Procesando El Desamor Con Ayuda De La Música
Según EL HERALDO (2012), “El desamor se define como un estado de parálisis psicológica, desorientación y vacío”. Es el momento en el que una relación se acaba y se tiene que hacer la idea de que las cosas cambiaran y que ya no se estará con la persona amada. El desamor tiene sus etapas hasta que se supera, ya que es una pérdida que da un sentimiento de fracaso, en el que la confianza baja, se presenta anhedonia como con la muerte de alguien cercano y se termina presentando hasta odio hacia la persona que se pierde.
El rompimiento o rechazo amoroso es normal, muchos pasamos al menos una vez por esa situación, al igual que rechazamos personas; sin embargo, el que sea algo común, por lo que la mayoría pasamos, no quita el miedo que se presenta frente a esa situación, nadie quiere ser rechazado, ni ser abandonado y ese miedo se manifiesta desde que se empieza una relación. Según Fisher (2004), se presentan 2 etapas: La protesta, en la que “ los amantes abandonados intentan obsesivamente recuperar a su ser amado”, y la resignación, en la que “ se rinden por completo y desemboca en la desesperación”, y en todo el proceso está la imagen o recuerdo del amado y en medio del duelo se opta por recurrir a diferentes medios para llevar la tristeza; aquí es donde aparece el hablar con personas cercanas en busca de apoyo, el beber alcohol, el escuchar música triste, entre otras cosas, que de una u otra manera influyen en la superación de la ruptura, dependiendo de la relación ya que “las personas se ven afectadas en distintos grados de intensidad, siendo las relaciones largas y duraderas las que presentan mucho más dolor que, cuando la relación que se ha dado por terminada por altibajos, con pocos momentos gratos y llena de sufrimiento e inconformidad” (EL HERALDO, 2012).
“La música es un lenguaje universal de comunicación entendido por todos que conecta los continentes y supera distancias y culturas. Llega a lo más profundo de las personas transfiriendo un sentimiento, una vivencia, una idea que, de una manera u otra, provoca un movimiento interno en el ser humano” (Pérez, 2018). Por lo que no es extraño que la música se encuentre en la etapa de rompimiento, en géneros como popular o de despecho, baladas, rock, pop, etc. La música tiene una gran influencia sobre nosotros y nuestros sentimientos, escuchar una canción que nos gusta cuando estamos felices hace que este sentimiento sea mayor, al igual con una canción triste haciéndonos sentir aún más tristes, llevando en algunas personas hasta el llanto.
En momentos de tristeza es normal ver personas en bares, tomando mientras la música de despecho ambienta el lugar, aumentando el sentimiento y las ganas de tomar para olvidar lo que los está haciendo miserables, mientras la letra de la música les hace revivir una y otra vez ese sentimiento. Achinte, A(2009), en su trabajo entrevista a una mujer que le comenta el porqué de su gusto por este tipo de música mencionando qué “pues porque con esa música uno puede llorar a moco tendido”, agregando además que “yo creo señor, que la vida es como una telenovela, hay risa y llanto, hay amor y desengaños, hay buenos y malvados y Darío Gómez nos cuenta en sus canciones todas esas cosas”. Y de cierta forma tiene razón, de alguna u otra manera somos los protagonistas de nuestra vida y la música ambienta cada momento de esta y acompañando especialmente estos momentos de tristeza.
El rechazo o ruptura se ha visto, se ve y se verá reflejado en las diferentes artes, por ejemplo, en la pintura con los modelados o cuadros, en el cine con la películas o documentales, en la escritura con los poemas y en la música con las canciones que ayudan a afrontar estos sentimientos, ya que permite soltar toda la rabia y la tristeza llorando, cantando, hasta gritando dejando reflexionar esos recuerdos de la pareja perdida pasando como una experiencia más para la búsqueda de otra pareja, conectándonos no solo con el autor de la canción sino a todos, con el mismo sentimiento de desamor que transmite la música.