Valores Atípicos De Nuestras Primeras Etapas de Desarrollo
Desde nuestra infancia cada gesto o comentario tiene una gran influencia en la formación de nuestro juicio y aprendemos también a diferenciar la teoría y la práctica de los valores. Esto es el inicio de nuestros valores.
Cuando nos volvemos estudiantes, comenzamos a sentir presiones sociales y presión de valores diferentes a los nuestros, a través de la relación con otras personas. Se pone a prueba la fortaleza de los valores que formamos al principio en nuestros hogares.
Muchos padres aspiran que en las escuelas se formen los valores que no se formaron en casa, pero esa es una aspiración equivocada, los maestros tienen la posibilidad de reforzar lo formado en el hogar, pero no sustituirlo. Si los valores, creencias o convicciones que se forman en la casa no son sólidas, pronto se verán expuestas a una intensa competencia social con otras creencias.
Cuando se es niño, nuestro carácter y personalidad se moldea con las actitudes y comportamientos de las personas que nos crían, bien sea los padres u otros familiares. Lo que ellos hacen tienen el principal peso de lo que después se convierte en nuestros principios y creencias personales más importantes.
Es tarea ardua y compleja el elaborar y exponer qué se quiere decir, qué se pretende transmitir cuando hablamos de “valores”,ya que “todo lo bueno o malo es un valor”, o a “ un objeto, de cualquier clase que sea, adquiere valor cuando se le presta un interés, de cualquier clase que sea”, de lo que se deduce que el valor hace referencia a todo lo que le pueda interesar a un individuo.
(MAXWELL, 2008) menciona que “Desde el punto de vista de la psicología social y de la sociología, el valor es entendido como todas aquellas creencias o ideas propias de cada sociedad, de cada cultura, ideas y creencias que van a influir en los comportamientos de las personas y en las normas particulares de cada sociedad: lo que está aceptado en nuestra cultura no tiene porqué estar aceptado en otras, e incluso puede ser perjudicial, valorarse negativamente.”
Los valores estarían compuestos por las características que poseen los individuos, los sucesos, lugares, cosas, animales, acontecimientos…y que merecen ser tenidas en cuenta, consideradas. Estas personas, elementos o situaciones obtienen nuestra consideración, simpatía y afecto porque gozan de propiedades valiosas para nosotros, mientras otras situaciones, personas o elementos obtienen nuestra censura y aversión ya que no poseen rasgos valiosos
Tenemos que resolver los conflictos a través de las acciones y comportamientos de cada uno de nosotros, comportamientos basados en los valores, la educación que es necesariamente normativa en nuestro día a día; Su función no es sólo instruir o transmitir unos conocimientos, sino integrar en una cultura que tiene distintas dimensiones: una lengua, unas tradiciones, unas creencias, unas actitudes, unas formas de vida.
Educar es, así, formar el carácter, en el sentido más extenso y total del término: formar el carácter para que se cumpla un proceso de socialización imprescindible, y formarlo para promover un mundo más civilizado, crítico con los defectos del presente y comprometido con el proceso moral de las estructuras y actitudes sociales.
(camps, 1994) “La misión de la educación es transmitir conocimientos integrados en una cultura y en una dimensión ética. Esto lleva a educar en valores, pero no cualesquiera (estéticos, políticos, económicos…) sino éticos, los que forman el carácter y permiten promover un mundo más civilizado.”
A eso, a la formación del carácter, es a lo que los griegos llamaban “ética”. Valores éticos son los valores “sencillamente humanos”, de eso se trata, de recuperar el valor de la humanidad.
No obstante, los valores éticos están en crisis. Los valores siempre han nombrado defectos, faltas, algo de lo que carecemos pero que deberíamos tener. Hoy por hoy, el crecimiento económico nos ha hecho creer que sólo vale lo que produce dinero. Decimos que la prosperidad económica no es más que un paso, necesario pero insuficiente, para lograr una mayor plenitud humana.
¿Le corresponde a la escuela más que a la familia la enseñanza de la ética? No hay maestros especialistas en ética. La educación en unos valores éticos es tarea de todos los que actúan sobre los educandos. La sociedad somos todos y de todos es la responsabilidad de mejorarla, mejorando los comportamientos de sus miembros. Todos deben actuar al unísono, pero los espacios más propios de la educación son la familia y la escuela.
La escuela es un lugar donde se hace algo más que dar clase. Los alumnos aprenden comportamientos civilizados, según sean los criterios que los guían. Es inevitable que se aprueben unas conductas y desaprueben otras.
El gesto, la voz, la mirada, demuestran claramente lo que pensamos o sentimos, más que mil palabras. Nosotros como seres humanos registramos esa reacción favorable o desfavorable a la conducta, asumimos esa conducta y transmitamos a las personas de nuestro entorno aquellos aspectos de nuestro mundo que quisiéramos conservar.
(Boecio, s/f), escribió: “El hombre sobresale del resto de la creación en la medida en que él mismo reconoce su propia naturaleza, y cuando lo olvida, se hunde más abajo que las bestias. Para otros seres vivientes, ignorar lo que son es natural; para el hombre es un defecto. “
Si no descubrimos lo que somos, tampoco descubriremos qué valores nos convienen. Cuanto mejor percibamos nuestra naturaleza, tanto más fácilmente percibiremos los valores que le pertenecen.
Los Valores son esas guías que por convicción propia adoptamos y nos comprometemos a llevar, a alimentar, incluso a defender a ultranza, contra quien sea y como sea necesario, aunque pudiésemos, de por medio, estar arriesgando nuestra integridad.
Sabiendo que los valores son convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan su conducta. Involucran nuestros sentimientos y emociones, relacionándose con nuestra actitud y creencia de que algo es preferible y digno de aprecio.
Cada persona construye su escala de valores personales, esto quiere decir que las personas preferimos unos valores a otros. Los valores más importantes de la persona forman parten de su identidad, orientan sus decisiones frente a sus deseos e impulsos y fortalecen su sentido del deber ser.
Los valores de una sociedad son importantes, pero desafortunadamente esos valores se están perdiendo. Muchas personas están menos interesadas en conservarlos y los está sustituyendo por otro tipo de valor, le están dando prioridad a cosas menos valiosas, como el éxito, el poder, el dinero, la influencia, el placer, etc. Cada día vemos como se deterioran los canales de transmisión de los valores de nuestra estructura social, y la influencia de la familia, de la Iglesia y de la escuela han ido desapareciendo.
Las razones son muchas y diferentes pero ya vemos que lo aceptable y lo bueno, ya no nos llega de la mano de nuestros padres y abuelos, maestros o la iglesia, sino de la masiva influencia de diferentes medios de comunicación: la prensa escrita, la televisión, la radio y la Internet. Las personas a través de su vida se han preocupado más por guardar su imagen, basado en las apariencias, que por su forma verdadera de ser y por la verdad de sí mismo. Cuando hay un cambio de pensamiento hay un cambio de actitud.
Las actitudes y valores son una condición y un resultado del aprendizaje. Son una condición del aprendizaje porque aunque las variables cognitivas son necesarias para el aprendizaje, no son suficientes.
Es necesaria también la presencia de unas variables motivacionales entre las que están las actitudes que son responsables de la activación, dirección y persistencia de la conducta. Los valores son correctas acciones que la sociedad ha establecido a través del tiempo y las acciones son la forma particular de cada persona de actuar ante determinadas situaciones, estas pueden ser de forma correcta o de forma negativa. Por ejemplo: Los alumnos con actitudes positivas hacia la escuela y el aprendizaje rinden más y realizan mejor sus actividades, con mayor atención y esfuerzo. La adquisición y desarrollo de las actitudes debe perseguir también el desarrollo de las actitudes consideradas adecuadas y necesarias para que los individuos se desenvuelvan satisfactoriamente en los planos personal y social. Hacia el conocimiento y el aprendizaje se abriga la esperanza de que los individuos desarrollen actitudes que le lleven a interesarse por su comunidad y por las necesidades sociales y a aceptar sus responsabilidades cívicas.
Estos dos elementos son parecidos ya que para desarrollar una buena actitud se pueden poner en practica valores al por mayor, en caso contrario ocurre igual, al desarrollar un valor se crea una actitud. Enseñar los valores tanto en la escuela, casa y trabajo es la mejor manera de desarrollar por completo la personalidad de las personas y prepararlas para la vida.
son correctas acciones de actuar, sin embargo para que estos adquieran realmente un valor una importancia deben ser aplicados en todas las acciones que realicemos las personas en nuestra vida cotidiana, de otra forma solamente son dichos, palabras que desaparecerán. De esta forma comprobamos que los valores están relacionados con las acciones en la medida en que para actuar de buena manera se necesitan valores y para que los valores adquieran valor e importancia se necesitan actitudes basadas en los valores.
Los valores no valen nada al estar escritos en un libro al hablar de ellos en clases, en conferencias, al estar en marcados en un cuadro, los valores adquieren su valor solamente cuando son aplicados en las acciones de las personas, cuando las personas tiene actitudes positivas en su vida cotidiana y no sola mente en sus palabras dan una buena personalidad del ser que la pone en práctica (se habla bien de la persona por sus hechos) .
Con buenas actitudes se puede decir que somos personas integras en valores y buenas acciones, al faltar un aspecto es incompleto el efecto positivo que se pretende lograr con el aplicar valores; el de un bienestar personal y colectivo que evite conflictos innecesarios para acceder al progreso. Cuando se tiene una situación los valores pueden salir por nuestro gusto o por nuestro interés, aunque en ocasiones se ponen en práctica de manera espontánea más cuando es por deseo, caballerosidad, amistad, amor y respeto. Algunos de los valores que todo ser humano debería poner en práctica para poder tener una buena actitud son:
- Respeto
- Humildad
- Honradez
- Autodominio
- Verdad
- Lealtad
- Fidelidad
- Justicia
- Responsabilidad
- Tolerancia
- Paz
- Y sobretodo y muy importante el valor de la Asertividad
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Un valor es dependiente de una actitud favorable y actitud es un término que se refiere a la disposición hacia una clase de objetos, estas se distinguen de los sentimientos y rasgos.
Los valores tienen lugares jerárquicos ya sean inferiores y superiores, no se deben confundir el orden con la clasificación, ya que una clasificación no necesariamente necesita un orden. Para determinar el orden de los valores se da con la preferencia que el ser humano lo necesite, casi siempre prefiriendo los superiores aunque en ocasiones se elige los inferiores por diversas circunstancias determinadas por el usuario.
“Valores que oscuramente influyen en nuestra conducta y nuestras preferencias, es tarea de todo hombre culto”.
Hemos visto cómo los valores determinan las actitudes que rigen nuestro comportamiento. Pero las actitudes que tomamos ante diferentes situaciones en nuestra vida cotidiana se han estudiado muy profundamente desde la psicología. Estas se manifiestan en tres tipos de respuestas: Las respuestas afectivas, basadas en los sentimientos que hacen reaccionar a una persona y tomar una actitud en una situación determinada; Las respuestas cognitivas, basadas en las creencias y valores que una persona tiene como referencia en su vida. Las creencias que las personas tienen sobre sí mismas y el mundo que les rodea originan las actitudes; y Las respuestas conductuales, basadas en una dimensión más fisiológica, en el comportamiento que tenemos en una situación. Por ejemplo, una actitud positiva hacia un objeto permite predecir conductas favorables hacia él. La adquisición y cambio de actitudes es un proceso que tiene lugar dentro de la sociedad, y concretamente dentro de los grupos sociales a los que pertenecemos. En el seno de la familia, sobretodo en interacción con los padres, es donde el niño adquiere sus primeras actitudes, muchas de las cuales persistirán a lo largo de toda su vida. Después es la escuela otro marco de relaciones sociales sumamente importante para la formación de actitudes. Más adelante, los individuos entran a formar parte de otros grupos que configurarán la estructura.
Que una persona esté integrada en un grupo no quiere decir que comparta sus actitudes y valores ni que esté identificada con él. Se ha de distinguir entre dos grupos. El grupo de integración es en el que se está inscrito o se pertenece como miembro. El grupo de referencia es aquel con cuyos objetivos nos identificamos aunque no seamos miembros de él. Está claro que cada persona se percibe responsable y afectado por las respuestas conseguidas atraves de sus conductas, por tanto existe una evidente relación entre los valores y las actitudes.
Los valores son gran apoyo para que nuestras actitudes sean de lo más positivamente posible, el desarrollo de estas actitudes positivas aportaran mucho a nuestra personalidad.
El que existan muchos valores no quiere decir que le debemos quitar importancia a los que en ocasiones no se ponen en práctica. Debemos pensar muy bien cómo llevarlos a cabo para que en desarrollo de los valores aporten a la actitud personal. Por ultimo solo queda decir que los valores solo adquieren valor e importancia cuando son aplicados, cuando manejamos actitudes positivas basadas en ellos. No se puede creer que una persona posee valores por el simple hecho de conocerlos es necesario que los aplique en todo momento con todas las personas sin importar la situación.
La afirmación “no es fácil” nos afecta a todos, pero no a todos por igual. Hay muchas maneras de reaccionar ante lo dicho, y últimamente lo podemos escuchar mucho entre nuestro entorno.
A algunos les puede afligir, otros pueden incluso sentir incomodidad o temor. Para otros en cambio es una manera de situarse en un comienzo, en un reto, en una motivación.
Ser positivo es ser valiente, es no dejarse llevar por las malas noticias y los posibles obstáculos del camino. Ser positivo es que cuando te digan “no es fácil” no abandones y que brote una idea en tu cabeza que te invite a intentarlo. Ser positivo es la actitud por excelencia porque las otras actitudes querrán hacerle compañía, es el primer paso.
No importa si nuestra situación es difícil si tenemos la actitud de querer cambiarla. Además la actitud optimista se refleja en otras aptitudes. El ejemplo más claro es la capacidad, una persona optimista o positiva siempre tendrá la aptitud de ser capaz de superarse y superar los posibles obstáculos del futuro De igual forma, una persona positiva se relaciona fácilmente con la aptitud, es decir, la habilidad, de ser práctica, creativa y proactiva.
Si verdaderamente deseamos mantener aquella actitud que beneficia de forma directa a nuestra parte mental, no debemos permitir que cosas negativas influyan nuestras vidas; ser felices y gozar cada momento vivido es la clave..
Efectivamente, las cosas negativas nunca desaparecerán dentro del entorno que nos rodean pero, si podemos evitarlas realizando cosas sencillas y fáciles de practicar que nos ayudarán que nuestra actitud mental positiva no desaparezca tomando nuestra atención en las grandes cosas que la vida tiene para mostrarnos.
Y aunque vivimos en un mundo del cambio constante y que si parece que paramos se nos escapa el arroz, a veces tenemos que parar y reflexionar porque la vida tiene cosas fantásticas, momentos espectaculares, que por ir a toda pastilla parece que ni los veamos.
No todo es felicidad. Hay muchos momentos durísimos que vamos a vivir: enfermedades, perdida de seres queridos, quedarte sin trabajo…
Y muchas veces ocurre que cuando la vida da un golpe de éstos es cuando de repente paras y piensas, y te das cuenta de lo que es importante. Pero, ¿por qué tiene que ocurrir algo malo para darse cuenta de eso?
Referencias
- camps, v. (1994). hacer reforma, los valores de la educacion. España: Argenta.
- José M. Mestre Navas, R. G. (2000). FUNDAMENTOS DE LA PSICOLOGIS GENERAL. ESPAÑA: MC GRAW HILL.
- MAXWELL, J. C. (2008). SOLO ORO. ESTADOS UNIDOS: NELSON .