Uso De Las Redes Sociales En Los Adolescentes
Los adolescentes hoy en día están comunicados con todo el mundo a una velocidad impresionante, pero ¿esto es bueno? Los adolescentes dedican tiempo a estar en su celular o tablet revisando publicaciones y mensajes, el tiempo que podrían hacer algo por el bien de la sociedad. Están en un periodo de rápido desarrollo e importante de su vida. Esto es preocupante ya que promueve la ansiedad y disminuye la autoestima.
Los adolescentes son expertos en estar entretenidos por horas después del colegio y antes de ir a dormir, mientras no están haciendo sus deberes o cuando quieren empezar a hacerlas pierden la concentración con su celular estando en línea, mandando mensajes de texto, compartiendo, provocando, viendo publicaciones de las demás personas, etc. Antes también los adolescentes se mantenían ocupados hablando con personas por medio de un teléfono o en persona, pero ahora ya no es así. Los jóvenes están aprendiendo a comunicarse mientras miran a una pantalla, no a otra persona, como consecuencia, esto fomenta la falta de confianza al momento de hablar en público, la persona no podrá hacerlo ya que su nerviosismo no le permitirá expresarse de una manera adecuada.
No hay duda de que los jóvenes se están perdiendo habilidades sociales muy críticas. De alguna manera, enviar mensajes y comunicarse en línea no es como si creara una discapacidad de aprendizaje no verbal, sino que coloca a todos en un contexto de discapacidad no verbal, donde el lenguaje corporal, la expresión facial e incluso los tipos más pequeños de reacciones vocales se vuelven invisibles.
Todo un conjunto de cambios importantes en la vida de los adolescentes que dependen del uso que realicen de las redes sociales. Estos forjan su identidad no solo bajo la influencia de sus padres y sus amigos, sino de una comunidad social que les apoya o les ignora. Un cambio radical que afectará seguro a los adultos del futuro.
El uso de las redes sociales está relacionado con un aumento en las tasas de ansiedad, depresión y trastornos del sueño entre los jóvenes.
Los autores afirman que los medios sociales han revolucionado la forma en que nos conectamos unos con otros, y su uso se ha convertido en “una parte integral de la vida de muchas personas, conectándolas a nivel mundial con amigos, familiares y desconocidos”.
Las redes sociales ofrecen una versión editada de la realidad, no la indican tal como es.
Entre las causas más reconocidas de la adicción a las redes sociales se encuentran la baja autoestima, la insatisfacción personal, la depresión o hiperactividad e, incluso, la falta de afecto, carencia que con frecuencia los adolescentes tratan de llenar con los famosos likes. De hecho, muchos jóvenes los buscan casi compulsivamente para experimentar una intensa sensación de satisfacción que, sin embargo, puede ser contraproducente al hacerlos dependientes, a la larga, de la opinión de los demás.
El perfil mayoritario del adicto es el de un joven de entre 16 y 24 años. Los adolescentes son los que tienen mayor riesgo de caer en la adición, según los expertos, por tres motivos fundamentales: su tendencia a la impulsividad, la necesidad de tener una influencia social amplia y expansiva y, finalmente, la necesidad de reafirmar la identidad de grupo.
Una de las soluciones es que la persona que pasa por algo así se dedique a un pasatiempo, cualquier cosa que despierte interés y les de confianza (deportes, música, dibujo, etc.)
Hay que reconocer que no todo es malo en las redes sociales. Los jóvenes son capaces de descubrir nuevas formas de pensar (a través de lecturas en Twitter), toman conciencia de temas sociales y mundiales (sobre todo a través de YouTube), amplían su capacidad para expresarse y de encontrar una identidad propia (con Instagram) y son capaces de crear y vivir en comunidad, dando apoyo emocional (con Facebook).
Los jóvenes también pueden aprender mucho de y en las redes sociales. Es importante saber qué hay que hacer: ¡usarlas bien!
Los medios de comunicación social pueden mejorar el acceso a las experiencias de salud de otros adolescentes y a la información especializada sobre la salud.
Aquellos que usan las redes sociales se sienten más apoyados emocionalmente a través de sus contactos (Aproximadamente, 7 de cada 10 adolescentes afirman haber recibido apoyo en los medios sociales durante momentos difíciles).
Los medios de comunicación social pueden actuar como una plataforma eficaz para la autoexpresión correcta y positiva.
Como conclusión, las redes sociales no son malas para nosotros, sino el tiempo excesivo que le dediquemos a realizarlo, el tiempo que podemos hacer actividades para el bien de uno mismo, todo depende del uso que cada uno de nosotros le demos a las redes sociales, es mejor que si queremos hablar con alguien que sea en persona, eso fomenta la confianza en uno mismo y seremos más felices y mejor preparados para el éxito en la vida real.