5 Medidas Para Una Convivencia Igualitaria Entre Chicos Y Chicas

Teniendo en cuenta que tras trabajar de forma transversal la igualdad de género y que no se observan resultados positivos al respecto, yo no mantendría dicha propuesta. Considero pertinente que haya una modificación importante en el Plan de Convivencia, y que por supuesto siga en consonancia con los objetivos marcados en el Plan de Igualdad pero que haya un cambio en la programación y estrategias a seguir. Algunas de las medidas que propondría son las siguientes.

1. En primer lugar, se puede diseñar un proyecto a nivel de centro, en el que se fijen objetivos relacionados con la igualdad de género, el desarrollo de habilidades sociales, desarrollo de valores fundamentalmente encaminadas a la resolución pacífica de conflictos, a la mejora de la comunicación y el diálogo como medio para tener una buena convivencia, etc. Dentro de este proyecto se pueden programar actividades como: charlas de mujeres con especial relevancia dentro del barrio de nuestro centro, visionado de cortometrajes o películas con valores que queremos trabajar y que den pie a debates dentro del aula e invitándoles a la reflexión en común, etc.
2. Teniendo en cuenta que hay un mayor porcentaje de violencia entre el alumnado varón y que los equipos de mediación están compuestos principalmente por alumnas o profesoras, creo que sería interesante potenciar que el alumnado varón también quiera formarse y ser parte de estos equipos de mediación. Ésta sería una manera de poner en valor, dentro del alumnado varón, que los chicos también pueden aprender a resolver conflictos de manera pacífica. Además, es positivo que estos equipos estén formados por chicos y chicas porque se potencia el trabajo en equipo entre ellos. Asimismo, se minimizan las posibles reticencias que puedan surgir en el alumnado para acudir a resolver sus problemas con ayuda de esta mediación si en estos equipos hay tanto niñas como niños. Para potenciar el aumento de los varones en estos equipos se pueden hacer campañas de concienciación en la importancia de saber resolver conflictos e incentivarles con ciertas recompensas o “privilegios” para todo el alumnado que quiera formarse como mediadores. Estas recompensas se determinarán en consenso por el claustro.
3. Para “equilibrar” el número de alumnos delegados, que al parecer son en su mayoría varones, podríamos proponer que en lugar de haber un solo delegado por aula, haya una pareja de delegados y que necesariamente deben ser un alumno y una alumna. Creo que esto es importante para trabajar la igualdad porque el alumnado comienza a conformar su visión de la sociedad en que vive desde las escuelas. Si los alumnos siempre eligen a chicos para tener el papel de delegados y no se “acostumbran” a ver en esa responsabilidad a alumnas, se crea la falsa perspectiva de que las chicas no son tan válidas como los chicos para tener un cargo con responsabilidad (en la escuela son delegados o delegadas, pero en el ámbito profesional son directores/as, encargados/as, jefes/as). Asimismo, que estos delegados y delegadas asuman esta responsabilidad de manera conjunta mejora sus habilidades para trabajar en equipo e independientemente del género de sus miembros.
4. Una medida para incentivar la participación de los padres varones es organizar actividades o jornadas de convivencia con las familias como pueden ser torneos deportivos solidarios, senderismo, campeonatos de videojuegos, charlas o cursos de formación con meriendas, etc. De esta manera los padres poco a poco se acercan más al centro educativo, en primera instancia de forma física para así dar pie a que conozcan las instalaciones, profesorado, alumnado y poco a poco creen vínculos con nuestro centro y proyectos, se sientan más conectados y participen de forma más activa.
5. Puesto que en los recreos hay conflictos entre los niños y niñas por el uso de la cancha, es necesario organizar dicho uso con una planificación semanal en la que se potencie que tanto los niños como las niñas puedan usar la cancha, incluso de manera simultánea ya que la convivencia debe ir de la mano de la igualdad y la solución no pasa por separar a los niños de las niñas en sus juegos sino por que aprendan a jugar juntos en armonía.