Primera Guerra Mundial, Hecho Histórico
La Primera Guerra Mundial representó un hecho histórico de gran importancia marcado por enfrentamientos bélicos entre las grandes potencias industriales y militares de Europa desde el 28 de julio de 1914 hasta finales de 1918. A esta guerra se le denominó originalmente la “Gran Guerra” y no fue sino hasta el final de la Segunda Guerra que por necesidad de distinción entre ambas, se le dio el nombre por el que actualmente se le conoce.
Las causas del conflicto se centraron principalmente en la rivalidad entre los países involucrados que buscaban una posición de mando mundial, pugna en la que Estados Unidos se mantuvo neutral prácticamente hasta el final. Debido a la larga y dura batalla, que duró cuatro años, se hacía necesario buscar un acuerdo entre las partes involucradas que llevara finalmente a un armisticio.
Iniciando el año 1918, persistía la Primera Guerra Mundial, sin posibles soluciones y disposición a declinar entre los bandos. Ante esta situación, Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos, hizo un llamado a las naciones europeas que estaban involucradas en la guerra para detener el fuego y lograr poner fin al conflicto. De esta manera, el jefe de estado procedió a redactar un discurso que presentaría ante el Congreso de los E.E.U.U conocido como los Catorce Puntos de Wilson. Dicha alocución expondría propuestas que permitirían atenuar las consecuencias de la guerra con acuerdos mundiales de paz duraderos y justos. Estos puntos, no solamente beneficiarían a los países vencedores sino también a los derrotados. Pero ¿cómo estuvieron relacionados estos 14 puntos con las causas de la Primera Guerra Mundial y cuáles fueron las razones por las que Estados Unidos entró en ella?
El argumento principal del origen y de la relación de los 14 Puntos de Wilson con las causas profundas e inmediatas que suscitaron la Primera Guerra Mundial, fue a partir de la búsqueda de soluciones que pusieran fin a los enfrentamientos que tenían a Europa sumergida en un campo de guerra. Los primeros cinco puntos de la propuesta están estrechamente vinculados a estos fundamentos y tenían la intención de evitar más enfrentamientos entre las naciones mediante “la eliminación de la diplomacia secreta, la libertad de uso de los mares, el libre cambio, la reducción del armamento y el derecho de los pueblos a disponer de ellos”, creando así un ambiente político armónico entre los países involucrados (Arancibia, 2018).
- Convenios abiertos y no diplomacia secreta en el futuro: a principios del siglo XX, los acuerdos diplomáticos entre gobiernos eran secretos y nunca conocidos por las sociedades. Finalizando el siglo XIX e iniciando el XX, se creó un sistema de alianzas entre las principales potencias europeas, dos grandes bandos: la Triple Alianza formada por Alemania, Austria-Hungría e Italia y la Triple Entente entablada por Francia aliándose con Inglaterra y Rusia para hacer frente al auge de la nueva Alemania. En 1915, Italia decide unirse a este bando. Siendo que cualquier alianza o tratado, fuera comercial, político o militar era confidencial, el primer punto de Wilson se creó para era evitar futuras coaliciones secretas y tensiones entre las relaciones políticas de los países, como las suscitadas en el período conocido como la paz armada.
- Absoluta libertad de navegación en la paz y en la guerra dentro de las aguas jurisdiccionales: este punto se formuló pensando en una de las razones por la cual Estados Unidos decidió unirse a la guerra cuando el buque británico “Lusitania” fue atacado sin previo aviso por un submarino alemán. Los alemanes empezaron una guerra submarina irrestricta por el simple hecho de querer obtener una victoria lo antes posible sobre Inglaterra, quien por ser considerada el gran imperio global desde el siglo XVIII, controlaba los mares y rutas comerciales gracias al crecimiento naval. Ante esta situación, el gobierno del presidente Woodrow Wilson exigió enérgicamente la suspensión de la guerra submarina bajo amenaza de interrumpir las relaciones diplomáticas con Alemania.
- Desaparición de las barreras económicas: significaba entablar el libre comercio entre los pueblos sin ningún bloqueo por rivalidades para poder restablecerse rápidamente económicamente después de la Primera Guerra Mundial. Esto permitiría acabar con la hambruna y los problemas económicos sufridos por la población en tiempos de guerra.
- Garantía de la reducción de los armamentos nacionales: se quería evitar el incremento de armas de los países inmersos en los conflictos armados. A comienzos del siglo XX, el mundo se caracterizó por el surgimiento de tensiones imperialistas, por el control de las colonias, especialmente en África, y por las rivalidades económicas causadas por la segunda revolución industrial. A pesar que durante el período entre 1871 y 1914 no hubo conflictos bélicos importantes, Alemania estaba aumentado su nivel militar muy rápido lo que hizo que los aliados se pusieran en guardia, llevándose a cabo una carrera armamentista entre los países europeos para prepararse a una futura guerra. Durante la paz armada, la segunda revolución industrial se determinó por una rápida industrialización, crecimiento de producción, mejoras y adelantos armamentista. Se construyeron cañones de guerra con mayor alcance de objetivos y barcos de guerra para transbordar aviones.
- Reajuste, absolutamente imparcial, de las reclamaciones coloniales: este punto pretendía erradicar la invasión y reclamación de colonias originadas durante la guerra. Como lo fueron, los territorios de Alsacia y Lorena arrebatados por el Imperio alemán a Francia durante la guerra Franco-prusiana en 1871, la crisis de Marruecos por la colonización y repartición de los territorios de África y por las crisis balcánicas, cuyos países buscaban su independencia del Imperio austro-húngaro. El presidente Wilson buscaba que los beneficios de los ciudadanos gobernados fueran de igual importancia que las ambiciones gubernamentales.
El segundo grupo de puntos, del 6 al 14, estuvo designado a presentar reestructuraciones territoriales, reconstrucción de los países más afectados y su restitución de libertades y sentido de pertenencia.
En los puntos 6, 8 y 11 se mencionaron las retiradas de los territorios de Francia, Rusia, Rumania, Serbia y Montenegro con el fin de que los ejércitos situados en los países invadidos dieran paso a la recuperación económica y de infraestructura de dichos países. Alemania tendría que retirar sus tropas de territorio ruso ante la imposibilidad de este país de recuperarse económicamente sin obstáculos por las tropas alemanas. También se solicitó que los territorios de Alsacia-Lorena fueran devueltos a Francia y que las relaciones de los estados balcánicos afectados por la crisis fueran determinadas amistosamente.
Por otro lado, los puntos 7, 9, 12 y 13 plantearon la recuperación de fronteras y de soberanía de países. Bélgica, la cual desde un principio estaba neutral, había sido entrada como campo de batalla por los alemanes, sin importarles su posición política, dejando solo destrucción en dicho país. Wilson solicitó su restauración y libre poderío así como también la reforma de las fronteras. Adicionalmente, las tropas de Rumanía, Serbia y Montenegro debían replegarse, los no turcos del Imperio otomano debían desarrollarse sin intervenciones y Polonia debía ser un estado autónomo con acceso al mar para así impulsar su economía como nación naciente.
El décimo punto presenta la propuesta sobre la oportunidad para un desarrollo autónomo de los pueblos del Imperio austro-húngaro. Este Imperio estaba compuesto por varias naciones, cuyos pueblos eslavos estaban dominados por los germánicos. Los eslavos buscaban independizarse pero los austro-húngaros jamás la aceptarían ya que traería la disolución total del Imperio. El sueño de los eslavos era tener un país propio llamado Yugoslavia donde pudieran vivir junto a croatas, serbios, macedonios y bosnios a pesar de sus diferencias que los separaban del Imperio. Los serbios, siendo los líderes nacionalistas del Imperio no querían ser gobernados por un emperador alemán y mucho menos católico ya que los serbios eran cristianos ortodoxos.
Los serbios, en su búsqueda de su libertad, asesinaron al archiduque Francisco Fernando, heredero al trono de Austria-Hungría en Sarajevo el 28 de junio de 1914 durante una visita. El serbobosnio, Gavrilo Princip, perteneciente a la organización secreta y ultranacionalista “Mano Negra”, fue el responsable de tal acto, a lo cual el emperador Austro-Húngaro envió un ultimátum al gobierno serbio solicitándole disolver y arrestar a todos los miembros de la organización responsable del asesinato y enviarlos a los tribunales del imperio. Serbia no cumple con lo demandado y ante ello, el Imperio austrohúngaro le declara la guerra. Debido al sistema de alianzas, atacar a un país era atacar a los demás; el caos había comenzado. Austria-Hungría contó con el apoyo de Alemania. Por otro lado, Rusia apoyó a Serbia y el 1ero de agosto de 1914, Alemania le declara la guerra y el 3 de agosto a Francia.
Desde ese momento todo se desencadenó como un espiral. El 4 de agosto, Inglaterra le declara la guerra a Alemania al no respetar la neutralidad de Bélgica. El 10 de agosto el Imperio austrohúngaro atacó a Rusia y el 12 del mismo mes, Francia e Inglaterra se le declaran recíprocamente. Sucesivamente, el día 23, Japón, quien tenía buenas relaciones con Inglaterra, le declara la guerra a Alemania y el 25 de agosto Austria a Japón. Para este momento, la única potencia que se mantenía neutral era Estados Unidos. Este punto tenía el fin de que las naciones enlazadas al Imperio austro-húngaro se independizaran tomando ellas sus propias decisiones sin la interferencia de nadie.
Finalmente, el punto catorce significó el más importante, tras la propuesta de creación de la liga de las naciones, conocida hoy en día como la Organización de Estados Americanos (OEA). La intención de Woodrow Wilson fue crear un organismo que reglamentara todas las naciones para que así existiese cooperación, seguridad colectiva y paz perdurable que cesara las pugnas e impulsará el desarrollo entre todos los países.
Estos 14 puntos significaron una proclamación de políticas que colaborarían en las negociaciones de paz con el propósito de poner fin a la guerra y conseguir finalmente la tan anhelada paz que durante cuatro años de lucha, toda Europa esperaba. Otro argumento de la relación entre los catorce puntos de Wilson y las causas de la Primera Guerra Mundial fue la decisión que Estados Unidos había tomado en 1917 de entrar en el conflicto, luego de permanecer prácticamente en posición neutral. Para ese año, ninguno de los dos bandos obtenía alguna ventaja sobre el otro con miras a una derrota definitiva y la guerra se encontraba estacionada. La intervención americana reforzó a los aliados pudiendo así conquistar sus objetivos.
¿Pero cuál fue el detonante para que Estados Unidos decidiera unirse al conflicto bélico? El país liderado por Woodrow Wilson mantuvo su política neutral durante los primeros años de guerra, incluso ante provocaciones extremas, pero fueron los hundimientos de otros barcos estadounidenses y un telegrama interceptado, los causales finales de la declaración de guerra ante Alemania. El general alemán Ludendorff necesitaba buscar un triunfo alemán lo más pronto posible ante Inglaterra. La unión entre socialistas y entidades gubernamentales había empezado a romperse por el abandono de líderes socialistas alemanes y prontamente la Liga Espartaquista exigiría un fin inmediato de la guerra. Debido a que el general necesitaba buscarle una solución a esta situación, ordenó una guerra submarina irrestricta.
Submarinos alemanes recibieron órdenes de atacar cualquier barco comercial, en contra de las leyes marítimas internacionales. El 15 de mayo de 1915 ocurrió el hundimiento del buque británico “Lusitania” donde fueron asesinados 268 estadounidenses. Wilson no cedió ante esta provocación y consiguió que Alemania aceptara no hundir más barcos mercantes sin previo aviso, convenio que no duro, ya que en marzo de 1917, tres barcos comerciales fueron atacados con torpedos alemanes. Ante este nuevo hecho y con la reelección de Wilson en el poder en 1916, la situación cambia y Estados Unidos se preparaba para finalmente entrar en guerra. Un último suceso fue el determinante en esta decisión. Wilson sospechaba que Alemania estaba financiando a México para crear disturbios en las fronteras con Estados Unidos. Sus sospechas se aclararon con la intercepción, por el servicio secreto británico, de un telegrama secreto enviado a México donde Alemania le aseguraba que de ganar la guerra le daría los estados de Texas, Nuevo México y Arizona. Es así, cuando el 6 de abril de 1917 Estados Unidos le declara la guerra a Alemania y sus aliados, uniendo fuerzas con la Triple Entente.
Los 14 puntos de Woodrow Wilson representaron una importante propuesta, que buscaba acuerdos de paz con el objetivo de poner fin a la guerra y buscar la reconstrucción de los países afectados. Sin embargo, la moción no fue tomada en cuenta por el Congreso ni por los países triunfantes. Inglaterra y Francia crearon sus propios convenios de paz con el único fin de humillar a los principales países perdedores del conflicto, Alemania y Austria-Hungría. Esto por supuesto creó una gran molestia en los países vencidos, dando pie a un sentimiento de resentimiento y revancha.