Paraty en Brasil: un Lugar Místico
Paraty es un lugar en el que las montañas se elevan cubiertas de verde por la selva, frente a las aguas cristalinas y cálidas de la bahía. A pesar de encontrarse a medio camino entre São Paulo y Río de Janeiro, es un rincón secreto y difícil de encontrar. Su belleza de estilo colonial, el color de sus casas y sus calles, la extravagancia de su selva, el mar y su vida nocturna la convierten en un lugar verdaderamente especial. Tal vez por eso fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2019.
Breve historia
Paraty es una de las ciudades más antiguas de Brasil. Está ubicada en el costado occidental del Estado de Río de Janeiro. Tuvo sus primeros asentamientos en el año de 1533 y pocos años después se convirtió en el puerto más importante del país. Hoy cuenta con cerca de un millón de kilómetros cuadrados y una población cercana a los 33.000 habitantes. Destaca por su arquitectura colonial, que abarca plazas, gran número de iglesias, un embarcadero y, por su puesto, sus viviendas.
Paraty estaba poblada inicialmente por la comunidad indígena de los Tamoios. Estos tuvieron enfrentamientos con los portugueses, que llegaron a invadir su territorio buscando oro. Su inmenso desarrollo económico se debió a los ingenios azucareros, donde también se elaboraba un aguardiente conocido como cachaça, y a las explotaciones auríferas.
Buena parte de las que fueran en otro tiempo casonas, se han transformado en hoteles, tiendas o restaurantes que acogen a los visitantes. Con la abolición de la esclavitud, la economía de Paraty se desplomó, lo que produjo una emigración masiva de sus pobladores en la búsqueda de mejores oportunidades laborales.
El esplendor de una época
Durante la colonia, la movilidad era restringida y solo se podía seguir el trazado de los caminos reales; de lo contrario, los habitantes se convertían en infractores de la ley. La primera vía pública de la corona portuguesa fue conocida con el nombre de Caminho Velho.
Esta comunicaba Río de Janeiro con Minas Gerais y por allí transitaban los cargamentos de oro explotados en las minas, en dirección al puerto de Paraty. Tal extracción se mantuvo por cerca de cuatro siglos. Parte del esplendor de esa época se refleja en la construcción de plazas e iglesias. Hoy, parte de ese recorrido se encuentra en el Parque Nacional de la Sierra de Bocaina.
La Paraty de hoy
En el centro histórico de Paraty las calles son empedradas y las casas blancas, con marcos de ventanas y puertas de colores vivos. Es un auténtico ejemplo de arquitectura hermosa y bien conservada. Tiene un ambiente culturalmente activo, una atmósfera bohemia y muchos sitios de interés para visitar. Durante la época de lluvias se inunda, formando espejismos con los colores de las viviendas. Por eso también se le conoce como “la Venecia suramericana”.
El Parque Nacional de la Serra da Bocaina es un lugar espectacular para entrar en contacto directo con la naturaleza. Cuenta con unos paisajes idílicos, en donde la selva de la montaña casi se besa con el mar. También se encuentran la Reserva Biológica Praia do Sul, el Parque Estatal de Isla Grande y el Área de Protección Ambiental de Cairuçu. Al igual que el complejo arqueológico de Paraty-Mirim, en donde existen varios asentamientos indígenas.
De otro lado, hay bellísimas cascadas cristalinas dentro de las que destacan la popular Tobogá, la cascada del Resbalón y la de la de Pedra Branca. Desde allí se puede visitar Pan de Azúcar del Mamanguá, para tener vistas panorámicas realmente espectaculares.
Playas de ensueño
Entre sus muchas playas, sobresale Praia Vermelha, un lugar de arenas blancas y un mar azul profundo. También está la playa de Trindade, muy cerca de la piscina natural do Caixa D’aço, con paisajes que parecen escenarios cinematográficos. Adicionalmente, se encuentran la playa de Pontal, playa Jabaquara y la playa de Ponta Negra. Cada una tiene características particulares y en ellas se puede navegar en embarcaciones locales o practicar deportes náuticos.
La vida nocturna
Para quienes gustan de la diversión nocturna, Paraty ofrece gran cantidad de restaurantes y espacios para bailar y degustar bebidas tradicionales, como caipirinha de cachaça o limão. De hecho, en agosto se celebre el festival de la cachaça.
Además, vale la pena probar el moqueca de camarón, la comida típica de la región y de origen indígena. En las calles iluminadas se disponen puestos ambulantes con todo tipo de postres para deleitarse. Desde el año 2003 se celebra en el mes de julio la Festa Literária Internacional de Paraty. Este festival literario, cuyas siglas son FLIP, se realiza en el centro histórico. El encuentro reúne escritores locales y del mundo entero.
En Paraty también se encuentra una isla llamada la Isla Grande que cuenta con playas de ensueño. Es ideal para alejarse de las multitudes y el bullicio. También se cuenta con casi un par de centenares de islas que conforman el archipiélago de la bahía. Paraty es, definitivamente, un sitio de belleza mística y un tesoro por descubrir.