Una Ambición Desmedida: Cuanta Tierra Necesita un Hombre

Introducción

León Tolstoi fue un escritor ruso nacido el 9 de septiembre de 1828. Es considerado uno de los mejores autores en el género de ficción realista y también, uno de los mejores novelistas del mundo. Entre sus obras de mayor relevancia podemos destacar: Guerra y Paz (1865-1869) y Anna Karenina (1875-1877).

Tolstoi utilizó su experiencia en el ejército ruso para realizar diversos escritos para impactar sobre la cruel realidad de un soldado. No obstante, es a partir del 1880 cuando Tolstoi se dirige hacia la redacción de cuentos de ficción, pero con enseñanzas morales y de nivel didáctico. Es aquí donde podemos encontrar el cuento “¿Cuánta tierra necesita un hombre?”, escrito en 1885.

Este cuento ha sido elogiado por otros escritores como James Joyce, que lo llegó a catalogar como uno de los mejores escritos realizados en el mundo. En ese sentido, es preciso destacar la relevancia de este breve cuento en la historia de la literatura, pues tras 134 años de su publicación sigue perpetuándose como uno de los mejores relatos.

Podemos comprobarlo con el hecho de que aún en la actualidad se siguen realizando ediciones de este escrito. Ejemplo de ello la realizada por la editorial “Nórdica libros”, que cuenta con ilustraciones realizadas por la ganadora de Segundo Premio Nacional del Ilustración de 2006, Elena Odriozola.

“Una ambición desmedida”

“¿Cuánta tierra necesita un hombre?” es un cuento de León Tolstoi que maneja el género de la ficción conjugado con el realismo que caracteriza las obras de este autor. El cuento fue escrito en 1885 y publicado de forma oficial en 1866, en Rusia El cuento está conformado por nueve capítulos. Acorde con el estilo con el que está redactado el relato, nos permite situarlo como una parábola relacionada con la ambición del ser humano.

Por otra parte, la historia se desarrolla en Siberia, Rusia y nos presenta como personaje principal a Pajóm. También intervienen en el cuento los bashkires, el diablo, la esposa de Pajóm y su hermana, un campesino y un comerciante.

El cuento inicia con la conversación de dos hermanas que terminan en un debate sobre qué estilo de vida es mejor, el del campo o el de la ciudad. La hermana que vive en el campo defiende su postura trayendo a colación el poco cambio de la vida del campesino y la seguridad que eso representa. Entre tanto, su esposo Pajóm escucha la conversación y de acuerdo con esta premisa, afirma que la única preocupación del campesino es la tierra y que, si él fuera dueño de gran cantidad tierras, no le tendría miedo ni al diablo.

Esto desencadena un giro en la vida de Pajóm, pues el diablo habiendo escuchado su conversación, se encuentra decidido a otorgarle un sinnúmero de tierras para probarle su inutilidad. Es así como Pajóm va recibiendo recomendaciones de distintas personas mostrándole otros lugares en donde pudiera adquirir muchas tierras y ampliar su riqueza.

Por tal razón, vemos cómo por el consejo de un campesino Pajóm vende todo lo que tiene para ir a comprar terrenos en otra comuna en la que pudiera hacerse más rico. Pajóm ya gozaba de suficientes bienes y terrenos. Sin embargo, cuando conversa con un comerciante y éste le informa sobre un pueblo en el que podría recibir inmensas cantidades de tierras a un precio muy bajo, no lo piensa dos veces y emprende su partida.

Cuando Pajóm llega al pueblo de los Bashkires confirma todo lo relatado por el comerciante. Es así como los bashkires le prometen todas las tierras que recorriera en un día, si al ponerse el sol llegara al sitio en el que empezó su trayecto. Pajóm muy confiado abarcó la mayor cantidad de terreno que pudo, tanto así que abarcó de más y cuando al oscurecer aún le faltaba buen trecho para regresar, con las pocas fuerzas que le restaban lo logró. No obstante, al hacerlo murió y de todo lo que recorrió, sólo necesitó dos metros de tierra ser enterrado.

En el cuento “¿Cuánta tierra necesita un hombre?” somos testigos de la historia de un campesino que, motivado por su ambición desmedida de tierras, pierde hasta la vida. En ese sentido, podemos constatar el dilema que enfrenta el ser humano en cuanto al enriquecimiento material. Dilema que quiso dejar bien representado Tolstoi con el personaje de Pajóm y sus ansias de lograr abarcar más de lo que realmente necesitaba.

Con este cuento, Tolstoi nos permite reflexionar sobre la relación del ser humano con los bienes materiales. Como individuos tendemos a querer no sólo lo que satisfaga nuestras necesidades y nos permita vivir de forma cómoda, sino que tenemos la necesidad imperiosa de tener cada vez más. Es esta necesidad la que nos impide mantener una relación sana con las riquezas, puesto que la ambición desmedida solo tiene desenlaces negativos.

Uno de los aspectos más chocantes de este relato es el triste desenlace de Pajóm. Este final nos contrasta dos realidades: La riqueza que acababa de obtener y el precio que le costó obtenerla. Pajóm logró lo que quería, pero era mucho más de lo que necesitaba y, sobre todo, mucho más de lo que podía conseguir en tan poco tiempo.

Sin lugar a dudas, Tolstoi tuvo razón al mostrarnos de forma tan cruda la realidad humana. Pajóm nos representa a cada uno en nuestra lucha con nuestras ambiciones. Es allí donde debemos de ser capaces de determinar los límites que existen entre lo que queremos, lo que necesitamos y lo que cuesta lograrlo, manteniendo un equilibrio entre todas las variables.

Conclusión

¿Cuánta tierra necesita un hombre? Tras haber leído el cuento de Tolstoi podemos hacernos una idea de que realmente no necesitamos tanto. En este caso, Pajóm persiguió a toda costa su ambición de obtener tierras, pero nuestra ambición puede ser cualquier otra.

Al leer el relato es imposible no darnos cuenta de porqué ha trascendido tanto en el tiempo, y es que no sólo nos narra la historia de Pajóm, sino que simboliza una realidad de la manifestación humana. Al igual que Pajóm, nosotros también tenemos nuestras propias ambiciones. Sin embargo, está en nuestro poder hacer la diferencia entre disfrutar de los bienes materiales y depender completamente de ellos para ser felices. De hecho, es en la sociedad actual en donde más podemos notar a qué se refería Tolstoi. Con el aumento de las expectativas sociales, el ser humano ha aumentado proporcionalmente su deseo por lo material. Esto sucede a niveles tan altos, que vemos a personas perder su dignidad, su estima e incluso su vida con tal de lograr status o bienes.

A pesar de todo esto, si hay algo que podemos confirmar, es que lo material es nada si no cultivamos el alma y las cosas realmente importantes. Como Pajóm, podríamos lograr nuestras físicas, pero no podríamos disfrutarlas. Por esto, considero que la ambición es necesaria. Nos permite crecer, progresar, luchar por lo que queremos. No obstante, si nuestra ambición no tiene límites y no existe un balance entre lo que queremos y lo que necesitamos. Es ahí cuando la ambición comienza a tornarse negativa.

Finalmente, aunque queramos mucha tierra, muchos bienes, muchas riquezas. Al acabar el día, sólo necesitaremos una cama o dos metros de tierra.

Bibliografía

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