Situación Actual de las Manifestaciones Civiles en Hong Kong
En el mundo moderno, la globalización es uno de los fenómenos que más ha permeado tanto a nivel nacional como internacional; no obstante, se ha puesto especial atención en señalar los beneficios de la misma, al tratar de anteponerlos a las consecuencias negativas de dicho fenómeno, pero ¿en realidad es algo positivo para la vida de las personas?
Si bien, es reconocido el incremento de ganancias de los países al intercambiar y hacer tratos diversos derivados de las acciones globalizantes, también está en riesgo la propia identidad nacional al tener una apertura fronteriza ante las influencias extranjeras, tanto en sectores económicos, como en sociales o culturales.
No obstante, la sociedad civil ha encontrado una herramienta en la facilidad para el intercambio de información, una herramienta especialmente utilizada para la manifestación de la opinión popular, ya sea en contra o a favor del gobierno, lo que contribuye a una mejor gobernanza.
Sin embargo, ¿qué sucedería si la sociedad no estuviera de acuerdo con el gobierno?, este es el caso de Hong Kong, donde las protestas han durado lo suficiente para generar una crisis política interna, en donde los manifestantes se destacan por su inclinación pacifista pero persistente hacia lo que ellos consideran un abuso del gobierno en la implementación de ciertas leyes.
Siendo este el caso -las manifestaciones de Hong Kong, derivadas de la nueva ley de extradición impuesta por China- el cual se va a desarrollar en las líneas posteriores, mediante un análisis basado en conceptos de gobernanza, resistencia civil y resistencia teórica, mismos que parecen ajenos unos de otros, pero que en realidad se encuentran interconectados dentro del sistema complejo que representa la sociedad y su gobierno.
Una vez mencionados los conceptos y explicado su relación con el tema principal, desarrollaremos las conclusiones desde una perspectiva internacionalista, al retomar los principales argumentos plasmados con anterioridad, junto con la postura sobre el tema, todo desde una base científica social, respetando la complejidad de lo que será expuesto a continuación.
Dentro de este trabajo, nos enfocaremos en la complicada situación que envuelve la problemática desarrollada entorno al caso de Hong Kong, manteniendo una postura centrada en la tesis crítica sobre cómo se han desarrollado las manifestaciones, debido a que siguen activas en respuesta a las medidas gubernamentales. Cabe señalar que nos apegamos a una postura neutral, debido a la complejidad de la situación, respecto a la sociedad y el gobierno hongkonés.
El objetivo del ensayo, es dar una descripción de la situación actual de las manifestaciones civiles en Hong Kong, mediante el uso de los términos de gobernanza, resistencia civil y resistencia teórica; y su relación con la disciplina de relaciones internacionales. Ya que consideramos el contexto actual de la ex colonia inglesa como un buen ejemplo para el uso de los términos.
Con las transformaciones de las que somos testigos diariamente, cada día puede notarse con mayor precisión la presencia de la globalización en cada rincón del mundo, y aunque con sus diferencias todos los Estados sean partícipes de un solo sistema, hay también ciertas transformaciones en las interacciones y relaciones entre los diferentes actores, ya sean Estados, empresas y, ¿por qué no?, la sociedad civil. Con estos cambios, es importante retomar algunos conceptos como la gobernanza; y con la mayor participación de la sociedad, el término de resistencia tanto civil y teórica.
En primera instancia, la gobernanza hoy en día es uno de los conceptos más controversiales en cuanto a definición; no obstante, se refiere a una nueva forma de gobernar a nivel mundial que responde a las mismas transformaciones sociales que conforman la nueva realidad internacional a la cual estamos sujetos y que permite la discusión global de ciertos temas como migración, salud, derechos humanos y medio ambiente. Las relaciones internacionales es la disciplina que precisamente se ha encargado de estudiar esta realidad internacional; sin embargo, generalmente se ha caracterizado por ser una disciplina eurocéntrica que analiza los hechos de cooperación y conflicto.
Por otra parte, resistencia hace referencia a la renuencia o capacidad de mantener una postura de oposición ante cualquier situación, lo que nos permitirá introducir dos conceptos más: la resistencia civil y la resistencia teórica, esto es como resultado del enfoque que normalmente toman las relaciones internacionales, donde se suele invisibilizar las luchas y resistencias de la sociedad civil que surgen a raíz de ellos.
Retomando el término de oposición, la resistencia civil se hace visible en los movimientos sociales que en la mayoría de los casos desafían las concepciones de hegemonía, consentimiento y poder del Estado (Muñoz & Villareal, 2018) coadyuvando así, a la mayor participación de los ciudadanos en los temas anteriormente mencionados que desde luego, conciernen y afectan a toda la población.
Por otro lado, tocando de nuevo el eurocentrismo en las Relaciones Internacionales traducido en teorías o enfoques dominantes, coadyuvan a que las narrativas no occidentales sean imperceptibles, ejemplo de ello que el término de Asia no haya sido un concepto creado como tal por los asiáticos (Borthwick, 1988).
Es así como gracias a los estudios de complejidad y teorías críticas podemos analizar no sólo lo que sucede en Occidente, sino también las particularidades del sur (Herrera, 2013), es decir, se necesita una descolonización académica: no sólo hablar de Europa sino del conocimiento de otras regiones que también forman parte de la comunidad internacional (Grosfoguel, 2006).
Con todo ello es pertinente preguntar, ¿se ha dado la importancia a lo que sucede, por ejemplo, actualmente en Hong Kong? Pues bien, desde hace unos cuantos años, se han presentado diversas protestas pacíficas y algunas violentas de la ciudadanía respecto a las acciones y medidas políticas de la República Popular China (RPCH), en este caso por la implementación de la Ley de Extradición junto a la Nueva Ley de Seguridad que se ha impuesto.
La RPCH es uno de los Estados que, adecuado a su contexto, sufrió diversas transformaciones a lo largo del tiempo y es uno de los países más poblados a nivel mundial, éste se divide en provincias y regiones administrativas y autónomas, entre las cuales, Hong Kong es una de las regiones autónomas con mayor peso e incluso, fue administrada por Reino Unido desde 1898 (Montano, 2020).
Tiempo después, de acuerdo con una nota de The New York Times, China continental recuperó el poder sobre esta región con el compromiso de que sería autónoma respecto a la toma de decisiones mediante la política denominada “un país, dos sistemas”; autonomía que es pertinente mencionar caduca hasta 2047 pero que últimamente, como veremos en el desarrollo de las siguientes líneas, se ha visto permeada y debilitada por el Partido Comunista Chino.
Siguiendo la misma nota, el plan de Extradición permitiría a las autoridades de Hong Kong, arrestar y transferir a personas buscadas en países o territorios con los cuales no hay un acuerdo formal de extradición, y según la misma fuente, fue dictaminada a raíz de que ocurrió el asesinato de una joven que murió a manos de su novio hongkonés en el año 2018.
Es importante analizar el fenómeno a partir del contexto histórico de Hong Kong, desde su época como colonia Inglesa y su descolonización, ya que uno de los acuerdos entre China y Reino Unido en 1984, fue que sus sistemas políticos, económicos y sociales permanecieran intactos. Así dar paso a lo que nos enfocaremos en este ensayo; las protestas sociales en Hong Kong derivadas de las nuevas leyes.
Como se ha mencionado, según un nota en KBS News, las protestas han sido desde la manera más pacífica hasta ascender en algunos casos a niveles violentos, y algunas de las herramientas ciudadanas que podríamos subrayar sería el uso de sitios web, videojuegos, anuncios de SNS o cantos, usados por jóvenes y adolescentes al momento de encontrarse y protestar en las calles.
Esto se engloba en un concepto clave; es decir, la resistencia. En otras palabras la resistencia a leyes ambiguas y perjudiciales para la sociedad. Y como toda resistencia civil, han incluido marchas, ocupaciones, denuncias y campañas para visibilizar el problema de la realidad que se vive en Hong Kong.
Para comprender de manera específica la resistencia civil por parte de hongkoneses, tendremos que remontarnos un año atrás. Pues en marzo de 2019 los residentes comenzaron protestas contra el proyecto de ley de extradición, ya mencionado, el cual también permitiría a China extraditar a ciudadanos “fugitivos”.
Sin embargo, para junio de ese mismo año, algunas de las protestas se tornaron violentas por el miedo de lo que implicaba o había detrás de esa ley; ya que podía fungir como una violación de derechos a personas a quienes se les consideraban perseguidos políticos, por estar en contra de la ideología y el gobierno Chino. Además, se veía como el acto parteaguas en contra de la democracia que heredó Hong Kong al haber sido una colonia británica.
Por la misma razón, activistas a favor de la democracia denunciaban el proyecto de ley e invitaban a ciudadanos a unirse. Por lo que el 9, 11 y 12 de junio salen a la calle para impedir que se llevara la segunda lectura de la ley. Aunque como se dice alrededor del mundo, ser activista es una actividad peligrosa y no menos, en donde se toman las calles para ser escuchados; pues, para esa fecha es cuando las manifestaciones se vuelven violentas debido a las brutalidades cometidas por parte de policías.
Así, aunque Carrie Lam- Jefa Ejecutiva de Hong Kong- dio por suspendida la ley, las manifestaciones no pararon. La más importante se presentó el 1ro de junio, misma que año con año se repite por el aniversario de la sucesión de la ex colonia británica a China. Aprovechando el día para visibilizar su postura pro democracia y denunciar la violencia policial.
Actualmente, a un año del comienzo de las manifestaciones, la resistencia continúa a pesar de que el gobierno de la RPCH busca terminar con las marchas. Ha llevado acciones para su propósito, desde el arresto de líderes democráticos hasta la implementación de una nueva ley, llamada “Ley de Seguridad”, la cual entró en vigor el 30 de junio de 2020.
“Los cuatro delitos principales previstos por la ley son separatismo, subversión, terrorismo y colusión con potencias extranjeras. Aunque en realidad, estos se formulan de manera ambigua y otorgan poder extenso a las autoridades para atacar a activistas que critican al partido.” (Hernández, 2020).
Con todo esto, nos damos cuenta que no sólo hay una problemática social en Hong Kong; sino que también tenemos un indicador de que la gobernanza está fallando; esto, desde el contexto que se vive donde no sólo el Estado con su poder es el actor principal; sino que, han surgido una serie de actores como la sociedad civil, la cual en este caso vemos relegada al no tomarla en cuenta para llevar una gobernanza adecuada donde todos pueden convivir armónicamente para llegar al fin como un bien común.
Por lo mismo debemos cuestionar en lo que se está fallando y para ello debemos regresar a la raíz del problema. Es decir, todo el mundo pareciera que estudia los fenómenos actuales desde una perspectiva teórica basada en el eurocentrismo; no obstante, estos pensamientos no alcanzan a resolver la problemática que se está viviendo en la actualidad; por lo tanto, es necesario proponer una alternativa teórica, también conocida como resistencia teórica.
Necesitamos observar la problemática desde diferentes visiones para encontrar la mejor solución a un problema que aqueja de manera particular a Hong Kong, y de manera general a la falta de una gobernanza; una propuesta que lleve acciones contundentes, visibles y funcionales para el respeto de la democracia y de los derechos humanos que se están violando con dicha ley. Ya que como dice Sophie Richardson, la directora para China de Human Rights Watch, “La ley es devastadora porque no parece tener límites, […] los activistas de Hong Kong, acostumbrados a operar en un ambiente donde en general se respetan los derechos, ahora enfrentan un pavoroso vacío” (2020).
Al mismo tiempo, creemos que es un tema delicado, pues por una parte Hong Kong al ser territorio chino, es la propia RPCH quien tiene que resolver su asunto interno por lo que no deben haber injerencias directas del exterior. Sin embargo, por otro lado, al violar derechos humanos con las nuevas leyes, no está por demás tomar recomendaciones y acciones emitidas del exterior a partir de acuerdos de una gobernanza global para solucionar los temas de derechos y democracia.
Para concluir, es necesario recapitular algunos de los argumentos señalados con anterioridad. Queda evidenciado que la situación de Hong Kong es inestable, la crisis interna se mantiene debido a que los manifestantes buscan cambios en el régimen, exigen el uso correcto de la democracia y la clarificación de las leyes ambiguas que son utilizadas para atacar legalmente a los activistas.
Todo este problema social visibiliza un fallo enorme en el control de la población y por ende en la gobernanza nacional, ya que el Estado no es el único actor preponderante dentro de las relaciones de diversos niveles. De hecho, con la globalización han tomado mayor importancia actores que si bien ya existían con anterioridad – transnacionales, ONG y OIG-, no había un espacio para su voz, en el caso de Hong Kong se puede ver a la sociedad escalar en su injerencia dentro del gobierno, con base en la resistencia civil.
Retomando esto último, consideramos de suma importancia resaltar las diversas formas de manifestación utilizadas por los ciudadanos; ya que se destacan principalmente por el pacifismo, haciendo uso de los medios de comunicación para difundir la información importante para los activistas; como por ejemplo, los lugares donde se lanza gas lacrimógeno o los sitios de reunión.
Por otro lado, para esta problemática es necesario reformular las teorías internacionales, debido a que éstas se basan en el eurocentrismo y no son suficientes ni adecuadas para un análisis correcto. Querer utilizarlas de manera fiel, sin modificaciones es algo semejante a querer embonar a la fuerza el caso de Hong Kong dentro de un pensamiento exclusivo de corte europeo, no se pueden copiar los modelos o teorías sin antes descolonizar el pensamiento para adaptarlas a las necesidades reales.
Con todo lo anteriormente presentado, ¿cómo se relacionan cuestiones tan diferentes como lo son la gobernanza y la resistencia teórica? ¿cuál es el escenario que se proyecta en un futuro cercano dentro de Hong Kong?. Lo que inició con manifestaciones pacíficas pasó a ser un problema dentro del gobierno hongkonés por las exigencias de las mismas, si bien, es cierto que responden ante China, debido al pasado colonial británico de la zona, se mantienen en resistencia ante un gobierno total y absoluto por parte de este poderoso país asiático.
Es por ello, que la sociedad no encontró mejor forma de hacer frente a las nuevas políticas públicas a menos que fuera mediante una resistencia civil, su firme oposición se mantiene debido a que se estarían violando sus derechos al permitir que entraran en vigor leyes como la de extradición o semejantes; además, la falta de una buena gobernanza para solucionar este tema desembocó en el uso excesivo de la violencia, pues lo que comenzó con ataques de agua a presión ha pasado por gas lacrimógeno, levantamientos, golpes y hasta llegar a una mujer con heridas de bala.
¿Cómo evitar el sentimiento de indignación dentro de los ciudadanos hongkoneses? esto sería dejando a un lado los actos de opresión, ya que cada uno de ellos enerva más el enfado y resentimiento en contra del gobierno, mismo que no tiene excusa ante los ojos internacionales, específicamente las organizaciones sociales; ya que brilla la ausencia de los Estados, sus posturas son endebles o su mención es mínima, mientras que las organizaciones son quienes han mantenido una activa participación en el problema.
Sin embargo, esto conflictúa al momento de mantener una postura firme ante lo sucedido; ya que la idea de una democracia y de la cooperación voluntaria de los países es una utopía, razón por la que es fuertemente criticada la gobernanza internacional; puesto que al no poder obligar a los Estados a implementar cambios, se reduce a recomendaciones, las cuales no suelen ser acatadas.
Pero hay que recordar que todo esto es desde una perspectiva eurocentrista, cosa que es algo inevitable debido a la colonización académica que mantienen las teorías de relaciones internacionales, por lo que juzgar y condenar enérgicamente las acciones del gobierno chino con sus ciudadanos sería reafirmar estos puntos eurocentristas. No se puede negar ni justificar los actos brutalmente violentos en contra de su población, eso es algo fuera de los límites; dado que los manifestantes se mantienen pacíficos en la mayoría del tiempo, aunque en las últimas semanas ellos se han visto obligados a reaccionar con violencia.
La problemática en Hong Kong no puede ser analizada ni encaja en las teorías clásicas, es necesario verlo desde la perspectiva asiática y sus teorías, el problema es que estas últimas no se han podido difundir, está prohibido, han sido oprimidas por la hegemonía que presentan las eurocentristas, lo que causa que los análisis críticos no sean satisfactorios ni adecuados.
Es por ello que por el momento consideramos el papel del espectador como el mejor que podemos desempeñar aquellas personas que estamos fuera del conflicto, prestando especial atención en corroborar la información a la que se nos da acceso, debido a la manipulación de los medios sobre las noticias -misma que se mantiene constante en el día a día -. Posicionarse de manera neutral por el momento es lo más viable hasta que se tengan las suficientes bases para emitir una opinión firme, después de todo, los propios hongkoneses conocen más su situación que personas externas a ellos.
