Vacunas: Funcionamiento, Inmunidad, Oportunidades Perdidas de Vacunación

Las vacunas: ¿Qué son y cómo funcionan?

“Las vacunas constituyen uno de los instrumentos más importantes de la medicina preventiva y salud pública” (Salleras L., 1998). Enfermedades que antes eran mortales, incluso epidémicas han ido desapareciendo exponentemente gracias a este ingenioso avance. (un ejemplo de ello es la viruela que fue erradicada en 1977). Una vacuna es algún tipo de preparación con el propósito de crear inmunidad contra alguna enfermedad estimulando la producción de anticuerpos en el organismo que las recibe. Actualmente hay dos tipos principales de vacunas según el estado del microorganismo que contienen:

  • Vivas Atenuadas
  • Muertas o Inactivas

Vivas atenuadas: “Las vacunas vivas atenuadas derivan del virus o bacteria «salvaje», causante de la enfermedad, modificados en laboratorio (generalmente mediante pases repetidos en cultivo) para que pierdan la patogenicidad, pero conserven su inmunogenicidad (mantienen la capacidad de replicación e inducen inmunidad). Cuanto más se parece el microorganismo vacunal al causante de la enfermedad natural, mejor es la respuesta inmune que induce.” (M.P. Arrazola Martínez, 2015). Estas vacunas son más inestables, difíciles de manejar y producir ya que el microorganismo que contienen está vivo. Estas pueden ser fácilmente inactivadas por exposición a luz o calor. Por otro lado, este tipo de vacunas tiene un alto nivel de inmunogenicidad, debido a ello usualmente no es necesario un adyuvante, una dosis única suele ser suficiente para la inmunización duradera. En algunos casos se agrega un adyuvante para prevenir el riesgo de fallo de la primera dosis. Para producir la inmunidad se administra una dosis muy pequeña del microorganismo, este se replica de manera suficiente para crear una respuesta inmune, normalmente no causan síntomas, y cuando lo causan suele ser muy leve comparado a la enfermedad, esto en realidad es registrado como una reacción adversa. Ej. (Fiebre amarilla, Gripe (virus atenuados) Triple vírica: sarampión-parotiditis rubéola, Tuberculosis- BCG)

“Vacunas inactivadas pueden contener virus o bacterias enteros o fraccionados. Las vacunas fraccionadas contienen proteínas o polisacáridos. Las vacunas proteicas incluyen toxoides (toxina bacteriana inactivada) y productos de subunidades o subversiones. La mayoría de las vacunas polisacarídicas están formadas por polisacárido puro de la cápsula celular; en las vacunas polisacarídicas conjugadas el polisacárido se une a una proteína transportadora.” (M.P. Arrazola Martínez, 2015). Estas pueden ser inactivadas química o térmicamente. Ya que en este tipo de vacunas el microorganismo está totalmente inactivo, es menos usual que provoquen síntomas de enfermedad; pero con ello viene la poca inmunogenicidad que presentan, generalmente este tipo de vacunas requiere de un adyuvante. Después de la primera dosis no se crea la inmunidad, pero si se prepara al organismo, la inmunidad ocurre desde la segunda dosis. Ej. (Cólera, Hepatitis A, Hepatitis B, Hepatitis A+B, Tétanos-difteria-tos ferina (T, TD, TDPa, Td, Tdpa)

Recientemente han aparecido nuevos tipos de vacunas como lo son:

  • Vacunas toxoides cuentan con una toxina o químico producido por el microorganismo. Este tipo de vacunas nos hacen inmune a los efectos nocivos de la infección, en lugar de a la infección en sí.
  •  Vacunas biosintéticas cuentan con substancias artificiales que son muy parecidas a fracciones del microorganismo.

Las vacunas crean un tipo de simulacro de la enfermedad (algunas veces estos simulacros pueden causar síntomas leves). Desafortunadamente la replicación no controlada del virus o bacteria vacunal puede ser demasiado grave en algunas veces incluso letal, pero es muy poco frecuente excepto en personas inmunocomprometidas. Ej. (se han descrito brotes por poliovirus vacunales tipo 2 y 3 que revirtieron a formas patógenas).

El objetivo principal de las vacunas es crear una inmunidad que normalmente es adquirida por la infección natural, sin presentar los síntomas, reacciones o molestias que causaría usualmente.

La inmunidad

“Conjunto de factores humorales y celulares que protegen al organismo frente a la agresión por agentes infecciosos” (Hachero, 2004, p.27). Este mecanismo involucra componentes inespecíficos y específicos y requiere una acción coordinada de ambos. En la inmunidad inespecífica corresponde a las barreras naturales de nuestro organismo o la primera línea de defensa innata y su objetivo es que el proceso infeccioso no pueda instalarse en el organismo. Cuando nos referimos a inmunidad adaptativa especifica es cuando los agentes infecciosos han logrado evadir los mecanismos de la defensa innata. De esta manera hay activación de células y moléculas que actúan en contra de la agresión antigénica infecciosa. (Chabalgoity et. al .,2006)

La inmunidad en este caso se adquiere de forma natural por el contacto del patógeno, pero también se puede adquirir de manera artificial mediante vacunas y el organismo queda preparado para poder defenderse de manera rápida y eficiente de los patógenos e infecciones futuras tras un segundo encuentro. (Mazzú, 2005)

La base de la vacunación es la memoria inmunológica, por lo tanto, su propósito es crear inmunidad de larga duración recreando lo mejor posible al patógeno natural evitando así la enfermedad que este provoca. Las vacunas son del mecanismo adaptativo especifico y basan su eficacia de inmunidad en la persistencia de estas mismas, aquí es donde surgen las múltiples dosis de refuerzo ya que es necesaria la generación de anticuerpos suficientes para una inmunidad correcta, aunque también dependería de las condiciones del sistema inmune.

Un sistema inmune diferente se debe a agentes externos como el VIH/SIDA o a inmunodeficiencias intrínsecas de las células del sistema. Esta respuesta inmune no deseada tiene un impacto en la memoria inmunológica a vacunas. (García, 2015)

La inmunidad comunitaria es cuando una población definida está protegida de determinados agentes infecciosos, se debe contar con una cobertura en la población superior al 85% para que este tipo de inmunidad sea eficiente, ya que determina el éxito o fracaso de una inmunidad comunitaria. Esto se logra mediante el completamiento correcto del esquema de vacunación y campañas en lugares con una población definida. (Rafart, 2005).

Su mecanismo entonces se basa en la proporción elevada de individuos inmunizados, con el fin de que los inmunes aparte de estar protegidos ellos mismo puedan proteger a los no inmunes (Incluye mujeres embarazadas, bebes, personas con sistema inmune deficiente) para lograr un efecto protector de manera indirecta.

Oportunidades perdidas de vacunación

Se denomina Oportunidades Perdidas de Vacunación (OPV) a las medidas preventivas que un individuo pierde a pesar de no existir contraindicaciones y que pueden causar un efecto negativo en su salud. Las OPV son uno de los factores relacionados con el atraso en el cumplimiento de los esquemas y bajas coberturas.

El personal del área de la salud está expuesto a sufrir un sin número de enfermedades provenientes de virus, bacterias, entre otros, las cuales deben de prevenirse a través de las vacunas; sin embargo, en ciertas ocasiones se desatienden estas medidas preventivas, las más habituales pueden ser:

  • ­ Falta de tiempo
  • ­ No detectar la necesidad de vacunar
  • ­ Falta de conocimiento sobre las vacunas necesarias en su área
  • ­ Ausencia de cartilla de vacunación personal
  • ­ Mal conocimiento de los calendarios y dosis de vacunación
  • ­ Falsas contraindicaciones

El desconocimiento o la inseguridad respecto a las vacunas que el personal del área de la salud debería de portar, hace que se pierdan las oportunidades para vacunar y así prevenir las infecciones. Las OPV pueden transformarse en nuevas oportunidades, algunas de las estrategias para evitar oportunidades perdidas pueden ser:

  • ­ Registro de vacunas
  • ­ Campañas de vacunación
  • ­ Accesibilidad a los centros de vacunación

Es de vital importancia que los individuos que no han recibido ningún tipo de vacunas previamente o no han seguido un calendario de vacunas de forma continua reciban o se pongan al día con su inmunización. Cuando se interrumpen o se inicia con un control de vacunas en etapas de adultez, se debe de adecuar la situación con las vacunas recibidas con el calendario que este vigente de acuerdo a su edad; es preciso completar la serie primara o los refuerzos con las dosis pendientes para que el individuo quede correctamente vacunado y protegido.

La vacunación es una medida eficaz en donde se puede tener un control de prevención de enfermedades modificando el impacto epidemiológico. Para los médicos, laboratoristas y personal de salud en general, las vacunas representan una medida de prevención importante e indispensable.

07 July 2022
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