Parodia Y Crítica Del Amor Cortés En La Obra 'Don Quijote' De Cervantes
Es claro que Cervantes, representa al amor cortés a través de la caracterización de un amor irónico y voraz entre Dulcinea y Don Quijote de la Mancha. Así también, demuestra su intención por ridiculizar, burlar y contradecir al amor cortés, siendo este un elemento de las novelas caballerescas, motivo de parodia para Cervantes, pues a través del amor cortés él trata de demostrar lo absurdo que este concepto representa.
El amor cortés, tiene su surgimiento en la Europa medieval del siglo XI – XII época histórica caracterizada por el sentimiento de los placeres. El amor cortes “idealiza a la figura de la mujer y su belleza física, encumbrándola como objeto de culto que permanece inalcanzable para un amante humilde y sumiso, que rinde devoción y lealtad a un amor casi imposible” (Albuquerque, 2012). Generalmente la dama noble, esta casada, y es por esto que la relación adúltera debía permanecer secreta, así el amante se convertiría en trovador para poder comunicarse con ella a través de la “señal” que envía en su poema (Albuquerque, 2012). El amor cortés representa a un amor místico y prohibido, un amor clandestino, lleno de fronteras y obstáculos entre dos amantes que se desean vorazmente, este formaba parte de la cultura y costumbres de aquella época pues era muy popular y aclamado.
Cervantes introduce en su novela caballeresca, al amor cortés, de una manera minuciosa y evidente, desde el capítulo I, que introduce a Dulcinea del Toboso, la dama, por cuyo amor Don Quijote (Alfonso Quijano) vivirá una serie de aventuras. Es importante recalcar que Dulcinea no es la dama noble y perfecta que Don Quijote se imaginaba, en realidad se trata de una labradora cuyo verdadero nombre es Aldonza Lorenzo, y según ella jamás supo que el estaba enamorada de ella, ya que esto se dio cuando Don Quijote, perdió el juicio de la realidad. Sin embargo para Don Quijote ella era real, una dama perfecta, era un amor incondicional, el sufrimiento amoroso que sentía era real también, y a pesar de que este caballero estuviera equivocado, para el Dulcinea realmente era una dama superior a todas las demás damas, y eso fue lo que lo cautivó. Ella tenía la hermosura y la nobleza, por lo tanto la buena fama, los dos ideales de aquella época que toda mujer noble debía cumplir; la belleza formal y la moral, reflejada en la honra. Para Don Quijote, Dulcinea era una mujer admirable, distante y la consideraba como un compendio de perfecciones físicas y morales, es por esto que el Quijote no deseaba conocer a ninguna otra dama que su amigo Sancho Panza le recomendaba, pues para él, nadie se igualaba a su gran amor Dulcinea.
En el amor cortés, una de las características primordiales es que la dama puede tener varios amantes o amoríos al mismo tiempo, que la complazcan y la amen en secreto, como si ella los dominara y ellos vivieran para satisfacerla. Un elemento que se ve reflejado cuando Don Quijote demuestra estar de acuerdo con que las damas debían tener varios amoríos, para que la sirvieran en lo que necesite, es más para él representaba honra, y lo demuestra en su conversación con Sancho Panza
“¿Tu no ves Sancho que eso es todo redunda en su mayor ensalzamiento? porque has de saber que en este nuestro estilo de caballería es gran honra tener una dama muchos caballeros andantes que le sirvan, sin que se extiendan más sus pensamientos que a Servilla por ser ella quien es, sin esperar otro premio de sus muchos y buenos deseos sino que ella se contente de aceptarlos por sus caballeros” (Cervantes, 1605, cap. XXXI)
Otro elemento típico del amor cortés, en el que se denota, como Cervantes destaca esta conversación para referirse a un hecho circunstancial de la época, lo que para Don Quijote representaba un símbolo de honradez, determina la influencia que este tenía de la cultura y costumbres de la época y como el amor cortesano, estaba tan popularizado y arraigado a su cultura, que pocos lo veían como una situación inmoral o irracional, como lo consideraba Cervantes.
Sobre la composición y estructura formal del amor cortés, es importante recalcar que Cervantes incluyó a este género, ya que el respetaba el código del amor cortés, es por esto que en la novela, las composiciones líricas de tema amoroso formaban parte del código del amor cortés, del cual su estructura estaba basada en verso y prosa y en la lírica culta (provenzal), (Begoña, 2014). Aunque esta adaptación no determina que el estuviese de acuerdo con el contenido o concepto del mismo. Se puede evidenciar este tipo de composición lírica con un lenguaje típico del amor cortés, en la única carta que le envía Don Quijote a Dulcinea declarando su amor y por lo que esperaría una respuesta la cual nunca llegaría.
“Soberana y alta señora:
- Carta de Don Quijote a Dulcinea del Tobodo
El ferido de punta de ausencia y el llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que él no tiene. Si tu fermosura me desprecia, si tu valor no es en mi pro, si tus desdenes son en mi afincamiento, maguer que yo sea asaz de sufrido, mal podré sostenerme en esta cuita, que, además de ser fuerte, es muy duradera. Mi buen escudero Sancho te dará entera relación, ¡oh bella ingrata, amada enemiga mía!, del modo que por tu causa quedo: si gustares de acorrerme, tuyo soy; y si no, haz lo que te viniere en gusto, que con acabar mi vida habré satisfecho a tu crueldad y a mi deseo.
Tuyo hasta la muerte, El Caballero de la Triste Figura”, -(Cervantes,1605, cap. XXV)
En la novela, es evidente que Cervantes se refiere al amor cortés de una manera crítica y satírica, a lo largo de los capítulos, Cervantes empieza a hacer cada vez menos notoria la aparición de Dulcinea, se denota que en el capítulo I, la aparición de Dulcinea, es mucha, y se la presenta como a la dama de la cual Don Quijote estaba enamorado, para el capítulo XXV, Don Quijote comenta haberla visto solo pocas veces, 4 veces para ser exacto, y en el capítulo XXX, comenta no haberla visto nunca, esto nos demuestra la intención de Cervantes por demostrar un amor menos idealizado, el cual cada vez denotaba menos importancia, esto también fue para posteriormente en su segundo libro presentar el amor con Odias, duquesa, que sabía que Dulcinea nunca existió. Asi¡í también que mejor manera de demostrar su burla cuando Don Quijote intencionalmente confiesa saber quién es Aldonza Lorenzo en la vida real (capítulo XXV).
Como lo dijo: “Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo ni le dio cata dello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a esta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla «Dulcinea del Toboso» porque era natural del Toboso: nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto” (Cervantes, 1605).
Se debe recalcar el elemento crítico y contradictorio al amor cortés, pues se sabe que Aldonza Lorenzo en realidad no era más que una labradora pobre y de clase social inferior a Don Quijote, una característica clave que se opone al amor cortés, en el cual la doncella siempre debía ser superior al caballero, es por esto que el amor entre dulcinea y Don Quijote se basaba en un amor puramente platónico, más no en un amor meramente cortés, de la manera en que el se imagina a Dulcinea y de la manera en como la describe, es totalmente platónico, así también como lo cuenta al mundo, como lo hizo ante los mercaderes o ante la reina, al escribirle la carta en la que describe a Dulcinea como “una princesa, hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas suelen dar a sus damas” (Cervantes, 1605, cap III). Otro elemento contradictorio que se enfrenta al amor cortés en la novela de Cervantes, es lo que sentía Don Quijote por Dulcinea, que era un sentimiento sumamente puro, más no había una inclinación a lo sexual, a una aventura, a un adulterio entre los dos amantes, como es característico del amor cortés, más bien su amor era fiel y casto, Don Quijote prometía a Dulcinea en todo momento serle fiel y hacer lo que fuese posible por ganarse su amor, más no satisfacerse en uno del otro, su amor no se basaba en el deseo sexual, se basaba en la lealtad, en el juramento, en la devoción y en la honradez.
Por otro lado, también es evidente que Don Quijote nunca fue considerado como un caballero que sobresalía del resto, se podría decir que era un personaje que por sus actos que terminaban en fracaso era motivo de burla, y aun peor cuando del amor se trataba, sus actos siempre terminaban en decepción, Cervantes no solo da la impresión de considerarlo como un objeto de burla, si no también como un personaje desquiciado que no concibe la realidad, por lo tanto este amor era absurdo al ser un amor imaginario, que no era real, lo cual no tiene mucho sentido. En esto se ve reflejada la parodia y critica a las novelas caballerescas, a través de las acciones insensatas del Quijote. De todos modos, a pesar de transformarlo en una parodia, Cervantes no duda en incluir ni una sola situación que no toque el ámbito amoroso, pues era un ámbito muy popular en aquella época.
Es claro que el amor cortés fue para Cervantes motivo de rechazo, si lo vemos desde una perspectiva en la que considera a este como un género sin sentido, un tópico que no es admisible dentro de una novela u obra. Si es verdad, que adaptó varios elementos de este a su novela, se encuentran presentes varios fragmentos propios del amor cortés en las composiciones líricas, pues Cervantes respetaba el código regido por la poesía de aquella época, sin embargo, esto no quiso decir que él estuviese de acuerdo con el mismo, lo que realmente intento Cervantes fue demostrar lo absurdo de este género, adaptándolo así en la historia de amor ficticia que se cree existió entre Don Quijote y Dulcinea. En la novela, el género del amor cortés, representa la doble moralidad de lo que se considera como un género admisible o inadmisible, por un lado este género formaba parte de la cultura (poesía), costumbres, de su vivir diario, y se lo consideraba como un símbolo de honradez, la sociedad lo aceptaba en aquella época. Por el contrario así también se considero a este como un género inmoral e inadmisible, posición que toma Cervantes con respecto a la verosimilitud, o credibilidad de este género.
Mi interés por analizar el tópico del amor cortés en la novela de Cervantes, se debe a la veracidad por distinguir los aspectos culturales, morales y éticos en relación al amor cortés, que se vivió en aquella época, para compararlos con los aspectos que sobresalen de este género en la novela del Quijote, así decir, como un ejemplo se consideraba al amor cortés, como una manera de expresión poética, popularizada por los trovadores, lo que revolucionó en aquel tiempo, comparándolo con un aspecto de la novela de Cervantes, cuando el Quijote, en una conversación con su amigo Sancho Panza, dice creer que una mujer debe tener varios amantes, una cualidad del amor cortés que para él era sinónimo de honra, se denota como existía este pensamiento, este ideal del amor cortés tan popularizado.
Por otro lado, también es interesante como Cervantes hace del amor cortés una parodia, al ser un género controversial, le da un sentido de humor a la novela, aún más cuando se sabe que la amada en realidad es un producto de la imaginación de Don Quijote, y por varios aspectos previamente mencionados que denotan la burla hacia el amor cortés es que Cervantes marcó una diferencia en el pensamiento poético, consideró que su objetivo no fue desvanecer este género, ni en lo formal ni en el contenido, pues el amor cortés estaba arraigado a la cultura, y era un género muy fuerte y difícil de desterrar, sin embargo, lo que él deseaba era cambiar la forma de pensar y expresarse en cuanto al amor, que el amor cortés sea visto de una manera diferente, pues no tiene sentido comentar sobre el amor, si este no es real, ni sincero, si los sentimientos no son verídicos, así lo denota en su novela, desde esta posición se basó Cervantes para demostrar lo absurdo de este concepto literario que estaba tan popularizado en aquel momento.