Notas de Enfermeria Que Es y Que No Es
Introducción
- Contexto Sociohistórico
El libro fue escrito en 1859 en Inglaterra, y recoge una serie de directrices que toda enfermera debe conocer según el criterio de la autora, Florence Nightingale, pero no con la intención de crear un manual ni unas normas fijas.
El siglo XIX estuvo marcado por muchos cambios en todos los ámbitos sociales, políticos y económicos de Europa, concretamente. La Revolución Francesa (1789) y Las Revoluciones Industriales en Inglaterra, trajeron importantes consecuencias sociales. Durante la monarquía de la reina Victoria Inglaterra alcanzó una época de auge y esplendor, convirtiéndose en una potencia mundial.(Ocampo, 2011)
Uno de los procesos más revolucionarios fue la libertad de imprenta que influyó en muchos aspectos sociales como la lucha por los derechos de la mujer o la libertad de expresión. De este modo salieron a la luz formas de pensar o descubrimientos científicos que no podían ser publicados por censura. (Ocampo, 2011)
- El cuidado
Las diaconisas de Kaiserswerth (que originalmente surgen en la Era Cristiana), retoman su labor esta vez como protestantes. El pastor Teodoro Fliedner en 1836 funda el Instituto que acogería a estas diaconisas, el Instituto de Diaconisas de Kaiserswerth. Anteriormente este pastor se dedicaba al cuidado de las prisiones. Tras casarse, decidió junto con su mujer Federica Münster, cambiar la situación del cuidado de enfermos, en el cual participaron también las diaconisas de Kaiserswerth (Maria Rosa Parentini 2002)
Debido a la gran aceptación y a la obra social tan necesitada, ampliaron su trabajo creando dos hospitales más en 1840. Este instituto se encargaba de la formación de Diaconisas y del cuidado de enfermos. Las diaconisas eran que mujeres que trabajaban en las Iglesias ofreciendo el cuidado a enfermos.
Tras alcanzar mucha fama, fue visitada por Florence Nightingale quien más tarde fundaría su propia escuela en Inglaterra, donde no se proyectó lo suficiente la obra de las diaconisas de Kaiserswerth.
- La autoria y el libro
Para entender debidamente un libro de estas características, es importante conocer más allá. Esta obra está basada en las experiencias y opiniones de Florence Nightingale, su autora; por lo que conocer más sobre ella aporta datos muy interesantes que ayudan a comprender su importancia en la historia del cuidado.
Nació el 12 de mayo de 1820 en Florencia, y falleció el 13 de agosto de 1910 en Londres. Es mundialmente conocida por ser considerada la primera enfermera. Hasta entonces, el cuidado había sido llevado de una forma tradicional pero no profesional; es decir, se consideraba como un acto de necesidad más que de vocación. Lo cual en parte también es cierto, puesto que el cuidado es imprescindible para el bienestar de la persona. Somos cuidados por alguien desde que nacemos hasta que morimos.
Entre sus múltiples reconocimientos, destaca la gran aportación que realizó durante la guerra de Crimea, a la que fue enviada al frente del equipo de enfermeras como Inspectora de la Institución de enfermeras de los hospitales Generales ingleses en Turquía (Francisco Morales Gil). A lo largo de su carrera obtuvo gran cantidad de premios y se convirtió en una figura de inspiración para muchos sanitarios.(Florence nightingale.2019).
En 1860, Florence Nightingale creó la primera escuela de enfermería en el Hospital Saint Thomas de Londres, con los donativos que recaudó tras finalizar la guerra. Ella sentía que era enfermera porque Dios la había hecho para ello.(Florence nightingale.2019)
Como bien nos dice Margaret B. Dolan en el prefacio del libro, Florence Nightingale no escribió este libro a modo de manual para las profesionales del cuidado; si no a todas las mujeres que cuidaban de sus familias(Florence nightingale 1859), (debido a que en esa época el cuidado estaba reservado casi exclusivamente a las mujeres).
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Florence Nightingale son: alimentación, cuidado de los enfermos, enfermera, historia de la medicina, lucha contra la enfermedad, tratamiento médico, vida en un hospital.
Los temas tratados en el libro son la alimentación del paciente, el cuidado y los tratamientos del enfermo, parte de historia de la medicina y del cuidado, el papel de la enfermera y, en general, la vida en un hospital.(Frases de notas sobre enfermería: Qué es y qué no es.)
Desarrollo
- CAPÍTULO I: ventilación y calefacción
La forma en la que la autora orienta este aspecto tan importante del cuidado, como es la atmósfera del lugar donde se encuentra el enfermo, hace que el lector tome otro punto de vista. Entrar a la habitación y que la temperatura sea agradable, no significa que las condiciones para el paciente sean óptimas. Como bien recalca el libro, las enfermeras procuran realizar bien los cuidados más complejos pero no se fijan en algo tan básico como la ventilación del lugar donde está el paciente. Siendo más concreta, la autora explica que el hecho de permanecer con ventanas y puertas cerradas, tratando de no resfriar al susodicho, produce un efecto contradictorio. La falta de oxigenación supone que el enfermo se encuentre continuamente respirando su propio aire contaminado, por lo que el cuidado se vuelve menos efectivo y la recuperación más lenta.(238494415 florence nightingale notas sobre enfermeria original)
No solo en relación con las ventanas y el aire puro, también con costumbres insalubres como dejar las heces o micciones debajo de la cama hasta la hora de recogerlo, esto supone un aumento de las bacterias y de la contaminación del ambiente. CAPÍTULO VII: alimentación y clases de alimentos
Continuando con sus normas exigentes, Florence hace referencia a la alimentación del paciente como una disciplina que requiere puntualidad e inteligencia por parte del enfermero. Establecer unos horarios resulta fundamental para conseguir que el enfermo pueda alimentarse lo necesario para su recuperación. De lo contrario su cuerpo no aceptará alimento, por falta de costumbre y cada vez se sentirá más débil. Además, se puede apreciar que compara a los hospitales públicos de los privados; en esta ocasión asume que en los privados la organización sobre el alimento es siempre peor, y una “negligencia” sobre la nutrición del paciente es más probable.
En pacientes muy enfermos, un signo de mejora es la disminución de la disfagia (dificultad o imposibilidad de tragar)(ASALE, ) ; esto supone una mejora de la calidad de vida y una recuperación más rápida. Se realizó un estudio para observar la recuperación completa de la alimentación oral tras un accidente cerebrovascular.(Calvo et al., 2019), obteniendo casi un 70% del grupo que recuperaron la alimentación completa. Lo que quiero expresar con esto, es que este aspecto de nuestro día a día resulta fundamental no solo para nuestra calidad de vida si no para la recuperación de la enfermedad. No obstante supone un gran trabajo de cuidado por parte del personal sanitario.
En cuanto a los tipos de alimentos y a cuáles son adecuados y cuáles no, actualmente disponemos de muchísimos estudios e información sobre ellos, además de métodos para su conservación. En un hospital, jamás te darán leche agria, carne en mal estado, o permitirán que tengas hipervitaminosis o hipovitaminosis. Pero Florence perteneció al siglo XIX, por lo que con estas notas abrió los ojos a muchas enfermeras que con tal de que el paciente se llevase algo a la boca, se le daba cualquier alimento. Cada paciente es distinto, y una vez más la observación y la inteligencia, ayudarán a la enfermera y, más tarde, al médico a elaborar una dieta adecuada.
Me parece de interés comentar la importancia que menciona que tienen los azúcares, cuando actualmente hay un movimiento contrario al consumo de cualquier tipo de azúcar procesado y no procesado. Es más, se ha demostrado su relación con la aparición de enfermedades cardiovasculares, cancerígenas y, por supuesto, diabetes. Aun así se sigue vendiendo y consumiendo incluso en dietas hospitalarias, por el dinero que mueve en el mundo. Como ya he dicho los conocimientos que se tenían por aquella época eran mínimos, puesto que estas enfermedades no eran predominantes. Sin embargo, sabían con exactitud las causas de la desnutrición, de la falta o exceso de vitaminas, de los efectos de un alimento en mal estado, etc. (Florence Nightingale, 1859)
- CAPÍTULO VIII: la cama y ropas de cama
Se puede considerar una continuación de las notas sobre ventilación. Recalca continuamente la barbaridad que es no cambiar o airear las sábanas diariamente y, aun más, de un paciente a otro. El aire contaminado que expulsa nuestro cuerpo no debe respirarse por cuestiones obvias y además, explica que una enfermera debe estar pendiente en todo momento de la postura y la colocación del enfermo en la cama. Realmente el descanso es una de las partes más importantes de la recuperación de una enfermedad y no se toma cuidado de ello.(Florence Nightingale, 1859)
- CAPÍTULO IX: la luz
Tras la ventilación, el segundo imprescindible es la luz solar de una habitación. Un enfermo que se sienta aislado del exterior, encerrado, y poco iluminado durante todo el día, o con luz artificial, supone una bajada de ánimo y una falta de fuerza. Florence compara al sol con un pintor y un escultor, es decir con artistas. Ella considera al cuidado un arte. El arte de mantenerse sano, o de erradicar una enfermedad, puesto que no solo hacen falta conocimientos, si no también inteligencia, creatividad y capacidad para improvisar. (Florence Nightingale, 1859)
Argumenta que la luz es de las partes más importantes para la recuperación. Que no solo ayuda anímicamete si no también al cuerpo. Por ellos una enferemra ha de ser capaz de orientar al enfermo de manera que la luz natural le alumbre la mayor parte del día, pudiendo moderarla con cortinas. Esto es un detalle con el que no se suele contar. Una persona sana no aprecia el sol cuando esta en cama, pues solo se encuentra ahí por las noches; pero un enfermo pasa la mayor parte del día en reposo sobre ella por lo que una recuperación que contenga ventilación y luz solar, será notablemente más eficaz que una que no. (Florence Nightingale, 1859)
- CAPÍTULO X: limpieza de habitaciones y paredes
La autora aborda este tema con cierta dureza y exigencia. Quizá por que es un aspecto muy importante, o quizá porque es difícil que se tome conciencia sobre él.
Podemos decir que la base del cuidado es la higiene. Partiendo de eso para que una habitación esté limpia deberá estar ventilada e iluminada, como ya menciona Florence en capítulos anteriores, pero también debe estar limpia.
Como bien explica, pasar un trapo o la escoba en una habitación cerrada, no limpia el polvo, solo lo remueve por la habitación. Las alfombras acumulan contaminación que puede permanecer ahí meses hasta que se limpien; y las paredes han de ser pintadas o de azulejos, así como el suelo, cuyo mantenimiento es mucho más higiénico. No obstante, todo ello no servirá si la habitación no está ventilada. Y la ventilación no se producirá si hay polvo en el interior de la estancia. (Florence Nightingale, 1859)
- CAPÍTULO XI: limpieza personal
Continuando con el tema de la limpieza, esta enfermera dedica un capítulo individual, aunque poco extenso a escribir sobre la higiene personal. Como bien indica el término, es la limpieza que debe llevar un miso sobre su propio cuerpo, siendo mucho más estrictas en el caso de enfermeras y cualquier trabajador sanitario puesto que trabajan con enfermos.
No obstante, una persona que presenta una enfermedad no puede realizar estos cuidados por sí misma. La enfermera debe estar pendiente de mantener la ropa y el cuerpo del paciente limpio y ventilado. Libre de excreciones cutáneas o corporales y siempre pendiente de secarlo bien tras el protocolo. Florence habla sobre el alivio que se siente al recibir estos cuidados, y marca algunas directrices para conocer las distintas formas de lavar y limpiar el cuerpo. (Florence Nightingale, 1859)
- CAPÍTULO XII: charlatanería que da esperanzas y consejos.
F. Nightingale se atreve a criticar también la influencia de las visitas y de los familiares en el estado del enfermo. Es cierto que pueden animar al enfermo con su presencia, e incluso mejorar su estado, pero también pueden producir agobios y depresión si toman una actitud errónea.
Aquí es donde entra en juego el papel de la enfermera. Según la autora, esta debe ser capaz de identificar cuando el paciente está recibiendo estímulos que van a producir un empeoramiento de su estado de ánimo. Trata este tema desde su experiencia, como el resto de las notas anteriores, pero además le añade un plus de objetividad al hablar sobre la ignorancia de algunas personas que tratan de dar falsos consejos con tal de sentirse ellos mismos mas útiles en el proceso de recuperación de su enfermo.
“¿Cómo puede animarle la opinión favorable- si es que se le puede llamar opinión- del visitante casual, cuando ella es diferente a la del médico experimentado?” (Florence Nightingale, 1859). Es una de las preguntas retóricas que se hace para argumentar que desde la ignorancia, lo único que hay que aportar es apoyo moral, no decirle lo que quiere oír, puesto que no conseguirá engañarle, solo decepcionarle. Evitar hablar de él y de su estado, y contarle asuntos que le haga ver que la vida fuera de esas cuatro paredes sigue, puede llegar a animar al enfermo y a recargar sus fuerzas.
Actualmente, dos siglos después, se realizan estudios que demuestran que la terapia con animales ayuda a la recuperación de los enfermos por la felicidad que les transmiten. La terapia asistida por animales de compañía forma parte del tratamiento y de los cuidados del enfermo. En 1792, queda constatada la primera vez que se utilizó esta terapia en enfermos mentales en Retreat de York, Inglaterra. Más tarde en el siglo XIX, año 1867, intervinieron en la terapia con epilépticos en Bethel, Bielefeld, Alemania. (M. P. ZAMARRA SAN JOAQUÍN, 2002)
‘El ser humano debe permanecer en contacto con la Naturaleza a lo largo de toda su vida para poder mantener una buena salud mental’ (BORIS M. LEVINSON, 1969.)
- CAPÍTULO XIII: observación del enfermo
Uno de los principales cargos de la enfermera, es observar e informar al médico de la evolución del enfermo. En este capítulo Nightingale dice: “La lección práctica más importante que puede darse a las enfermeras es enseñarles a observar” (Florence Nightingale, 1859). Para desarrollar esta afirmación lo que hace es exponer distintos ejemplos sobre el sueño y la alimentación y la forma de relacionarlo con el estado de la enfermedad del paciente; para después comentar los errores que se cometen y la información errónea que recibe el doctor encargado de curar a la persona en cuestión.
Es interesante la forma en la que lo hace puesto que no describe una forma en concreto de hacerlo, si no que deja ver lo importante que es conocer al paciente y tener claro que no todos son iguales. A base de preguntas no se puede saber exactamente cómo esta un paciente puesto que puede percibirse de formas distintas. Además, hace hincapié en que muchas veces aunque tenga buen aspecto, no significa que esté mejor; lo que confirma que para dar la información de cómo evoluciona un paciente, la enfermera debe realizar observaciones continuas a parte de tener una serie de datos concretos y recogidos periódicamente, además de hablar con el susodicho.
Conclusión
En su conclusión aclara de nuevo que el arte de la enfermería se compone de muchos aspectos dependientes entre sí. Donde en el momento en el que falte uno (como la higiene), el resto (como la ventilación o la alimentación), resultarán inútiles. Su principal objetivo es recalcar que la única forma de aprender de verdad a ser enfermera es en un hospital o una sala de enfermos, y que en estas notas solo pretende complementar la formación, no crear un manual. (Florence Nightingale, 1859).
También dedica bastante a recalcar la especial delicadeza de los niños, la cual supone el mejor cuidado que una enfermera puede darle. Y termina hablando sobre la realidad del momento: la dominancia del hombre sobre la mujer y, por tanto, la del médico sobre la enfermera. Los médicos no permitían a las enfermeras prescribir medicamentos entre otras cosas, porque muchas mujeres aprovechaban esos medicamentos para dárselos a otros enfermos que los necesitaban con la intención de cuidarles, causando problemas en ellos. (Florence Nightingale, 1859). En mi opinión, esto solo se debía a la tradición y obligación moral que sentía la mujer de cuidar de su alrededor, y de hacerlo con los medios que tuviese, entre los que no estaban la formación o educación básica.
Y opinión personal, Exageración en cuanto al trato de un enfermo, Semejanza entre el cuidado y la servidumbre Imprescindible conocer al paciente Saber lo que le gusta (hablar, no hablar) Contradicción-preparación para muchas situaciones. Cambio de siglos: referencia a ENFERMEROS Infravaloración de enfermeras privadas
References
- Ocampo, M. (2011, -01-31T09:10:52+00:00). Inglaterra siglo XIX. Retrieved from http://www.inglaterra.net/inglaterra-siglo-xix/
- María Rosa Parentini.(2002). Historia de la Enfermería: aspectos relevantes desde sus orígenes hasta el siglo XX. Uruguay. Ediciones Trilce 238494415 florence nightingale notas sobre enfermeria original
- Nightingale,F (1990). Notas sobre enfermería: Qué es y qué no es. Barcelona, España: Salvat Editores, S.A
- ASALE, R.«Diccionario de la lengua española» – edición del tricentenario. Retrieved from https://dle.rae.es/
- Calvo, I., Pizzorni, N., Gilardone, G., Mayer, F., Vanacore, N., Buraschi, V., . . . Corbo, M. (2019). Predictors of oral feeding resumption after stroke in a rehabilitation hospital: A retrospective study. Journal of Stroke and Cerebrovascular Diseases: The Official Journal of National Stroke Association, 28(7), 1958-1970. doi:10.1016/j.jstrokecerebrovasdis.2019.03.040
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- Zamarra San Joaquín, M. P (2002). Terapia asistida por animales de compañía. Bienestar para el ser humano. EAP, Aranjuez.