Problema Ético: Relaciones Amorosas Entre Médicos Y Pacientes
La relación sexual con un paciente actual está inequívocamente prohibida en todos los códigos de ética médica, remontándonos al Juramento Hipocrático: “En cada casa donde venga entraré solo por el bien de mis pacientes, manteniéndome alejado de todo mal intencionado. haciendo y toda seducción y sobre todo de los placeres del amor con mujeres o con hombres ”.
Sin embargo, ¿es un incumplimiento grave de los estándares éticos si, como en este caso, no existe una relación médico-paciente continua? Según el Manual de Ética de la ACP, una relación sexual con un ex paciente no es ético si el médico ‘usa o explota la confianza, el conocimiento, las emociones o la influencia derivada de la relación profesional anterior’.
Si bien estos estándares articulados por la Asociación Médica en la mayoría de los países y otros se enfocan en la posible explotación del paciente individual. También existen peligros clínicos y morales para los médicos, por lo mejor es rechazar la posibilidad de que la interacción clínica puede conducir al romance.
¿Puede un paciente confiar en un médico que de señales de gusto físico?
Los pacientes no pueden sentirse completamente seguros con un médico si creen que existe una pequeña posibilidad de que el médico esté contemplando una relación romántica. Por lo tanto, los médicos deben permanecer cerrados a la posibilidad de tal participación con los pacientes para abordar todos los encuentros de una manera completamente profesional.
Si un paciente y un médico no están de acuerdo sobre si una relación íntima involucra la explotación de una interacción profesional anterior, entonces, con pocas excepciones, el juicio del paciente debe prevalecer y prevalecerá.
En caso de que se comenzará una relación con un paciente y esta se vuelve problemática, un comité disciplinario que revise este caso, tendrá que concluir que hubo una violación de los estándares profesionales. Hacer lo contrario no mostraría suficiente seriedad para mantener estrictos límites profesionales. Haría esto con cierta incomodidad, porque probablemente significaría que en futuras solicitudes de licencia o credenciales, el médico tendría que informar que había sido objeto de una acción disciplinaria y explicar los detalles.
Es imposible definir límites exactos entre comportamiento aceptable e inaceptable en esta área. Podría, por ejemplo, llegar a una conclusión diferente si la interacción clínica implicara uno o dos minutos para quitar una astilla de un dedo, en lugar de una discusión sobre las tensiones emocionales del paciente. En la práctica, los médicos deben asumir que cualquier relación anterior médico-paciente es incompatible con una relación sexual posterior. Pero todos podemos imaginar excepciones donde la relación fue trivial/o distante en el tiempo.
Lo mejor en estos casos, en mantenerse firme en los principios éticos y dejar las relaciones amorosas fuera de los consultorios.
