Síntomas y Tendencias Suicidas en la Época Adolescente

Introducción

El suicidio entre los adolescentes ha tenido un aumento dramático recientemente a través de la nación. Cada año, miles de adolescentes se suicidan en el mundo; es la tercera causa de muerte más frecuente para los jóvenes de entre 15 a 24 años de edad, y la sexta causa de muerte para aquellos de entre 5 a 14 años. El suicidio es un fenómeno humano universal que ha estado presente en todas las épocas históricas. El suicidio en la adolescencia no se visualiza socialmente como una realidad, las etapas de la infancia y de la adolescencia están más vinculadas a la vida, a la despreocupación, a la proyección de futuro que a episodios de depresión o muerte. Sin embargo, se ha convertido en la segunda causa de muerte en jóvenes a partir de los 14 años.

Desarrollo

Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas de sí mismos, presión para lograr éxito, incertidumbre financiera y otros miedos mientras van creciendo. Para algunos adolescentes, el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros y hermanastros o las mudanzas a otras nuevas comunidades pueden perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de sí mismos. Para algunos adolescentes, el suicidio aparenta ser una solución a sus problemas y al estrés.

La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en adolescentes y se debe desarrollar un plan de tratamiento apropiado. Cuando hay duda en los padres de que el niño o el joven puedan tener un problema serio, un examen siquiátrico puede ser de gran ayuda.

Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión. Las principales señales notorias son:

  • Cambios en los hábitos de dormir y de comer,
  • Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales,
  • Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa
  • Uso de drogas, o de bebidas alcohólicas, entre otros.

Conclusión

De ello resulta necesario decir que el suicidio es un problema de salud pública y un problema socio-sanitario de primer orden que también afecta a los jóvenes y adolescentes, convirtiéndose en la primera causa de muerte externa, duplicando la mortalidad por accidentes de tráfico en esa franja de edad. Sin embargo, la inversión pública para concienciar y prevenir la conducta suicida es realmente escasa, aunque, como dice la OMS, el suicidio es un problema 100% prevenible.

Si el niño o adolescente dice yo me quiero matar o yo me voy a suicidar, tómelo muy en serio y llévelo de inmediato a un profesional de la salud mental capacitado. La gente a menudo se siente incómoda hablando sobre la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el preguntarle al joven si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no ha de ponerle ideas en la cabeza, por el contrario, esto le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas.

Si una o más de estas señales ocurren, los padres necesitan hablar con su niño acerca de su preocupación y deben de buscar ayuda profesional cuando persiste su preocupación. Con el apoyo moral de la familia y con tratamiento profesional, los niños y adolescentes con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable de desarrollo.

27 April 2022
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