayuda al personal sanitario a afrontar de manera humana la perdida y realizar un correcto acompañamiento,

la tasa de pérdidas de embarazo en el primer trimestre asciende a un 15% en España mientras que la en el último trimestre de embarazo se da en un 20% siendo este el trimestre en el que se dan más perdidas de embarazo en este país por otro lado en nuestro país Ecuador existe una incidencia de 4.54 muertes perinatales por cada 1000 nacidos vivos. Hasta un 25% de los padres y madres presentan graves problemas de depresión y ansiedad varios años después del hecho. Se ha demostrado ampliamente la importancia de la prestación de un servicio de calidad y humano en los momentos de la muerte del feto para facilitar el proceso de duelo.

En 1968, Bourne abordó los efectos psicológicos del mortinato sobre las mujeres y sus médicos de cabecera en un artículo que se preguntaba por los motivos que hacían del mortinato una especie de ángulo ciego para los profesionales, que pasaban por el trance simulando que no había ocurrido nada. Con intención seguramente protectora y beneficentista, ante una muerte perinatal no se daba ninguna posibilidad a los desolados progenitores de conocer a su hijo y poder así decirle hola y adiós. Los profesionales guardaban total silencio sobre lo ocurrido, se sedaba a la madre en el expulsivo para evitarle el dolor de ver a su hijo muerto y cuando despertaba, el cuerpo de su hijo ya había desaparecido de su vista. Según Bourne se trataba como un no-suceso, algo olvidable de inmediato.

En 1982 Kirkley-Best y Kellner criticaron la bibliografía previa por sus metodológicos concluyendo que sin un estudio apropiado, los profesionales están destinados a seguir las modas de los libros populares sobre duelo errores, sin llegar a cubrir las necesidades específicas de los padres de los mortinatos. Lo denominaron el duelo olvidado. Recomendaban que los progenitores vieran y tomaran en brazos al bebé muerto y proponían desarrollar grupos de apoyo para afectados. También en 1982 Callahan y colaboradores plantearon que la pérdida perinatal es distinta de otras por la ‘reticencia del sistema de apoyo a hablar de lo ocurrido, porque muchas veces no se conoce el motivo de la muerte y por la culpabilidad intensa que genera’. En 1984, Herz agregó otros matices como que la mujer se siente traicionada por su propio cuerpo,

Sin embargo en la actualidad está clínicamente demostrada que los padres que reciben un trato empático durante el proceso de despedida y duelo se sobreponen mejor a la perdida y aprenden a exteriorizar sus sentimientos y canalizar sus emociones rehaciendo su vida de una mejor manera, para esto el personal enfermero al estar en contacto directo con el paciente debe estar en condiciones de brindar consejería, apoyo y también entender el proceso de duelo que pueden estar llevando los padres y que puede ser difícil de exteriorizar, se debe brindar asistencia no solo en la estadía en el centro de salud, sino también hacer un seguimiento de cada caso y cada familia.

La muerte fetal es la muerte del producto de la concepción antes de la expulsión o su extracción del cuerpo de la madre, independientemente del tiempo de embarazo.

Existe una gran variedad de artículos y estudios científicos en lengua inglesa e incluso protocolos o guías dirigidos a los profesionales de atención sanitaria en casos de muerte perinatal y neonatal. En los últimos años, existe una mayor sensibilidad al respecto y unos cuantos centros de España han ofrecido formación específica y están siguiendo un protocolo. 

Conclusión

Todo lo publicado pone de manifiesto la necesidad de que estas muertes no sean infravaloradas y aportan unas pautas muy sencillas y prácticas que faciliten el trabajo al personal sanitario para asegurar que los afectados tengan una recuperación psíquica emocional saludable. En realidad estos cambios lo que implican es adquirir un conocimiento y una comprensión mayor de lo que supone la pérdida y poner en práctica sencillos procesos de atención que beneficiarán tanto al que da como al que recibe. 

En los dos últimos años han surgido grupos de apoyo para el duelo formados principalmente por padres y madres que han pasado por una pérdida. Sin embargo, son tan solo muerte órganos de apoyo y no cubren las necesidades básicas sanitarias de los padres y su entorno ante una. Las circunstancias que rodearon la muerte condicionarán la salud de los afectados, tanto física como emocionalmente. 

Son tan solo órganos de apoyo y no cubren las necesidades básicas sanitarias de los padres y su entorno ante una muerte. Las circunstancias que rodearon la muerte condicionarán la salud de los afectados, tanto física como emocionalmente. Son tan solo órganos de apoyo y no cubren las necesidades básicas sanitarias de los padres y su entorno ante una muerte. Las circunstancias que rodearon la muerte condicionarán la salud de los afectados, tanto física como emocionalmente.

17 August 2021
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