Reducir Los Excesos Y Residuos Generados Por Una Sociedad Consumista
Planteamiento del Dilema
El arte me intriga por la forma en que logra conectarse con el espectador a través de la forma, color y textura. Con el Programa de Orientación Profesional de Arte, Arquitectura yDiseño, he podido descubrir incontables maneras de hacer arte: se crean productos que mejoran el estilo de vida de la comunidad.
De entre todas las manifestaciones del arte, decidí estudiar la carrera de Diseño Industrial, ya que me da la oportunidad de combinar el arte y el diseño en objetos útiles para la vida diaria. Mi propósito como futura diseñadora es crear y modificar productos que cubran las necesidades del consumidor y proporcionen soluciones para facilitar sus actividades. Uno de los principales requisitos para destacar en esta carrera es ser creativo e innovador, ya que hoy en día es la clave del progreso.
Debido a la gran evolución, cambios en la humanidad y progreso global en el ámbito social, económico, e industrial, actualmente, el éxito de una empresa lo indica su nivel de innovación: destaca ante la competencia. La constante necesidad de renovar por parte de las empresas, ha traído significantes consecuencias: las compañías reemplazan los modelos pasados en un plazo de tiempo exageradamente corto creando nuevas necesidades, al introducir al mercado artículos que no son indispensables; se conoce como Obsolescencia Programada. El consumidor compra algo nuevo antes de lo necesario.
El concepto de obsolescencia programada surgió durante los años 20, cuando los fabricantes de bombillas de luz decidieron crear el “Cartel Phoebus” en 1924; donde se indicaba que el estándar de duración de las bombillas debía ser de un máximo de 1000 horas. En 1932, Bernard London planteó la obsolescencia programada como la solución a la Gran Depresión. Sin embargo, se popularizó hasta los años 50, por Brook Stevens, tras la segunda Guerra Mundial. En 1954, planteó la idea de “el deseo de poseer algo más nuevo y no realmente necesario”, lo que inició la era del consumismo.
El siguiente ensayo habla sobre la obsolescencia programada e inducida y su impacto en la sociedad. Si se observa el caso de Apple, empresa estadounidenses líder en software, equipos electrónicos y diseño, es más fácil comprender este concepto. Esta empresa ha sido continuamente criticada debido al rápido lanzamiento de sus nuevos modelos. Cada año, tras la salida de los aparatos, se crean filas ridículamente largas de gente esperando ser los primeros en comprar. El periódico El Universal (2018), publicó imágenes durante el último lanzamiento del iPhone XS Max, en la Apple Store Vía Santa Fe de la Ciudad de México, donde alrededor de 200 personas hicieron casi 24 horas de fila para ser los primeros en comprar el teléfono, que salió al mercado el 22 de septiembre del 2018. A pesar de tener un alto precio (rango entre 26 mil y 30 mil pesos), se agotó durante las primeras horas de apertura.
Este tipo de obsolescencia no se trata de la caducidad programada por los fabricantes, sino de las tendencias introducidas por medio del marketing y la publicidad. Productos que se pueden seguir usando, se desechan porque pasan de moda y cambia su valor social. Las empresas pagan millones para crear campañas publicitarias para implantar al consumidor la idea de que comprando cierto producto obtendrá felicidad y plenitud en su vida.
La industria textil, por ejemplo, se basa en tendencias y por consecuencia, los diseñadores deben innovar continuamente. Las grandes cadenas y marcas de ropa cambian su stock cada 20 días para variar sus diseños. Debido a tantos cambios, la calidad y precios también son más bajos. Marcas como Zara y H&M popularizaron lo que se conoce como ‘fast fashion’, donde las prendas de moda son baratas y de poca duración.
Al crear este ciclo interminable, se logra impulsar las ventas y sostener el crecimiento económico. El problema es que esta forma de innovar parece repercutir negativamente más que beneficiar: al producir tanto en tan poco tiempo, la sociedad se ha ido mal acostumbrando a gastar desmesuradamente. Ha afectado al medio ambiente considerablemente: se crean enormes montones de basura, de los cuales un porcentaje muy bajo se reutiliza. Según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2015), en México se generan alrededor de 42 millones de toneladas de residuos al año, de los cuales únicamente el 33% son posteriormente reciclados. A pesar del enorme impacto que tiene la producción en masa, realmente no se puede frenar. La sociedad cambia constantemente y las innovaciones ayudan a adaptarse a las nuevas necesidades que surgen y que las industrias sobrevivan con las ventas.
De todo esto surge el dilema: satisfacer al consumidor éticamente sin detener la innovación y poder reducir el impacto medioambiental. El progreso se basa en la creación, pero con el tiempo, el exceso ha generado nuevos problemas. Es así cómo emerge la pregunta del dilema: ¿Cómo seguir innovando éticamente reduciendo los excesos y residuos generados por una sociedad consumista, para mejorar la calidad de vida y progresar? A continuación, analizo el dilema desde tres puntos de vista:
- La Empresa
- El Consumidor
- Greenpeace
Análisis Crítico del Dilema Ético
La obsolescencia programada ha sido un factor fundamental para la producción e innovación de productos. Esta ha beneficiado al mercado trayendo estabilidad económica y flujo en las ventas, además de crear tendencias. Sin embargo, a pesar de que las empresas salgan beneficiadas económicamente, este sistema implica consecuencias negativas a lo largo de los años.
Se ha creado la idea de que “lo material trae felicidad”: provoca compra desmesurada por moda creando una sociedad sumamente consumista. Esto crea inestabilidad debido a que el consumidor se ha acostumbrado a derrochar enormes cantidades de dinero en productos innecesarios y vive con la ansiedad de tener lo más novedoso para conseguir la satisfacción. Se ha formado una sociedad actual irresponsable, manipulada por los medios.
La continua necesidad de producción por parte de las industrias ha causado la destrucción de recursos naturales y la corta vida de los productos ha generado desbordantes cantidades de basura. El desproporcionado nivel de consumo diario parece aumentar, impidiendo el equilibrio entre la producción y la cantidad reciclada.
- La Empresa
Vivimos en una época en donde la innovación es el factor principal para la ventaja competitiva, el éxito empresarial y desarrollo económico. La obsolescencia es la clave para el progreso de las empresas. El filósofo polaco Zygmunt Bauman, señala en su libro Vida de consumo (2012), que la economía consumista de hoy en día se basa en excesos y desechos: las industrias se enfocan en la eliminación para asegurar el consumo de nuevos productos.
Viéndolo desde el punto de vista empresarial, la corta duración de los objetos agiliza la producción de nuevos modelos y su compra. Las compañías utilizan los medios publicitarios para persuadir al consumidor a comprar sus productos y desechar los modelos antiguos. Con el uso del marketing, se ha logrado asociar la felicidad con la compra, impulsando el consumismo excesivo. La obsolescencia es una gran ventaja para las industrias debido a que sirve como estrategia económica al incrementar y asegurar las ventas continuas por medio de la reducción del plazo de vida de los productos. Al durar menos tiempo, la producción es mayor, rápida y más barata. Se obtienen muchas más ganancias y se logra seguir produciendo en masa.
Este sistema favorece a la economía: genera empleos, modifica y mejora la innovación tecnológica, las cuales son herramientas para la reducción de pobreza y el progreso de la sociedad. Se ha demostrado que la obsolescencia programada tiene un impacto funcional, psicológico y tecnológico en el consumidor. La innovación tecnológica hace que la gente quiera seguir comprando y actualizándose. Se crean nuevas necesidades o modas que eliminan del mercado productos aún útiles, y son reemplazados por modelos de las tendencias actuales.
Para incrementar la compra por impulso del consumidor, las marcas utilizan la estética para llamar la atención: la apariencia del producto, el empaque, y el escaparate. Para promover los artículos, se enfocan en las emociones, experiencias y sensaciones de placer, ya que el principal objetivo del cliente es su felicidad y satisfacción. Una de las compañías más poderosas y exitosas a nivel mundial que ha logrado constantes ventas a través del marketing y promoción, es Coca-Cola. Esta empresa es líder en bebidas gaseosas debido a que su publicidad se enfoca en los diversos sectores sociales, intereses y relaciones de las personas, tratando de proyectar la felicidad y la vida ideal al consumir lo que promociona. A pesar de ser la más cara y haber sido grabada por impuestos, como el Impuesto Especial Producción y Servicios (IEPS) en México, ha logrado seguir progresando al conectarse con el cliente y vendiéndole la idea de que el producto es necesario para satisfacerse, a pesar de los daños que pueda causar en su salud. De acuerdo a la Alianza por la salud alimentaria (2016), en México se bebe alrededor de 163 litros de refresco anuales por persona. El ranking de Brand Footprint del 2018, posicionó a Coca-Cola como la marca más elegida del mundo.
- El Consumidor
Se ha comprobado que la obsolescencia tiene un enorme impacto sobre el consumidor. Hoy en día, la gente cambia un producto usado por otro nuevo en poco tiempo por moda o porque los objetos se vuelven inútiles antes de lo predicho. Para la producción de los productos, el precio no es un gran limitante, ya que en el consumismo, lo importante es estar al día con la tecnología y tendencias sin importar la posibilidad de endeudamiento; la gente es fácilmente convencida por la publicidad, sin darse cuenta del riesgo que corren al tener un estilo de vida de excesos.
El consumismo es una forma de satisfacerse a través de posesiones, normalmente innecesarias y en cantidades excesivas que van aumentando. No es únicamente un medio para satisfacer necesidades, sino que define el status social. Los objetos son una forma de mostrar prestigio en la sociedad, ya que el exceso es símbolo de riqueza. La discriminación de las clases sociales también es un factor importante que impulsa a que la sociedad siga consumiendo y actualizándose; se suele tratar de imitar un tipo de persona con cierta reputación y posición social. Según el sociólogo francés Pierre Bourdieu (2012), “el consumo es visto como uno de los principales motivos de conflictos entre clases sociales, ya que mientras enriquece a algunos, empobrece a muchos”. Esto repercute psicológicamente: vivimos con presión continua y ansiedad de tener que comprar lo más nuevo, ya que el valor hoy en día es principalmente simbólico, de prestigio social, poder y competencia.
No hay evidencia que el exceso de bienes aumente la felicidad, inclusive se cree lo contrario. Andrew Oswald, del Financial Times (2007), sugiere que los habitantes de países ricos, con economías basadas en el consumo, tienen tendencia a sufrir niveles más altos de estrés, ansiedad, depresión, aislamiento y falta de autoestima. Zygmunt Bauman (2012), aclaró que los productos solo proveen satisfacción por un limitado periodo de tiempo, es por eso que siempre tenemos el deseo de desechar y reponer. Según Nielsen (2019), compañía global en información y medición, en lo que más gastan las personas es en productos de 47% comida, 38% uso doméstico, 33% tecnología, 32% educación y 29% cuidado de la salud.
La ética y moral han cambiado con el tiempo y la sociedad. Hace un siglo no era ético ofrecer productos que hicieran a la sociedad egoísta, en cambio, en la actualidad los medios tienen como fin convencer que comprar caprichos es bueno. Se derrocha constantemente dinero que podría ser utilizado para necesidades y problemáticas reales. La gente tiende a gastar en lujos por tendencias, ignorando el terrible impacto medioambiental, la mala distribución de riquezas, el sentimiento de constante ansiedad e insatisfacción, el endeudamiento, entre otros.
- Greenpeace
En el medio ambiente se aprecian las consecuencias más notorias y dañinas. La obsolescencia programada ha acelerado el uso de recursos renovables, la tala masiva de árboles, la generación de toneladas de basura, los desechos químicos y el deterioro de la salud de las personas. Como dijo el ideólogo francés Serge Latouche (2018), “Un crecimiento infinito no es posible en un planeta finito”. Greenpeace ha sido parte de numerosas batallas ambientales por la protección del planeta debido al evidente daño que está aumentando. Según la página oficial de esta organización (2019), hoy en día se emplean un 50% más de los recursos naturales, que hace 30 años. En la Unión Europea se consumen más de 100.000 millones de bolsas de plástico y solo se recicla el 7%.
Globalmente, alrededor de 12 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos, y más de 1.300 especies marinas han sido afectadas. El consumo de carne aumenta, lo que obliga a explotar los sectores naturales y eleva la emisión de los Gases de Efecto Invernadero. La obsolescencia programada en la industria tecnológica genera toneladas de basura y agota los recursos naturales debido a la rápida sustitución de los aparatos. La industria textil se considera una de los mayores contaminantes. Anualmente se desechan alrededor de 8 kilos de ropa por persona, de los cuales se recicla únicamente medio kilo. De acuerdo al artículo de Greenpeace Alemania, “Timeout for fast fashion” (2016), en 15 años, se ha duplicado la producción, hasta alcanzar los 100.000 millones de prendas al año.
El algodón, uno de los principales materiales utilizados en esta industria, requiere de un cultivo intensivo, el uso de pesticidas químicos y muchísima agua. Alrededor de 74 millones de hectáreas están ocupadas por estas plantaciones. Los tintes que se aplican en las telas también son contaminantes del agua, suelo y atmósfera, e incluso tóxicos para la salud. El 60% de las prendas contienen además poliéster, que tarda décadas en degradarse. El consumismo ataca a todos los sectores: las selvas de Indonesia, la Amazonia y los bosques boreales están siendo arrasados para la producción de papel, soja y aceite de palma.
Como solución, Greenpeace sugiere alternativas como utilizar bolsas de tela para sustituir las de plástico, promocionar la reutilización y reciclaje de los envases, la reducción del consumo de carne y asegurarse que los alimentos hayan sido obtenidos de forma sostenible, local y de temporada. En cuanto a la ropa, tratar de conservarla más años, lo que conseguirá reducir las emisiones de CO2 y se ahorrará el consumo de agua y materias primas. Greenpeace identifica las problemáticas y los responsables del daño medioambiental y alerta a la sociedad de sus peligros mostrando estadísticas y evidencias. Trabaja con los gobiernos para fomentar políticas de gestión, reutilización y reciclaje de residuos. Trata también de fomentar la pesca artesanal y ganadería ecológica entre las empresas productoras. Además sugiere soluciones simples y accesibles a la sociedad respecto a la utilización de madera, plásticos, ropa, productos electrónicos, alimentación, papel, energía y transportes.
Conclusiones
El problema que se genera tras la obsolescencia programada e inducida por las modas es debido al constante cambio de tendencias y a la excesiva producción de productos por parte de las empresas, la sociedad se ha vuelto adicta al consumo. Las empresas lanzan productos al mercado en un muy corto periodo de tiempo para que la gente deseche el modelo antiguo y compre el nuevo logrando estar siempre a la moda. La gran velocidad y cantidad de producción han incrementado considerablemente los niveles de contaminación ambiental y la disminución constante de los recursos naturales.
El problema es que la innovación es un factor imprescindible para el progreso de la sociedad, y debido a la globalización y los cambios constantes, los productos deben ser renovados y actualizados adaptándose a las nuevas necesidades. Es así cómo surge la pregunta de: ¿cómo seguir innovando éticamente reduciendo los excesos y residuos generados por una sociedad consumista, para mejorar la calidad de vida y progresar? Se puede concluir que la obsolescencia beneficia principalmente a las empresas, ya que es vital para la economía, pero el consumidor y el medio ambiente son los más afectados negativamente por las consecuencias.
El dilema es que la innovación es necesaria para el progreso y que es un hecho que no puede limitarse por protección a la sociedad, pero sí deberían hacerse cambios en cuanto a la producción y reutilización de los productos. La educación será el factor clave para lograr mejoras. La sociedad tiende a ser mayormente ignorante y es importante que se investigue y enseñe sobre el impacto medioambiental que tiene. Es necesario que se eduque sobre la importancia de escoger materiales de origen reciclado, reutilizar recursos sobrantes, y conocer los daños y riesgos que surgen debido a la vida consumista.
Como empresa, es importante que se impulse el reciclaje y la sustitución de materiales contaminantes y tóxicos por unos sustentables. También es clave que se promuevan los valores éticos y morales al trabajar y crear proyectos. Por parte de los diseñadores, tener en cuenta la creación de objetos sostenibles con responsabilidad social y empresarial. Gracias a los avances tecnológicos, se han aplicado soluciones como la implementación de vehículos eléctricos, productos biodegradables y energías renovables. A través de los medios de publicidad, es necesario que se promueva un estilo de vida más balanceado y evitar el consumo innecesario.
Al completar la investigación, pude darme cuenta de cómo repercutimos como sociedad en constante evolución. Siempre he sido consciente del impacto medioambiental por la producción en masa y las grandes cantidades de residuos, pero no había reflexionado sobre la incidencia de la innovación para el progreso de la sociedad y que es muy difícil que se frene debido a los constantes cambios en la actualidad. Mediante la investigación, pude profundizar en los distintos puntos de vista y cómo afecta este dilema a los involucrados. Tras terminar mi búsqueda, aprendí sobre la importancia del balance: el exceso es malo en general y se ha de encontrar un equilibrio para seguir progresando.
Referencias
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